Cómo convivir con una persona tóxica

¿Te has encontrado alguna vez una persona que te hace sentir agotada y desanimada después de pasar un rato con ella? Es una persona tóxica, una persona tan negativa y crítica que transfiere a los demás su energía negativa y nos hace sentir más débiles. En Instituto Draco queremos mostrarte las 10 cosas que tienen en común las personas tóxicas y cómo puedes alejarte de ellas.

Críticas constantes

Les encanta criticar a los demás y todo les parece mal. Aunque les hagas mil favores y les apoyes, nunca será suficiente siempre cometerás un error que te echarán en cara. Ellos nunca se equivocan y mienten si es necesario.

 

Son personas muy manipuladoras

Para lograr sus objetivos y sentirse más fuerte usarán la manipulación. Manipulan a los demás para conseguir lo que quieren y cuando lo consiguen los desechan sin más. Lo que tú quieres no es importante, todo gira en torno a esa persona, no son relaciones de igual a igual.

 

Nunca se disculpan

Las personas tóxicas no consideran que se tengan que disculpar por sus actos porque para ellos, las cosas siempre son culpa de los demás. Normalmente intentan manipular las relaciones para obtener simpatía y atención haciéndose las víctimas.

 

No son cariñosos

No son personas que te apoyan cuando estás triste o necesitas hablar. Son personas egoístas que solo se preocupan por ellos mismos.

 

Quieren que demuestres tu lealtad

Las personas tóxicas hacen elegir entre ellos y alguien más mediante chantaje emocional o haciéndote ver que el otro no es bueno para ti. Incluso en ciertos momentos te manipulan para que termines con una relación significativa para satisfacerle.

 

No se alegran por los demás

Son incapaces de alegrarse por lo que ha conseguido el otro. Normalmente, tienden a criticar y a alegrarse del mal ajeno. Son personas muy envidiosas que se dedican a quejarse y compararse con los demás.

 

Ponen a los demás a la defensiva

Les cuesta desviarse de su punto de vista y reconocer que existen otras opiniones. Piensa que son personas manipuladoras y que les encanta cambiar la atención de la discusión hacia sus puntos de vista.

 

No son consistentes

Cuando los necesitas de verdad no van a estar. Puede que lleguen a cambiar su actitud para lograr lo que quieren que pase pero no esperes actos de generosidad ,ya que no hacen nada si no reciben nada a cambio.

 

Hacen muy bien de víctimas

Todos les pasa a ellos, no tienen la culpa, la sociedad es así… Mil quejas por todo y nunca reconocen sus propios actos. No caigas en la trampa del victimismo porque es un papel que saben hacer muy bien.

 

Son grandes mentirosos

Mienten constantemente para conseguir lo que quieren pero al final, tantas mentiras siempre se descubren.

 

¿Cómo puedes alejarte de ellas?

 

Reduce el contacto

Poco a poco aléjate de esa persona, reduce la frecuencia en los planes y conversaciones. No te aporta nada bueno al contrario, te absorbe la energía y te usa para su propio bien. Si es tu pareja, sospesa si es un amor real que te hace feliz o lo estás alargando para no afrontar la soledad.

Planes de grupo 

Si los dos estáis en un grupo de amigos lo mejor es quedar todos juntos en vez de quedar a solas. Podrás estar con los demás y será más difícil que te manipule.

Toma distancia interior 

Tienes que entender que hay muchas personas que no quieren cambiar y no ven el daño a los demás con sus actitudes. Tu has crecido, estás en una posición de paz mental que te permite cambiar el modo de posicionarte en esta situación. Recuerda que cuando uno cambia todos cambian.

Cuídate

Tu eres lo más importante de tu vida y tienes que cuidarte.  Por ejemplo, establece límites siendo coherente con aquello que quieres, no solo en tus palabras, sino también con tus hechos.

Decide si te compensa

Si sientes que la distancia es lo mejor para ti, ya que esta relación no te aporta crecimiento, puedes dar el paso de dejar de alimentar esta historia.

 

Tu tiempo y energía son lo más valioso que tienes piensa que eres una persona única y maravillosa y no tienes que regalar tu tiempo a quien no se lo merece. Hazte valer y demuestra que no permites ese tipo de personas en tu vida.

 

Redacción Instituto Draco

 Extraido de www.institutodraco.com

www.facebook.com/InstitutoDraco

 

 

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Amor sin estrés: Promover armonía en las relaciones de pareja

Importancia de las relaciones amorosas

El amor constituye una de las dimensiones fundamentales del ser humano, en tanto la mayoría de metas vitales que nos proponemos giran en torno al establecimiento de relaciones de pareja que nos resulten satisfactorias y trascendente. Lo que a la vez lleva a las personas a experimentar sufrimiento y dolor asociados al amor, bien sea por tener dificultades en una relación amorosa, por no tener una relación establecida o por el dilema de experimentar varias relaciones afectivas a la vez.

La experiencia clínica evidencia que los problemas del amor constituyen el motivo de consulta más frecuente en la práctica terapéutica. Las personas generalmente tienen metas vitales referidas al establecimiento de relaciones de pareja soñadas, pero al no conseguirlas, sufren por amor. Es tal la necesidad de vivir una relación afectiva ideal, que muchas personas se vuelven irresponsables emocionalmente al asumir que su felicidad y bienestar dependen del estado emocional de la relación.

Los vínculos amorosos no son para padecerlos, sino por el contrario, para vivirlos al máximo y disfrutarlos. A pesar de que, como plantea Irving Yalom (2008): “El amor siempre está contaminado por el dolor”, el disfrute y el bienestar de la vida en pareja debe ser lo que prime en la relación, de no ser así, habrían que replantearse los asuntos de la pareja.

¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivocada, por sentir que el deseo se ha apagado o, simplemente, por la caricia que nunca llegó?. No hay nada más hipersensible que el amor, nada más arrebatador, nada más vital”.  Walter Riso – Ama y no Sufras.

El Dr. Walter Riso señala que con frecuencia el amor nos hace sufrir. Incluso aquellas personas que han encontrado su pareja perfecta tienen momentos de inseguridad y frustración. La buena noticia es que es posible superar los aspectos de nuestras relaciones que atraen la infelicidad, pudiéndose construir vínculos más saludables y gratificantes, sin apegos, con un mayor “cociente amoroso” y “ligando el corazón con la mente”.

Algunas personas sostienen que una buena relación amorosa es una condición contribuyente al bienestar personal, y en efecto, en la psicología clínica se asume que la vida en pareja es un factor protector para la salud mental de las personas, siempre y cuando reine la armonía en la relación.

Se escucha en el argot popular que el amor es un dispositivo suficiente para mantener una buena relación de pareja. Es evidente que para establecer y mantener un vínculo afectivo, el amor es necesario, y estar enamorado de la pareja es la base para para construir y vivir una buena relación. Sin embargo, y como plantea Aaron Beck (1990), el amor, a pesar de ser un incentivo poderoso para la vida en pareja, no constituye en sí mismo la esencia de la relación. Hay cualidades esenciales que deben cultivarse, como el compromiso, la sensibilidad, la generosidad, la lealtad, la responsabilidad, la confianza, la cooperación, la tolerancia, la comunicación y el perdón, que son determinantes para una relación feliz.

En la conjunción de estas cualidades, las parejas asumen una actitud constructiva en la relación, que les permite afrontar las dificultades cotidianas con compromiso y decisión. Es evidente que en todas las relaciones de pareja, como en cualquier proceso de interacción humana, se presentan situaciones problemáticas que pueden generar desencuentros, y por ende, reacciones de estrés. Ese no es el problema. El asunto a revisar son las estrategias de afrontamiento que las personas implicadas en la relación asumen, tanto de manera individual como en pareja, que les llevan a superar los conflictos o enfrascarse en el problema y deteriorar cada vez más el vínculo.

¿Qué es el amor?

El concepto del amor es tan difícil, que de su definición se han encargado los filósofos, sacerdotes, poetas, novelistas, psicólogos, médicos, físicos y un sinnúmero de “especialistas”, por lo que no se puede llegar a un consenso satisfactorio al respecto. Inclusive, se puede afirmar que cada persona, en su realidad subjetiva, tiene una definición propia del amor, que cree cierta y en torno a la cual construye y busca sus relaciones.

Para tener un soporte conceptual que nos permita hacer la reflexión sobre el estrés en las relaciones, se adopta la definición del psicólogo norteamericano Robert Sternberg (2000) quien propone que:

El amor de pareja es una conjunción de tres elementos que le dan la dinámica a las relaciones: Intimidad, amor y compromiso, que se grafican en un triángulo en el que cada elemento está ubicado en los vértices de la figura”:

La intimidad

Se refiere a la confianza y conocimiento de la pareja, saber quién es el otro, cuáles son sus sueños, anhelos, dificultades, temores, virtudes, necesidades, asuntos propios de su cotidianidad.

La pasión

Es la atracción física, el deseo y la intención de compartir cercanía corporal en pareja. Tiene que ver con la gratificación por el contacto, el disfrute por la cercanía y la búsqueda de la interacción física y sexual.

El compromiso

Es la decisión y voluntad por mantener la relación. Es la intención de construir juntos, de definir metas en pareja, tener lealtad y responsabilidad frente a la relación y buscar soluciones a las dificultades que se presentan en la pareja.

La relación de estos elementos define el tipo de amor que se vive en pareja, pues en cada relación puede primar o faltar alguno o algunos de ellos, lo que puede ser la base para la generación de reacciones de estrés, por constituirse una relación no consumada, como propone Robert Sternberg. El amor ideal, fortalecido, pleno, es aquel en el que los tres elementos confluyen de manera armónica, constituyendo un propósito de fortalecimiento en la relación en la que ambos protagonistas deben implicarse con decisión y compromiso.

Manejando el estrés en las relaciones de pareja

Para evitar que el estrés afecte las relaciones de pareja, y procurar que en vez de generadora de sufrimiento la vida en pareja sea un factor protector de la salud mental de las personas, se pueden tener estrategias tanto individuales como en conjunto, en cada uno de los elementos señalados como constitutivos de la relación.

En cuanto a la intimidad, es importante que las personas implicadas en una relación de pareja cultiven confianza entre sí, asumiendo que sí están dispuestos a mantener la relación no se puede estar con una persona casi desconocida.

Algunos tips para fortalecer la intimidad son:

  • Hablar todos los días sobre lo transcurrido en la cotidianidad de cada uno, en el trabajo, el estudio o en la casa.
  • Fomentar espacios para dialogar sobre asuntos personales como temores, necesidades, anhelos, deseos, entre otros.
  • Compartir espacios diversos, evitando la monotonía en pareja.
  • Evitar hacer juicios o críticas al pasado de la otra persona y asumir que la relación se sostiene con quien es la persona en el hoy y el ahora.
  • Permitir y fomentar la expresión abierta y franca de las emociones, sin enmascaramientos u ocultamientos falsos.
  • Expresar los desacuerdos, incomodidades, desencuentros e inconvenientes percibidos en la relación.
  • Respetar la individualidad y territorialidad personal de cada uno, sin pretender intromisiones o invasiones de la intimidad.

Para favorecer la pasión, es necesario que se mantenga viva la llama del deseo, del disfrute por la cercanía corporal y el placer por la interacción en pareja. Para promover la pasión en la relación, se sugiere:

  • Crear espacios de encuentro en pareja, en los cuales ambas personas puedan compartir sin la compañía de otros.
  • Buscar los espacios y momentos adecuados para iniciar el contacto físico, sin presiones ni manipulaciones.
  • Tener frecuentes expresiones sobre lo que se admira físicamente de la otra persona, de aquello que se percibe como atractivo del otro.
  • Resaltar la propia imagen física para compartir en pareja, esmerarse en “ponerse bonito” para el encuentro con el otro.
  • Permitirse cercanía e interacción física, con miradas, besos, caricias y encuentros sexuales placenteros.
  • Buscar estrategias de cuidado corporal en pareja, como hábitos alimentarios, ejercicio físico, cuidado en general de la salud.
  • Evitar comparaciones de los encuentros físicos en pareja con personas con quienes se compartió anteriormente.
  • Ser abiertos y receptivos para hablar sobre asuntos sexuales, como temores, expectativas, desacuerdos, fantasías y demás.

Por último, para favorecer el compromiso en pareja, es necesario que ambas personas mantengan la intención de construir juntos y comprometerse a que mientras exista la relación es menester alimentarla para que se proyecte a futuro. Como plantea Yalom, entender que “el amor debe ser eterno, mientras dure…”.

Algunas pautas para promover el compromiso en la relación, son:

  • Hacer planes en pareja, acordes con el momento de la relación. Asumir que en cada momento compartido en pareja debe representar un avance en el afianzamiento de la relación.
  • Compartir los esfuerzos para mantener el vínculo amoroso. Los aportes en la construcción de la relación no pueden recaer en una de las personas, debe ser una tarea compartida.
  • Ser sinceros y claros en la expresión de los sentimientos hacia la otra persona. No se deben generar falsas expectativas o ilusiones en la pareja.
  • Plantearse metas en pareja que cumplan tres condiciones esenciales: Que sean viables, que generen gratificación y que resulten trascendentes.
  • Resolver con prontitud los conflictos y situaciones dilemáticas que aparecen en la relación. No dejar que los problemas se aumenten por no afrontarse a tiempo.

En conclusión, el proceso de vivir las relaciones de pareja con las suficientes intimidad, pasión y compromiso, requiere de la decisión de ambas personas, de manera que el esfuerzo y la constante lucha por construir juntos deben ser compartidos.

En pareja, como en cualquier proceso de interacción humana, no todo es armonía. Es inherente a las relaciones tener momentos de desacuerdo, conflicto y adversidad, que son generadores de estrés. No se trata de buscar que la armonía caracterice a la relación en todo momento, sino de desarrollar estrategias de afrontamiento individuales y en conjunto que permitan superar los problemas, incrementando el potencial de disfrute, construcción y desarrollo potencial del vínculo afectivo.

Por: Dr. Rodrigo Mazo Zea

rodrigo.mazo@upb.edu.co

Extraido de: Editorial Phronesis

www.elartedesabervivir.com

www.facebook.com/elartedesabervivir.ph

Referencias

  • Beck, A. (1990). Con el Amor no basta. Cómo superar malentendidos, resolver conflictos y enfrentarse a los problemas en pareja. Barcelona: Paidós.
  • Group, E. F. (2016). Cómo eliminar el estrés con amor. Tomado de: https://www.globalhealingcenter.net/
  • Natalia (2013). Estrés y vida íntima: Cómo afecta a la pareja. Tomado del blog: Ella hoy. www.ellahoy.es /pareja/articulo/estres-y-vida-intima-como-afecta-a-la-pareja/
  • Riso, W. (2009). Ama y no sufras. Cómo disfrutar plenamente de la vida en pareja. Barcelona: Planeta.
  • Russek, S. (2014). El estrés y los problemas en la relación de pareja. Tomado del blog: Crecimiento y bienestar emocional. http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/pareja.html.
  • Sternberg, R. (2000). El triángulo de amor: Intimidad, amor, compromiso. Barcelona: Paidós Ibérica.
  • Yalom, I. (2008). El verdugo del amor. Historias de psicoterapia. Buenos Aires: Emecé Editores.

 

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La importancia de los amigos

En muchos países latinos , este mes es el mes de los amigos o de la amistad y este punto me hizo pensar en lo importante que se vuelven con el paso de los años. Estos hermanos o hermanas elegidos en la vida al final nos acompañan más que muchos familiares incluso más que nuestras propias parejas e hijos si es que hemos decidido tenerlos.

Me llama mucho la atención como los códigos de amistad cambian con las distintas generaciones donde hoy por ejemplo, mi hijo de 25 años me dice con mucha naturalidad que tiene “amigos” porque juega en red con un canadiense y una norteamericana a los cuales nunca ha visto y frente a mi pregunta el otro día si estos supuestos amigos vendrían a mi funeral si yo me muero para acompañarlo a él, me mira sorprendido y me dice , obvio que no mamá. Entonces no son amigos, respondo yo.

Es que parece que se pierde la conciencia de que la amistad es un trabajo y no menor, requiere mucha voluntad, persistencia y a veces esfuerzo para mantenerla por los años.

Es necesario compartir situaciones reales, mirarse a los ojos por lo menos de vez en cuando y sobre todo tener y compartir situaciones de vulnerabilidad y no sólo las de éxito.

Con los años he ido descubriendo la belleza de la amistad cuando uno se permite pedir ayuda, compartir llantos y errores y como la complicidad de la amistad se transforma en un tesoro qué hay que cuidar día a día.

Se puede tener amigos desde la infancia donde uno los puede ver una vez al año y a los cinco minutos de sentarse a conversar es como que el tiempo nunca pasó y no hay caretas ni poses porque no son necesarios. La historia compartida genera una naturalidad maravillosa que se siente tan natural como la vida misma.

Pero también se pueden encontrar amigos y amigas en el camino de la vida en cualquier situación donde uno conoce a alguien y al segundo uno siente que la conocía de antes donde la naturalidad y la alegría surgen en forma espontánea y esos códigos pueden dar el inicio de algo que puede durar la vida entera.

En ambas situaciones hay que tener claro que como cualquier afecto hay que cuidarlo y trabajarlo diariamente para que sea continuo.

Los códigos de lealtad, de confidencialidad y de complicidad son claves para que está amistad no se rompa. Sin embargo muchas veces como en todo la vida, amistades cumplen un ciclo y se desvanecen a veces dejándolas partir y otras con fuertes duelos que sin duda nos harán crecer.

Quiero en estas líneas agradecer a todas mis amigas, quienes seguramente me acompañarán en el proceso de envejecer con mayor alegría y complicidad que otros afectos. A las que se han ido, gracias por lo aprendido y a las que he podido hacer daño, perdón porque no ha sido con intención. Aquí también es importante entender qué hay muchas amistades que no son totalmente recíprocas, a veces uno quiere más de lo que la quieren a una y eso también es lindo asumirlo y entregarlo sin pedir la total equidad.

Los y las invito a registrar a sus amigos y amigas, decirles a ellos y ellas que lo son y que los quieren mucho y que de verdad toman conciencia de la belleza que implica caminar en la vida con manos que están ahí en las buenas y en las malas.

Escrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

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Lealtad con uno Mismo

Recibí como un regalo las siguientes líneas de este ya fallecido poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño, Mário de Morais Andrade.
Para el momento de mi vida, el tomar conciencia de cosas que antes reprimí, de tomar decisiones distintas a las que muchos esperan o suponen que debiera tomar, de modificar el foco en lo que me he estado centrando los últimos años, la reflexión poética escrita por Andrade a lo menos hace 75 años atrás, es tremendamente asertiva. Ello no significa que en estos últimos 35 años no haya compartido con personas especiales, muchas de ellas geniales, incluso personas trascendentales, es decir, de aquellas que no necesitan hacer un esfuerzo muy grande para alcanzar sus sueños. A muchas de esas personas las respeto, aprecio y quiero. Pero muchas de ellas ya no son y tampoco serán parte de mi vida. Mi foco y óptica cambian. Yo cambio…, o quizás me reecuentro.
Aquí va lo escrito por Andrade:
«Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.
Lealtad con uno mismo.»

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

texto extraído de www.gevert.com

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