Si todos nos ponemos a pensar en que nos pasa por la cabeza y por el cuerpo cuando estamos bien, nos sorprenderá darnos cuenta de todo lo negativo que ocurre en esos maravillosos momentos.
Basta tener paz y tranquilidad para que una enorme cantidad de personas empiece a sentir miedo e inquietud y esto como consecuencia de muchos pensamientos negativos que nos inundan.
“Será que algo malo me va a pasar”, “ lo bueno dura poco”, “estoy tan feliz que me asusto” y muchas frases más
mandatadas desde la infancia y por supuesto desde la cultura.
Es que nos enseñaron que estar bien era transitorio y estar mal era mucho más permanente.
El conectar con el bienestar pasa necesariamente con el merecimiento de nuestras propias acciones y con trabajar concientemente por mantener lo bien que nos sentimos.
Seguramente tu que estás leyendo la columna, me podrás contestar que estás bien o no, dependiendo de la definición que tengas de ese estado.
Si tienes la definición tradicional que para decir que estamos bien, debemos estar sin problemas, el porcentaje de personas que puede responder que si, es muy muy bajo.
En cambio si tu definición de estar bien tiene que ver con la mirada y la interpretación de tu realidad y que se puede y se debe estar bien, con los problemas, entonces el número de personas que contestará que si, aumenta notoriamente.
Cuando se piensa que el estar bien depende de mi mirada y no de los problemas que enfrentamos, entonces este acto queda en mis manos y en mi responsabilidad y por lo tanto durará lo que dure mi mirada de la situación sin pretender que los problemas desaparezcan.
Con todo lo que estamos viviendo en estos tiempos donde todo parece tan incierto y amenazante de lo que tenemos que ocuparnos es de tener silencio interno para enfrentar las tormentas de afuera y lo que debemos evitar es que nuestra tormenta interior se confunda con lo de afuera y así perder el único control que nos queda, que es nuestra propia actitud.
Es aquí donde está el secreto del estar bien y por mucho tiempo, en el silencio interno y en mirar la tormenta de afuera desde el lugar que podamos con pies firmes pero cuerpo flexible para transitarla y así entender que se puede estar bien si uno coloca distancia, disfruta el presente, y agradece lo que se tiene y no se centra en lo que falta.
Sin duda esto no parece ser suficiente, porque igual nuestra cabeza traicionera nos llevará a aquellas definiciones que nos harán pensar que estar bien es no tener problemas, que el estar bien es transitorio y todo lo que hemos aprendido en esta cultura del sufrimiento.
Estar bien, es una conquista diaria no solo con lo que nos pasa afuera, sino que sobre todo con lo que nos pasa adentro de nuestras cabezas, la cual siempre estará dispuesta a boicotear cada uno de nuestros avances.
Aprendamos a definir estar bien con problemas y no sin ellos, aprendamos y entendamos que estar bien es un tema de actitud y no de realidades adversas y sobre todo sintamos que el estar bien es una conquista que se trabaja un día a la vez y que se puede hacer todos los días para sentir La Paz del trabajo realizado.
Los invito a estar bien, a conquistar ese estado y a no tener miedo de mantenerlo.
Pilar Sordo – Psicóloga
Extraido de https://www.pilarsordo.com
Foto portada: de Lucas Pezeta en Pexels