Beneficios de la Terapia de Ventosas

Puede parecer sorprendente pero cuando veas los beneficios de la terapia con ventosas para mejorar tu salud es muy posible que te animes a practicarla.

La terapia con ventosas es una práctica ancestral que se basa en la acupresión  de la Medicina China. Esta terapia tiene efectos terapéuticos comprobados científicamente. En este post te mostramos los beneficios de las ventosas.

La terapia con ventosas húmedas implica pequeños cortes en la superficie de la piel además de la succión que se crea mediante las ventosas secas. Ambos tipos de ventosas son válidas para mejorar tu salud pero la mayoría de las investigaciones se han centrado en la terapia de ventosas húmedas.

Su uso consiste en la aplicación de succión en la superficie de la piel para crear una presión negativa. Esto sirve para tratar varios problemas de salud física y mental tales como el resfriado, gripe, depresión, artritis, ansiedad, ciática, problemas digestivos, dolor muscular además de celulitis.

 

Desde la asociación de terapia con ventosas comentan los siguientes beneficios:

1-Estimulación del tejido profundo

2-Alivio de la inflamación

3-Promueve el flujo del líquido linfático que estimula el sistema inmunológico

4-Fomenta la circulación de la sangre

5-Estira los músculos y el tejido conectivo

 

Estos son los beneficios comprobados científicamente de la terapia con ventosas:

1-Aumenta la función del sistema inmunitario:

Investigadores egipcios y saudíes comentan que el tratamiento con esa terapia aumenta la inmunidad del organismo potenciando los efectos farmacológicos de los medicamentos, además de limpiar la sangre de sustancias patológicas que están relacionadas con muchas enfermedades.

La investigación mostró que la terapia con ventosas aumentó la inmunidad en un 156% cuando se le añadió al tratamiento farmacológico. Sin los medicamentos la terapia con ventosas aumentó en un 133% la respuesta del sistema inmune.

 

2-Reduce el dolor crónico:

El estudio mostró que la intensidad del dolor  crónico se redujo con la terapia con ventosas. Los pacientes informaron que el dolor se redujo un 34% después de un mes de tratamiento, y un 59% después de 3 meses de terapia

 

3-Mejora en las enfermedades virales y bacterianas:

Enfermedades como el herpes, la gripe, la hepatitis viral pueden mejorar con la terapia con ventosas. Durante la terapia se liberan neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y las endorfinas. El sistema inmunológico se activa y aumenta el flujo del líquido linfático.

 

4-Disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares:

La hipertensión, la insuficiencia cardíaca, la isquemia y arritmia se redujeron mediante el uso de la terapia con ventosas según la investigación conjunta de Egipto y Arabia Saudí.

 

5-Disminución de los dolores de cabeza:

Los dolores de cabeza y las migrañas afectan a gran parte de la población. Para las personas que desean una alternativa a la medicación que muchas veces tienen efectos secundarios la terapia con ventosas es la solución.

Un estudio conjunto de la universidad de  Kermanshah en Irán y de la universidad de
Alabama en Estados Unidos reveló que pacientes que padecían dolores de cabeza vieron reducidos el dolor en un 66% después de realizar la terapia de ventosas por un periodo de 28 días con una frecuencia de 3 veces a la semana.

 

Ahora que ya conoces los beneficios de la terapia de ventosas ¿te animas a probarla ?

Quizás también te interese: Adelgazar con Acupresión

 

Redacción Instituto Draco

www.institutodraco.com

www.facebook.com/InstitutoDraco

 

 

 Extraido de www.institutodraco.com

Read more

La Recuperación como un Hábito para Manejar el Estrés

“¿Por qué las cebras no tienen úlceras?” Este es el título de un libro escrito por Robert Sapolsky, profesor de la Universidad de Stanford y un reconocido investigador del estrés. En él explica que las cebras, al igual que los seres humanos, tienen un sistema nervioso muy sabio. Por una parte, se activa y se pone en estado de alerta cuando percibe algún cambio en el ambiente que puede ser amenazante; y así por ejemplo, cuando la cebra ve a un león, la respuesta típica de estrés que su sistema nervioso activa, le permite correr a toda velocidad y escapar. Luego, ese mismo sistema nervioso, cuando el león desaparece, genera otra serie de cambios neurofisiológicos que “ponen paños fríos” al estrés activado previamente, y hacen que la cebra recupere la calma para seguir pastando tranquilamente. Este período de recuperación es sumamente importante para cuidar su energía, la que necesita para alimentarse, procrear y en algún otro momento en que su supervivencia se ponga a prueba nuevamente.

 

¿Qué pasa en los seres humanos que este sistema de recuperación parece no funcionar tan adecuadamente?

 

Nuestro sistema de recuperación funciona, en la medida en que se lo permitamos. La cebra que ha visto a un león está en alerta mientras el león está dentro su campo visual o perceptivo, una vez que desaparece la cebra no puede seguir pensando en el león como una potencial amenaza. Nosotros en cambio, debido a nuestra más sofisticada corteza prefrontal, aún cuando los leones desaparezcan de nuestra vista, podemos seguir pensando en ellos, y por lo tanto perpetuando la activación del sistema de alerta. Cuando esto ocurre, empezamos a sufrir daños en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo. Por ejemplo, se disminuye la regeneración neuronal y perdemos capacidad para el aprendizaje y la memoria. También se debilita el sistema inmune, y estamos más propensos a sufrir enfermedades.

 

En este momento complejo que estamos viviendo, en medio de una pandemia, es más importante que nunca aprender a gestionar nuestros mecanismos de recuperación para evitar los daños del estrés crónico. Hay muchas técnicas y actividades que la ciencia ha comprobado son muy efectivas para la recuperación. La actividad física, la respiración, el contacto con la naturaleza, los vínculos, activar emociones positivas, etc. Lo más difícil es tomar la decisión de incorporar el hábito de la recuperación en el día a día. Para eso sugerimos hacer una planificación con pequeños objetivos. Elige lo que te resulte más fácil y que sea de mayor agrado. Cuando ya hayas incorporado algún hábito avanza con otro, si es que crees que lo necesitas. Te recomendamos revisar en la Bitácora para el Autocuidado Docente, el capítulo 2, donde encontrarás actividades que te pueden ayudar a planificar tu recuperación. Este es un material puesto a disposición por el MINEDUC, y cuyos contenidos fueron elaborados por un equipo de Fundación ama+-

 

Para las comunidades escolares, sería bueno reflexionar cómo son las espacios de recuperación a nivel organizacional. ¿Hay momentos para parar y respirar? ¿Se respetan los horarios de trabajo? ¿Se podrían incorporar prácticas de recuperación colectivas dentro de las jornadas? Cultivar una cultura del cuidado del bienestar comienza por favorecer los mecanismos de recuperación.

 

 Mas información en www.aprendizajesocioemocional.cl/

Read more