Ya empiezan a oírse voces que buscan la culpa de esto que parece una segunda ola (aunque yo creo que es la misma que bajó con nuestro esfuerzo y ahora vuelve a subir con nuestra imprudencia) en terceras personas, voces que muchas veces pertenecen a alguien que se está saltando a la torera todas las recomendaciones, la mascarilla “ay, que molesta es”, la distancia social “venga déjate de chorradas con el codo y dame un abrazo que hace mucho que no te veo”, el no hacer reuniones multitudinarias “si somos solo los 25 amigos de siempre, no pasa nada”, en sitios cerrados “hace frío, he reservado dentro” como si nuestros amigos, familia, o nosotros mismos estuviésemos fuera de esto porque “son los otros los que tienen que cumplir, no nosotros”.
Hay que mirarse a uno mismo y no tanto a nuestro alrededor, porque cada uno somos responsables en nuestro ámbito de influencia y no en el de los demás. Y es que, es muy fácil rezar por los niños de África o por el desconocido que ha tenido un accidente, pero los valores y el liderazgo se demuestran de verdad cuando nos supone un esfuerzo hacer lo correcto sin cerrar los ojos a la realidad y sin echar la culpa al de al lado. #Covid #valores #influencia #liderazgo