A la hora de enfocar la búsqueda de empleo o el desarrollo profesional muchas veces nos dejamos llevar por la inercia o esperamos a que las cosas pasen solas: «No me han promocionado», «estoy estancada», «no me gusta mi trabajo, pero es lo que hay», «mi jefe no me da nuevas responsabilidades» «Mando muchos CVs, pero no me contestan». ¿Quieres conseguir resultados distintos?. Aquí tienes cinco consejos desde mi experiencia como Head Hunter.
He aquí algunas claves para conseguir resultados distintos. ¿Cómo?. Pues haciendo cosas distintas:
- Proactividad: Ya está bien de poner siempre la responsabilidad en agentes externos y cojamos las riendas de nuestra carrera profesional.
¿Quieres mas responsabilidades? Pídelas, involúcrate en proyectos, levanta la mano, habla en las reuniones o, busca nuevas oportunidades interna o externamente.
2. Conócete a ti mismo. Como decía Shakespeare «De todos los conocimientos posibles el mas sabio y útil es conocerse a uno mismo».
Se consciente de tus fortalezas, de lo que puedes aportar a otras personas con tu experiencia y conocimientos, de lo que de verdad te apasiona y escríbelo en un párrafo, como si fueras tu propio producto y lo fueras a vender. Esa, es tu marca personal.
3. Define tu meta. Para conseguir nuestro trabajo ideal lo mas importante es ¡Saber cual es! ¿De qué podrías estar horas hablando? ¿Cuales han sido los mejores momentos de tu carrera profesional y por qué? ¿Qué es lo que te mueve y te hace vibrar? ¿Dónde estarías 100% motivado? ¿Qué harías con tu vida si fueses inmortal e inmensamente rico?. ¿Dónde y cómo podrías hacerlo?.
Define bien tu meta y quién puede ayudarte a alcanzarla. Haz tu target list con tu propio ranking “bestplacetowork».
4. Desarrolla tu red profesional. ¿Ya lo tienes? Pues a por ello, llega la fase del NETWORKING. Busca conexiones, ¿conoces a alguien allí?. Contacta a través de LinkedIn con RRHH, con el Director del área que te interesa o con el CEO y pídeles reunirte con ellos. ¿y si no te contestan? ¿Y si te dicen que no? Pues a otra cosa.
No te cierres tú las puertas, que te las cierren otros. Algunos no te contestarán, pero otros si y, como decía Machado, y cantaba Serrat, «se hace camino al andar».
5. Hazte visible. No seas invisible. Diferénciate, comparte información, artículos, tendencias de tu área de especialidad, dale al like, no pasa nada, ¡y es gratis! tanto en Linkedin como en una reunión, no te quedes con eso que llevas dentro y compártelo.
El talento que no se ve, se pierde.
No te quedes sentado esperando a que te caigan tus sueños del cielo, ¡sal a buscarlos!.
Read more
Igual que uno necesita tranquilidad para dormir, o moverse para entrar en calor, bueno, también necesitamos atención para aprender, interés para atender y memoria para recordar, sin esas funciones cognitivas no será posible lograr un correcto proceso de aprendizaje. Es por eso que activar las áreas cerebrales encargadas de esas funciones es imprescindible. Producto del encierro en casa a raíz de la pandemia del covid 19, es que uno de mis principales preocupaciones tanto para conmigo como para con mis hijos ha sido mantenernos física y mentalmente activos día a día, el tema de la psicomotricidad, de que se muevan a diario es intransable, y con la ayuda de una planificación ha sido posible lograrlo, realizamos actividades ya sea de motricidad gruesa como de motricidad fina constantemente, ellos no se dan cuenta, pero yo lo intenciono, con el único objetivo que estén mas activadas las zonas del cerebro encargadas de aprender, y cuando hablo de aprender, me estoy refiriendo especialmente a todo lo que sucede alrededor de la vida de un niño, de todo se puede aprender! de lo que veo, de lo que oigo, lo que juego, de lo que hago con alguien cuando colaboro, de lo que descubro en los momentos de soledad, de lo que invento, lo que toco, etc…
Pero, ¿por qué el movimiento es clave para aprender? Gracias a las neurociencias se ha podido confirmar que el movimiento promueve la liberación de ciertos neurotransmisores que actúan en los procesos de aprendizaje tales como la memoria y la atención, entre otros. Ahora, por movimiento tenemos que recordar que los hay lentos y delicados, controlados y pequeños, como también hay otros acelerados, grandes y libres, entonces saber realizarlos y cuál es el momento adecuado es lo mas complicado para poder planificar, mas aun en un contexto de encierro y estrés en que se hace lo que se puede y cuando se pueda en EL ESPACIO que se tenga, y más difícil todavía en el caso de menores con TDAH, que lo único que buscan es moverse y moverse sin fin, sin razón..
Moverse despierta nuestro cerebro, mas bien lo prepara para la acción. Así, si realizamos un determinado tipo de movimientos antes del momento de aprender será propicio pues estaríamos activando el área de la atención –zona prefrontal– debido a la liberación de dopamina y noradrenalina, además del incremento en los niveles de oxígeno lo cual será óptimo para dejar al alumno preparado, atento..; por el contrario, si realizo determinados ejercicios después de una experiencia de aprendizaje podríamos activar la zona del hipocampo –ampliando su volumen– (otro acierto de las neurociencias), favoreciendo así la consolidación de los contenidos debido básicamente a la baja en los niveles de cortisol, promoviendo un estado de relajo y bajo estrés.
Ya sabemos entonces que el momento de la práctica de ejercicio y actividad física gruesa o fina es determinante para definir la calidad de un aprendizaje, activar a un niño a entrar a una sesión de telecolegio, o relajar y felicitar a un estudiante al finalizar la sesión remota estaría cooperando con el proceso.
A mas espacio podremos realizar ejercicios de motricidad gruesa tales como saltar la cuerda, jugar al luche, tirar la cuerda, hacer volteretas, jugar a «chutear» la pelota, hacer rebotes, carreras de velocidad o con implementos, baile, hacer la cama, vestirse solo, trasplantar, barrer, enrollar la manguera, mover bolsas, hacer la cama, etc.. ayudará a despertarlos.
A menor espacio podemos realizar motricidad fina o movimientos mas pequeños, tales como colorear, troquelar, delinear, pegar piezas pequeñas, hacer figuras con plasticina, trasvasijar, agrupar calcetines, cocinar, poner la mesa, sacudir, regar plantitas, bordar, yoga, pilates, entre otras, también estarán cooperando con la relajación. Según la tarea de aprendizaje que se deba realizar será la actividad psicomotora que se elija y cuándo. A nuestros alumnos a veces necesitamos relajarlos (motricidad fina) para poder hacer ejercicios de matemáticas, como otras veces necesitaremos llevarlos al patio a correr para despertarlos y luego poder hacer ejercicios de creación, de diálogo y argumentación, de trabajo grupal, de intercambio, etc..
Recientes estudios revelan que movimientos mas precisos y lentos (precisamente ahora que estamos en espacios reducidos, confinados) colaborarían a mejorar la actividad simbólica! tales como son la lectura, la escritura y el cálculo; movimiento mas gruesos y libres colaborarían con creatividad, invención, diseño, pensamiento, ideas.. gracias a los neurotransmisores que se estarían liberando.
Por lo tanto tenemos una buena noticia! Si deseamos que nuestros niños se calmen, basta con ofrecerles un ambiente, materiales e ideas de juegos de movimientos que requieran motricidad mas fina para que liberen un tipo de neurotransmisores que relajan y calman; por el contrario si necesitamos despertar a nuestros niños les ofreceremos juegos mas libres y que impliquen movimientos gruesos involucrando todo el cuerpo, lo que ayudará a dejarlos mas atentos (NA/DA). Ahora, está en nosotros reconocer al observarlos, el ver cómo están si acelerados y muy relajados y si ese estado favorecerá o no a la actividad a realizar, en el tipo de movimiento que les ofrezcamos está la solución.
Claudia Pastene – Psicopedagoga – Conoce más de Claudia
aqui
Foto portada : Foto de Lukas en Pexels
Read more
¿Has oído o has leído alguna vez la historia de la catedral y las piedras? Dice algo así…
”Había dos albañiles trabajando, colocando piedra sobre piedra, sudando, cansados…
Al rato se acerca una persona y le pregunta a uno de ellos: ¿Qué haces?
Y el albañil le responde: aquí trabajando, colocando piedras, cansado, con calor y ni siquiera me pagan bien pero aquí estoy.
Después le preguntó al otro albañil, que estaba haciendo exactamente lo mismo: ¿qué estás haciendo?
Y él dijo: estoy construyendo una catedral, que va a durar siglos y siglos y me siento orgulloso porque va a ser imponente y mucha gente va a venir a verla”.
Mismo trabajo, muy distintas experiencias…
Y es que tener un porqué más grande te ayuda a estar motivada, feliz, a ver la importancia de lo que haces y a tener otra actitud.
En lugar de pensar en las pequeñas acciones de tu día a día o en lo que no te gusta de tu profesión busca qué estás aportando al mundo.
El otro día me decía una amiga, auxiliar odontológica, que no quería ir a trabajar ahora, poner en riesgo su salud…
Y yo le recordé algo que se le había olvidado.
Que lo que hace es importante y más ahora. Que cuando te duele una muela es horrible y no poder ir a que te atiendan sería horroroso. Que aliviarle el dolor a alguien es ¡muy importante!
Su misión es ayudar a aliviar el dolor y mejorar la vida de muchas personas que sufrirían mucho si no fuera por profesionales como ella.
Otro ejemplo lo vemos hoy en día con los transportistas y las cajeras y cajeros y trabajadores en supermercados. Su trabajo tiene mucho valor y quizá nunca se lo habían planteado hasta ahora, que si no están nos quedamos sin suministros.
Y es así en todo momento no solo ahora. Solo que en ciertas situaciones lo vemos más claro…
Y lo mismo para ti.
Si encuentras tu “catedral” en lugar de pensar que estás poniendo piedras y ya está, tu realización personal y profesional será MUY DIFERENTE.
Aquí tienes un vídeo que lo explica muy bien y que siempre recomiendo.
Así que esos son tus “deberes” para hoy, averiguar o definir cuál es tu gran porqué, tu “catedral”.
Y si aun así sientes que no, que lo que haces no te llena, que no hay “catedral” a la vista, mi programa online Qué Hacer Cuando No Sabes Qué Hacer te ayudará mucho.
Un Programa de 5 Semanas para Ayudarte a Salir Del Estancamiento, Encontrar Tu Camino y Pasar a La Acción (incluso si el miedo, la confusión y las dudas te paralizan).
¿Qué me dices? ¿Cuál es tu “catedral”? Cuéntamelo en los comentarios, me encantará saberlo.
————————————–
La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
Read more
¿Qué hacer cuando no sabes pasar a la acción?
Me escribía una lectora diciéndome esto:
“Ya hace tiempo, aproximadamente 3 años, que desperté! y empecé a leer libros, vídeos, blogs… Pero lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción. Sí, sé que tengo que hacer un trabajo interior viendo cuáles son las cosas que disfruto, probando, experimentando, pero me quedo ahí, en la superficie, cómoda leyendo y empapándome de las experiencias de otros.”
Aunque el mensaje sigue y trata otros temas también muy interesantes, hoy me voy a centrar en esta frase:
“Lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción”.
¿Qué puedes hacer si tú también estas en esa situación? Si sabes que quieres algo distinto pero no sabes pasar a la acción.
Lo primero de todo es asegurarte que SÍ sabes pasar a la acción.
Que no lo hagas es otra cosa, pero saber sabes.
El problema radica en tres cosas (para ti pueden ser las tres o solo alguna de ellas):
1. No sabes qué quieres.
Es muy difícil pasar a la acción cuando en realidad no sabes bien lo que quieres. Miras al frente y sólo ves niebla. No sabes hacia dónde tirar, ni por dónde empezar, ni quiera el camino a seguir.
Otras veces no es que no veas el camino sino que hay tantos que no sabes cuál elegir.
Difícil pasar a la acción, así, ¿verdad?
2. No te atreves
Te imaginas el cambio como algo aterrador, gigantesco, desconocido, que te va a sacar de lo que conoces y te va a meter cualquiera sabe dónde.
Como si de pronto te arrojaran en medio del océano y tú hubieras vivido hasta ahora en una charquita.
Y te imaginas esa inmensidad, sin tierra a la vista y con mil cosas por debajo de la superficie.
Como para pasar a la acción…
3. Tienes miedo de perder algo importante para ti.
En este caso sabes lo que quieres, sabes lo que harías, no te paraliza lo desconocido, la incertidumbre, ni si sale mal porque confías en tí y en tus capacidades pero…
Tienes miedo a perder algo, como me decía una lectora:
“Tengo mucho miedo a perder lo conseguido durante 20 años a nivel económico y social. Significa cambiar todo, la estabilidad lograda, para ir a empezar de nuevo y eso me genera ansiedad, miedo a arrepentirme.”
El miedo a arrepentirte es muy importante y te puede mantener totalmente paralizada. Ese fue mi principal miedo cuando cambié mi carrera de científica a coach, por ejemplo.
Sabiendo esto, para poder pasar a la acción primero tienes que tener claro qué te lo impide. Qué no tienes claro, qué te da miedo.
Sé sincera contigo misma y responde a esta frase:
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Apunta todo lo que se te ocurra, aprende a escucharte. Cuando lo tengas claro podrás decidir cuál es tu siguiente paso.
Podría ser averiguar más detalles acerca de la nueva profesión que quieres.
Hablar con alguien que te diga qué conlleva de verdad vivir de eso.
Ahorrar, formarte, pedir ayuda.
Depende mucho de tu situación. Te dejo algunos artículos para ayudarte a dar ese primer paso, pero primero completa esa frase para saber por qué sigues sin pasar a la acción.
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Y porque ___________________________________________________________.
Escribe TODO lo que te venga a la mente.
Más artículos para ayudarte:
————————————–
La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
Read more
En mis inicios como emprendedora hace más de 10 años, uno de los principales motivos que me impedía lanzarme era el miedo ¿podré hacerlo? ¿Sabré hacerlo? Y cuando conseguía hacer cada cosa que me iba proponiendo me di cuenta de que sí, que soy capaz de hacer cualquier cosa.
Creo firmemente en el poder de la motivación y la inspiración. Saber que alguien lo logró, entusiasma, y en alguna medida, disminuye mis miedos. Entendí sin embargo, que el sólo entusiasmo desde la emoción, las ganas o el pensamiento, no producen por sí mismos resultados.
Hoy, desde la experiencia, la fórmula para lograr (casi) todo lo que nos propongamos, necesariamente requiere del factor acción. Hacer, activar, experimentar, probar, levantarse, decidir, caminar…
Entonces, pensar o soñar sin acción sólo tiene como resultado el vivir con la esperanza de lo que será o la nostalgia por lo que no fue. Hacer sin sueños es vago, vacío, hasta casi si rumbo te diría. Los dos factores juntos y a la par, pueden significar el camino a tus logros.
Ahora bien, ¿es necesario que hagamos tantas cosas? ¿Es necesario que sean todas juntas?
Que tengas capacidad e interés por algo no implica que puedas con todo a la vez. En el fondo, tener esto claro es sanador, y quita peso de encima. Muchas veces nos sentimos culpables o desmotivados por no hacer más de lo que hacemos (o más de lo que nos gusta) o por no hacer nada (o creer que no hago nada)
Entonces, ¿cómo aclararnos ante tanta confusión?
Ante todo, elegir no pre-ocuparse. Luego, diseñar un espacio de desconexión y reconexión con tu pasión. Si crees que no tiene tiempo para ese espacio, puedes seguir haciendo desde la obligación y la queja. Si por el contrario, te haces el tiempo, comenzarás a sentir las ventajas de ser el autor de tu propia vida.
En ese momento contigo, pregúntate: ¿qué es lo importante para ti? ¿Cuál de todas las tareas que haces a diario te acerca a tu sueño? ¿Cuán real y medible es aquello que te mantiene en vilo algunas noches? ¿Cómo rediseñarás tus tareas y prioridades?
Y fundamentalmente: ¿qué es prioritario en ti?
Hace ya un tiempo que descubrí la importancia del hacer con valor y desde el servicio. Lo logré luego de conocer (e inspirarme de) personas que eligen diseñar sus actividades, y el impacto que ello genera en los demás. Personas que deciden desde su propósito, desde su para qué de vida. Personas que eligen para quién hacer lo que hacen, pero que ante todo, se colocan primeros en la lista. También conocí y aprendí lo que no quiero. Porque conocí personas que hacen desde la queja. Personas que no hacen, porque no ven nuevas posibilidades. Personas que no saben esperar o buscar su momento.
Para hacer con valor, no hay tiempos establecidos. Para diseñar una vida significativa y llena de propósitos, no hay que vivir corriendo y haciendo desconectados del sentido.
Aprender a hacer con valor, te acerca a generar un impacto en la vida de los demás, pero sobretodo, marcará una diferencia para que ese impacto, mejore TU propia existencia.
Desde el sentido y el servicio, le darás vida al líder que hay en ti. Y desde allí, al menos para mí, el éxito cobra vida.
Read more
Un camino más directo para enfocarnos en el logro de nuestros propósitos es sin duda tener la claridad para distinguir lo que realmente deseamos.
Ésto aplica para todo en nuestra vida, sin embargo en lo cotidiano, al prestar atención a nuestros diálogos internos o en conversaciones con otras personas, resulta más cómodo hablar de aquello que no queremos ser, que no deseamos, que no queremos que suceda. Sin darnos cuenta, el efecto que logramos es dar poder a la situación indeseada, así cuando surge la evidencia del oscuro panorama que en muchos casos hemos contribuido a crear de manera directa o indirecta, nos conformamos con la satisfacción de haber predicho lo que ocurriría.
Nuestro cerebro está orientado al logro, es uno de nuestros aliados para alcanzar aquello que nos propongamos, pero necesita las instrucciones adecuadas. Es necesario revisar nuestros diálogos personales, reprogramar nuestra manera de pensar conectando con nuestro ser. Es en lo interno de cada uno donde se encuentra nuestra esencia, nuestros anhelos, quienes somos. Si llevamos esta idea al pensamiento colectivosucede exactamente lo mismo, como familia, como comunidad, como país, es necesario proyectar lo que deseamos. Es importante crear la realidad que deseas con tus acciones diarias, desde el ser que eres y lo más importante convéncete que esa realidad existe para ti, para tu familia, para tu país.
A propósito de lo que mencioné anteriormente, a manera de ejemplo me voy a referir a la Madre Teresa de Calcuta, quien se negaba rotundamente a participar en actividades en contra de la guerra porque admitía que simplemente al referirse a esa palabra se le estaba dando fuerza, por el contrario manifestaba su interés en promover actos en función de la paz, de la libertad, de la hermandad, del entendimiento entre los seres humanos, día a día con sus acciones creaba esa realidad desde su propio ser y ha sido notorio el resultado que ha obtenido.
Sintonizar con nuestros anhelos exige desligarnos de creencias y prejuicios que nos alejan de quienes somos. Prueba buscar espacios para encontrarte contigo y redescubrir día a día esa realidad que sí deseas protagonizar, no en vano eres quien dibujas tu propia realidad al tomar decisiones frente a cada circunstancia, recuerda que somos responsables de los resultados que obtenemos, somos creadores y nuestra proyecciónpuede inspirar a otros y favorecerlos.
Te invito a dejar un comentario sobre este artículo, me gustaría conocer tu opinión sobre el tema.
Sigamos en contacto!!
Descubre tu potencial y disfruta la diferencia…Coaching, Vivir con Maestría!!
Mercedes Martínez
@merchylifecoach
Read more
Una de las preguntas frecuentes que recibo de las personas, en relación al manejo de las emociones, es ¨¿Cómo evitar los pensamientos negativos?¨
Y mi respuesta siempre es la misma: ¨No trates de evitarlos, ni de eliminarlos, y ni siquiera luches con ellos… simplemente déjalos ir, déjalos pasar y pon tu atención en lo que realmente deseas¨.
Estoy seguro que más de una vez escuchaste o te dijeron ¨que debes tratar de pensar en positivo¨. Aunque suena inteligente, la cosa no va tan así… Porque si bien repetir conscientemente afirmaciones o pensamientos positivos puede ayudarnos a sentirnos bien, si albergamos emociones negativas o ideas limitantes inconscientes y no las dejamos ir, hacemos literalmente un desperdicio de energía.
No siempre la emoción sigue al pensamiento, sino que en muchos casos, nuestro estado emocional sostiene los pensamientos que tenemos. Entonces cuando sintamos malestar, ansiedad o cualquier tipo de tensión, comencemos por reconocer lo que sentimos sin juzgar, sólo observando, respirando y tomando registro. Aceptando, es como damos el siguiente paso para volver a elegir, que emoción y actitud queremos tener en cualquier situación; porque lo único que sostiene los pensamientos negativos, que son energía, son los juicios. Dejar ir con la respiración la tensión que producen los juicios y las ideas limitantes, no sólo nos brinda sensación de liberación y liviandad física y psicológica; además accedemos a un nivel más elevado de conciencia.
Y la energía, o el poder, que recuperamos podemos ahora enfocarla de una manera más efectiva en nuestras tareas diarias o nuevos proyectos, también se incrementa la creatividad, el entusiasmo, el coraje y la determinación para tomar acción.
Porque cuando la mente y el corazón trabajan juntos, no hay límites.
Agustin Andrade
Autor y Comunicador
www.agustinandrade.com
Extraido de www.institutodraco.com
Read more
¿Te encuentras estancada, paralizada, sin saber qué hacer o cómo hacer lo que quieres?1
En mi experiencia (tanto propia cuando estaba considerando dejar mi carrera científica, como ayudando a varias de mis clientas), hay al menos tres tipos distintos de parálisis.
Y aunque, normalmente como coach, me enfoco en las soluciones, es importante conocer cuál es el origen de tu parálisis para aplicar la solución más adecuada para ti.
Estos son los tres tipos de parálisis más frecuentes. Sigue leyendo…
a. Cuando sencillamente no sabes qué hacer.
Quizá has estado trabajando en lo mismo mucho tiempo, o nunca te has parado a plantearte otras alternativas u opciones profesionales; y, de repente, te encuentras con que tu situación ha cambiado, o que simplemente lo que antes te gustaba ya no, que ya no estás satisfecha.
Quieres hacer otra cosa pero no tienes ni idea de qué.
De hecho, recuerdo un ejercicio que hice cuando estaba haciendo el doctorado y que me resultó extremadamente difícil.
¿Qué harías si tu profesión dejara de existir y no pudieras hacer nada remotamente parecido?
Te pedían cinco respuestas.
Me costó días acabarlo porque nunca jamás me había planteado dedicarme a otra cosa que no fuera la ciencia (excepto cuando era pequeña : )
Te recomiendo que lo hagas, cuando logré dar con esas cinco alternativas me relajó saber que había algo más aparte de la ciencia que me podría interesar (y sí, el coaching fue la opción número uno).
Si te identificas con esta situación, lo que necesitas es trabajo de introspección. Párate a pensar quién eres, qué quieres, qué necesitas, qué te gusta, cuáles son tus prioridades.
Esto a veces es fácil, pero a veces no. Con mis clientas, muchas veces en la primera sesión con unas cuantas preguntas, escarbando un poco, sale todo; y se quedan asombradas porque no se habían dado cuenta de que, en el fondo, sí sabían lo que querían.
Tú sola también puedes hacerlo con libros de autoyuda o artículos como este.
b. Debido a miedos e inseguridad.
En este caso sí tienes claro (más o menos) lo que quieres, pero no te atreves a dar el paso por miedo. Miedo de todo tipo: a fracasar, a equivocarte, a las críticas, a no estar a la altura, etc.
Lo primero que tienes que tener claro, aunque suene duro, es que el miedo no desaparece, más bien se transforma. Empiezas con unos miedos, luego tienes otros, etc. Tienes que acostumbrarte a tener miedo y seguir adelante a pesar de él. Ese es el único método.
Si paralizas tus planes hasta que desaparezca el miedo, vas a estar esperando indefinidamente…
Por supuesto, puedes tratar de minimizar el efecto de tu miedo.
Por ejemplo, teniendo un plan B por si acaso lo que quieres no funciona. Eso ayuda a muchas personas a quedarse más tranquilas y a poder seguir adelante.
Otras, sin embargo, prefieren lanzarse sin mirar atrás y no considerar más opciones, quemar los puentes, como se dice. De ti depende.
Otra opción que te puede ayudar es profundizando en lo que te da miedo, analizar lo peor que podría pasar. Para que te des cuenta de que, en muchísimos casos, lo peor que podría pasar no es tan malo.
Pero lo que más te recomiendo si esta es tu situación es concretar tu proyecto.
Porque cuando tu proyecto es algo difuso es normal estar asustada, pero cuando eres capaz de verlo, sentirlo, imaginar como será y tener en mente qué es exactamente lo que quieres se reduce la incertidumbre, se reduce el miedo (insisto, no desaparece) y, lo más importante, sabes por dónde empezar.
c. Porque tienes tanta información que no sabes por dónde empezar, estás agobiada.
En este caso hay que empezar por dejar de buscar información, ya es suficiente.
Está muy bien tener información, pero para que te sirva de inspiración ¡no de lastre! Esto es algo muy frecuente, no te preocupes, nos pasa a todas cuando estamos ilusionadas por empezar algo.
Lo importante ahora es parar y volver a tus inicios, por así decirlo, a considerar qué es lo que de verdad quieres, para que no te dejes llevar por todo lo que has visto.
Una vez tengas una imagen clara de lo que quieres, llega el momento de crear una estrategia, un plan de acción para que no te vuelvas a saturar de información y te enfoques en lo que te va a dar resultados.
¿En qué situación estás tú y qué técnica utilizas para seguir adelante? Cuéntamelo en los comentarios y comparte este artículo si te ha ayudado.
————————————–
La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
Read more
En el artículo de hoy te propongo 10 ideas o acciones para que te pongas en marcha de cara a trabajar tu autoestima. Estar bien tiene un precio, y ese peaje sólo lo puedes abonar tú, ya que eres la única persona responsable de tu felicidad. ¿Nos ponemos manos a la obra? Las 10 acciones propuestas son:
1. No dejes pasar las oportunidades
Cuando dejas pasar una oportunidad, surge una sensación en ti de pérdida y de cierto arrepentimiento, lo que asocias con no haber tenido el coraje suficiente para haber realizado la acción relacionada con esa oportunidad. Por lo tanto, la próxima vez no no pienses tanto, y haz más.
2. Sal de tu zona de confort
Se trata de hacer cosas que de entrada te provoquen incomodidad. Superar esa pequeña resistencia te hace sentir con confianza de que puedes hacerlo una y otra vez.
3. Pasa a la acción
Está permitido cometer errores, pero pasando a la acción activarás tu energía para conseguir aquello que deseas. Nota: lamentarse no es ninguna acción. Si lo que has hacha hasta ahora no te ha funcionado, haz algo distinto.
4. Haz algo nuevo
Está relacionado con los dos puntos anteriores, ya que hacer algo nuevo suele suponer salir de tu zona de confort. No me refiero a realizar grandes acciones, pero sí puedes retarte a hacer cosas “sencillas” que no haces habitualmente, como puede ser cambiar de ruta para ir al trabajo o ir a un restaurante diferente. Esto se traducirá en un mensaje a tu subconsciente de “atrevimiento”, lo que aumentará tu proactividad, algo esencial en el proceso para mejorar la autoestima.
5. Ejercicio “sólo por hoy”
Quizás en algunas ocasiones tengas el pensamiento de que emprender nuevas cosas implican que un grado de compromiso que no estás seguro/a de querer adquirir. Por ejemplo, ponerme a dieta o realizar algo de ejercicio. Cuando te apetezca hacer algo pero tengas cierto temor a adquirir un compromiso de durabilidad, simplemente dite a ti mismo/a: “sólo por hoy”, y a ver qué pasa.
6. Cambia o establece un pequeño hábito
Elige acciones sencillas, que no te supongan un gran esfuerzo. Por ejemplo, salir cada día con los zapatos limpios. Lo importante es que tu cerebro se habitúe a establecer rutinas satisfactorias que generen confianza. Por pequeñas que sean.
7. Termina las cosas que empieces
Si tienes problemas de confianza en tu capacidad de completar tareas debes trabajar en esto. Cuando no terminas algo que has comenzado, de algún modo estás faltando a un compromiso contigo mismo/a, y se reduce tu sensación de capacidad para ejecutar las cosas, lo cual se traduce en un mayor miedo al fallo, y en consecuencia a no actuar por ese miedo. También tu sensación de valor personal disminuye al faltar a tus propios compromisos. Para conseguir este punto no olvides el siguiente punto…
8. Establece pequeños objetivos alcanzables
Lo oportuno es que acometas pequeñas tareas, que sean sin duda alcanzables. Una vez lo hayas logrado ve incrementando el nivel de exigencia de las mismas. Si de inicio te pones un reto muy complicado, quizás acabes dejándolo a medias, lo cual no va a ayudar en absoluto a construir una sólida confianza en ti mismo/a. No quiero decir con esto que no te pongas objetivos ambiciosos, sino que los dividas en partes pequeñas y alcanzables. Piensa que es más fácil comerse una tarta en varios días tras dividirla en trozos, que hacerlo en un solo día del tirón.
9. Toma las riendas con iniciativa
Es muy sintomático que las personas que no confían en sí mismas prefieran que sean otras las que le marquen el rumbo. Si actúas así, puede que la dirección que te indiquen no sea la que te lleve a la vida que deseas. Si quieres sentir mejorar la autoestima, has de tomar decisiones, y no es optativo. Escucha y sigue tu propio instinto en lugar de escuchar tanto a los demás. Una vez más el mensaje se repite: sé responsable de tu vida.
10. Pon tu energía en las soluciones
No seas de esas personas que se quejan continuamente, que sólo se centran en los problemas y se quedan permanentemente buscando más problemas. Ante un problema, pregúntate: ¿Cómo puedes resolverlo? ¿Qué puedes más hacer? ¿Cómo puedes solucionarlo? Cuando aportas soluciones, generas confianza tanto en ti mismo/a como en los que te rodean.
¿Qué acciones vas a poner en marcha para aumentar la autoestima esta semana?
Irene Morales
Coach Espiritual
www.IrenePsicoBio.com
Extraido de www.institutodraco.com
Read more
La frase de Albert Einstein «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo» se me viene a la cabeza cada vez que atiendo personas cansadas de que nada les resulte como lo desean y sin embargo, siguen haciendo lo mismo. Muchas veces de forma rutinaria, repiten el mismo proceso esperando conseguir un nuevo resultado, que finalmente, nunca obtienen y ahí los invade la desesperación, frustración, cansancio, desilusión y muchos otros sentimientos que sólo desalientan el espíritu.
Por ejemplo, es tan simple como hacer un mismo trayecto en auto en el que me demoro 30 minutos y pretender demorarme 15, haciendo la misma ruta. Ahí el resultado será, ir estresada por demorarme la mitad, corriendo riesgos innecesarios, realizando faltas en las normativas del tránsito, etc. Así y todo, no lograría demorarme la mitad del tiempo estimado.
Entonces como lo hacemos?
En este caso sería, usar alguna plataforma para ver cómo está el tránsito, tomar algún camino alternativo o cualquier otra medida que aporte a lograr la meta.
La idea es abordar lo que no hemos conseguido, no desde la frustración y la rabia, sino desde la perspectiva de que sólo es un resultado no deseado y ver qué medidas diferentes debo tomar. Mirarlo de frente, sin juicio, sin culpa, sin miedo y enfrentarlo desde cero, como si fuese la primera vez que me ocupo de él.
Además, movimiento genera movimiento, por lo que cuántas más vueltas y alternativas brindemos para lograr el resultado deseado, más posibilidades tenemos de conseguirlo.
Esperanza, acción y cambios para que obtengan aquello que SI quieren con el corazón.
Read more