El cerebro creativo de los espontáneos filtra desordenadamente, por eso cuando nos dices “céntrate en esto” nos vienen a la cabeza cosas que no tienen nada que ver, como un señor con migas en la barba. Debe ser por eso que soy incapaz de hacer mindfulness: “deja tu mente en blanco”… ¡imposible!.
Las conexiones entre distintas redes neuronales de los espontáneos son más fuertes por eso se nos ocurren ideas en los momentos más insospechados como la ducha o mientras hablamos de algo completamente distinto con nuestro marido (motivo habitual de cabreo doméstico….).
Así que, si alguien se enfada porque mientras habláis de algo importante de repente se te ocurre algo que no viene a cuento dile que no es culpa tuya, sino de tus conexiones cerebrales y que, a Steve Jobs le pasaba lo mismo.
Porque sin duda la vida es del color con que se mira pero, también, del cerebro que lo filtra.
Si quieres saber más sobre la disciplina que lo estudia, se llama neurociencia y es apasionante.
Conoce más a Blanca Rodriguez AQUI
#neurociencia #creatividad #personas
Read moreFundación ama+, especialistas en aprendizaje socioemocional
Desde que empezó la pandemia los pronósticos sobre su impacto en la educación han sido cada vez más catastróficos. Organismos internacionales y nacionales de gran prestigio nos alertan sobre el aumento de la desigualdad, la deserción escolar, retrocesos enormes en los aprendizajes. En muchas ocasiones se usan términos como «determinantes», «irreversibles» e «irremontables» para calificar estas consecuencias tan negativas. A medida que pasa el tiempo (ya vamos por un nuevos semestre a distancia o a lo más semi presencial), el miedo a todo lo que se ha perdido crece y crece.
No cabe duda, y no podemos estar más de acuerdo, en que es muy deseable que los niños, niñas y adolescentes vuelvan pronto a acudir a sus escuelas de manera presencial. Sin embargo, no creemos que lo ocurrido durante esta pandemia sea determinante, y menos que no haya nada más que hacer que «aguantar» hasta que las escuelas abran sus puertas. Si así fuera, estaríamos contradiciendo numerosa evidencia que nos muestra que tenemos una mente resiliente , y que gracias a su plasticidad, frente a las adversidades, es capaz de reinventarse y salir incluso más fortalecida.
El mayor enemigo para la mente resiliente no es el no haber aprendido mucho, sino el estrés crónico o el estrés agudo paralizante. Este tipo de estrés causa daño a nuestro organismo, afectando desde nuestro sistema inmune hasta la regeneración celular. Una de las consecuencias más nefastas para el aprendizaje y la enseñanza es que «hackea» a la corteza prefrontal y el circuito del aprendizaje, y exacerba la activación de circuitos subcorticales. Esto significa que no nos deja pensar con claridad, poner atención, memorizar, planificar, analizar, crear e innovar. Cómo no preguntarse entonces ¿qué debiera ser la prioridad para este momento de la educación?
Sabemos que se dice que la contención debe ser prioridad, pero en la práctica, ¿cuántas horas del trabajo que están haciendo las comunidades es para el bienestar emocional y cuántas para pasar materia? ¿Cuántas horas se va a dedicar al bienestar emocional cuando se vuelva a la presencialidad y cuántas a recuperar aprendizajes? ¿Cuánto estrés más va a provocar la recuperación a presión?
Muchas comunidades escolares nos han estado contando que los docentes y todos los funcionarios están, cada día que pasa más agotados, a veces angustiados. ¡Y estamos recién terminando el segundo mes, de un año escolar que será complejo!
Existe la ilusión de que la presencialidad terminará con este largo mal rato que hemos pasado, y que por fin vamos a respirar, los estudiantes irán felices a clases y los docentes gozarán ejerciendo su profesión al retomar el contacto físico. Eso quizás podría ocurrir si es que hoy cultivamos la resiliencia, pero jamás lo hará si las mentes que vuelvan a estar físicamente en las salas de clases llegan extenuadas.
Sigamos trabajando para volver a la presencialidad, pero no agobiemos más a las comunidades escolares. Lo más importante es trabajar para que las mentes de nuestros estudiantes y sus docentes estén sanas y fuertes para resistir este momento y sobreponerse con éxito cuando esto pase. Es urgente combatir el miedo y la desesperación con muchos espacios de calma, conexión, contención, juego, humor, esperanza. Que las matemáticas y el lenguaje, sean vehículos para estos objetivos que son más prioritarios.
Las mentes resilientes, no sólo recuperarán con mayor facilidad los aprendizajes perdidos, sino también se adaptarán mejor a un panorama que será totalmente distinto al prepandemia. Las mentes resilientes no sólo llegarán preparadas de mejor manera a los desafíos del futuro, sino que serán las que crearán ese futuro.
Invitamos a aquellas comunidades escolares que quieran promover la resiliencia entre sus miembros, a conocer nuestros servicios, en especial los que se presentan en www.aprendizajesocioemocional.cl/