Tips para superar una adicción

¿Tienes hábitos que sabes que te perjudican? ¿Crees que no puedes cambiarlos? ¿Sabes que hace que nos volvamos adictos?

Una adicción es una dependencia psicológica a alguna sustancia, como las drogas o un hábito que nos produce placer, como las compras.  La persona no puede prescindir de aquello que es adicto y lo convierte en el centro de su vida. A medida que va pasando el tiempo la persona pierde el control y actúa de forma compulsiva ocasionando una serie de problemas en su salud y en sus relaciones personales.

 

¿Por qué se desencadena la adicción?

 

Las adicciones sirven a las personas para evadirse de una situación o ambiente conflictivo que no saben afrontar, por no tener las herramientas o capacidades necesarias.

Cuando nos desconectamos de nuestro entorno, por no saber gestionarlo emocionalmente, surgen las adicciones como una nueva forma de conexión, en este caso con una sustancia o comportamiento determinado con el que establecemos una relación de dependencia.

 

El origen de la adicción

 

No hay una causa única para el desarrollo de una adicción, cada persona es un mundo y a cada uno nos afectan las situaciones de manera distinta, aunque existen diversos factores a tener en cuenta cuando una persona desarrolla una adicción.

Biológico

Existen estudios que afirman que los hijos de personas adictas tienen más probabilidad de desarrollar una adicción en el futuro.

Psicológico

Baja tolerancia a la frustración o al estrés, pocas habilidades sociales, baja autoestima, inseguridad, nula capacidad de autocontrol, búsqueda de nuevas sensaciones…

Parte ambiental o contextual

Son influyentes factores como vivir en familias disfuncionales, con ausencia de normas o la mala comunicación de padres e hijos, así como la presión social, el querer sentirse integrado en un grupo, la carencia de valores…

 

Tipos de adicciones:

 

– Alcohol

El alcoholismo es una de las adicciones más comunes en el mundo, dado que el alcohol es una sustancia legal, pero sus efectos sobre la salud son muy graves. Los efectos se notan tanto a nivel físico, como problemas de equilibrio y la resaca, como cognitivo y psicológico, como inestabilidad emocional, agresividad y menor capacidad de reacción.

– Nicotina

La sustancia que causa adicción al tabaco es la nicotina. La nicotina es una sustancia que altera el funcionamiento del cerebro de forma significativa, provocando la adicción. Con el paso del tiempo, si la persona no se fuma su tan deseado cigarrillo, empieza a sentir malestar en forma de ansiedad y nerviosismo.

– Opiáceos

De entre los opiáceos, la heroína es probablemente la más conocida.

El consumo de esta sustancia implica serios problemas de salud, especialmente para el corazón y los sistemas nerviosos, digestivo y respiratorio.

– Adicción emocional

Son muchas las personas quienes, tras haber estado largo tiempo saliendo con alguien pero que acaban de romper, aún sienten la necesidad de estar con la persona que han perdido. Es decir, dependen emocionalmente de ellas, no se ven capaces de rehacer su vida con otra persona o atreverse a estar soltero.

– Cannabis

Son muchos los mitos que giran en torno a ella, entre ellos el de que como es una planta y, por lo tanto, ‘natural’ tiene que ser necesariamente ‘segura’.

Se ha visto que tiene repercusiones a nivel cognitivo, deteriorando inteligencia, memoria y la capacidad de hablar fluidamente. Se la ha relacionado con el desarrollo de trastornos mentales como la esquizofrenia.

– Pornografía

La pornografía, de hecho, es un material que se puede volver extremadamente adictivo, dado que implica conseguir la excitación sin necesidad de tener que interactuar con otras personas.

Estos problemas emergen a la hora de tener una relación sexual real con otra persona, haciendo que en la cama se den síntomas como anorgasmia y disfunción eréctil. También se da aislamiento social al no esforzarse para tener encuentros sexuales.

– Juego

Los juegos de azar explotan un fenómeno que en psicología se denomina refuerzo intermitente, el cual implica que solo se reciba la recompensa deseada un número bastante reducido de veces y sin que haya un patrón regular.

Como se está a la expectativa de recibir el premio, la persona no deja de continuar jugando, entrando en un ciclo que puede no tener fin.

– Comida

La adicción a la comida es el problema destacable en los trastornos de conducta alimentaria, concretamente en el trastorno por atracón, en donde la persona pierde el control e ingiere cantidades ingentes de comida, sintiéndose terriblemente mal después.

– Nuevas tecnologías

Cada vez hay más personas adictas a los móviles u ordenadores, sobre todo entre los más jóvenes.

Ya sea para visitar las redes sociales, para jugar a juegos online, no son pocos los adolescentes quienes les daría un síncope si tuvieran que pasar un día sin poder conectarse.

– Compras

La adicción a las compras tiene como principal problema el de consumir ingentes cantidades de dinero en productos y servicios que no son necesarios.

 

Comportamientos habituales en un adicto:

 

– Alterar sus rutinas

– Cambios en el estado de ánimo

– Cambios incluso en las personas con las que se relaciona

– Empieza a mentir para mantener su adicción

– Se empiezan a ver cambios en sus relaciones sociales

– Se puede ver afectado su desempeño laboral

– Deja a un lado las responsabilidades

– Se aísla

– Roba dinero a seres queridos para invertirlo en su adicción

– Olvida sus aficiones

 

Tips para superar una adicción:

– El primer paso es admitirlo y querer hacer un cambio en tu vida
Es un proceso que puede costar pero es importante aceptar la realidad y ser consciente que la adicción no es saludable y te perjudica.

– Toma consciencia

 

Cada vez que vuelvas a repetir los patrones de querer aislarte, de preferir gastar dinero en la adicción que en otras cosas necesarias, plantéate si quieres seguir así siempre. Es importante que seas consciente de esto y analiza si estás dispuesto a hacer el cambio.
– No estás loco ni eres una vergüenza

Elimina tus prejuicios y perdónate. Todos podemos caer en una adicción, es una respuesta para evitar problemas o para enfrentarse a los miedos. Analiza que es lo que te ha llevado a la adicción y ten paciencia contigo mismo.

– Conéctate con los demás

¿Qué te parece apuntarte a un grupo de apoyo? Compartirás tus miedos, no te sentirás solo y escucharás historias que te animarán a dar el paso.

– Pide ayuda a tus seres queridos

Es difícil superar una adicción por ti solo, por eso es bueno abrirse y contar con el apoyo de los demás.

– Retoma tus aficiones

Si te gustaba ir a pasear por la montaña, hazlo. Es necesario que conectes con las aficiones que te llenaban y te hacían feliz.

– Puedes hacerlo

Aunque recaigas, aunque tengas días que te encantaría probar otra vez, sé optimista y piensa que eres fuerte y que podrás con ello. Esta lección de vida está para superarla. Imagina lo bien que te sentirás cuando veas que has dejado tu adicción atrás y eres libre.

 

Cuando nos damos cuenta de que sufrimos una adicción el primer paso es reconocerlo y comprender que tenemos que cambiar. Cuando somos capaces de interpretar y reaccionar de una forma más adaptativa frente a nuestro entorno, las adicciones dejan de tener sentido. Este cambio de percepción, y el desarrollo de habilidades de madurez emocional, ayudan a cambiar la forma de percibir la realidad y se puede elegir una forma más saludable de vivir y relacionarse.

 

Redacción Instituto Draco

www.institutodraco.com

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 Extraido de www.institutodraco.com

 

 

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4 ALTERNATIVAS AL RINCÓN DE PENSAR

Te encanta la crianza respetuosa, eres la fan número uno, pero a la hora de los conflictos te paralizas y sientes que te faltan estrategias.

Por eso, y en afán de darte una mano, voy a compartir contigo estás cuatro alternativas para el popular Rincón de Pensar que no es más que uno de los tantos castigos disfrazados y te preguntarás: “¿qué tiene de malo?”, y es normal que creas que ésta opción es mejor que un grito o un golpe porque, en teoría, solo estás poniendo distancia entre tu hijo y tú evitando la violencia. Le pides que se vaya a “pensar” en lo que “hizo mal” y que no puede salir hasta que “reflexione” o “se calme”.

Pero esperar que un preescolar comprenda y reflexione sobre un accionar que quizás simplemente no percibe como algo incorrecto no es realista. Por el contrario, cuando tu hijo hace algo que para ti no es correcto y como resultado lo apartas o lo ignoras probablemente sienta angustia de separación, se sienta humillado, rechazado o simplemente se quede en el rincón imaginando algún juego hasta que le saques el “castigo”.

Si lo que quieres es que tu hijo se calme el rincón de pensar cumplirá su cometido, pero si lo que realmente te interesa es que tu niño aprenda a regular sus emociones lo ideal sería entonces ayudarlo a procesarlas, ayudarlo a comprender las razones por las cuales su accionar no fue el más adecuado e indagar los motivos detrás de la acción.

“Y entonces, ¿qué hago?, ¡ya no me quedan opciones!”, me dijo un día Marcela en uno de mis talleres, y así compartí mis 4 opciones:

1) Expresa tus Emociones: Explícale a tu hijo cómo te hace sentir lo que está haciendo, o como su accionar afecta a otras personas. Se clara en la causa y el efecto: “Cuando gritas tan fuerte me asustas y me duelen los oídos”. Evita términos negativos o hirientes: “solo los niños maleducados gritan” o “cuando gritas pareces una bestia”. A mi me ha funcionado de manera excelente ser honesta con mi hijo cuando algo me molesta o me hace mal y en la mayoría de las ocasiones él lo comprende y cede.

2) Las Dos Opciones: En la mayoría de los conflictos de los niños pequeños hay opciones que pueden mantener a las partes en paz. Por ejemplo: Si el problema es que tu hijo empuja continuamente a otros niños para subir primero a la resbaladilla lo primero que debes hacer es alejar al niño del lugar de conflicto, explicarle en calma las razones por las cuales no es lindo empujar y colarse, en lo posible ponerlo en el lugar de los demás niños “¿a ti te gusta cuando te empujan?” y preguntarle por qué lo hace, ya que a veces es una reacción a una agresión que tu no viste. Acto seguido le ofreces dos opciones: disculparse con los niños y seguir en la resbaladilla respetando los turnos o ir a los columpios o a otro juego que él quiera.Algunas mamás me han dicho que se debe obligar al niño a pedir disculpas y aquí discrepo, los preescolares están aprendiendo sobre la empatía y en muchas oportunidades aún no comprenden que el otro se siente mal por lo que ellos han hecho (lo que es normal para su edad), entonces si lo obligamos a pedir perdón en realidad le estamos enseñando a mentir. Lo que deberíamos hacer es trabajar en desarrollar su empatía. Este artículo puede ser de utilidad.

3) Cambiar de Ambiente: Muchas veces cuando los niños pequeños están muy irritables el problema está en el entorno: demasiada gente, demasiado ruido, poco espacio, etc. Por ejemplo, cuando mi hijo mayor tenía 18 meses llegamos a la conclusión con mi marido de que si en el lugar a donde lo llevabámos a jugar había más de 6-8 niños él tenia la tendencia a alterarse, empujar o quitar juguetes pero si eran 5 o menos jugaba muy tranquilo, entonces tratábamos de evitar lugares llenos de niños o cambiábamos de ambiente. ¡Ojo! también puede ser sueño.

4) El Rincón de Relajación Para Papás: Muchas veces los que necesitamos regular las emociones somos los adultos. Me ha pasado que cuando la paciencia está al límite en alguna ocasión termino gritando o alterada por situaciones nada graves. Es importante reconocerlas y estar alerta. Si estamos agotados y no logramos que nuestro hijo nos escuche podemos decirle: “Estoy muy cansada y un poco enojada porque nadie me escucha ni colabora conmigo, entonces voy a salir afuera unos minutos para calmarme”. Por supuesto que siempre debemos dejar a nuestros hijos con otro adulto o ir a un lugar desde donde podamos monitorizarlos, pero cuando el pequeño observe como ante la frustración nosotros actuamos de manera calmada y sin estallar le estaremos enseñando con el ejemplo a regular las emociones. Seguramente pasados unos minutos ya estará mucho más abierto a escucharnos y nosotr@s mucho mas relajad@s (eso me ha pasado la mayoría de las veces). En este articulo explico como regular mis emociones mejoró mucho la relación con mi hijo.

Por último no te sientas culpable si en alguna oportunidas éstas u otras opciones no te funcionan, porque criar con respeto y consciencia no es nada fácil. Recuerda siempre abrazar a tus hijos y decirles que los amas, el amor nunca está de más y mucho menos cuando el niño está abrumado.

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Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

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¿Es bueno o no hacer tareas?

La noticia de que la ONU pide prohibir las tareas escolares en todo el mundo ha generado bastante polémica.

Los que están a favor de las tareas plantean que son necesarias para que los niños refuercen lo aprendido en clases, desarrollen hábitos de estudio y sentido de responsabilidad. Junto con esto refieren que las tareas permiten que los padres participen de manera activa del aprendizaje de sus hijos.

Por su parte, los que están en contra plantean que las tareas estresan a los niños, deterioran las relaciones familiares, generan rechazo hacia el aprendizaje y restan horas de juego y descanso necesarias para estar el desarrollo y bienestar.

Lo anterior cobra especial relevancia en Chile, que es uno de los países con mayores índices de estrés y depresión infantil.

Ante la duda si es bueno o no hacer tareas, revisé un par de investigaciones y papers. Les cuento lo que encontré.

Harris Cooper es un académico de la Universidad de Duke que lleva años estudiando los beneficios y costos de hacer tareas. A nivel mundial es reconocido como gurú en el tema. Para sus estudios ha revisado investigaciones que datan desde 1987 a la fecha.

Cooper plantea que el beneficio de hacer tareas depende de la edad del niño. En pre-básica no tiene valor alguno. Entre primero y cuarto básico pequeñas cantidades de tareas podrían ayudar a los niños a construir hábitos de estudio. Entre quinto y  octavo básico las tareas dejan de tener beneficios después de los 90 minutos, mientras que en enseñanza media después de 2 horas de estudio (Cooper, 1989; Cooper, Robinson, & Patall, 2006).

Es importante aclarar que los beneficios encontrados no son significativos. Comienzan recién a ser moderados al llegar a la enseñanza media. Esto significa que el beneficio de hacer tareas en los años escolares es bajo y poco claro.

Junto con esto, Cooper plantea que el tipo de tarea también influye. Se ha visto que la lectura es una de las actividades que más enriquecen el aprendizaje y que las actividades prácticas mejoran los resultados en las evaluaciones.

Finalmente Cooper refiere que cuando las tareas son excesivas o se dan a edades inadecuadas, no sólo pierden sus beneficios, sino que pueden generar resultados adversos, como estrés y actitud negativa hacia el colegio y el aprendizaje.

Es importante aclarar que los resultados de sus estudios están basados en colegios que no tienen jornada extendida. Por lo que los beneficios encontrados en las investigaciones, que ya son pobres, en niños con jornada extendida se perderían por completo.

Otros autores destacados plantean que las tareas se deberían suprimir por completo. Etta Kralovec, profesora de la Universidad  de Arizona y coautora de «The End of Homework: How Homework Disrupts Families, Overburdens Children, and Limits Learning» es uno de ellos.

En función de los resultados podríamos concluir que los niños con jornada completa no deberían tener tareas, solo se les debería fomentar la lectura. Por su parte, los niños con jornada normal podrían tener pocas tareas en función de su edad y curso. Y que para que realmente se respeten los tiempos adecuados, sería preciso que los profesores se organicen tanto en las tareas como en las fechas de las pruebas. Suspender tareas para cuidar el tiempo del niño no sirve de nada si le ponen pruebas seguidas o más de una prueba el mismo día.

Por otra parte a ningún niño se le debería privar el derecho a descansar, jugar y compartir con sus seres queridos, como tampoco el derecho a que les guste saber y aprender (que como ya vimos, se pierde cuando se les exige en desmedida). Esta más que comprobado que los niños necesitan horas de juego activo y descanso para estar bien y desarrollarse en plenitud.

Finalmente hablar del desarrollo de responsabilidad y hábitos de estudio. Para que un niño desarrolle el sentido de responsabilidad es importante que se le pidan cosas que puede hacer. Cuando las exigencias son superiores a la capacidad del niño, los padres son los que terminan haciendo lo que el niño no es capaz de hacer por si mismo. Cuando esto ocurre, el niño aprende justamente lo contrario a lo que buscamos: que no es capaz de ser responsable y que por tanto necesita de la ayuda de otros. Por otra parte, la responsabilidad se puede desarrollar a través de otras actividades, como tareas domésticas (hacer la cama, darle de comida al perro, etc.).

Algo similar ocurre con el desarrollo de hábitos de estudios. Cuando la exigencia es desmedida, al niño le cuesta sentarse a estudiar y por tanto adquirir el hábito. No lo hace a gusto, todo lo contrario. Lo hace con protesta, llanto y/o desgano.

Por todo lo anterior me atrevo a decir que se deberían eliminar las tareas a los niños que están con horario extendido. Que se debería fomentar la lectura y el amor por el aprendizaje. Y que de la mano de este cambio revolucionario haya un aumento real de las horas de juego y conexión con nuestros niños. ¡Que volvamos a lo esencial! 

Andrea Cardemil Ricke

Mamá de 3

Psicóloga Infanto-Juvenil

Magíster en Psicoterapia Integrativa

Diploma en Terapia de Juego

Diploma en Manejo Interdisciplonario de las dificultades del Escolar

Autora del libro “Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo después de los dos años”  y“Separarse con niños pequeños: cómo seguir nutriendo tras la ruptura” de (Ediciones B).

 

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Los inagotables beneficios del juego

En el mes del niño les quiero hablar acerca de uno de los derechos más importantes de la infancia: el derecho a jugar. Elegí hablarles de este tema, porque muchas veces por desconocer sus beneficios el “tiempo para jugar” se utiliza en “cosas más importantes” como estudiar, hacer tareas o asistir a talleres extraprogramáticos.

 

Existe evidencia de sobra que demuestra que jugar es vital en el desarrollo sano de un niño. Se ha visto que promueve desarrollo físico, cognitivo, emocional, social y cerebral. Por esta razón la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas 1990 lo reconoció como un derecho en la infancia.

 

Niños JugandoCuando los niños juegan, no sólo se divierten y hacen uso de su imaginación, sino que aprenden importantes habilidades socioemocionales. Aprenden a compartir, negociar, respetar turnos, expresar ideas e intereses, entender y considerar la perspectiva de otros, empatizar,  resolver conflictos, sincronizar intereses, etc. El mejor juego para desarrollar estas habilidades es el juego social. Es decir, el juego con uno o más niños. Por lo mismo, preocúpate de que tu hijo vaya a la plaza, invite o vaya casa de amigos (especialmente si es hijo único o tiene mucha diferencia de edad con los otros hermanos).

 

Se ha visto que jugar con otros también estimula otras habilidades cognitivas y académicas como el pensamiento abstracto y el desarrollo de las funciones ejecutivas.

 

El juego es un excelente medio para fortalecer el vínculo con los niños. El juego nos permite pasarlo bien y conectarnos con nuestros pequeños desde lo que a ellos les hace sentido. Esto es clave en el desarrollo de lazos afectivos y relaciones de apego. La Academia Americana de Pediatría propone que el mejor juego para vincular es el juego centrado en el niño. En palabras simples, el juego centrado en el niño consiste en dejar que el niño sea quien guíe el juego.

 

También se ha visto que el juego promueve desarrollo cerebral sano. Estimula el desarrollo de la creatividad, de las funciones ejecutivas, conecta ambos hemisferios y favorece la adaptabilidad entre otras cosas.

 

Y como si fuera poco, el juego le otorga al niño un espacio terapéutico en el cual puede expresar, descargar y procesar sus vivencias emocionales de manera segura y controlada. Esto es vital en para el desarrollo y estabilidad emocional de un niño.

 

Como pueden ver, el juego tiene miles de beneficios importantes por lo que nunca se le debería reemplazar por actividades que contribuyen poco y nada en el desarrollo y bienestar infantil.

 

Así que ya sabes. Preocúpate que tu hijo juegue. Hazte el tiempo para llevarlo a la plaza o invitarle amigos a la casa. Atrévete a restringir los juegos de pantallas y las horas de televisión. Hazte el ánimo de tirarte al suelo a jugar. El juego es y será una de las mejores fuentes de aprendizaje y vinculación en la infancia.

Andrea Cardemil Ricke

Psicóloga Infanto-Juvenil

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