María José Lacámara – Conoce más AQUI
Instagram: @joselacamarapsicologa
Los invitamos a conocer nuevo libro de María José Lacámara
Más conectados: La conexión emocional como eje central de la crianza
La psicóloga infanto-juvenil María José Lacámara publica este libro que busca ayudar a padres y madres a encontrar un método de crianza propio, que se ajuste a sus necesidades y les permita sintonizar con lo que requieren sus hijos.
Lo pueden encontrar en: Contrapunto, buscalibre, Antártica, que leo, editorial planeta y en formato digital.
Hoy me llegó por esas cosas de la vida, una invitación a una charla online acerca de el desafío de poder convivir con nuestros adolescentes en este período de Pandemia. Hubieron muchos conceptos buenos, pero por lejos el que más me gustó es la idea de poder conquistar una «estructura flexible». .
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Una estructura flexible, significa que podamos sostener las normas de la casa y al mismo tiempo flexibilizarlas en esta pandemia. Por ejemplo, si la regla con mi hijo adolescente es acostarse todos los días a las 10.30pm porque al otro día hay colegio, hoy que las clases online son a las 10 a.m.. puedo flexibilizar esa regla y poner una nueva hora de acostarse. Lo importante es no olvidarse de la necesidad de una estructura: horas de comida, de sueño, de colegio y horas de no hacer nada. Lo importante es mantener una estructura pero que está sea flexible. .
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Pienso que una estructura flexible no solo nos ayuda hoy durante la pandemia, sino en la vida en general. La flexibilidad muestra nuestra capacidad de adaptación y nuestras infinitas posibilidades de solución o enfrentamiento a un mismo problema. La flexibilidad nos ayuda a cambiar en el camino si es necesario y la estructura nos entrega seguridad y certeza. Ambas tienen que convivir juntas para que funcionemos, no solo hoy sino también mañana. .
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Mucha estructura nos rigidiza y nos deja desprovisto de otras miradas para ver una misma situación. Y mucha flexibilidad nos hace ser poco claros e impredecibles a los ojos del otro, tanto como papas como personas. .
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Hoy atesoro este nuevo término y se los comparto porque lo encontré simplemente iluminador como una manera de enfrentar la pandemia, la vida y sus desafíos. .
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Los invitamos a conocer nuevo libro de María José Lacámara
La psicóloga infanto-juvenil María José Lacámara publica este libro que busca ayudar a padres y madres a encontrar un método de crianza propio, que se ajuste a sus necesidades y les permita sintonizar con lo que requieren sus hijos.
Lo pueden encontrar en: Contrapunto, buscalibre, Antártica, que leo, editorial planeta y en formato digital.
La realidad es que a medida que nuestros adolescentes crecen, se van cerrando puertas para comunicarnos con ellos. Como padres dejamos de ser referentes y pasamos a ser los que “no los entienden”, “sermonean” y “no los escuchan”. ¿Cómo vamos abriendo caminos para comunicarnos con nuestros hijos?, ¿cómo nos conectamos con aquello que los hace vibrar y motivarse?, ¿Qué pasa si eso que sueñan es muy distinto a lo que nosotros soñamos o esperamos para ellos?. La verdad es pocas veces nos hacemos estas preguntas. Además, sin darnos cuenta, eso que soñamos, se va transformando en una exigencia para ellos. Una idea o sueño intransable a lo que nuestros adolescentes deben adherir, ciegamente aunque no tenga sentido para ellos.
Muchas veces esos sueños nos impiden conectarnos con aquello que hace feliz a nuestros hijos, eso que los mantiene motivados y los hace ilusionarse con un futuro que se vuelve alcanzable. ¿Cuántas veces solo miramos lo que queremos para ellos desde lo que a nosotros nos hace felices? ¿cuántas veces damos por sentado que el futuro será mejor si deciden hacer aquello que les dará seguridad y estabilidad? La mayoría de las veces imponemos lo que nosotros queremos o eso que pensamos es lo mejor para nuestros hijos. La realidad es que frente a esta mirada, solo logramos que nuestros adolescentes se alejen, al no sentirse entendidos o aceptados. Cuando no logramos leer, escuchar o entender lo que los mueve y motiva en la vida e imponemos caminos trazados por nuestros sueños, estamos destinados al fracaso en nuestra tarea de guiarlos y acompañarlos. Esto los aleja, cierra las puertas de la comunicación y a la larga nos hace perderlos. Todas esas posibilidades que se podrían abrir se cierran automáticamente.
Nuestros desafío como padres de adolescentes será entonces estar constantemente abriendo caminos de comunicación. ¿Cómo podemos lograr esto? Lo primero y fundamental es abrir nuestra mente a su mundo, y por sobre todo descubrir y aceptar a nuestro hijos en sus fortalezas y habilidades. Debemos conversar con ellos, tomarnos tiempo para conocer aquello que los mueve, qué les gusta leer, escuchar, qué hacen en su tiempo libre. Sumémonos a alguna actividad que ellos elijan, propongámosle que nos inviten a su mundo y cuando lo hagan no olvidemos aceptar esta invitación.
Dentro del mundo adolescente, una de las cosas más difíciles es poder conversar. Ellos son escuetos, las respuestas generalmente son monosílabos y dan por sentado que todo aquello que cuenten, será recibido por sus padres de mala manera, lo que traerá un sermón, un juicio o un “consejo” no pedido. En mi experiencia clínica y como mamá, normalmente no preguntamos para que ellos reflexionen y respondan, generalmente les damos las respuestas, pautas y muchas veces nuestros juicios…..y entonces, ¡no están tan equivocados!. Al abrirse a nosotros inevitablemente se encontrarán con aquello que no quieren: respuestas, soluciones, juicios, sermones y “enseñanzas”. Todo esto solo cierra aún más esos caminos de comunicación que necesitamos abrir. La comunicación entonces tiene que ser bidireccional, deben conocer nuestro mundo y nosotros debemos aprender a preguntar y escuchar. Detenerse y escuchar. Detenerse y preguntar. Hagamos preguntas abiertas, que los lleven a pensar, a dar respuestas que no se pueden responder desde solo un sí o no.
Si lográramos tener conversaciones profundas y poderosas con nuestros hijos adolescentes, no solamente abriremos caminos de comunicación, sino que también de confianza, aprendizaje, y por que no, de equivocación… pero siempre en conjunto con ellos. Crearemos de nuestra relación, un factor protector para sus futuras vivencias y decisiones. Démonos el tiempo de conocer a nuestros hijos, trazar su camino según lo que ellos son o sueñan ser, descubrámoslo juntos. No dejemos que nuestros propios fantasmas o exigencias hablen por nosotros, ellos están escribiendo su propia historia y tendrán la valentía de ir por ella donde sea y como sea. No dejemos que esa historia la escriban solos, acompañémoslos con una mirada abierta, comprensiva y sin juicios. Aprendamos a preguntar, escuchar y acompañar, eso es lo que nuestros hijos adolescentes necesitan de nosotros.
Y por sobretodo si tienes niños más pequeños y estás leyendo esto: empieza hoy!!. Conversar y aprender a dialogar es vital para poder conectar con el otro. Mientras antes empecemos más fácil será en la adolescencia. No nos conformemos, sigamos intentando, conversar es conectar y conectar es crear relaciones profundas de amor y de confianza.
María José Lacámara – Conoce más AQUI
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Manifiesto Forum Bcn Dina y Esport, Barcelona, 28 de Octubre de 2016.
1. Sólo implicando a todos los agentes de cambio social podremos cambiar la realidad incómoda. Y los valores son la clave para comunicarlo.
2. La adolescencia es una etapa olvidada. Hay que cuidarla.
3. La gestión deportiva todavía está en manos de hombres.
4. Los padres y educadores deben ser el mejor ejemplo para nuestros hijos, hagamos deporte en familia.
5. Los adolescentes que practican deporte tienen mejor autoestima, son más resistentes y tienen mayor tolerancia a la frustración.
6. Muchas chicas dejan el deporte cuando éste deja de ser un juego y pasa a ser una competición.
7. Cuando nos ponemos en forma, nuestro cerebro también se pone.
8. Hacer deporte es una liberación mental.
9. Estar más de tres horas sentado durante el tiempo de ocio es perjudicial para la salud.
10. Nuestro cuerpo es como una hucha, ¡llénala de salud practicando actividad física y no lo dejes!
11. Con 3 minutos de saltar a la cuerda, cada día, es suficiente para combatir la osteoporosis.
12. Hay que incorporar la actividad física como un elemento más de nuestra rutina diaria.
13. No debemos estigmatizar las niñas gordas, sino darles las herramientas para que a través del deporte puedan sentirse mejor con ellas mismas.
14. Caminar con valores mejora a las personas. Juntos llegaremos más lejos.
15. El deporte puede tener y dar un valor incalculable en nuestras vidas.
16. Con una recompensa, es más fácil lograr una motivación para seguir moviéndose.
17. La atención escolar mejora cuando los niños y niñas hacen deporte.
18. Hace 10 años hacíamos zapatillas rosas para las mujeres. Ahora las hacemos adaptadas a su pie.
19. Caminar 45 minutos al día, es más saludable que correr maratones.
20. A las chicas les faltan referentes en el mundo del deporte porque no tienen visibilidad.
21. El deporte ayuda a superar las capacidades e ir más allá.
22. Las adolescentes pueden adaptar lo que aprenden en el mundo del deporte en su día a día.
23. Tenemos que ser competitivos. Luchar contra nosotros mismos es lo que nos hace mejorar.
24. Hay que evitar los entrenadores tóxicos que nos pueden hacer dejar la práctica deportiva.
25. El objetivo de un entrenador tóxico es la competición, no el grupo.
26. Escuchar, educar y motivar, por una práctica deportiva activa, igualitaria y saludable.
27. Los medios de comunicación tienen un papel muy importante en la creación de modelos
sociales y deportivos.
28. Debemos encontrar modelos femeninos reales y la publicidad tiene que ayudar.
29. Romper estereotipos no es rebeldía. Es avanzar, evolucionar.
30. La publicidad debe mostrar una mujer más fuerte y más real.
31. Los medios de comunicación tienen su responsabilidad, pero no los culpabilicéis de una
situación de desigualdad endémica.
32. El deporte ni es masculino ni femenino. Es deporte.
33. Animamos a las niñas y adolescentes a seguir practicando deporte para que se conviertan en grandes profesionales que construyan un mundo mejor.
34. Cuando se trata de motivación, las mujeres están predispuestas hacia el objetivo.
35. Cuando hay un punto de solidaridad, de motivación añadida, la mujer siempre se suma.
36. Las redes sociales reflejan más la participación de la mujer en la práctica deportiva.
37. Hay que cambiar el deporte a un molde femenino.
38. Debemos lanzar mensajes diferentes para niños y niñas.
39. Con un mensaje singular y adaptado, podemos conseguir mejores propósitos.
40. Las niñas necesitan deportes y actividades más relacionales, la competición puede convertirse en un elemento secundario.
41. El género es una cuestión social, no de mujeres.
42. En la sociedad actual todavía hay demasiado micromachismo.
43. Las madres tienen una gran fuerza para evitar que las adolescentes dejen de hacer actividad física a una edad tan temprana.
44. Entrenar es educar en el ocio.
45. La administración debe responder y dar respuesta a la sociedad a la que representa.
46. Hay que personalizar la oferta deportiva que se da desde las administraciones.
47. Si queremos que las mujeres hagan deporte, nos tenemos que adaptar a ellas, y no viceversa.
48. Debemos educar a las niñas para ser valientes y no perfectas.
49. Hay que incorporar a los hombres en el cambio.
50. Que cada niña que quiera hacer un deporte pueda hacerlo y sentirse parte de un grupo.
Barcelona, 28 de Octubre de 2016.
www.donaiesport.com
©Forum BCN Dona i Esport
Los papás les dicen mentiras a los hijos para controlarlos y ellos hacen lo mismo con sus padres para salirse con la suya: es el gran ciclo de la vida. Mane Cárcamo revive algunas de las mentiras clásicas que dijo en su infancia y, al parecer, nunca pasarán de moda.
Nuestros padres nos mintieron cuando chicos.Y mucho. Nos hicieron creer que tenían promedio 9 cuando en verdad se habían quedado pegados dos veces, nos traumaron con el viejo del saco y nos convencieron en la adolescencia de que si tomábamos gin quedaríamos ciegos (aún tengo mis dudas con ese tema)
¿Pero quiénes somos nosotros para tirar la primera piedra? Todos les mentimos alguna vez, también. Y obviamente nuestros hijos también lo harán con nosotros. Tendrán que ser más creativos eso sí, porque en la era de los grupos de Whatsapp y los GPS, las chivas que solíamos usar definitivamente prescribieron.
La carta al Viejo Pascuero
Esta es como una venganza que se disfruta. Después que estuvimos cual Carlos Pinto paseándonos por toda la casa para verlo, luchamos contra el cansancio para presenciar el momento exacto en el que entraría por la chimenea (sin mancharse con hollín, obvio) y defendimos su existencia frente a todo el grupo de las populares del colegio, lo mínimo es que a nuestros padres les cueste caro el habernos vendido la pescá. Y lo digo literalmente.
Tienes 13 años, ya te sacaron a bailar y anduviste solo en micro, peroles sigues diciendo a tus papás que crees en él. Y disfrutas con maldad haciendo la famosa carta en donde les pides: una PlaStation, un viaje a Disney, las zapatillas del momento y un Smartphone con un plan de 1000 minutos. ¿Por qué como tus papás te van a matar la ilusión? Y ahí están ellos pagando en 76 cuotas los regalos mientras tú estás negociando el precio en el que vas a vender el celular en Facebook.
La famosa fiebre
Tienes prueba global de química con esa profesora que te odia porque ni el puzle del diario puedes hacer con lo poco que te sabes la tabla períodica. Dijiste que ibas a estudiar en la noche, obvio que te quedaste pegada a la TV. Pusiste el despertador a las 5 AM y después de apretar 10 veces “posponer” te percatas que la condena mortal es inminente. Entonces a lo único que nos podemos aferrar es a nuestras dotes actorales.
En la primera infancia aludimos a la fiebre. Craso error porque obvio que una mamá relativamente Vivaldi se da cuenta después de poner el termómetro que 36,3 NO es una temperatura para faltar al colegio. Entonces creces y empiezas a ponerte más creativo/a. Fuertes dolores de estómago (u ovarios en el caso femenino), jaquecas invalidantes o mortales dolores de oídos no son comprobables,pero si tocan el corazón de una madre sensible. ¿Fin de la historia? Tres películas en la mañana, 4 panes con palta (si es que no aludiste a la chiva estomacal) y dos rojos menos en tu libreta.
El permiso
Se viene el festón del año, donde irán todos los colegios, los mariscales de campo y las porristas (si vives en una película). El problema es que tu mamá aún cree que un panorama entretenido es juntarse a jugar bachillerato, comer cheezels y Almendrado de postre. Hola Mamá: crecí. Entonces cuando le planteaste la idea de la fiesta, su ojos se inyectaron, su cabeza comenzó a dar vueltas como Linda Blair y habló lenguas extrañas indescifrables. Ya te imaginó en el Centro de Rehabilitación o tras las rejas, porque si hay algo que tenemos productivo las madres, es la imaginación. Y tu entendiendo que harías todo para ir al magno evento recurriste al clásico “Mamá, TODO el curso tiene permiso. Seré el bicho raro si no voy”. Y en esa bendita época en la que el teléfono era el único medio de comunicación y en donde además tenías que buscar apellido por apellido en la guía de teléfonos, la mentira podía resultar. Aunque no faltaba la mamá que, como la, mía cantaba fuerte y claro, “me da lo mismo lo que hagan todos tus compañeros, ellos tienen sus propios papás y reglas. Nosotros cumplimos las de esta casa”. Y ahí terminabas tú, pasada a Laca Dúo, comiendo chocolates Calaf mientras la lagrima caía por la mejilla. Muy dramático todo.
Clásicos de Clásicos: Algo me cayó mal y la Pepita fumó al lado mío
Entrando en la adolescencia la mayoría de los jóvenes comenzamos nuestro primeros coqueteos con el cigarro y el alcohol. Es una realidad y a mí que tengo un hijo de 10 años, me empieza a bajarel anhelo de meterlo al freezer para que se siga emocionando con una barra de Trencito y su máximo panorama sea un día en el Chuck and Cheese. Pero eso no pasará y las chivas para tratar de embolinarme la perdiz son una realidad innegable.
Fumaste más que empresario de SQM después de entregar su notebook y aunque te comiste todos los Halls de la nación, el olor está ahí. Vamos echándonos las colonias de moda, pero la ráfaga de tabaco no se va. Y apenas te subes al auto tu papá te mira con cara de PDI y la pregunta ya está instalada. “¿Fumaste?”. Y ahí tú, con la mejor cara de poker que puedes poner, simulas un enojo diciendo “La Pepita (que además te cae mal) fumó toda la noche al lado mío y me dejó pasada a esta cochiná”. Papá que ama a su hija y la observa como si fuera Leticia de España, prende el auto satisfecho y queda en llamar al papá de la Pepita para contarle acerca de los vicios de su hija.
Algo parecido podría haberles pasado con la primera vaina o primavera con licor que se sirvieron. No se tomaron una, sino dos y el querer ser parte del grupo les jugó una mala pasada. Llegaste corriendo a abrazar el WC y arrojar todo. Padres tocando la puerta y tú tratando de disimular. En dos minutos te viene la iluminación y les dices. “Habían unos pastelitos muy rancios en la fiesta, obvio que algo me cayó mal”. Madre corre a hacer una agüita pelando a los apoderados que organizaron la fiesta y tu papá te mira con cara de “por esta vez pasa”.
Las chivas y mentiras son y serán siempre parte de la juventud. Pero ojalá que nos mientan lo menos posible. Que nuestros cabros sepan que la verdad es un valor que está por sobre el error y que en nuestras casas el caminar por la vida con honestidad incluso los podrá liberar de los castigos. Porque aunque suene grave, alguien que dice siempre la verdad, se mete en varios problemas, pero duerme siempre tranquilo.
¿Qué mentiras le dijiste a tus padres?
Magdalena Cárcamo – Periodista
Fuente: www.eldefinido.cl
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