AÑO ESCOLAR: MANTENIENDO LA FELICIDAD DEL PRIMER DÍA

Después de varios meses de vacaciones de nuestros niños y algunas semanas nuestras, nos hemos encontrado con que esta vuelta a marzo y este mes se transforma en un aterrizaje forzoso a la realidad. Comienzan los compromisos, el trabajo empieza a andar mucho más rápido de lo que quisiéramos y nuestros hijos -al mismo tiempo- están volviendo a su ajuste, tanto o más que nosotros. Tienen que volver a levantarse temprano, estudiar e ir al colegio. Y quizás, a muchos de ellos la alegría de volver al colegio para a reencontrarse con sus amigos, les dura tan solo el primer día o la primera semana de clases. ¿Cómo lograr que este año se mantenga como ese primer día? ¿qué hacer para poner el ojo como papás en lo que es realmente importante y los hace felices en el proceso de aprendizaje?

No son preguntas fáciles. Nuestros hijos están en un sistema educacional que lleva décadas igual, y eso que nos enseñaban a nosotros, hoy siguen haciéndolo de la misma manera, quizás sólo con algunos pequeños y matizados cambios. ¿Cómo mantenerlos motivados al aprendizaje en un sistema que no los motiva? ¿cómo hacer que esa sensación de felicidad de ir al colegio durante el año perdure?.

El mundo ha cambiado y la manera que tienen de aprender nuestros hijos también. Hace poco vi en televisión a Tal Ben-Zhahar, precursor de la psicología positiva, reflexionando acerca de la educación y el sistema actual. El mismo se cuestionaba (al igual que yo) porque todo sigue idéntico que hace 30 años. Lo peor es que existen datos duros e investigaciones que entregan respuestas claras en torno a lo que nos genera felicidad y bienestar emocional. ¿Qué pasa en los colegios hoy en día que se ha abandonado lo más importante? ¿Qué pasa que aun sabiendo aquello que nos hace felices, el sistema educacional sigue enfocado en aquello que nos genera desilusión y frustración? ¿por qué nuestros hijos siguen sentados frente a un profesor dictando la materia si pueden aprender haciendo? ¿será realmente esa la mejor manera que tienen nuestros hijos de aproximarse al aprendizaje?

Están identificadas las dos cosas que nos entregan mayor bienestar emocional y felicidad. Una es nuestra capacidad de generar vínculos profundos y significativos; y la otra, es la gratitud, esa capacidad de poder agradecer día a día lo que tengo y lo que el otro me da. En el mismo sentido, está comprobado que lograr nuestras metas, sólo otorga una felicidad pasajera, que tiende a transformarse en desilusión cuando nos damos cuenta que eso que buscaba y que encontré, no me llevó a la felicidad que esperaba, sino más bien a la necesidad de ir aún más lejos. En ese momento, recién ahí, sí puedo llegar a ser feliz. La felicidad de esta forma, como lo pueden ver, nunca se alcanza.

Y entonces, si enfocarnos en el logro de metas más que en el proceso nos llena de desilusión ¿por qué seguimos otorgándole tanta importancia a la nota?  A ratos veo que el sistema educacional pone a sus alumnos en un lugar absolutamente pasivo frente al aprendizaje, como si ellos no pudieran ser los protagonistas, lo que tiende a aburrirlos al poco andar. La importancia se pone en la prueba y en enseñar para esa prueba. ¿Qué pasa con enseñar a agradecer por el proceso de aprendizaje? ¿a dar espacio para la curiosidad sin una nota de por medio? ¿Qué pasa que no ponemos énfasis en los vínculos que podemos formar en una sala de clases a través de un trabajo colaborativo e inclusivo y no en las notas que me tengo que sacar?.

Siempre me ha llamado la atención, por ejemplo, cuando veo como mis pacientes se enfrentan a un trabajo en grupo. Es tanta la importancia de la nota, que olvidan lo más importante, que finalmente es aprender a trabajar en equipo, obviamente además de aprender del tema que se está investigando. Entonces se subdividen el trabajo, coordinan por WhatsApp, y la mayoría de las veces, la más matea apreta al menos interesado y termina, o haciéndolo sola o corrigiendo todo lo que entregaron los demás. ¿En qué parte de este proceso aprendieron a trabajar en equipo? ¿a liderar? ¿a discutir si hay algo que no me parece? Lamentablemente, ese aprendizaje no existe y lo que es peor, tampoco es valorado por nosotros los adultos, que probablemente solo estaremos contentos con la entrega del trabajo y su nota, más allá de como este se gestó. Tengo pacientes, dispuestos a inventar enfermedades con tal de estudiar más para una prueba y así sacarse una buena nota. Se olvidan completamente que para lograr esa “mejor nota” tuvieron que mentir en el proceso y que la mentira daña las relaciones humanas, lo que es peor, incluso a veces nosotros como papás avalamos está mentira para que ellos puedan faltar y así rendir “más” o “mejor”. Me sigo preguntando ¿qué y cómo les estamos realmente enseñando a nuestros hijos? ¿a nuestros jóvenes? ¿la felicidad está en el éxito académico? ¿en el profesional?  ¿está en lograr tus objetivos sin importar el medio, sin importar el otro?.

Desde mi mirada – o mi sueño- poner el ojo en el proceso y no en la meta, es lo que nuestros hijos necesitan aprender de nosotros y ojalá del sistema educacional. Sería fantástico que el sistema los llevará a generar vínculos a través de un trabajo en equipo respetando las diferencias de cada ser humano.

Podemos enseñarle a nuestros hijos, como ellos tienen la oportunidad de elegir que los hará felices, pero entregándoles la respuesta científicamente comprobada de donde se encuentra ese bienestar emocional o felicidad. Piensen en ustedes mismos ¿qué es lo que los hace más felices? ¿qué los lleva a sentirse plenos? Segura, que la respuesta es: nuestros vínculos y en poder mirar y agradecer lo que tenemos. ¿por qué no enseñarles lo mismo a nuestros hijos? ¿por qué no enfocar la mirada en los logros durante el proceso, en el respeto a los vínculos y en agradecer lo aprendido y no en lo memorizado?

Se que muchos pensarán distinto a esta postura que planteo, dirán que la nota es necesaria para medir los aprendizajes y que las pruebas generan hábitos de estudio. Ante eso yo sólo les pregunto ¿qué los hace felices a ustedes? ¿cómo quieren transmitirles a sus hijos la importancia de la vida? ¿a qué quieren otorgarle importancia en el proceso de aprendizaje para que sus hijos realmente disfruten este camino largo de la educación? Finalmente ¿qué necesitan nuestros hijos de nosotros y del sistema educacional para DISFRUTAR APRENDIENDO?

Para mí el mensaje es claro: “esfuérzate y disfruta mientras aprendes, genera lazos profundos y significativos con los que te rodean, aprovecha y aprende de las diferencias, respeta al que puede y ayuda al que no puede tanto y da gracias todos los días por esas pequeñas cosas que hicieron de tu día, un día mejor. La nota no me importa y espero que tú puedas medir tu felicidad sin que ella sea una variable en esta ecuación de lo que es la vida y la felicidad.  Disfruta el colegio y todo lo que puedas aprender de él y de las personas que te rodean. Sé feliz agradeciendo del proceso y no de la meta … que a veces nunca llega.”

María José Lacámara – Conoce más AQUI

joselacamara@gmail.com

Instagram: @joselacamarapsicologa

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¿Qué es la Psicología Positiva?

La psicología positiva es una disciplina reciente en pleno auge de la psicología. Se interesa científicamente el desarrollo y el bienestar de las personas y de las organizaciones, antes que en sus problemas y padecimientos.

Su objetivo no es aliviar el malestar de quién sufre psíquica o emocionalmente, sino ayudar a todas las personas que ya se sienten bien, a que se sientan aún mejor.

El placer, las emociones agradables, la felicidad, la satisfacción, la serenidad… son los temas que conforman el núcleo de esta ciencia. De hecho, la felicidad es mucho más que la ausencia del dolor.

Te quiero avisar que la psicología positiva no es el fruto de reflexiones sobre la felicidad, sino ante todo de experimentaciones sobre el terreno. Aunque se expongan de forma lúdica, todos aquellos ejercicios que te voy a proponer sobre psicología positiva se sustentan en trabajos científicos rigurosos.

Los consejos para ser feliz llueven sobre la humanidad desde la noche de los tiempos. La religión, los profetas y los filósofos han propuesto múltiples pistas en este sentido. El problema es que estos consejos a menudo se contradicen entre sí. Por ejemplo, intenta encontrar las contradicciones entre los siguientes:

  • Renuncia a tus deseos para ser feliz
  • Sé creativo
  • Consume más
  • Sé caritativo
  • Diviértete
  • Sé filosófico
  • Sé virtuoso
  • Atempera tus emociones
  • Ten fe
  • Desconfía de los placeres
  • Libérate de la religión
  • Vive con plenitud
  • Trabaja para la salvación de tu alma.

¿Conoces algunos más? ¡Seguro que sí!

¿Por qué tantos caminos hacia la felicidad? La razón es muy sencilla: la persona que encuentra un medio de realización personal, cree poder generalizarlo a todo el mundo, olvidando la formidable diversidad de las personas. Cada persona es diferente, entonces debemos dudar de que exista una sola forma de ser feliz válida para todo el mundo.

Y en este momento interviene la ciencia: la psicología positiva trata de identificar reglas generales, es decir, reglas que se aplique al mayor número de casos. Con este objetivo, se interroga a miles de personas y se analiza lo que proporciona efectivamente más felicidad a la mayoría. Lo que es científico no es mejor que otras aproximaciones, pero si es generalizable.

Por lo tanto, la psicología positiva estudia la felicidad de forma científica. Eso permite identificar los procedimientos que nos hacen sentir efectivamente más satisfechos, en calidad de tendencias aplicables a la mayoría de individuos. También nos permite descartar aquellos elementos que no aumentan la felicidad de forma aprobada.  Y sobre todo, nos ofrece resultados sólidos que podemos aplicar de forma inmediata y cuya eficacia podemos poner a prueba nosotros mismos.

En las próximas entradas te voy a proponer pasar de la teoría a la práctica. La felicidad está a tu alcance, sólo depende de ti cogerla al vuelo y conservarla. Con este objetivo, te ofreceré ejercicios que te enseñarán a dirigirte hacia lo positivo, a valorar lo que es mejor en ti y en los demás, y a practicar la gratitud y la generosidad (no sólo para salvar tu alma) porque sus efectos sobre nuestro desarrollo están garantizados científicamente.

Sigue atento y en próximas entradas pasamos a la acción.

 

Irene Morales

Coach Espiritual

 www.IrenePsicoBio.com

Extraido de www.institutodraco.com

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