10 Signos de que sufres Agotamiento Emocional

El estrés se ha instalado en nuestra rutina diaria que ya no nos damos cuenta que lo estamos padeciendo. Sólo cuando «explotamos» vemos que estamos agotados mental y físicamente.

Cuando has pasado por un período largo de estrés, ya sea por temas laborales, de pareja, familiares, etc.. es muy probable que hayas padecido de agotamiento emocional. Es importante tener a ralla el estrés por las consecuencias ya muy conocidas que pueden tener en nuestra salud física y emocional.

Hay mucha sintomatología relacionada con el estrés emocional: A veces nos sentimos cansados, otros sin ganas de de hacer nada, quizás te sientas susceptible e incluso con ansiedad. Pero cuando sientes que has perdido el control, que al mínimo estímulo saltas y que estás en continua alerta, llena de adrenalina  y acabas el día completamente exhausta y sin energía, entonces es muy probable que estés padeciendo agotamiento emocional.

 

Aquí te presentamos los puntos que puedes ir analizando para comprobar si sufres de agotamiento emocional:

1-Te levantas cansada incluso después de haber dormido 8 horas.

Tu sueño no es de calidad, sientes que necesitas más descanso. Vas a la cama muy cansada, te cuesta dormir y cuando te levantas sigues igual de cansada.

2-Te enfadas con facilidad

Has perdido la paciencia y te enojas por cosas sin importancia.Tu tono de voz se eleva sin que puedas controlarlo.

3-Sonríes cada vez menos

No encuentras alegría en cosas que antes te la daban. En vez de sonreír haces cara de cansada o de enfado

4-No tienes motivación

No te sientes motivada por nada. Ya no encuentras placer en la lectura, o en tus actividades favoritas.

5-Lloras con más frecuencia

Te afectan más las noticias tristes, las películas o algún comentario o relato de algún conocido.

6- Tu vida social es nula

Ya no te seduce la idea de quedar con amigos o familiares y cuando estás con ellos sientes que no conectas, ni encajas.

7-Tus niveles de ansiedad son elevados

La música alta, el tráfico, sitios cerrados, incluso hacer la compra se convierte en una actividad que te genera un alto nivel de estrés.

8- Te sobresaltas con más frecuencia

Estás en estado de alerta constante y el sonido del teléfono, el timbre de la puerta, etc., te hacen saltar.

9-Falta de concentración

Te cuesta concentrarte y recordar las cosas. Sientes que vas lenta en tus pensamientos y respuestas debido al cansancio extremo que sufres.

10-Te sientes fracasada

Sientes que por más que te esfuerces no estás a la altura de las situaciones. Sientes que no haces nada bien.

 

Sobretodo si sientes que estás estancada, sin esperanzas ni motivación debes intentar cambiar tu situación para que no llegues a caer en una depresión.

Buscar el origen de tu agotamiento emocional te ayudará a ponerle fin. Puede estar en tu entorno familiar o laboral. Analiza lo que puedes cambiar para que no te siga afectando más. En alguna situación podrías tomar decisiones drásticas cómo cambiar de trabajo, si éste es el foco de tu problema, o quizás con unos simples cambios  como pedir ayuda a un familiar o amigo, contratar personal que te ayude en casa, etc. puede ser la clave para que tu estado cambie  No dudes en buscar ayuda profesional si ves que el estrés te está afectando demasiado físicamente o emocionalmente.

 

Redacción Instituto Draco

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fuente: www.bustle.com

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 Extraido de www.institutodraco.com

 

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Carta a las Mamás Primerizas, de una mamá de dos

Cuando sos mamá primeriza muchas veces crees que la dinámica del día a día va a ser siempre igual, simplemente porque al ser tu primera experiencia con la maternidad no sabes si las cosas van a cambiar o en qué momento y esto puede ser desconcertante y hasta agobiante.

En medio del agotamiento cotidiano todas más de una vez nos hemos preguntado: ¿Hasta cuando voy a dormir tan poco?, ¿Hasta cuando voy a tener que cargarlo todo el día?, ¿Cuándo voy a recuperar mi brazo derecho?, ¿Cuándo se acabarán los berrinches?, ¿Hasta cuándo cambiaré pañales?, ¿Cuándo dejará de ser tan complicado que coma?, ¿En qué momento dejará de querer teta todo el tiempo?

Cuando tenés más de un hijo estas preguntas ya no regresan, porque una de las lecciones más importantes que nos regala la maternidad es la de concientizarnos que TODO PASA, y pasa mucho más rápido de lo que pensamos…

De golpe y porrazo tu hijo no querrá que lo cargues todo el tiempo porque preferirá investigar mientras camina, dormirá de corrido, armará frases complejas, dejará los berrinches, irá al baño solo, le correrá la cara a la teta, se irá a la cama solito, preferirá los brazos de papá, dejara de decir palabras en su propio idioma,  jugará un rato largo mientras vos haces tus cosas, ya no creerá en los reyes magos, se lavara su plato solito.

Si lo ponemos en perspectiva la niñez es tan corta que aunque hoy te sientas agotada, quieras tirar la toalla con la teta, estés de mal humor por dormir tan poco, te mate el dolor de espalda por el colecho y el porteo o te encuentres sola llorando por otro berrinches incontrolable te digo: AGUANTA, DISFRUTA, APROVECHA CADA MOMENTO y es que en la maternidad los días son ETERNOS pero los años muy cortos…

Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: nutrimama.com

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

www.nutrimama.com

mamaminimalista.net/

Instagram: Nutri_mama

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Vista Cansada o Presbicia en la BioEmoción

La Presbicia  o Vista Cansada es una patología que afecta al cristalino del ojo, en el cual este pierde su elasticidad y no le permite enfocar las imágenes.

Al perder su capacidad de adaptarse a las distancias y volverse más rígido provoca dificultad a la hora de ver de cerca con nitidez. Se conoce también como vista cansada y suele aparecer a partir de los 40 años en adelante.

Los síntomas que se asocian pueden ser:

-Dificultad para enfocar los objetos a poca distancia lo que provoca que se deba alejar los mismos para ver mejor (ej. libros, móvil, etc…)

-Fatiga ocular

-Enrojecimiento de los ojos

-Lagrimeo, etc…

Según la BioEmoción:

El conflicto que la provoca es Miedo

-Miedo al Futuro. (el peligro está a lo lejos, en el espacio o el tiempo)

-Miedo a lo que pasará (un acontecimiento cercano)

-Miedo a la vejez

-Miedo a la muerte

-Miedo por la nuca

-Paranoia o enfermedad de persecución

Las personas que lo sufren pueden tener un conflicto de rechazo a lo que tienen ante sus ojos.

Les resulta difícil adaptarse a las circunstancias, a lo que sucede en su entorno, a los cambios, a ver como envejece, etc…

Resentir: «No quiero ver lo que tengo delante de mi» «Rechazo acomodarme»

Aprende más sobre los Conflictos Emocionales que causan las enfermedades

Según Lisa Bourbeau

Bloqueo Físico: La presbicia es una anomalía de la visión, el defecto de un ojo que no ve con claridad los objetos cercanos a causa de una mala acomodación.

 

Bloqueo Emocional: De acuerdo a la ciencia médica, es normal que esta enfermedad aparezca a partir de los 40-45 años. Puntualizamos que cuando hablamos de la palabra acomodación del ojo si significa “colocación precisa del ojo en la función visual”, y esa misma palabra también significa “adaptarse fácilmente a las personas y a las circunstancias”. En metafísica se puede decir que la persona que sufre presbicia tiene problemas para adaptarse a lo que pasa a su alrededor. Es posible que le resulte difícil verse en el espejo, ver como envejece su cuerpo, no verse tan joven o deseable. Quizás le cueste trabajo ver su situación familiar o laboral actual.

¿Qué hacer si padecemos de vista cansada? ¿Cómo debemos actuar?

El hecho de que no veas bien de cerca es un mensaje muy preciso de tu cuerpo que te quiere hacer saber que dejas que te moleste demasiado lo que ves cerca de ti. Te dice que dejes de creer que al envejecer disminuyen tus capacidades. Es posible que tu cuerpo comience a desgastarse físicamente, lo cual es natural; sin embargo, con la edad adquieres fuerza en los planos emocional y mental, gracias a la madurez y la sabiduría adquiridas. Recibes el mensaje de que pierdes demasiado tiempo en la dimensión física; esto nubla tu visión interior y no ves todo el valor que tienes, ese valor adquirido con el paso de los años. No olvides que tu forma de ver la vida hoy determinará tu porvenir. Tu capacidad para adaptarte fácilmente a las personas y a las circunstancias que se presenten en tu vida mejorará mucho tu visión.

Recuerda que en ti están los recursos para mejorar tu calidad de vida y conseguir tu bienestar total. Pasa a la acción y empieza a disfrutar!

Redacción y Adaptación Instituto Draco

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Extraido de www.institutodraco.com

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Estoy cansada (o)

Esta debe ser una de las frases que más escuchamos todos los días y quizás es la que más decimos cuando nos encontramos con alguien.

Pero lo que los quiero invitar a reflexionar es que decimos, cuando decimos “ estoy cansada(o)». O mejor dicho la pregunta que debiéramos hacernos es ¿ que es lo que nos cansa?.

Cuando he realizado esa pregunta, después de un momento de reflexión, empiezan a aparecer situaciones que sorprenden incluso al que fue preguntado.

Aparece por ejemplo que el trabajo no me cansa, si el metro o la micro. Que mis hijos e hijas tampoco pero si me cansa no tener tiempo para mi.

Lo que quiero decir con esta invitación es que estamos llenas de frases hechas que en lo profundo no significan lo que decimos.

A veces incluso ni siquiera estamos cansados, pero estamos tan acostumbrados a decirlo que terminamos sintiéndonos así; es como la profecía autocumplida en el entendimiento de que las palabras generan realidades y qué hay que tener cuidado con ellas.

Quizás lo que más saben nuestros hijos e hijas de nosotros como papás y mamás es que estamos cansados y rápidamente ellos y ellas empiezan a repetirlo y usan esa palabra incluso para reemplazar otras como tengo pena, estoy aburrida, me siento angustiada y como nos damos poco permiso para mostrar esas partes de nosotros, decimos como si fuera una bolsa de gatos, estoy cansada para resumir un montón de emociones que no sabemos modificar.

Estamos en el último trimestre del año y hoy más que nunca se válida esa palabra, y con esto no estoy diciendo que no nos permitamos decirla y mucho menos a sentirla pero lo que pido en esta reflexión a que por lo menos sepamos lo que estamos diciendo y podamos meternos dentro de nosotros y sepamos cómo nos sentimos y sea eso lo que decimos y no otra cosa.

Es tanta la dificultad que en el mundo hispano tenemos para entender que la fortaleza pasa por la vulnerabilidad, que buscamos como palabras tipo que nos permitan seguir funcionando todo el tiempo.

Otro ejemplo es cuando decimos “estoy bien” como una respuesta automática sin tener idea de cómo estamos realmente.

Es muy probable que si aumentáramos la cantidad de preguntas diarias a nuestro mundo interno sería más fácil ser honestos y usar las palabras que sentimos y no aquellas que estamos pautados para decir y así seguir funcionando, sintiéndonos validados por todos y sin mucho espacio para el mundo interno.

Quiero desde el corazón invitarles a que se pregunten ¿estoy cansada en serio?, o lo que siento como cansancio es otra cosa que no he logrado descubrir o lo que es más grave aún es que ni siquiera me sienta tan cansada pero este acostumbrada a decirlo todos los días como una respuesta automática.

Lo que sea que te canse, intenta solucionarlo y cambiemos el lenguaje para que cambien las realidades.

Hasta el próximo mes.

Ha sido tan lindo hablar en los talleres de este concepto que a nombre de esa gente y del mío propio, pido permiso para permitirme estar mal un rato.

 

pilar_sordoEscrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

 

 

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El Cansancio y la Fatiga Crónica en la BioEmoción

El Síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad que causa mucho agotamiento o cansancio a todas horas a la persona que la padece.

Suele aparecer tras una enfermedad o infección dejando a la persona en un estado de debilidad constante.

Sus síntomas principales son: Fatiga, dolor de cabeza, sueño excesivo, pérdida de memoria, dolor en las articulaciones, mareos, mucho cansancio al despertar, pies hinchados, trastornos alimenticios, apatía, cambios de humor, sensación de no poder hacer nada ya que todo implica un gran esfuerzo, tanto mental como físico, etc..

La suelen padecer personas de 40 a 50 años, pero también hay casos de menor y mayor edad.

Muchas veces esta enfermedad se relaciona o se puede confundir con la Fibromialgia, Depresión o con problemas de Tiroides, pues los síntomas  son muy parecidos. Las causas que la desencadenan tampoco están muy claras pero se cree que el sistema inmunitario débil es más propenso a este tipo de enfermedad.

Según la BioEmoción:

Hay una anclaje a sentimientos negativos y de angustia sobre el pasado o el presente. También una falta de seguridad y una facilidad por dejarse llevar por los miedos y preocupaciones.

Las personas con agotamiento intentan luchar contra el sistema y contra algo que es mucho más grande que ellas. Sienten que no han sido reconocidos por sus padres y se sienten impotentes. Siendo niños deseaban impresionar a sus padres (del mismo género), deseaban complacerles en todo y que se sintiesen orgullosos de ellos pero no se sintieron reconocidos y se convirtieron en personas que solo desean hacer cosas para demostrar lo que son o lo que valen.

Se sienten atrapados en sus propias obras o acciones ya que nadie les reconoce y terminan desanimándose y abandonado todo lo que hacen. . Se sienten decepcionados y piensan que da igual lo que hagan pues al final no logran lo que desean: “ser reconocidos y valorados”

Si deseas eliminar tus malestares deberás empezar a reconocerte primero a ti mismo para que luego otros puedan hacerlo.

Acepta que tomaste la decisión de impresionar a tu padre o madre y de la misma manera puedes decidir que ya no es necesario tener su aprobación ni sentir que te exigían mucho. Desde el principio fuiste tú el que tuvo esa percepción incorrecta. Ellos te sirvieron de espejo para mostrarte tu propia exigencia.

Deberás empezar por amarte a ti mismo, aceptando tus virtudes, tus defectos y tus limitaciones. No temas decir que no sabes hacer algo o incluso fallar pues tienes todo el derecho a ello.

Si eres capaz de  respetar tus límites serás capaz de recuperar tu energía vital y tu capacidad de amar, que no es más que la causa de tu agotamiento o fatiga.

Fatiga crónica:

Las personas con fatiga les falta energía y fuerza muscular. Les falta una meta concreta en su vida y en vez de actuar para realizar sus objetivos la persona se encuentra atrapada en pensamientos negativos y miedos que le bloquean y le consumen la energía.

Creen que no merecen lo que tienen y su actividad mental ocupa mucho más tiempo que la actividad física.

Deberás apreciar y mostrar gratitud por  lo que tienes. También puedes hacer una lista de todo lo que te gustaría hacer en el período de un año y empezar a realizar pequeñas acciones para que se vayan cumpliendo cada una de las cosas que quieras. Si un año te parece mucho tiempo puedes reducir el tiempo en un mes, tres meses o seis, lo importante es que se despierte en ti el deseo de hacer cosas y recuperar la ilusión y las ganas de vivir.

Nota: Es importante destacar que es normal sentir una gran fatiga después de la resolución de un conflicto importante. También puede ser el principio de un estado de agotamiento.

 

Redacción Instituto Draco

www.institutodraco.com

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Extraido de Instituto Draco

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¿Se puede decir, estoy mal?

En este último mes me han pasado muchas cosas o tal vez no tantas pero se han acumulado varias que me han hecho estar muy sensible, cansada y a ratos muy triste.
Esto me ha llevado a observar con asombro, cómo nadie o casi nadie para no generalizar te permite poder transitar por estados de cansancio o melancolía o mejor dicho de tristeza.

Creo que lo único que nos permitimos decir y somos contenidos por otros es cuando decimos que estamos cansados, ahí nos sentimos como en un colectivo donde todos y todas pareciera que estamos en lo mismo y con permiso para decirlo.

El problema aparece cuando decimos “ estoy triste”, “ no doy más “ y tantas otras que muestran nuestra vulnerabilidad.

Es como lo qué pasa con el llanto, que ya lo hemos reflexionado en otras ocasiones, no se puede llorar y tampoco se puede decir “ estoy mal”.

Todo el mundo o la mayoría de ella te dicen, ponle onda, tu puedes, todo pasa, vas a poder y muchas frases más como tienes que ser positivo (a), darle para adelante etc.

Estoy segura que todos y todas las que escuchamos estas frases sabemos que son verdad, que tienen sentido y hay que ajustar todos los motores para salir adelante. Sin embargo el escuchar, el entender y estar de acuerdo con cada uno de esos planteamientos no es incompatible con permitirnos estar frágiles que a la larga es nuestra gran fortaleza.

Tengo la impresión que el aceptar que estamos mal, nos deja pegados ahí y nos lleva a una depresión casi seguro. Es como que todo el rato hay que negar el estar mal y ser optimista y agradecida todo el tiempo.

También estoy de acuerdo con esa frase pero ser extremadamente positivo es primo hermano de ser negador. El verdadero positivismo es el que avanza pero asumiendo la vulnerabilidad.

Claramente hay que cambiar de una vez por todas el concepto de fortaleza; ser fuerte significa ser vulnerable y expresar lo que se siente cuando se siente y esto no es incompatible con la honestidad privada y pública de reconocer que uno está atravesando un momento difícil en la vida. Si no, con los duelos no se puede decir al poco tiempo de la pérdida que uno está desvastado, mucho menos lo pueden decir todos los seres humanos que se sienten frágiles, tristes y a ratos con los brazos caídos.

De verdad, pido permiso para que todos los que estamos o podemos estar en momentos difíciles lo podamos decir y en vez de llevarnos a negarlo, nos contengan, nos acepten así y desde ahí seguro que sacaremos fuerzas para salir y avanzar. Sabemos que tenemos que salir adelante, sabemos que tenemos que ser positivos y agradecidos de lo mucho o de lo poco que tenemos, pero en el camino queremos y la gente quiere poder sentirse frágil, sentir y poder decir no estoy bien.

Que podría tener de malo poder decirlo y permitírselo, incluido el llanto y la sensación tantas veces repetidas de no poder más. Siempre se puede más y estoy segura que si me permito una pausa, seguramente la fuerza con la que saldré adelante será potente y sobre todo más sana.

Me impresiona como negamos nuestros estados de fragilidad, como nos mentimos y le mentimos al resto para ser “fuertes” siendo que así somos mucho más débiles.

Ha sido tan lindo hablar en los talleres de este concepto que a nombre de esa gente y del mío propio, pido permiso para permitirme estar mal un rato.

 

pilar_sordoEscrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

 

 

 

 

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