Durante estas semanas se han viralizado varios videos que muestran estudiantes interrumpiendo las clases a distancia, aparecen en pijama, cortan el micrófono del profesor, haciendo ruidos molestos, hablan en paralelo con sus compañeros, dicen comentarios inapropiados sin darse cuenta que el micrófono está prendido, etc.
Sin duda que la disciplina es otro de los desafíos que la educación a distancia plantea a los docentes. ¿Estamos ante nuevos fenómenos o comportamientos, o solo se han trasladado antiguas actitudes al espacio virtual? Creo que la respuesta se inclina más hacia lo segundo, y probablemente los estudiantes que solían tener problemas de disciplina continúen con una actitud desafiante o irrespetuosa de las normas.
Hay aquí una gran oportunidad para reflexionar sobre la disciplina, revisar los reglamentos escolares y diseñar una estructura de normas que tengan más sentido y favorezcan en los estudiantes la autorregulación de sus comportamientos.
Las investigaciones en contextos escolares, de los autores de la Teoría de la Autodeterminación (Ryan y Deci) muestran que la internalización de valores y normas sociales es un proceso inherente a los seres humanos, que nos permite integrarnos a los grupos sociales relevantes. Esta internalización puede ocurrir más o menos eficazmente, dependiendo del grado de autonomía con que las personas logren incorporar las normas.
Es decir, cuando las personas integran una norma o valor social porque para ellas tiene sentido y es coherente con sus propios valores, creencias y necesidades.
Entonces los estudiantes que no cumplen las normas, claramente no las han internalizado. Pero tampoco hay una internalización adecuada cuando cumplen las normas sólo cuando los están vigilando. Imaginemos que un tercio o un cuarto de los ciudadanos no tuvieran internalizadas las normas del tránsito y sólo las cumplieran ante la presencia de un carabinero. El caos vial sería inmenso.
En algunas salas de clases se puede observar el caos que se produce cuando un alto porcentaje de los estudiantes no adhieren a las normas que se han establecido para una sana convivencia que facilite el aprendizaje. De un curso de treinta o cuarenta estudiantes si hay diez o incluso cinco que no respeten las normas, ya es un número significativo para generar un mal clima.
¿Y cómo se logra una adecuada internalización de normas, que facilite la autodisciplina?
Como Idea general está el poder ejercer una autoridad que promueve la autonomía más que el control. Para ello algunas ideas concretas que se ha visto que funcionan:
1º Las normas deben hacer sentido a quien debe cumplirlas, pero antes que nada a quien quiere hacerlas cumplir.
Lo primero que debiera hacer una autoridad, sean padres o profesores, es preguntarse ¿qué sentido tiene para ella la norma? A veces hay normas que se imponen por costumbre, otras que se exigen a los estudiantes pero la misma autoridad no las cumple. Si no somos capaces de dar razón o sentido a una norma, hay una merma en la autoridad frente a los estudiantes, y esto es especialmente notorio en la adolescencia.
2º Para entender cómo ayudar mejor a los estudiantes a internalizar normas, debemos ser capaces de tomar su perspectiva, entender lo que para ellos significa la norma. Y esto no tiene que ver con darles en el gusto, ni ser permisivos. Es una muestra de que de verdad nos importa la persona más que la norma en sí, pero además nos da luces sobre cómo ayudarle a encontrar un sentido a la norma. También permite un uso flexible de las normas, porque muchas veces los estudiantes no cumplen por un sentido de incompetencia para hacerlo. Por ejemplo, para los niños y niñas con déficit atencional es muy difícil la norma de permanecer sentados y en silencio durante un período largo de tiempo. Entonces, ¿cómo se aplica a ellos la norma? ¿Es justo exigirles eso, si no está en sus manos cumplir esa norma? ¿Podemos hacer un uso flexible de la misma, para su cumplimiento progresivo en el tiempo? Este punto requiere el poder tener un vínculo personal con los estudiantes, es decir las conversaciones uno a uno. Es difícil, si, pero a la larga el tiempo invertido en esas relaciones hará que el tiempo de clases sea mucho más efectivo, porque se ocupará en el aprendizaje y no en hacer callar o retar.
3º Tratar de diseñar las normas con los estudiantes es una estrategia que da muy buenos resultados. Esto lo puede hacer el profesor jefe, para todo el reglamento general; pero también cada profesor puede tener sus normas en su materia. Las personas somos capaces de adaptarnos a diferentes contextos y diferentes tipos de autoridad. Al involucrarlos, las normas ya no les serán ajenas. Lo que se ha visto es que cuando hay normas acordadas con los estudiantes hay menos resistencia a cumplirlas y se asumen las consecuencias de no cumplirlas con mayor responsabilidad.
Las escuelas han cambiado para siempre. Aunque volvamos a clases presenciales, probablemente por mucho tiempo la educación a distancia tendrá que seguir funcionando en paralelo. Muchos padres no mandarán a sus niños al colegio por temor, habrá períodos de cuarentena esporádicos, habrá que hacer turnos para la asistencia a clases, etc. Entonces ya es hora de empezar a pensar ¿qué tipo de escuela se quiere ser en este contexto?
Podemos seguir tratando de hacer lo mismo pero a distancia, o podemos aprovechar la oportunidad para construir algo mejor a lo que teníamos, manteniendo todo lo positivo, sin duda, y transformando aquello que no funcionaba del todo.
de AMA Consultora Parental
Articulo extraido de www.aprendizajesocioemocional.cl
Read moreEl mayor secreto para ser buena jefa de hombres y usar tu empatía para entender las normas a las cuales ellos responden.
Es probable que en algún momento de tu carrera te toque supervisar un equipo de hombres. Esto es aún más probable en industrias y profesiones tradicionalmente masculinas como son la construcción, la ingeniería, la energía, etc. En países machistas puede resultarte difícil ejercer la autoridad si eres mujer ya que puedes encontrarte con resistencia por parte de tus subordinados. No te desanimes. Si te enfrentas a esta situación aquí revisamos algunos aspectos para tener en consideración y te doy recomendaciones que te ayudarán a ser buena jefa de hombres.
Para ser buena jefa de hombres debes conocer las normas que los rigen
Tanto hombres como mujeres estamos sujetos a una serie de mandatos y normas sociales de los cuales suele ser difícil escapar. Para ser buena jefa de hombres debes saber que estas normas incluyen:
– Evitar todo lo que sea considerado femenino. Cuando los hombres tienen actitudes comúnmente asociadas con las mujeres (demuestran temor, emoción, etc.) son tildados de “maricas”, “flojos”, etc.
– Ser ganadores. El foco está en cualquier cosa que pueda darle poder, prestigio, o estatus social; todo lo que lo convierta en un ganador. De ahí que el éxito profesional sea tan importante. (Algo que debes tener en consideración si quieres ser buena jefa de hombres).
– No demostrar grietas en la armadura. Es decir, no expresar emociones ni tener actitudes que puedan ser interpretadas como debilidad.
– Ser un hombre entre los hombres. Esto implica participar en actividades típicamente masculinas (como jugar deportes, salir a tomar con los amigos, ir a clubes donde hay mujeres semidesnudas, etc.) que al fin y al cabo sirven para solidificar redes de contacto profesionales.
Una buena jefa de hombres usa sus ventajas para lidiar con sus subordinados
Dejando de lado si estás de acuerdo con las normas que la sociedad occidental impone sobre sus hombres o no, es fundamental entender que éstas existen y descubrir la manera más efectiva de tratar a tus colegas para lograr tus objetivos como líder.
Como mujer tienes una característica principal que debes aprovechar si quieres ser buena jefa de hombres: la empatía, una de las herramientas más poderosas de tu arsenal. Está científicamente comprobado que usando empatía puedes cambiar la respuesta adaptiva del hombre que tienes enfrente y conseguir que éste modifique sus percepciones de sí mismo. Como consecuencia de este cambio de percepción podrá alejarse de las normas que rigen su género y funcionar de manera más colaborativa, expresar sus sentimientos, etc.
Tu alto nivel de empatía (resultado de la composición química del cerebro de la mujer) te permite:
– Ponerte en el lugar de tus subordinados hombres y entender por qué ciertas situaciones o actitudes amenazan algunas de las normas que los rigen. Por ejemplo, puedes entender que si humillas a un hombre frente a sus compañeros no te lo ganarás como aliado ni a él ni a sus colegas. Por el contrario, si lo haces sentir exitoso, si halabas su desempeño en forma pública, muy probablemente puedas ponerlo de tu lado.
– Saber escuchar. Este talento tan natural en las mujeres es de particular relevancia para ser buena jefa de hombres pues te permite escuchar más allá de las palabras e identificar lo no dicho. De esta forma puedes ocuparte del problema real y no distraerte con lo que aparece en la superficie.
– Negociar mejor porque siempre tienes la habilidad de tener en consideración las necesidades de todas las partes y tienes facilidad para proponer salidas win-win.
– Obtener consenso de múltiples stakeholders para llevar adelante un proyecto.
Tácticas para ser buena jefa de hombres
Siempre que tengas dificultades para hacerte respetar por los hombres de tu equipo, cuando sientas que sabotean tus directivas ya sea de forma directa o indirecta, recuerda que tú eres la jefa y que nadie puede hacerte sentir insegura sin tu consentimiento. Estás en ese lugar porque te lo mereces, tienes las dotes, experiencia y preparación necesarias para el puesto y no tienes que rendirle cuentas a nadie. Además:
– Usa la empatía para afectar la química cerebral de los hombres de tu equipo, ver el mundo a través de sus ojos, y hacerlos sentir comprendidos. Luego encuentra la manera de presentar tus directivas, dar feedback, etc. teniendo en cuenta las normas que rigen a los hombres en nuestra sociedad.
– Identifica uno o dos hombres en la organización que sean tus patrocinadores. Es decir, que crean en ti y te apoyen en lo que haces. Que colaboren con la construcción de tu reputación.
– Mentorea a varios hombres y asígnales mentoras mujeres a aquellos con los que tienes mayores dificultades. Los estudios muestran que los hombres que han tenido mentoras mujeres están más abiertos a la equidad de género.
– Identifica el sentido de juego limpio (o el sentido de justicia) en los hombres de tu equipo y básate en ese rasgo para transmitir la idea de que el género no debe nunca limitar cuán lejos puede llegar una persona.
– Admite que no siempre conseguirás que todos acepten trabajar para una jefa mujer y que llegado el caso los deberás reemplazar.
Vivimos en una sociedad donde muchas cosas están cambiando con rapidez y los mandatos que llevan cientos de generaciones aún no se han actualizado. Tal vez tú hayas llegado a un cargo al cual tu mamá o tu abuela nunca hubieran aspirado pero a tu esposo o a tu subordinado les cuesta aceptar que una mujer pueda ocupar ese lugar. Siendo un poco más empática con lo que están viviendo los hombres en esta época podremos sumarlos de aliados y llegar mucho más lejos, mucho más rápido.
Déjanos un comentario aquí mismo acerca de cuál es tu experiencia con hombres como subordinados. ¡Nos encanta escucharte!
Mariela Dabbah es escritora, conferencista y coach. Como Coach por más de 20 años ha apoyado el desarrollo de carrera de hombres y mujeres latinos en USA , Mariela como integrante de la Red de Profesionales de Mundo Mujer comparte en esta web un material muy interesante para ti, todo basado en su experiencia.
Autora del libro “Poder de Mujer”
Extraido de http://redshoemovement.es/como-se-desarrolla-la-presencia-ejecutiva/