ADOLESCENTES: DESCUBRIENDO SU PROPIO CAMINO

La realidad es que a medida que nuestros adolescentes crecen, se van cerrando puertas para comunicarnos con ellos. Como padres dejamos de ser referentes y pasamos a ser los que “no los entienden”, “sermonean” y “no los escuchan”. ¿Cómo vamos abriendo caminos para comunicarnos con nuestros hijos?, ¿cómo nos conectamos con aquello que los hace vibrar y motivarse?, ¿Qué pasa si eso que sueñan es muy distinto a lo que nosotros soñamos o esperamos para ellos?. La verdad es pocas veces nos hacemos estas preguntas. Además, sin darnos cuenta, eso que soñamos, se va transformando en una exigencia para ellos. Una idea o sueño intransable a lo que nuestros adolescentes deben adherir, ciegamente aunque no tenga sentido para ellos.

 

Muchas veces esos sueños nos impiden conectarnos con aquello que hace feliz a nuestros hijos, eso que los mantiene motivados y los hace ilusionarse con un futuro que se vuelve alcanzable. ¿Cuántas veces solo miramos lo que queremos para ellos desde lo que a nosotros nos hace felices? ¿cuántas veces damos por sentado que el futuro será mejor si deciden hacer aquello que les dará seguridad y estabilidad? La mayoría de las veces imponemos lo que nosotros queremos o eso que pensamos es lo mejor para nuestros hijos. La realidad es que frente a esta mirada, solo logramos que nuestros adolescentes se alejen, al no sentirse entendidos o aceptados. Cuando no logramos leer, escuchar o entender lo que los mueve y motiva en la vida e imponemos caminos trazados por nuestros sueños, estamos destinados al fracaso en nuestra tarea de guiarlos y acompañarlos. Esto los aleja, cierra las puertas de la comunicación y a la larga nos hace perderlos. Todas esas posibilidades que se podrían abrir se cierran automáticamente.

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Nuestros desafío como padres de adolescentes será entonces estar constantemente abriendo caminos de comunicación. ¿Cómo podemos lograr esto? Lo primero y fundamental es abrir nuestra mente a su mundo, y por sobre todo descubrir y aceptar a nuestro hijos en sus fortalezas y habilidades. Debemos conversar con ellos, tomarnos tiempo para conocer aquello que los mueve, qué les gusta leer, escuchar, qué hacen en su tiempo libre. Sumémonos a alguna actividad que ellos elijan, propongámosle que nos inviten a su mundo y cuando lo hagan no olvidemos aceptar esta invitación.

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Dentro del mundo adolescente, una de las cosas más difíciles es poder conversar. Ellos son escuetos, las respuestas generalmente son monosílabos y dan por sentado que todo aquello que cuenten, será recibido por sus padres de mala manera, lo que traerá un sermón, un juicio o un “consejo” no pedido. En mi experiencia clínica y como mamá, normalmente no preguntamos para que ellos reflexionen y respondan, generalmente les damos las respuestas, pautas y muchas veces nuestros juicios…..y entonces, ¡no están tan equivocados!. Al abrirse a nosotros inevitablemente se encontrarán con aquello que no quieren: respuestas, soluciones, juicios, sermones y “enseñanzas”. Todo esto solo cierra aún más esos caminos de comunicación que necesitamos abrir. La comunicación entonces tiene que ser bidireccional, deben conocer nuestro mundo y nosotros debemos aprender a preguntar y escuchar. Detenerse y escuchar. Detenerse y preguntar. Hagamos preguntas abiertas, que los lleven a pensar, a dar respuestas que no se pueden responder desde solo un sí o no.

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Si lográramos tener conversaciones profundas y poderosas con nuestros hijos adolescentes, no solamente abriremos caminos de comunicación, sino que también de confianza, aprendizaje, y por que no, de equivocación… pero siempre en conjunto con ellos. Crearemos de nuestra relación, un factor protector para sus futuras vivencias y decisiones. Démonos el tiempo de conocer a nuestros hijos, trazar su camino según lo que ellos son o sueñan ser, descubrámoslo juntos. No dejemos que nuestros propios fantasmas o exigencias hablen por nosotros, ellos están escribiendo su propia historia y tendrán la valentía de ir por ella donde sea y como sea. No dejemos que esa historia la escriban solos, acompañémoslos con una mirada abierta, comprensiva y sin juicios. Aprendamos a preguntar, escuchar y acompañar, eso es lo que nuestros hijos adolescentes necesitan de nosotros.

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Y por sobretodo si tienes niños más pequeños y estás leyendo esto: empieza hoy!!. Conversar y aprender a dialogar es vital para poder conectar con el otro. Mientras antes empecemos más fácil será en la adolescencia. No nos conformemos, sigamos intentando, conversar es conectar y conectar es crear relaciones profundas de amor y de confianza.

María José Lacámara – Conoce más AQUI

joselacamara@gmail.com

Instagram: @joselacamarapsicologa

 

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UNAS PALABRAS CUANDO NO TIENES CLARO LO QUE QUIERES PROFESIONALMENTE

¿Te sientes estancada y angustiada porque no tienes claro lo que quieres profesionalmente?

Puede ser agobiante no tener claro del todo el camino, pero lo que importa es lo que hacer a lo largo del camino.

Estamos aquí para aprender y crecer, no nacemos con un manual de instrucciones, y pretender tenerlo todo claro en la vida muchas veces puede hacerte sufrir.

Aunque nos hayan educado para hacernos creer eso, que tenemos que tenerlo todo claro y cuanto antes mejor, no sea que vayas a “perder el tiempo” buscando…

La realidad para muchas personas es que no suele ser así. Y genera mucha frustración.

Por eso hoy te quiero hablar de qué hacer cuando no tienes claro tu camino.

Porque dependiendo de la etapa en la que te encuentres puedes sentir que ya tendrías que tener claras las cosas, que no tendrías que seguir probando o “equivocándote”.

Lo más importante en esta situación es darse cuenta de esto:

1.No eres rara/o ni inmadura ni irresponsable ni “anormal” en ningún sentido.

 

Es verdad que muchas personas tienen una vocación clara y se dedican a ella toda la vida.

Pero también es verdad que hay muchas personas que no tienen una sola vocación.

Y personas que tienen una y luego cambian porque se aburren o descubren otra cosa o ya no les llena.

Hay muchas variantes posibles y todas están bien. La cuestión aquí es que tú lo veas como algo normal y perfectamente válido.

Y ese suele ser el problema, verlo como algo malo, verte a ti misma o a ti mismo como alguien voluble, descentrado, inmaduro…

Hay muchas formas distintas de vivir. Y la tuya no es anormal, es tuya.

 

2. Probar y equivocarse sí es normal.

Es ley de vida. No sólo todo cambia y hay que saber adaptarse en lugar de aferrarse a algo que ya no existe, sino que, como he dicho antes, no nacemos con un manual de instrucciones ni con un mapa detallado de pasos a seguir y obstáculos que evitar.

La vida es un descubrimiento y una serie de experimentos continuos. Hay que probar para saber qué quieres y si algo funciona para ti.

Y equivocarnos es parte del aprendizaje, es lo que nos hace evolucionar y avanzar. No es “perder el tiempo” ni mucho menos.

¿Que a veces es duro? Por supuesto.

¿Que a veces se hace largo? Claro. Pero no por eso es malo.

Hemos asociado equivocarse con fracaso, con algo muy negativo y muchas veces sólo ese miedo a equivocarte hace que no des el paso que quieres.

El día que interiorices que probar es normal y deseable y que equivocarse también lo es, se te abrirán puertas nuevas.

 

3. Es importante estar abierta a lo nuevo y a los cambios. El cambio sí es normal y constante.

Hay que abrirse las nuevas ideas y situaciones que se vayan presentando, así como a tus nuevas necesidades, ser honesta contigo misma y reconocer que ya no eres la misma persona que que antes o que ya no necesitas lo mismo que antes o que tus límites han cambiado.

 

4. No hay un final del camino.

 

Si asumes que no hay un destino final maravilloso y vocacional que te hará sentir completa sino que la vida es puro cambio y evolución, no te afectará tanto si llega un día en que algo cambia…

Que pierdes el trabajo, que ya no te gusta lo que haces, que cambias tú.

En lugar de verlo como algo raro o negativo lo verás como algo normal, quizá inesperado, quizá triste (nadie dice que sea fácil) …

Pero verás que así es la vida y lo necesario ahora es aceptar esta nueva situación y cambiar el plan.

Aferrarse a algo que no quieres no te ayudará en nada.

Aceptar que las cosas cambian, que se abren nuevas puertas.

Que hay que ir probando, equivocándose y aprendiendo.

Y que el camino es lo que hay que disfrutar (en lugar de esperar ansiosamente un destino que quizá al final ya no sea el que quieres, o quizá nunca lo ha sido, o ha aparecido otro que te llama más la atención…) es lo que hará que vivas tu vida de otra manera.

Y algo que leí hace poco en la web dailyom.com (que te recomiendo, por cierto):

Eres perfecta justo como eres. No hay nada que tengas que hacer, arreglar o cambiar.

Eso no significa que no puedas evolucionar o crecer sino que ahora mismo estás completa, no hay nada que arreglar porque no estás rota.

 

Tenerlo todo claro en la vida no es realista y puede hacer que vivas frustada y estancada.

A veces hay que avanzar sabiendo que, aunque no está claro del todo, te apetece probar, cambiar y de paso aprender por el camino si es esa opción es para ti o no lo es.

Espero que te ayude : )

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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.

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La libertad de ser quien soy

Trabajar en este camino implica tener momentos de silencio para mirarnos, romper y preguntarnos por los mandatos que gobiernan nuestra vida y que nos limitan, evaluar cómo está nuestra expresión de emociones y analizar todas aquellas situaciones que nos quitan paz.

Quizás todo se resume en la palabra conciencia, y sobre todo conciencia de presente, de estar donde estamos y no con el cuerpo en un lado y la cabeza y el corazón en otro.

Este es un camino hermoso que yo he empezado a caminar después de mucho dolor y aprendizajes que espero hayan dejado huella en mi alma para ir todos los días acercándome a mi mejor versión.

Además de invitarlos a leer mi más reciente caminata, quiero desearles que seamos capaces de ganarle a los miedos, las culpas y todas aquellas cosas que igual que una cebolla van generando capas que cubren nuestra esencia y que nos impiden ser lo que somos. Algunos podrán hacer este camino solos , otros como yo hemos necesitado ayuda pero la aventura de sacarnos todo aquello que nos quita La Paz es algo que le da sentido a este hermoso proceso de vivir.

 

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Hay más de un buen camino…

Después de la despedida que le realizó el equipo ejecutivo en la oficina, Luis les comenta que había dejado su teléfono celular en la casa y que por lo tanto no tenía GPS, pero les pregunta, cuál sería el camino más rápido para llegar más rápidamente a esa hora a “Sanhattan”. Por supuesto recibió mínimo tres sugerencias distintas. Tras escuchar todas las recomendaciones que no lo convencieron mucho, concluyó que mejor seguía el camino de su intuición.

¿Y si hubiese existido un camino mejor?

A diario vemos ejemplos como este. Muchos de las generaciones más jóvenes saben o creen saber el camino que deben tomar en su vida, en lo personal y profesional. Pero también sabemos, incluso con mayor certeza, que existen muchos otros caminos. Muchos de esos otros caminos, también son buenos caminos. ¿En ese caso no sería plausible pensar, que existen caminos que podrían ser algo o mucho mejores?

Es un dilema frecuente: ¿no debiéramos ver unas dos o tres alternativas de diseño adicionales para el folleto? ¿Realmente debiéramos enviar esa propuesta de portada, sin aclarar ciertos puntos con el cliente, que parecen innecesarios? ¿O no sería mejor llevar la propuesta personalmente y explicarla, en lugar de enviarla sólo por correo electrónico? Si lo hago y para llegar a tiempo: ¿me voy las autopistas o vías alternativas? ¿Tomo el carril del medio o el de la izquierda…, o me voy zigzagueando…..y si choco el auto?

¡Alto!

Si elegiste un buen camino y le eres fiel, seguramente no serás menos exitoso si hubieses elegido otro buen camino y le hubieses sido fiel. Fidelidad, ese es el concepto. Muchos deben liberarse de la ilusión, que la mejor decisión es cambiar cada vez a la otra opción que parece ser algo mejor. Por lo general esos otros buenos caminos, al final de la travesía, realmente no harán la diferencia.

Ya sé…: probablemente muchos jóvenes treintones e incluso cuarentones me tratarán de mostrar muchos ejemplos, donde personas han hecho rápida carrera a través del “job-hopping”. Sí, es cierto que existen ejemplos, pero son estadísticamente irrelevantes. La gran mayoría elige otros buenos caminos y finalmente se dan cuenta, que no había para qué cambiar de camino: Muchos…, demasiados, incluso se equivocan y finalmente se dan cuenta que el camino era peor. Los que zigzagean mucho, aunque inicialmente avanzan, finalmente se accidentan en el camino, algunos gravemente.

¡Puedes salir del encubrimiento!

Salvo que sientas que existe una fuerte contradicción entre lo que haces y lo que te motiva, lo que te gusta realizar, con el tipo de personas que prefieres compartir y realizar tus tareas, no sigas rompiéndote la cabeza, no dilapides energía. ¡Mejor focalizas esa energía en desarrollar la opción que ya elegiste!

Da igual. realmente, si envías la propuesta o la vas a dejar. Da igual si solicitas dos o más alternativas de diseño adicionales…En lugar de ello, mejor trabajas más y mejor en el contenido de la propuesta, aclara telefónicamente las dudas con tu cliente, preocúpate que la propuesta sea la mejor de acuerdo a las necesidades reales de tu cliente. La lucha eterna con la quizás mejor opción, es nada más que una excusa disfrazada, para no al final no ser exitoso, feliz y contento. Sólo distrae de avanzar y lograr, de dejar huella. Los supuestamente “hiperperfeccionistas” jamás dejan huella y eso, porque nunca se arriesgan a salir a caminar en el barro. Ese exceso de perfeccionismo también resulta cómodo, para no salir del encubrimiento, de no exponerse.

La búsqueda de la perfección absoluta es inútil. Y la búsqueda de lo casi perfecto no tiene sentido. Mejor opta por un buen camino, hazlo tu camino y olvida – al menos por un buen tiempo – los otros buenos caminos que se te abren en el camino.

Una buena opción para que trabajes en ti mismo, en potenciar tus habilidades, competencias e intereses es trabajar por ejemplo, con Las 7 Fases del Desarrollo Estratégico

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

texto extraído de www.gevert.com

 

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