Anoche se me paso la hora de la cama, porque quería contestar un mail que era muy importante para mi … y se desató el CAOS.
Y mientras el más grande quedó fundido en 5 minutos del agotamiento la más pequeña saltaba y saltaba en la cama y no se quería dormir. Primero pidió agua, luego otro cuento, luego su juguete y yo me la veía venir. Casi dos horas después empezó a llorar, estaba pasada de vueltas, muy cansada pero se negaba a dormirse, le corrí su rutina y todo se desmoronó… mala madre.
Mientras tanto yo que tenía que hacer aún mil cosas y se me terminaba el día ahí metida en el cuarto rogándole a la criatura que se durmiera. Al rato yo también terminé llorando, agotada y pasada de vueltas porque dos noches antes me desvelé con mis amigos de clase por primera vez en 5 años…mala madre
Y le explicaba a mi hija que estaba cansada, que ya necesitábamos las dos dormir. Se que a los hijos les duele ver llorar a las madres pero yo necesitaba sacar esa angustia, necesitaba que ella viera que soy humana. Al final agarró la teta que es su amuleto porque aunque ya no toma necesita tocarla para sentirse segura a veces y se durmió.
Termine agotada, saliendo de ese cuarto como si saliera de un campo de guerra.
Ser mamá a veces duele, cansa y consume a nivel emocional. Los miedos, las incertidumbres, las culpas y eso NADA tiene que ver con el infinito amor a los hijos pero debemos cortar con el exceso de adornos y romanticismos que envuelven a la maternidad porque solo generan culpas y comparaciones con parámetros inhumanos.
No cambiaria mi maternidad por nada, con mis hijos soy feliz cada día y lo celebro, pero eso no significa que mi amor y mi felicidad bloqueen todas las emociones negativas asociadas a mi rol de madre: No está mal sentirse mal debes en cuando. La presión que genera sentirse alerta y al mando del bienestar e integridad de otras vidas las 24 horas del día AGOTA.
Hablemos con nuestros hijos e hijas, sincerémonos, expliquémosles que a veces es difícil, que tenemos días malos, que en ocasiones el cuerpo está por demás cansado y que somos humanas. Dejemos de reprimirnos e intentar ser “perfectas”, liberémonos de toda esa carga que heredamos desde hace muchas generaciones .
Quizás de esta forma nuestras hijas no tengan que lidiar con tantas culpas impuestas por las excesivas exigencias de rol, por el estigma de la mamá perfecta que simplemente no existe.
Que la maternidad se aleje de estereotipos opresores para pasar a ser una vivencia más orgánica, humanizada y felizmente imperfecta.
Hagámoslo por ellas, por nosotras y por las que vendrán.
Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
Instagram: Nutri_mama
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Read moreEn los últimos años son cada vez más las familias que se deciden por la crianza respetuosa. Esta filosofía está en contra de los castigos.
Para ser coherentes con este estilo de crianza los papás buscan alternativas a la hora de disciplinar o poner límites a sus retoños y una de las que habitualmente se sugiere es la de las “consecuencias”.
Sin embargo, la mayoría de las veces que la he visto en práctica he notado que son solo castigos disfrazados por lo que debemos tener en cuenta algunos puntos importantes si vamos a utilizarlas en casa.
Decirle al niño “si no haces lo que te digo tendrás una consecuencia” sin aclarar primero cuál será la misma, no es más que una amenaza. De igual manera la supuesta consecuencia que se dice en el momento pero que nada tiene que ver con la acción (causa/efecto) es simplemente un castigo. Por otro lado si la consecuencia es ambigua o temporalmente alejada es muy complicado que el niño pueda dimensionar su alcance.
Algunos ejemplos de Consecuencias verdaderas podrían ser:
- Si te sacas el cinturón de seguridad no podremos ir a la fiesta de cumpleaños porque puedes lastimarte muy fuerte y porque es ilegal.
- Si sigues tirando tus galletas al agua te dará hambre luego y no he traído más comida ni dinero para comprar.
- Si sigues sacando tierra de la maceta no podremos ir a jugar al parque como querías hasta que no hayas recogido lo que has ensuciado.
Tampoco es cuestión de dejar que se lastimen fuerte o lastimen a otros para que aprendan las consecuencias. En estas situaciones yo les digo por ejemplo: “Si sigues corriendo fuera del parque nos regresamos a la casa porque no voy a dejar que te atropelle un auto”. No es un castigo velar por su integridad.
Es altamente probable que los niños respondan de manera positiva cuando les explicamos las consecuencias reales porque las entenderán como lo que en realidad son, el resultado de determinada acción y no como un castigo para herirlos por no hacer lo que nosotros queremos que hagan. De esta forma podrán con el tiempo ser responsables de sus acciones porque comprenderán los efectos de las mismas y no por miedo a ser castigados. De igual forma no sentirán una lucha de poderes o una minimización de sus deseos y elecciones, sentimientos a flor de piel en la edad preescolar.
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
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