Establecer un nuevo hábito o una rutina en nuestras vidas a menudo es más fácil de decir que de hacer. Sobre todo si queremos integrar el hábito de forma sostenible y no solo por poco tiempo.
Nuestro cerebro usa el poder de los hábitos para hacer su trabajo de manera más eficiente. Solo la automatización de nuestras rutinas y comportamientos diarios nos permite hacer frente a la compleja vida cotidiana, pero con efectos positivos de los cuales muchas veces no somos tan conscientes.
Así es que los hábitos son nuestro sistema de piloto automático que nos ayuda a pasar la vida más fácilmente, además de generar espacio en nuestro disco duro y poder prestar mayor atención a lo que sucede realmente en nuestro entorno, a nuestra atención plena.
Lo maravilloso de los hábitos es que la decisión de hacer o no hacer la tomamos nosotros. Una vez establecidos, ya no olvidamos la mayoría de los hábitos y rutinas, sino que pasan a formar parte de nuestro día a día sin tener que pensar en ellos una y otra vez. El tema de la disciplina también pasa a un segundo plano, porque las acciones se llevan a cabo de forma automática y se desencadenan de forma subconsciente. Por cierto…, me refiero a los buenos hábitos…
¿Cuánto tiempo se tarda en establecer un nuevo hábito de forma permanente?
La respuesta corta y probablemente algo insatisfactoria es: depende. El European Journal of Social Psychology publicó un estudio en 2009 que decía que una persona tarda entre 18 y 254 días en establecer un nuevo hábito. Según el estudio, un nuevo comportamiento tarda en promedio 66 días en convertirse en un proceso automático. Hay tantas variables en esta pregunta que es imposible dar una respuesta que se ajuste a todas las personas y hábitos.
Por ejemplo, es lógico que a la mayoría de las personas les resulte más fácil beber un vaso de agua al día antes del desayuno que hacer 50 abdominales antes de su primera taza de café.
En última instancia, el objetivo es siempre que el nuevo hábito se convierta en una parte integral de la vida y que no tenga que motivarse cada vez para seguir con él y llevar a cabo la rutina.
Como suele ocurrir en la vida, la motivación juega un papel central. Cuanto más fuerte sea el «por qué» del hábito, mayores son las probabilidades de tener éxito. Entonces: ¿cuál es la verdadera razón por la que queremos establecer el nuevo hábito?
Nos cepillamos los dientes para tener una sensación de frescor en la boca y evitar las caries y no por el simple hecho de cepillarnos los dientes. Elegimos comer más sano para sentirnos mejor o para perder peso, no por comer.
¿Y qué tiene que ver con estrategia?
No importa si manejas un auto, tocas piano, practicas salto alto, diriges teatro, vendes máquinas impresoras, desarrollas nuevos productos, realizas negociaciones, diviertes al público o realizas bailes folclóricos: sólo debes repetir la misma tarea correctamente y con frecuencia, para que desarrolles capacidades para realizarlas de tal forma que a otras personas les resulte suprahumano o hasta genial. El desarrollo de estas capacidades se debe a la frecuencia de las repeticiones y menos, al esfuerzo o a la inteligencia. Esto se llama proceso de aprendizaje, también a través de los hábitos, aunque no exclusivamente.
De hecho, este fenómeno no es psíquico sino un proceso de auto-organización social. Este proceso abarca hasta el desarrollo de capacidades extrasensoriales, como por ejemplo los “educated guesses” (adivinanzas aprendidas). Otros más intuitivos lo llaman simplemente “olfato”. Más aún: el cerebro almacena cada observación, cada proceso de pensamiento y de trabajo y en cada repetición este proceso se reproduce automáticamente. De este modo se liberan las fuerzas creativas que enriquecen esta evolución. En la práctica no existen límites algunos para los procesos de auto-organización interior de los seres humanos o de empresas. Desde hace décadas, en los deportes se piensa que un récord extraordinario fija un límite de un alto rendimiento humano. Sin embargo no hay récord que no haya sido superado. Incluso sin “doping” se han superado marcas antiguas logradas con estimulantes.
Si sólo tomas en cuenta el intelecto y contemplas la vida como un tema matemático que puede resolverse únicamente de manera racional, verás todos los problemas de modo superficial. ¡Tú posees fuerzas emocionales! Estas fuerzas intuitivas de tu cerebro –a través de las fuerzas emocionales- se vuelven más conscientes ante la urgencia de un problema y el inicio de su solución. Y en ello, varios buenos hábitos en los que ya no debes pensar conscientemente, te dan mayor libertad para la visualización profunda, la creatividad y la concentración, para focalizarte en el o los grupos .objetivo que te acercarán a la realización de tus metas, personales o de emprendimiento.
Sumergidos en la mitad de la crisis sanitaria Covid-19, pandemia mundial y primera de nuestra generación, nadamos en la incertidumbre sobre el futuro inmediato y se va poniendo luz a realidades que, aunque siempre supimos que estaban, se habían vuelto invisibles.
Las crisis son las grandes incubadoras de nuevas oportunidades, nos obligan a sacarnos el piloto automático y a movernos en aguas desconocidas. Nos enfrentan a lo que nos desafía, a los miedos más profundos y también nos dan la posibilidad de mirar lo que funciona o no en nuestra vida. Nos obligan a hacer cambios, derribar obstáculos -la mayoría mentales- que nos detienen el avance y también sacan lo mejor de cada persona. Sólo miren a su alrededor: ¿Cuánta fuerza, pasión, amor, creatividad, determinación, solidaridad y colaboración, entre otras virtudes y emociones positivas, han detectado en medio de la actual crisis sanitaria? Seguramente muchas. Personalmente, me emociona observar a las personas, sobre todo a las mujeres en su reinvención, poniendo todas sus capacidades al servicio y enfrentando la incertidumbre desde su máximo potencial.
Una de las manifestaciones que abre posibilidades en el mundo, es la noticia que destaca el trabajo de varias mujeres jefas de Estado durante esta pandemia. Países dirigidos por mandatarias como Nueva Zelanda, Islandia, Alemania, y Dinamarca, entre otros, han sido reconocidos por iniciativas que han resultado más efectivas en el manejo de la crisis del COVID-19, señal significativa, teniendo en cuenta que menos del 10% de todas las naciones del mundo están lideradas por mujeres.
Observamos cómo ellas, quienes lideran países, han tenido una particular disciplina, sensibilidad y capacidad de respuesta frente a la crisis sanitaria y, desde ahí, están desarrollando mejores políticas para atravesar la situación actual y también para el futuro.
¿Y por qué sucedió esto? Una de las respuestas, es que las mujeres que están en cargos de decisión tienden a enfocarse en los bienes más esenciales, como la salud y la educación, y en observar con amplitud de mirada a las personas más vulnerables. No quiere decir que los hombres no tengan esta sensibilidad, sin embargo, en un escenario como el actual y con escasas mujeres ocupando espacios de liderazgo, se nota la ausencia y cabe preguntarnos: ¿Requerimos más líderes mujeres para enfrentar las crisis? ¿Qué hace que nosotras abordemos un problema tan grande de manera tan efectiva? ¿Por qué las mujeres, a pesar de tanto avance, seguimos sin ocupar lugares de liderazgo?
Estas preguntas son complejas y largas de contestar, no obstante, creo importante mantenerlas vigentes y hacer el ejercicio de responderlas en nuestra propia experiencia.
Abordar estas interrogantes comenzó a convertirse en una misión personal en estos días, porque, si nosotras ocupamos más espacios de liderazgo, el mundo ganará, hay evidencia suficiente de que así será. Es urgente inspirar, fortalecer y despertar el liderazgo de las mujeres, no podemos seguir esperando, las crisis vienen cada vez más seguidas.
Esta convicción me ha llevado a iniciar reflexiones, especialmente sobre el ejercicio del liderazgo, pero en este caso, desde “lo femenino” más allá del “liderazgo femenino” en sí, de esta manera nos salimos de la caja con las etiquetas estereotípicas y se deja el espacio para que los hombres también lideren desde ese estilo, forma, o como se le quiera llamar.
Las conversaciones acerca del tema con decenas de mujeres líderes me han permitido mirar más allá de mis propias ideas y vivencias y, además, descubrir cómo cada una de ellas ha ido forjando una manera particular de liderar, la mayoría sin grandes apoyos, sacando lo mejor de sí. ¿Cómo hacemos eso? ¡Igual que cuando enfrentamos las crisis! Claro, porque no es habitual movernos en este mundo de liderazgo que ha sido reservado históricamente para los hombres, entonces, cuando a nosotras nos toca sentarnos en la punta de alguna pirámide, nos movemos, al principio al menos, en la incertidumbre total.
Uno de los mayores obstáculos que las mujeres tenemos para dar el primer paso es la auto declaración: Soy una mujer líder. A la mayoría nos da miedo decirlo, aunque lo estemos sintiendo, incluso aunque estemos ejerciendo el liderazgo. Para esto, como para tantas cosas, necesitamos que nos den permiso, o nos proclamen y, ese obstáculo, aunque creamos que es propio y personal, es colectivo en nuestro género porque es cultural, viene desde antes de nuestro nacimiento y es invisible.
Como dijo el Principito: “He aquí mi secreto que no puede ser más simple”. Todas estamos capacitadas para liderar en cualquier momento de nuestra vida. Margaret Thatcher lo verbalizó perfectamente en 1979, cuando se convirtió en primera ministra británica, con su frase: “Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa estará más cerca de entender los problemas de llevar un país”, poniendo en la mano de las mujeres la llave para abrir las puertas que están cerradas por la construcción social y la cultura, entre otras razones, pero, más que todo, cerradas por nuestras propias limitaciones y autocensuras que no nos permiten levantar la mano cuando se hace la pregunta ¿Quién va a liderar hoy?
La invitación es a construir una base sólida de auto confianza, que se elabore con fuertes convicciones y, por sobre todo, un compromiso a toda prueba, pues éste nos da la fuerza para levantarnos, sacar la voz y ser líder en un mundo con códigos masculinos, que sólo se podrán intervenir si nos internamos con valor y apoyo mutuo para desarrollar este nuevo liderazgo “desde lo femenino” y que se valore cada día más, para que contribuya ampliamente a crear un país y un mundo mejor para las nuevas generaciones.
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Durante estas semanas se han viralizado varios videos que muestran estudiantes interrumpiendo las clases a distancia, aparecen en pijama, cortan el micrófono del profesor, haciendo ruidos molestos, hablan en paralelo con sus compañeros, dicen comentarios inapropiados sin darse cuenta que el micrófono está prendido, etc.
Sin duda que la disciplina es otro de los desafíos que la educación a distancia plantea a los docentes. ¿Estamos ante nuevos fenómenos o comportamientos, o solo se han trasladado antiguas actitudes al espacio virtual? Creo que la respuesta se inclina más hacia lo segundo, y probablemente los estudiantes que solían tener problemas de disciplina continúen con una actitud desafiante o irrespetuosa de las normas.
Hay aquí una gran oportunidad para reflexionar sobre la disciplina, revisar los reglamentos escolares y diseñar una estructura de normas que tengan más sentido y favorezcan en los estudiantes la autorregulación de sus comportamientos.
Las investigaciones en contextos escolares, de los autores de la Teoría de la Autodeterminación (Ryan y Deci) muestran que la internalización de valores y normas sociales es un proceso inherente a los seres humanos, que nos permite integrarnos a los grupos sociales relevantes. Esta internalización puede ocurrir más o menos eficazmente, dependiendo del grado de autonomía con que las personas logren incorporar las normas.
Es decir, cuando las personas integran una norma o valor social porque para ellas tiene sentido y es coherente con sus propios valores, creencias y necesidades.
Entonces los estudiantes que no cumplen las normas, claramente no las han internalizado. Pero tampoco hay una internalización adecuada cuando cumplen las normas sólo cuando los están vigilando. Imaginemos que un tercio o un cuarto de los ciudadanos no tuvieran internalizadas las normas del tránsito y sólo las cumplieran ante la presencia de un carabinero. El caos vial sería inmenso.
En algunas salas de clases se puede observar el caos que se produce cuando un alto porcentaje de los estudiantes no adhieren a las normas que se han establecido para una sana convivencia que facilite el aprendizaje. De un curso de treinta o cuarenta estudiantes si hay diez o incluso cinco que no respeten las normas, ya es un número significativo para generar un mal clima.
¿Y cómo se logra una adecuada internalización de normas, que facilite la autodisciplina?
Como Idea general está el poder ejercer una autoridad que promueve la autonomía más que el control. Para ello algunas ideas concretas que se ha visto que funcionan:
1º Las normas deben hacer sentido a quien debe cumplirlas, pero antes que nada a quien quiere hacerlas cumplir.
Lo primero que debiera hacer una autoridad, sean padres o profesores, es preguntarse ¿qué sentido tiene para ella la norma? A veces hay normas que se imponen por costumbre, otras que se exigen a los estudiantes pero la misma autoridad no las cumple. Si no somos capaces de dar razón o sentido a una norma, hay una merma en la autoridad frente a los estudiantes, y esto es especialmente notorio en la adolescencia.
2º Para entender cómo ayudar mejor a los estudiantes a internalizar normas, debemos ser capaces de tomar su perspectiva, entender lo que para ellos significa la norma. Y esto no tiene que ver con darles en el gusto, ni ser permisivos. Es una muestra de que de verdad nos importa la persona más que la norma en sí, pero además nos da luces sobre cómo ayudarle a encontrar un sentido a la norma. También permite un uso flexible de las normas, porque muchas veces los estudiantes no cumplen por un sentido de incompetencia para hacerlo. Por ejemplo, para los niños y niñas con déficit atencional es muy difícil la norma de permanecer sentados y en silencio durante un período largo de tiempo. Entonces, ¿cómo se aplica a ellos la norma? ¿Es justo exigirles eso, si no está en sus manos cumplir esa norma? ¿Podemos hacer un uso flexible de la misma, para su cumplimiento progresivo en el tiempo? Este punto requiere el poder tener un vínculo personal con los estudiantes, es decir las conversaciones uno a uno. Es difícil, si, pero a la larga el tiempo invertido en esas relaciones hará que el tiempo de clases sea mucho más efectivo, porque se ocupará en el aprendizaje y no en hacer callar o retar.
3º Tratar de diseñar las normas con los estudiantes es una estrategia que da muy buenos resultados. Esto lo puede hacer el profesor jefe, para todo el reglamento general; pero también cada profesor puede tener sus normas en su materia. Las personas somos capaces de adaptarnos a diferentes contextos y diferentes tipos de autoridad. Al involucrarlos, las normas ya no les serán ajenas. Lo que se ha visto es que cuando hay normas acordadas con los estudiantes hay menos resistencia a cumplirlas y se asumen las consecuencias de no cumplirlas con mayor responsabilidad.
Las escuelas han cambiado para siempre. Aunque volvamos a clases presenciales, probablemente por mucho tiempo la educación a distancia tendrá que seguir funcionando en paralelo. Muchos padres no mandarán a sus niños al colegio por temor, habrá períodos de cuarentena esporádicos, habrá que hacer turnos para la asistencia a clases, etc. Entonces ya es hora de empezar a pensar ¿qué tipo de escuela se quiere ser en este contexto?
Podemos seguir tratando de hacer lo mismo pero a distancia, o podemos aprovechar la oportunidad para construir algo mejor a lo que teníamos, manteniendo todo lo positivo, sin duda, y transformando aquello que no funcionaba del todo.
de AMA Consultora Parental
Articulo extraido de www.aprendizajesocioemocional.cl
Read moreEn los últimos años son cada vez más las familias que se deciden por la crianza respetuosa. Esta filosofía está en contra de los castigos.
Para ser coherentes con este estilo de crianza los papás buscan alternativas a la hora de disciplinar o poner límites a sus retoños y una de las que habitualmente se sugiere es la de las “consecuencias”.
Sin embargo, la mayoría de las veces que la he visto en práctica he notado que son solo castigos disfrazados por lo que debemos tener en cuenta algunos puntos importantes si vamos a utilizarlas en casa.
Decirle al niño “si no haces lo que te digo tendrás una consecuencia” sin aclarar primero cuál será la misma, no es más que una amenaza. De igual manera la supuesta consecuencia que se dice en el momento pero que nada tiene que ver con la acción (causa/efecto) es simplemente un castigo. Por otro lado si la consecuencia es ambigua o temporalmente alejada es muy complicado que el niño pueda dimensionar su alcance.
Algunos ejemplos de Consecuencias verdaderas podrían ser:
- Si te sacas el cinturón de seguridad no podremos ir a la fiesta de cumpleaños porque puedes lastimarte muy fuerte y porque es ilegal.
- Si sigues tirando tus galletas al agua te dará hambre luego y no he traído más comida ni dinero para comprar.
- Si sigues sacando tierra de la maceta no podremos ir a jugar al parque como querías hasta que no hayas recogido lo que has ensuciado.
Tampoco es cuestión de dejar que se lastimen fuerte o lastimen a otros para que aprendan las consecuencias. En estas situaciones yo les digo por ejemplo: “Si sigues corriendo fuera del parque nos regresamos a la casa porque no voy a dejar que te atropelle un auto”. No es un castigo velar por su integridad.
Es altamente probable que los niños respondan de manera positiva cuando les explicamos las consecuencias reales porque las entenderán como lo que en realidad son, el resultado de determinada acción y no como un castigo para herirlos por no hacer lo que nosotros queremos que hagan. De esta forma podrán con el tiempo ser responsables de sus acciones porque comprenderán los efectos de las mismas y no por miedo a ser castigados. De igual forma no sentirán una lucha de poderes o una minimización de sus deseos y elecciones, sentimientos a flor de piel en la edad preescolar.
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Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
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Read moreLas Técnicas en el libro:
Control Mental
El corazón de la rosa. Es una conocida y muy antigua técnica de meditación, la cual utiliza la observación atenta y concentrada de la flor de una rosa. Se mira desde el centro, extrayendo detalles de la forma, color, aroma, textura. Si se nos vienen pensamientos que nos saquen del foco, volvemos a la rosa, disciplinando la mente. Con práctica, se puede llegar a mantener la concentración y el foco por hasta 20 minutos y sus efectos los notarás no antes de 21 días, si ejercitas a diario.
El pensamiento opuesto. Los pensamientos son cosas vivas, núcleos de energía. La mayoría de nosotros no nos paramos a pensar en la naturaleza de nuestros pensamientos y, sin embargo, la calidad de lo que pensamos determina la calidad de nuestra vida.
Miles de pensamientos irrumpen nuestra mente día a día, para algunos incluso, noche a noche. Estos suelen ser recurrentes y en muchas personas, predominan los pensamientos negativos, pesimistas, desagradables, así como temores por acontecimientos o situaciones imaginarias que pudiesen llegar a ocurrir. Estos pensamientos bloquean nuestra mente, con lo cual reducimos su real potencial. Como en principio es imposible tener dos pensamientos simultáneos, la técnica apunta a substituir de inmediato uno malo por uno bueno. Toma tiempo dominar esta faceta de la mente o nuestro mundo interior, pero con práctica, voluntad y disciplina es posible lograrlo de manera sistémica.
El secreto del lago. En una tónica similar y que refuerza la técnica anterior, se trata de potenciar la capacidad de contrarrestar pensamientos negativos, ya que esas ideas preocupantes son un embrión que crece y luego tiene vida propia. Al igual que un lago en total calma forma nuestro reflejo como un genial espejo de agua, así nuestra mente refleja en el exterior nuestros pensamientos.
Esta técnica utiliza la visualización de imágenes positivas, para así tomar influencia sobre nuestra mente. La idea es visualizar lo que nos gustaría realizar, como nos gustaría ser, nuestros sueños y lo que nos hace felices. La mente trabaja con imágenes y éstas afectan a la imagen que tenemos de nosotros mismos. Ello en definitiva afecta nuestros sentimientos y la manera en que actuamos. Si nuestra auto-imagen nos dice que no seremos capaces de lograr ciertas cosas, lo más probable es que no lo logremos. Pero a la inversa, si nuestra vida está llena de objetivos interesantes, mejorará nuestra salud, seremos más felices y las probabilidades que se cumplan esas imágenes son infinitamente más altas. Einstein dijo que “la imaginación es más importante que el saber” y tenía razón.
Cumplir los objetivos
El poder de la autoevaluación. Tener un propósito en la vida (dharma en sánscrito) es una premisa para lograr la consecución de la felicidad. Ello implica poseer objetivos en distintos planos, sean emocionales, espirituales, físicos o materiales. Muchos quizás los posean, pero no de manera suficientemente consciente, por lo cual es aconsejable un honesto auto-análisis. El libro describe una metodología utilizando el medio escrito, el cual me parece muy práctico y eficaz.
Quizás también podrías apoyarte en las Fases 1-4 descritas en el siguiente artículo: Las 7 Fases del Desarrollo Estratégico
El método de cinco pasos para conseguir objetivos:
- Formarse una imagen clara de los resultados.
- Conseguir una fuente de presión positiva (por ejemplo, prometer en público que se desea alcanzar el objetivo determinado).
- Establecer unos términos de realización.
- Comprometerse por escrito: apuntar en una libreta los objetivos, deseos y sueños. Acompañarlo de imágenes sugestivas y representativas referentes a estos objetivos, y repasar la libreta diariamente.
- “Regla del 21”: para que un comportamiento nuevo se convierta en hábito, debe ser seguido durante 21 días.
Además, a quienes posean un poco de esa inquietud emprendedora, los invito a leer el siguiente artículo, que también incluye un vídeo: “No encuentro el trabajo soñado o anhelado” ¿Emprender algo propio?
Practicar el “Kaizen” (= mejora continua)
Estas dos técnicas parten de la base de que es imprescindible lograr un buen dominio propio, tomando las riendas propias de la vida y no “culpar” a otros de perder esas riendas, aunque sea en parte. Con esos triunfos internos, será mucho más eficaz salir a ganar afuera.
Hacer lo que tememos hacer. Las personas “crecen” cuando entran en terreno desconocido, cuando salen de la zona de confort: es entonces cuando pueden descubrir aspectos de sí mismos que les resultaban desconocidos o que no habían sido suficientemente desarrollados. También sugiero leer el siguiente artículo: Consejos no solicitados para “Espíritus Críticos” y “Pensadores Transversales Constructivos”
Los 10 rituales de la vida radiante. Por si sola, esta técnica que incluye 10 “rituales” ya es bastante exigente para recién iniciados, pero sistémicamente podría ser un buen punto de partida. Lo que aconseja el libro, es llevar a cabo estas prácticas durante treinta días consecutivos. Recién entonces se podrán constatar los resultados y comenzaría a transformarse en un hábito:
- Ritual de la soledad: reservarse un espacio de tiempo de paz y silencio para uno mismo (de 15 a 50 minutos, preferiblemente siempre a la misma hora), para conseguir la expansión mental y espiritual. Se aconseja destinar un espacio determinado para esta práctica, de carácter meditativo (ver la técnica “El corazón de la rosa”). Alternativamente, yo sugiero considerar el entrenamiento autógeno. Entrenamiento autógeno: audio sesión guiada
- Ritual de la energía, mediante la práctica del ejercicio físico: caminar por la naturaleza realizando “trekking”, Además de lo anterior, se me ocurre que también serviría trotar en un entorno tranquilo, o realizar ejercicios de Pilates o gimnasia funcional, entre otros.
- Ritual de la alimentación viva: seguir una dieta eminentemente vegetariana.
- Ritual del saber abundante: leer con regularidad (30 minutos al día), ampliar nuestro campo de conocimiento, aprender continuamente.
- Ritual de la reflexión personal: dedicar un espacio de tiempo a la contemplación interior, al autoconocimiento; reflexionar sobre lo que ha ocurrido a lo largo del día, lo positivo, lo negativo… Reflexionar sobre las acciones llevadas a cabo y tomar medidas para corregirlas (si se da el caso) y mejorar el autocontrol.
- Ritual de levantarse temprano: para ello es necesario incidir en la calidad del sueño por encima de la cantidad. Se deben observar algunos hábitos que facilitan un buen sueño: no cenar excesivamente ni muy tarde, relajarse (o meditar) antes de ir a la cama…
- Ritual de la música: escuchar cada día algún tipo de música que nos emocione, relaje o active, o que, en definitiva, nos guste.
- Ritual de la palabra hablada: consiste en la repetición de mantras (ya sean orales, mentales o escritos), afirmaciones positivas, que pueden ser realizadas en cualquier momento y casi en cualquier situación.
- Ritual del carácter congruente: llevar a cabo acciones diarias de acuerdo a los principios de laboriosidad, compasión, humildad, paciencia, honradez y coraje. Vivir de este modo conduce al bienestar espiritual.
- Ritual de la sencillez: vivir una vida sencilla, centrada en aquello importante y reducir las necesidades, que en el fondo no son tantas como nos pensamos.
Vivir disciplinadamente
En el libro se postula, que para llevar a cabo estas prácticas, es imprescindible poseer o desarrollar disciplina y la fuerza de voluntad.
Mantras y visualización creativa. Propone la repetición, un mínimo de 30 veces al día, de la frase: “Soy mucho más de lo que parece; dentro de mí está toda la fuerza y el poder del mundo”. Puede realizarse en un lugar tranquilo, sentado con la espalda recta, repitiendo el mantra en voz alta mientras nos imaginamos que somos una persona disciplinada, firme, que controla la mente, el cuerpo y el espíritu.
Voto de silencio. Pasar un tiempo prolongado en silencio (hasta un día entero), con la finalidad de reforzar la disciplina. Aquí no se trata de reflexionar o pensar de más, sino ser capaces de disciplinaros en el silencio.
Aprender a respetar nuestro tiempo
La antigua regla del veinte. Parte de la idea de que el 80 % de las cosas que conseguimos en la vida son el resultado de actividades a las que sólo dedicamos el 20 % de nuestro tiempo. Debemos, pues, organizar el tiempo y centrarnos en las actividades que comporten una elevada repercusión. Con ello seríamos mucho más eficaces (y tendríamos que trabajar menos horas).
Recuerda el bien conocido “Principio de Pareto” , pero sobre todo me hizo mucho sentido con principios que me han acompañado por más de 30 años: Principios Básicos ESC
El coraje de decir “no”. Para proteger nuestro propio tiempo (y salud mental), a veces es necesario expresar un claro no a los “ladrones de tiempo”, sean personas, situaciones y compromisos adquiridos innecesariamente, las cuales ocasionalmente requieren de nuestra atención para cosas que en realidad resultan de escasa importancia o no prioritarias.
La mentalidad del lecho de muerte. Saborear cada día como si fuera el último, vivir plenamente cada instante, no posponer.
Servir desinteresadamente
El libro hace hincapié, que cuando ayudamos a otra persona, realizamos el bien, nos sentimos bien con nosotros mismos. El hecho de cultivarlo contribuirá al crecimiento consciente y nos hará ser mejores personas.
La práctica diaria de actos de bondad. Realizar actos desinteresados, sin buscar beneficio, nos permitirá experimentar una vida más llena y con sentido. En realidad, los beneficios nos llegarán sin haberlos buscado.
Dar a aquellos que nos piden. Se trata de una práctica directamente relacionada con la anterior.
Cultivar relaciones enriquecedoras. Cultivar las amistades, y todas aquellas relaciones que nos proporcionen beneficios espirituales, las que nos hacen crecer.
Vivir el presente
El pasado ya no existe, y el futuro es una proyección que tampoco existe. Sólo existe el presente. Mientras nos distraemos en el pasado o nos preocupamos por lo que no ha ocurrido, nos estamos perdiendo lo único que tenemos, el presente.
Vivir la infancia de los hijos. Para aquellas personas que tengan hijos, evidentemente: los hijos crecen, se hacen mayores, y un día abandonan el nido sin que casi nos demos cuenta. Los años mágicos de la infancia no vuelven, y debemos evitar que llegue un momento en que miremos atrás lamentando no haberlos aprovechado. Vivamos, disfrutemos de cada instante con nuestros hijos: vivamos el presente.
Practicar la gratitud. Dar gracias por lo que tenemos, tanto si se trata de bienes materiales como espirituales. Buscar siempre el lado positivo de las cosas.
Cultivar el destino. Una vez tenemos el objetivo de vida definido, debemos seguir el camino de nuestros sueños, pues la recompensa llegará por sí sola.
Con ello concluyo un resumen de este libro, por supuesto, desde mi óptica. Espero lograr motivar a muchos otros a leerlo, pero más que ello, aplicar gradualmente la mayoría de las técnicas y tomar las consiguientes decisiones.
Ricardo Gevert – Adm. Industrial
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Últimamente me ha tocado escuchar y leer bastante de berrinches, pataletas y disciplina y lo he tomado casi como una señal…
Los niños que me rodean las presentan a ratos y lo tomo como lo natural que es, sin embargo he descubierto y aplicado un par de técnicas que me han funcionado bien, aquí se las comparto.
Sabido es que no hay que desesperar cuando un niño presenta una pataleta, si lo hacemos aumentaremos su nivel de estrés, no olvidemos que la pataleta nace producto de una frustración, y las frustraciones nos ponen en un estado de desgano y rabia por no obtener lo que deseamos y nuestro cerebro comienza a funcionar torpemente producto de la liberación de cortisol. Mantengámonos pacientes frente a la pataleta de un hijo, acojamos a quien la está padeciendo. CONTENER ha sido mi mejor aprendizaje en ese aspecto, es el apoyo clave que un niño necesita en esas circunstancias. Algunos querrán ser abrazados y otros respetados en su pensar! (impresionante como ayuda ser comprendido), otros necesitarán tiempo y silencio aunque es lo menos recomendado, hay algunos niños que se les irá pasando solos su enojo, por último habrán otros que necesitarán de una cuota de humor, y en cualquiera de estas maneras estaremos conteniendo, respetando y acompañando.
Muy relacionado con lo anterior, es que he incorporado hacerme un tiempo para conversar con mis hijos cuando los noto ansiosos o inseguros, muy por el contrario cómo se acostumbraba anteriormente que se tomaba distancia de los hijos cuando presentaban gritos o pataletas, tal como promueve la crianza respetuosa que recomienda eliminar el time out cuando un hijo ha tenido una pataleta y no dejarlos solos en la pieza pensando en el comportamiento que han tenido, siguiendo esa misma linea, lo que yo recomiendo es primero calmarme yo como adulto, luego como ya se dijo, lo contengo, después lo distraigo (idealmente con humor) y finalmente CONVERSAR del problema que le provocó la pataleta. Para tratar de empatizar con sus sentimientos y entender lo que le molesta. Mucho me ha servido conversar con ellos para ir haciendo un mapeo de las cosas que los frustran y cuándo las presentan… y así uno como adulto sabe cuáles son las zonas peligrosas y poder prevenir ataques de rabia y ver también en qué aspectos como mamá puedo cooperar para promover un ambiente más tranquilo. Pero la conversa es en otro momento bastante alejado del episodio de pataleta.
En niños entre los 2 y 5 años aproximadamente es normal que presenten pataletas, pues no poseen mecanismos de regulación emocional para aplicar frente a sus rabias y frustraciones. Es por esto, que aprendí cuan importante era el AMBIENTE donde los crío, mi casa debe intentar ser un lugar lúdico y libre, además, si mi hogar no está en calma, difícilmente puedo esperar que mis hijos estén serenos y que no sobrerreaccionen frente a una frustración, pues no están ni contextual ni biológicamente preparados para tolerar algún problema. Promovamos tranquilidad en el lugar, conversemos en un tono de voz bajo todo el tiempo, pongamos música más bien relajada cuando estemos en casa, hablemos de uno a la vez, evitemos los gritos con y entre nuestros hijos, intentemos darles más tiempo a ellos, y tener reglas y hábitos lo más claros posible, pues la pataleta es en cierta medida una cuota de estrés por la poca atención que les brindamos debido al estilo de vida que llevamos los adultos.
Paciencia, las pataletas son naturales y nos demuestran que nuestros hijos van creciendo, ya pasarán. Y a ellos, es a los que menos les duran…
Read more“Ya lo haré…” “Lo dejo para otro momento…” “Uf, no me apetece hacerlo ahora…” ¿Cuantas veces hemos oído o incluso dicho estas frases?
¿Cuantas personas se inscriben en el gimnasio en enero y lo dejan en marzo?
Si tenemos los conocimientos y recursos necesarios para abordar un proyecto ¿Por qué no acabamos de arrancar?
Una cosa en pensar en hacer algo (imaginarlo) y otra bien distinta es ponerse manos a la obra y mantenerlo en el tiempo.
Puede haber varias razones por las que esto ocurra, hoy vamos a tratar una de ellas, la falta de disciplina personal o autodisciplina.
¿Qué es la disciplina personal?
Disciplina es una palabra que en determinados ámbitos tiene mala prensa porque se asocia connormas impuestas por otras personas e incluso con sanciones en caso de incumplimiento.
En este artículo nos vamos a centrar en la disciplina elegida, en esa serie de reglas de actuación que una persona decide adoptar tras un compromiso consigo misma para alcanzar los objetivos que desea.
La disciplina es una elección consciente y consistente, es decir, estable, que desemboca en una actuación alineada con un objetivo; es realizar lo que te has propuesto como y cuando has definido para alcanzar una meta.
Disciplina no significa intentar controlar todos y cada uno de los acontecimientos que ocurren alrededor ni obsesionarse.
Tiene que ver con el respeto a un mismo, con la responsabilidad y también con el optimismo, porque es una actitud proactiva.
Como se trata de un compromiso elegido, no lo percibimos como una carga, si no como un paso adelante. Es nuestro deber con nosotros mismos, no algo que llevemos a cabo porque los demás lo esperan de nosotros.
Cuando eres disciplinado, tú mismo creas tus pautas de actuación y de control de modoautomático y no necesitas que nadie te recuerde, organice o controle tus acciones/trabajo porque tú mismo has creado un sistema de autorregulación propio.
¿Por qué requiere esfuerzo?
Ser disciplinado implica elegir una recompensa aplazada en lugar de la satisfacción inmediata.
Entre la decisión de actuar y la acción está la procrastinación, el hábito de aplazar, el típico “el lunes empiezo”, desde luego, es más sencillo aplazar que actuar. Es más fácil encender la televisión que apagarla. Son dilemas a los que nos enfrentamos a diario y en muchos ámbitos¿aplazar o actuar?
La disciplina se orienta a los resultados a medio y largo plazo, mientras que la procrastinación, solo piensa en el ahora mismo y olvida sus objetivos reales.
El postergar constantemente, nos hace perder incontables oportunidades y demorar innecesariamente los resultados de nuestras acciones ¿Cuántas veces hemos dicho “ojala lo hubiera hecho antes”?
Otra razón por la que no es sencilla la disciplina personal es que se enmarca dentro de laresponsabilidad personal y ésta requiere grandes dosis de madurez y autocontrol. No todas las personas son capaces de asumir y gestionar su parcela de poder/responsabilidad en la evolución de su vida, de un proyecto o de una meta concreta.
Imprescindible para alcanzar tus objetivos.
La disciplina, da sentido a las metas, sin ella se desdibujan y pierden fuerza.
Las personas intentamos mejorar aprendiendo a hacer cosas, nos pasamos la vida estudiando, realizando cursos, formándonos por nuestra cuenta, aprendiendo de las experiencias de la vida… y en ocasiones tenemos todos los recursos necesarios, incluyendo el talento, para realizarnuestros sueños, pero por falta de disciplina no los llegamos a materializar, nos conformamos con una parte ínfima de lo que podríamos conseguir por no tomar la decisión de actuar conautodisciplina.
Cuando actuamos alineados con lo que queremos conseguir el tiempo y esfuerzo se vuelven másrentables, dan más de sí.
Si nos proponemos algo y no actuamos de modo disciplinado, nosotros mismos acabamosdesanimándonos y al final desistiendo después de unos cuantos intentos fallidos. Y lo que es peor, podemos empezar a pensar que “no somos capaces” cuando en realidad solo nos ha faltado persistencia.
En mi etapa como directora de marketing tuve la suerte de tener a mi cargo un equipo de treinta y dos comerciales, magníficos profesionales. Analizando las claves del éxito de los que obteníanmejores resultados, llegué a la conclusión de que había dos factores críticos, uno de ellos era laresistencia a la frustración, es decir, no desanimarse cuando algo no salía como se esperaba y el otro, la autodisciplina, el profesional que organizaba sus rutas, llevaba un registro minucioso de cada uno de sus clientes y las necesidades presentes o futuras que pudiera tener, planificaba cada visita, madrugaba para estar visitando al cliente de empresa cuando esta apenas abría, ese comercial, obtenía buenos resultados siempre. Porque trabajaba de forma constante y sistematizada.
¿Qué te aporta la disciplina personal?
– Credibilidad.
Nuestra solvencia personal se irá incrementando poco a poco, y eso será percibido por nuestro entorno.
Y cuando nuestro entorno nos percibe como personas disciplinadas, nuestras palabras son sinónimo de garantía, no nos tenemos que esforzar por convencer a alguien de que vamos a hacer algo, esa persona lo dará por hecho porque el cumplir con nuestros compromisos forma parte de nuestra marca personal.
– Autoestima y confianza en ti mismo.
Al comprometerte contigo mismo y actuar en consecuencia estás poniéndote en valor, tereconoces como persona, te respetas y quieres.
Sería muy injusto luchar por los deseos de otras personas y no hacerlo por los tuyos propios¿no crees?
El trabajar de modo inteligente, te hará sentir que estas haciendo lo que debes hacer y el ir obteniendo resultados poco a poco te “empoderará”, tu autoconfianza mejorará y te sentiráscapaz y lleno de posibilidades personales.
– Tranquilidad personal.
El saber que estás haciendo “lo que debes” hacer según tu modelo personal te hará sentir mastranquilo porque estás trabajando para alcanzar tus objetivos, eso hará que te desprendas de parte de la angustia que genera la incertidumbre.
– Ocúpate en lugar de preocuparte.
De paso, eliminarás el bichillo de la conciencia que te repite “ahora tendrías que estarhaciendo….”
– Mayor eficacia personal y nuevas oportunidades.
Te convertirás en una persona mas eficaz y con mejores resultados. Trabajando de forma constante por tus objetivos poco a poco irás avanzado hasta que las alcances porque cuando haces cosas, pasan cosas, el ponerte manos a la obra hará que surjan posibilidades que probablemente no te habías planteado al principio. Aprovéchalas. También tendrás mayor claridadsobre la situación en la que te encuentras y sobre tu futuro.
– Es un acto de Libertad.
Se trata de ejercer la libertad de elegir qué hacer, cómo y cuando, y llevarlo a cabo por un compromiso contigo mismo, no por una obligación de cara a otras personas. Eres dueño de tu vida, tú decides.
Empieza ahora.
No vale decir “es que yo no tengo voluntad”. Como todos los recursos personales, la autodisciplina requiere un entrenamiento y se adquiere paulatinamente. Se trata de tomar ladecisión consciente y responsable de trabajar para adquirirla.
Eso sí, como cualquier cambio, al principio te producirá cierta incomodidad porque estarásampliando tu zona de confort, pero una vez que la hayas adquirido, ese modo de actuar “te saldrá” de forma automática porque formará parte de ti. La clave es aprender a disfrutar de las tareas realizadas cuado y como te has propuesto.
Aplícala globalmente, en tus actividades profesionales y personales. No es compatible tener tu zona de trabajo perfectamente ordenada y el salón de tu casa hecho un caos, ser rigurosa con tu agenda profesional o de búsqueda de empleo y olvidarte de las actividades de tus hijos.
El primer paso para entrenarla es elegir un objetivo motivador y diseñar un conjunto de pasos a seguir para alcanzarlo, los que tú decidas, e ir implementando nuevas accionesprogresivamente.
Se dice que en instalar un nuevo hábito se invierte alrededor de un mes. Tal vez exija un poco mas de tiempo romper con la dinámica de actuación que has tenido instalada durante muchos años. Lo importante es empezar.
Una vez iniciado el proceso, puedes ajustar estos pasos a seguir si los resultados no son los adecuados, se trata de revisar e implementar nuevas acciones de forma constante.
He tenido el placer de acompañar a muchas personas en este proceso hasta que logran alcanzar sus objetivos por sí mismas. Si no consigues hacerlo tu sola, pide ayuda.
Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.
Sobre la autora:
Isabel Gómez, es Mentora y Coach Profesional en www.isabelgomezl.com .
Licenciada en Ciencias del Trabajo, Master en Marketing, MBA y Emprendedora vocacional.
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