La sangre y los conflictos emocionales

Nuestro cuerpo es nuestro templo sagrado. El cuerpo es el envoltorio con el que venimos a vivir esta experiencia y la sangre es la desvalorización más profunda. El esqueleto no es lo que está más profundo en nuestro interior sino la sangre que riega cada centímetro de nuestro cuerpo.

Cuando algo nos afecta, nos conmueve, nos hace sentir mal esto toca a la sangre y por ende a todo nuestro cuerpo físico.

Es importante conocer que la sangre no es algo único de nuestro ser sino que con nuestra familia compartimos los lazos de sangre. Cuando un miembro de nuestro “clan” está pasando un mal momento es un proceso de desvalorización para toda la familia.

En la sangre hay tres tipos de células: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Y en la familia hay tres grandes necesidades: la necesidad de recibir la vida en cada instante, nuestros padres nos han dado la vida y nosotros debemos transmitirla a nuestros hijos pero disfrutandola y viviendola sin sufrimiento; la necesidad de sentirnos protegidos, es importante no sentirse extranjero sino sentirse seguro con los nuestros y por último la necesidad de sentirnos uno solo, aunque seamos mucha familia, al final somos un solo ser.

Porque si no hay cohesión familiar, no hay familia. Si no hay vida que circule, no hay familia, y si me siento en peligro en el seno de mi propia familia, me voy o muero.

Hay tres grandes familias de conflictos, a nivel de la sangre:

El peligro de muerte en la familia que se refleja en los glóbulos rojos, la falta de seguridad que se sienten en la pérdida de glóbulos blancos y la necesidad de cohesión en la familia que se refleja en las plaquetas.

 

Anemia:

El conflicto: Desvalorización de aquello que nos hace vivir, que transporta la vida.

La creencia: «No quiero molestar a mi familia», «tengo que vivir lo menos posible porque molesto» y «me ahogo en esta familia»

La anemia está relacionada con una falta de alegría ante el proceso de la vida misma y con un sentimiento de no valer.

La Anemia por falta de hierro (no hemoglobina) se debe a una falta de Calcio (función paterna) + y de Magnesio (Función materna).

La creencia interiorizada es la necesidad que nos ayuden en la función materna o una sensación de ahogo en nuestra propia familia.

Es importante recordar que las enfermedades físicas son un reflejo de nuestro interior, de nuestros pensamientos. Cuando nos sentimos mal en nuestra familia o sentimos que no podemos más aparecen enfermedades para que reaccionemos y cambiemos la situación.

Según Lisa Bourbeau, en la metafísica la sangre representa la alegría de vivir: esto es lo que ha perdido la persona anémica. Incluso puede resultar difícil aceptar esta encarnación hasta el extremo de no desear seguir viviendo. Se deja invadir a menudo por el desánimo y ya no establece contacto con sus deseos ni con sus necesidades, se siente débil.

Es imprescindible que seamos conscientes de los pensamientos negativos que impiden encontrar la alegría en la vida y que nos afectan a la salud.

¡Atrévete a dejar salir el niño que hay en ti y disfruta de la vida!

 

Hiperglobulemia: 

El exceso de glóbulos rojos. Se trata siempre de la familia, pero el sentido biológico es exactamente contrario.

Frases como “quiero llevar vida a alguien…”, “alguien en mi familia murió” son un reflejo de la enfermedad.

La Hiperglobulemia es la necesidad de vivir, de querer aportar más oxígeno y le hablamos a nuestro cuerpo terrenal pidiéndole más glóbulos rojos.

 

Las plaquetas:

Cuando se manifiesta en nuestro cuerpo una cantidad exagerada de plaquetas es la consecuencia de un conflicto activo, a nivel familiar puede ser un divorcio.

 

Plaquetopenia:

Es un déficit en plaquetas, que puede provocar hemorragias, púrpura, o tiene fácilmente hematomas, hemorragias…

Un déficit de plaquetas o de factores de coagulación, también se trata de una desvalorización en el seno de la familia.

Frases como “no puedo pegarme a esta familia…” o me siento apartado son frases comunes cuando se sufre de Plaquetopenia.

Para las plaquetas también hay que hablar del conflicto biológico estricto, es a este que se refiere el doctor Hamer más a menudo. No se trata de los lazos de sangre simbólicos, se trata realmente de heridas, que es el sentido de las plaquetas. Un animal que está herido, manda plaquetas para que impedir la hemorragia. Un ser humano que ve una película de vampiros, o una película con mucha sangre, o que ve un accidente, va a empezar a fabricar más plaquetas.

También puede haber otro motivo para el déficit de plaquetas, que no tiene que ver con la familia, que es mucho más real que simbólico. Es una desvalorización porque: “soy inepto para pelearme”, no me sirve para nada fabricar plaquetas porque no me voy a pelear, no voy a luchar, no voy a sangrar.

En resumen, los conflictos emocionales que vivimos nosotros mismos día a día nos hacen sufrir pero no solamente a nivel psicológico sino a un nivel más profundo en nuestro cuerpo.

 

Ser conscientes de nuestros pensamientos negativos y la manera de enfocar nuestra vida cambiará la salud y nuestro cuerpo.

 

Redacción Instituto Draco

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Extraido de www.institutodraco.com

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Los mitos que nos alejan de la donación de sangre

En todos los centros de salud, la sangre es siempre necesaria y los donantes son escasos. Es por esto que la búsqueda de voluntarios sanos y bien intencionados que estén dispuestos a donar, no sólo ante una emergencia, sino también periódicamente, es cada día más relevante para salvar vidas. El hematólogo de Clínica Vespucio, Dr. Robert Holloway, derriba los mitos que muchas veces nos mantienen al margen de la donación, incluso cuando tenemos la intención de hacerlo.

La donación de sangre es un acto voluntario que muchas personas conocen sólo cuando se presenta como una necesidad. No obstante, actualmente la tendencia mundial es buscar donantes altruistas y a repetición. Es decir, personas sanas, bien intencionadas, que estén dispuestas a donar, no necesariamente ante una emergencia, sino cada tres meses, en el caso de los hombres, y cada cuatro si son mujeres. “Esto mejora la seguridad de la sangre obtenida y permite mantener un mejor stock de estay de sus hemoderivados en las bancos de sangre”, explica el hematólogo de Clínica Vespucio, Dr. Robert Holloway.

En este Día Mundial del Donante de Sangre, el especialista derriba todos esos mitos que nos alejan de la donación, inclusive a aquellos que tienen la intención de hacerlo pero creen no ser candidatos por alguna enfermedad, medicamento o por su grupo sanguíneo.

  1. ¿Puedo donar sangre si estoy resfriado?

Ante un cuadro viral, no se puede donar hasta al menos 10 días después del término de los síntomas, principalmente “por el alto nivel de virus circulantes que se traspasan a través de la sangre y las probabilidades de transmitirla enfermedad al que recibirá la transfusión”, explica el hematólogo.

  1. ¿Puedo donar sangre si tomo medicamentos?

Dependiendo del fármaco, lo cual será evaluado en la entrevista que se le realiza previamente al donante. Por ejemplo, no será posible en el caso de medicamentos teratogénicos, que pueden provocar daño fetal. Por otro lado, y como detalla el Dr. Holloway,“si está usando antiinflamatorios debe informarlo, ya que sí puede donar, pero esa sangre no se utilizará para preparación de plaquetas”.

  1. ¿Qué pasa con los piercing y los tatuajes?

Se puede donar si los piercing o tatuajes fueron realizados hace más de 8 meses. Esto dado que los elementos utilizados para el tatuaje o la instalación del piercing, pueden estar contaminados y haber producido algún tipo de infección o enfermedad, la cual puede transmitirse por la sangre que se transfunde.

  1. ¿Cuánto tiempo debe pasar después de fumar o consumir alcohol?

En el caso del cigarrillo lo ideal es dejar de fumar al menos una hora antes y una hora después de la donación. La abstinencia del consumo de alcohol debe ser de al menos 12 horas antes de donar. “Esto también busca evitar consecuencias en el donante como fatigas y desmayos”, aclara el doctor.

  1. ¿Qué procedimientos médicos no me permiten donar sangre?

 

  • Extracciones dentales realizadas hace menos de una semana, principalmente por el uso de inflamatorios.
  • Endoscopías y colonoscopías practicadas hace menos de 6 meses, por el uso de instrumentos que no son estériles y pueden transmitir enfermedades.
  • Pacientes con alguna cirugía mayor como extracción de vesícula o apendicetomía, deben esperar un año para permitir una recuperación total del donante y por la remota posibilidad de que, por la cirugía, se contrajera alguna enfermedad o infección.

 

  1. ¿Qué patologías no me permiten donar sangre?

No se puede donar sangre cuando se es portador de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y enfermedades del sistema inmunológico, aunque se encuentren controladas o haya pasado el tiempo de remisión. Sin embargo, el especialista detalla que “haber tenido hepatitis en la infancia o juventud no es impedimento para donar, ya que ésta generalmente es de tipo infecciosa, que no se transmite por vía sexual ni sanguínea”.

Sí puede donar sangre quien sea portador de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, siempre y cuando en el momento de la donación tenga estas patologías controladas y esté tomando sus medicamentos.

  1. ¿Importa el grupo sanguíneo al momento de donar?

Todos los seres humanos presentamos en nuestros glóbulos rojos distintos antígenos –proteínas en la cubierta externa del glóbulo– que permiten clasificar distintos grupos sanguíneos. El sistema más usado en todos los bancos de sangre permite clasificar a las personas en 4 grandes grupos: A, B, AB y O, y si son Rh positivos o negativos.

  • Los pacientes Rh negativos sólo deben recibir sangre Rh negativa.
  • Los pacientes Rh positivos pueden recibir ambas.
  • Los pacientes A, B y AB pueden recibir sangre de su mismo grupo y también la sangre O.
  • Los paciente con grupo O sólo pueden recibir sangre grupo O.

No importa cuál sea el grupo del donante, ya que el banco de sangre maneja un stock de sangre de distintos grupos, para asegurar la adecuada transfusión en el momento que se lo requiera”, afirma el hematólogo.

 

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