EL FEMINISMO ANTI-MATERNIDAD

En el transcurso de mi vida y gracias a Dios,  crecí con una influencia feminista. Podía ser lo que yo quisiera, cuando yo quisiera, tenía el talento y el mismo potencial que cualquier hombre de mi edad. Podía estudiar, viajar,  trabajar, casarme,  ser soltera,  tener hijos o no.  Era libre de elegir. Me sentía empoderada, me sentía apoyada por las de mi género, me sentida aceptada.

Pero cuando fui mamá y opte por ponerle un alto a mi trabajo para criar a mis hijos sin el apoyo de guarderías me di cuenta que para muchas (no todas) pseudo feministas ser mamá no era compatible con el movimiento. Me di cuenta que podía elegir ser lo que quisiera,  menos mamá.  Porque paradojicamente son las propias congéneres las qué muchas veces menosprecian el ser madre,  las que predican que hacerlo es rendirse ante el patriarcado y su sumisión al hogar y que tenemos tanto potencial que es una pena desperdiciarlo siendo simples “amas de casa”.  Si,  amigas y conocidas (que no son madres) me han llegado a decir “estás desperdiciando tu vida”,  ó, “mis otras amigas mamás no se han abandonado como tu ,” ó,  “haz cambiado, tenías muchos proyectos y ahora no haces nada”. Es como si creyeran qué me vendí, como si me tuvieran lastima por priorizar la crianza de mis hijos por sobre otras elecciones más egoístas o egocéntricas. Les doy pena porque mientras mi esposo esta logrado todas sus metas profesionales yo no.

A ellas y a las que me juzgan sin conocerme les digo: Tengo una carrera universitaria y estoy en un máster,  he rendido exámenes de posgrado con mi hija al pecho, he viajado por el mundo, he trabajado de manera independiente de lo que he querido pero hoy escojo ser mamá.  Podría hace lo que yo quisiera y quizás en unos años retomaré algunos proyectos pero hoy, ante mi abanico de posibilidades y en completo uso de mis razones escojo ser madre de tiempo completo. No me tengan pena.

Yo me siento muy privilegiada de poder elegir quedarme con ellos y amo hacerlo porque soy consciente que estoy postergando mi carrera unos años para dedicarme al trabajo más importante de mi vida qué es el de construir un hogar estable para mis hijos y me ha costado mucho trabajo apaciguar mi ego, aceptar que ser mamá es suficiente.

Soy privilegiada por poder dar la teta sin tener que correr del trabajo. Yo no me pierdo de nada, conozco cada uno de los gestos de mis hijos,  sus días complicados, su evolución,  el nombre de sus amigos,  sus detonantes,  sus palabras inventadas. Para mi eso es muy importante y no lo veo como un sacrificio,  más bien como un desafío,  un privilegio y un aprendizaje.

Se que muchas mamás necesitan cargar energías trabajando fuera de la casa y eso es totalmente válido, no hay mejor mamá que la qué es feliz y plena con las decisiones que toma. Una mamá feliz que trabaja fuera de casa es más saludable para los hijos que una mamá Full Time deprimida o reprimida.

También les digo a éstas mujeres y hombres anti maternidad qué sienten pena por una mamá dedicada exclusivamente a la crianza de los hijos que   parecen ignorar la importancia que conlleva para la sociedad el criar niños y niñas socialmente adaptados, emocionalmente inteligentes y empáticos. Si todos los niños fueran criados con respeto, amor,  paciencia,  educados para ser solidarios, amables, honestos y respetuosos no existiría la palabra Hembrismo o machismo porque no habría “género superior”  sino géneros diferentes pero con igualdad de derechos y oportunidades.

Cuando nacen nuestros hijos el instinto materno nos empuja a no despegarnos de esta personita indefensa. Al fomentar separar a una mamá de su bebé pequeño dejándolo en manos ajenas para irse a trabajar estamos avalando la negación de nuestra naturaleza, de nuestro instinto que día a día se va apagando como medio de adaptación a la realidad impuesta por el sistema capitalista que la mayoría de las veces no nos da opción porque con una sola entrada económica no alcanza.  No creo que exista una mamá que no haya llorado al dejar a su bebé por primera vez en una guardería,  ¿es eso natural?.  Es más, hay nuevos estudios científicos que sostienen que estamos escolarizado a los niños  muy temprano.

La Mayoría de las familias no tienen opción,  mientras que muchas otras mujeres que si la tienen prefieren seguir con su carrera tiempo completo o medio tiempo y,  ¿saben qué? las felicito porque están haciendo lo que ellas desean,  porque una mamá plena es la mejor versión de Mamá y esa es la clave, respetar los deseos y las elecciones.

Porque al final de cuenta y más allá de las dos mil definiciones de Feminismo qué podamos encontrar yo lo entiendo como aquel colectivo de mujeres que eligen con plena libertad hacer de sus vidas lo que ellas quieran,  lo que les de plenitud, sin sentirse juzgadas, sin sentirse menospreciadas y lo más importante: sin tener que darle explicaciones a NADIE.

Nota: Mi marido es un punto aparte, el ejerce su paternidad de una manera impecable. El lava platos, ropa,  limpia, cocina a la par mía,  cuenta cuentos,  lleva al parque,  juega. El se levanta a las 6am con los niños y los cuida solo hasta las 8am. El además trabaja por la tarde y es la base de nuestra economía no porque es hombre sino porque su trabajo paga 4 veces más por hora que el mío por lo que para equiparar su ingreso yo debería trabajar 14 horas diarias. Su compañía contrata empleados por medio de entrevistas que no permiten saber el género hasta la elección  final para que las selecciones no puedan ser influencias por favoritismos,  él predica con el ejemplo. Él  está cambiando el mundo.  Él  es mi ídolo.

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Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

www.nutrimama.com

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5 cosas que solo pasan en la familia (y que debemos cuidar)

Artículo publicado originalmente en El Definido

A raíz de la triste situación de tantos niños que han sido vulnerados en sus derechos en Chile, Mane Cárcamo nos recuerda las razones de por qué es tan importante la familia y por qué debemos velar por protegerla como sociedad.

Hace unos días leí una entrevista a la neuróloga infantil y directora de la Fundación para la Prevención de la Violencia infantil (Previf), Laura Germain, que aparte de confirmar todas las situaciones terribles y tristes que ocurren en el Sename, pone en la palestra la urgente necesidad de hacer visible, revitalizar y enaltecer a la familia.

Germain cree que lo que más daña a los niños del sistema actual es “que no son nada. Los niños no tienen identidad en ese tipo de instituciones. Todo esto que hablamos de la necesidad del vínculo del niño en una familia, de ser alguien, que tiene que tener a alguien que lo guíe, una persona que le dé afecto. Nada de eso existe en el sistema actual. Ese daño es para todos los niños”.

La crisis del Sename tal vez no es solo una crisis de recursos, de expertos, de gestión del Estado, tal vez es ante todo una crisis de amor, de afecto, de entender que los niños no necesitan “funcionarios acreditados a cargo”, sino ante todo personas que sean capaces de vincularse con cada niño en un ambiente cálido, acogedor… básicamente familiar.

Dicha entrevista me hizo pensar que no por nada la palabra “hogar” viene del latín “focus” que es de donde viene la palabra castellana “fuego”. En el hogar, en la familia, todo el calor y la bravura del fuego se hacen patentes. Y es en torno al fuego, que ocupaba un lugar central en la casa y por necesidades de luz y calor, donde los integrantes se congregaban. En la familia ocurren cosas que no pasan en ningún otro lugar, no es un modelo copiable, no acepta imitaciones. Tiene ese “qué se yo” que hace que la mayoría de los seres humanos anhelen una. Y no cualquiera, una feliz. Y feliz no quiere decir perfecta, porque evidentemente esa no existe. Feliz para mí quiere decir que todos los días ese grupo humano lucha por quererse más, por cuidarse con mayor detalle, por estar ahí para aplaudir los éxitos y abrazar sin decir nada cuando vengan fracasos. La definición que iré haciendo a continuación puede sonar al “decálogo” de tarjeta de cumpleaños o película de Disney. Algunos me leerán y dirán “pobre ave ilusa, no existen las familias así”.

Claro tal vez no existen las que cumplan con todos estos requisitos, pero podría apostar que tu familia al menos tiene algún ingrediente de lo que viene a continuación.

  • En la familia uno descansa, aunque el lugar físico no sea ni el más cómodo, ni el más lujoso, ni el más espacioso. Esa sensación de llegar al hogar y sentir que “ese es nuestro lugar” es tan misterioso como inexplicable.
  • En la familia las peleas pueden ser dantescas, explosivas, incluso hirientes, pero se dan en un contexto que cuando el amor es lo que la orienta, esas discusiones pasan al olvido, vuelven las risas, las tallas, aunque hayan significados llantos y desilusiones, incluso aunque sepamos que esas guerras peligrosas pueden volver a estallar. Pero es en familia y eso permite que el vínculo tenga una resistencia mayor a cualquiera que se le parezca.
  • En familia se da un perfecto matrimonio entre aceptación de la diferencia y la exigencia cariñosa. Habrán personajes que son centros de mesa, intelectuales, deportistas, sensibles, observadores, desordenados y detallistas. La familia es como un gran rompecabezas en donde cada pieza es distinta, pero necesaria. Y además de querernos tal cual somos, también nos invitan a mejorar lo que es corregible, lo que nos hace mejores personas, los que nos permitirá soñar en grande.
  • En familia aprendemos a leer el mundo como sólo esa familia sabe leerlo. No hay una familia igual a otra. La familia nos entrega un filtro particular (del cual después podemos desprendernos), para entender a nuestro entorno, establecer nuestros límites, definir el marco valórico que orientará nuestros actos, gozar la vida, entender aquellas cosas que nos mueven y motivan. Es en esa tropa donde recibimos nuestra primera carta de navegación, que muchas veces nos ha salvado del naufragio total.
  • En familia sabemos que nos pueden mostrar muchas tarjetas rojas frente a nuestros pastelazos, pero que nunca nos echarán del partido. Nos leerán la cartilla cuando estemos perdidos, nos quitarán el piso si es que estamos equivocados, pero por muy grande que sea el condoro ellos estarán ahí… pase lo que pase. Y eso la hace imprescindible.

La lamentable situación de tantos niños vulnerables en nuestro país debería abrir una reflexión acerca de cómo la sociedad apoya la formación de familias para que puedan tener las condiciones básicas para poder construir lo anteriormente descrito. Si el mundo que nos rodea generara redes de educación para pololeos sanos, trabajos que permitieran vivir dignamente a quienes se lanzan en esta aventura, no castigara la maternidad (e incluso la celebrara), permitiera la conciliación laboral y familia, otro gallo cantaría.

Y también en donde nosotros influimos cabe preguntarnos: ¿aporto a que aquellos con los que me relaciono puedan darle tiempo, amor y dedicación a sus familias? ¿Promuevo un estilo en donde los vínculos afectivos sean la prioridad por sobre los resultados de la pega, la productividad y el éxito?, ¿o soy de aquellos que critica el sistema con grandes posteos, quejas afiebradas en Twitter, extensas sobremesas, pero cuando tengo la posibilidad de cambiar el mundo en mi lugar de trabajo, en el lugar que influyo, mantengo sistemas abusivos en contra de la familia?

Grandes preguntas y desafíos que al menos a mí me dan mucho para pensar.

Magdalena Cárcamo – Periodista

Fuente: www.eldefinido.cl

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Importancia de las tradiciones familiares

Siempre me han gustado las tradiciones y los rituales familiares. Pero cuando supe que promueven desarrollo socioemocional, les presté mayor atención y comencé averiguar un poco más acerca de su valor.

Desde 1950 se han hecho muchas investigaciones y todas apuntan a que tanto las tradiciones como los rituales familiares enriquecen las relaciones entre los miembros, generan sentido de pertenencia y fortalecen la identidad de grupo. ¡Incluso se ha visto que promueven competencia parental y satisfacción marital!

Personalmente, creo que el poder de las tradiciones y rituales familiares reside en que hacen que un momento cotidiano y ordinario se cargue de afecto y se transforme en un momento único, especial y esperado por todos. Un momento en el que se comparte, se disfruta y se afianzan los vínculos.

Las tradiciones no tienen que ser necesariamente grandes cosas. Pueden ser algo tan simple como regalar flores el primer día de clases, despertar al cumpleañero con un rico desayuno o armar el árbol de pascua en familia. Lo importante es que marquen la diferencia en el día a día, se repitan año a año y se traspasen de generación a generación.

El problema es que hoy en día, por la falta de tiempo y la gran oferta de servicios y productos, muchos rituales y tradiciones familiares se han ido quedando en el pasado. Ya no hay tiempo para hacer galletas de navidad o la torta de la abuela para el cumpleaños. Es más fácil comprarlas.

Tengamos cuidado con perder nuestras raíces e identidad familiar. Cuidado con perder importantes momentos para compartir y conectarnos unos con otros.

Si aún no tienes tradiciones las puedes inventar. Nunca es tarde para hacerlo. Piensa en qué es importante para ti y como quieres que tus hijos te recuerden. El día que no estés, será a través de éstas que te mantendrán presentes en sus vidas y en las de sus hijos.

Vuelve a lo simple, vuelve a lo importante!

Andrea Cardemil Ricke

Psicóloga Infanto-Juvenil

Autora del libro «Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo a partir de los 2 años» «Separarse con niños pequeños: cómo seguir nutriendo tras la ruptuta» de Ediciones B.

 

 

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Pensando en abandonar tu profesión por tu familia? Lee esto antes

Hace poco me preguntaba un lector en el blog algo muy interesante.

Tiene una profesión que exige viajar mucho y quiere formar una familia en un futuro, ¿significa eso que es mejor que abandone su profesión ahora?

Esta es una situación bastante frecuente en mujeres que tienen puestos con mucha responsabilidad o que viajan mucho y  se plantean tener hijos (o cuando ya los tienes y se te presenta una oportunidad similar).

Y me recordó un video que vi hace tiempo de Sheryl Sandberg donde hablaba de abandonar antes de abandonar (también habla de ello en su libro), es decir, como crees que en un futuro vas a tener que abandonar pues lo haces ya o te esfuerzas menos y sacrificas tu carrera antes de tiempo.

¿Te lo has planteado alguna vez?

¿Asumir que va a pasar algo y actuar en consecuencia antes de tiempo?

Según Sheryl, esa actitud tiene un gran impacto en tu vida profesional y tu satisfacción, remordimientos, sentimientos de fracaso y de culpa.

Y era también el caso de este lector en particular.

En esa situación, ¿qué es mejor hacer? ¿Qué es lo más recomendable?

Como siempre digo hay que tener claras varias cosas:

  • Lo “mejor” es distinto para cada  persona y situación y solo puedes determinarlo tú.
  •  A veces no necesitas lo mejor sino algo lo suficientemente bueno (lee esto dos veces porque es importante).
  • Hay que tomar decisiones teniendo en cuenta tu situación y prioridades actuales porque cambiarán con el tiempo.

 A veces no necesitas lo mejor sino algo lo suficientemente bueno.CLICK PARA TWITTEAR

Teniendo eso en cuenta, lo que Sheryl recomendaba era seguir con tu profesión hasta que pudieras, no actuar antes de tiempo, seguir dándolo todo, consiguiendo tus metas y cuando llegue el momento de tener hijos o de plantearte la situación que sea, entonces te lo planteas y decides, pero no cinco o diez años antes.

Nada de “no voy a intentar ser esto porque quiero tener hijos”. Vive tu vida y tu profesión como desees ahora y cuando llegue el momento de hacer cambios los haces, no antes.

En concreto ella dice:

The time to scale back is when a break is needed or when a child arrives—not before, and certainly not years in advance. The months and years leading up to having children are not the time to lean back, but the critical time to lean in.”

Algo así como: “El momento de ralentizar es cuando se necesita un descanso o cuando tienes un hijo, no antes y, desde luego, no con años de antelación. Los meses y años que preceden a la etapa de tener niños no son momento para retroceder, sino el punto crítico para avanzar.”

Por supuesto cada situación es un mundo pero yo estoy de acuerdo con ella.

Una cosa es planificar y otra muy distinta anticipar, abandonar o hacer sacrificios antes de tiempo.

Y esto es aplicable a muchas situaciones distintas.

¿Te ha pasado alguna vez? ¿Qué hiciste tú? Compártelo en los comentarios me encantará conocer tu experiencia.

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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.

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NO quiero trabajar como “hombre”, tampoco dedicarme sólo a los niños

Todas las madres que estamos alrededor de los 30 a 35 crecimos escuchando que las mujeres éramos capaces de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Somos, por naturaleza “multi task” y podemos “caminar y mascar chicle al mismo tiempo”. Con ese cuento es que intentamos seguir con nuestra vida luego de que llegan los niños a nuestra realidad y nos exigimos en todos los frentes. Intentamos trabajar y rendir al máximo, intentamos llevar la casa a la perfección, intentamos seguir sosteniendo nuestra vida social, y al mismo tiempo intentamos ser las mejores madres del mundo y para más remate la valoración social premia este tipo de vida, se nos valora y reconoce cuando nos exigimos así, ¿es realmente posible trabajar jornada completa, ser madre, amiga y amante en estos tiempos que corren?

Yo creo que no. Que intentarlo TODO en este estilo de diseño masculino no se puede y que por eso las consultas de los psicólogos y psiquiatras están llenas, llenas de mujeres que están “depre”, cansadas o con angustia. Porque a las mujeres “súper, súper” se nos van cayendo los hijos, se nos quedan en el camino.

Y, por otro lado, cuando decidimos quedarnos en la casa en dedicación exclusiva a los hijos, a varias nos pasa, que lo que se nos cae es la autoestima y echamos de menos echar a andar las neuronas del otro lado del cerebro. O bien, aunque seamos súper felices cuidando niños, lo que nos sucede es que el bolsillo no da.

¿Será mucho pedir, que nos queramos realizar equilibradamente en todos los aspectos?

En Chile, el mercado laboral tradicional no “premia” precisamente a las mujeres en edad fértil, embarazadas o con niños pequeños (específicamente menores de dos años) cuando en realidad, somos capaces de mucho, somos sensibles, sensitivas, intuitivas y también ejecutivas y resolutivas.

Las mujeres que “no queremos renunciar a nada” -cito textual esta frase tan movilizadora de Nohemí Hervada (recomiendo sus textos) – simplemente no podemos hacerlo en el mercado laboral tradicional chileno, aún no. Faltan leyes, falta teletrabajo, faltan puestos de media jornada, falta flexibilidad, faltan oportunidades laborales que sean capaces de medir el trabajo por resultados y no por horas presenciales… Fíjense, al mercado laboral formal le faltan, precisamente, virtudes femeninas. Nuestro mercado laboral formal está pobre de virtudes maternales.

¿Qué hacer mientras esta situación cambia? El llamado es a crear una realidad nueva, una vida propia, así como somos capaces de gestar, crear vida. Las mujeres somos fantásticas emprendedoras. Hay información, hay fondos, hay muchas oportunidades, hay una para ti, para todas las mujeres que quieren crear su propia maternidad-familia-realidad.

 

 

Daniela Parra

@daniparraperiodista en Facebook

www.themommy.cl

Imagen portada: Diseñado por Freepik

 

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FAMILIAS ENSAMBLADAS (4)

LA PAREJA (2)    — (Ver artículo anterior aquí)

Pittman señala “Nadie debería casarse con alguien que no ama, pero tampoco debería casarse sólo por amor”. Hoy en día los expertos coinciden en que las parejas no se mantienen juntas  solo por amor.  La diferencia entre tener un buen matrimonio o uno malo, radica en tener las herramientas adecuadas y estas habilidades pueden aprenderse.

Una buena relación de pareja, en todas las parejas, debe ser trabajada,  revisar cómo se comunican, cómo resuelven sus conflictos, cómo manejan las expectativas conyugales etc.

Todas las parejas, felices  y las que no se sienten felices, tienen conflictos, todas discuten. Las interacciones en las relaciones de pareja ponen en juego las necesidades emocionales básicas y los temores más profundos: ser amados, respetados, miedo al abandono, a quedar privados emocionalmente. La estabilidad de  una pareja con mayores interacciones negativas que positivas puede resquebrajarse hasta llegar a la ruptura.

Pero la relación estable de una pareja no sólo depende de que haya mucha positividad y poca negatividad, sino en la compatibilidad en el intercambio que se da en las discusiones, es decir que sean “peleadores compatibles”. Son parejas que concuerdan tácitamente en el modo de dirimir sus conflictos.

Las parejas infelices con frecuencia utilizan técnicas de confrontación destructiva, pierden el foco de la discusión, ahondan en el pasado, se ofenden, incluyen a terceros, incluso por ese camino pueden llegar a la violencia física. En una relación inestable los altercados están acompañados por ofensas, desprecio, sarcasmos, actitudes defensivas y otras.  Las parejas satisfechas se comunican en forma clara y abierta, pueden defender su punto de vista o posición pero no se ofenden, saben cómo discutir sin dejar heridas abiertas.

En las parejas insatisfechas , las mujeres se vuelven críticas y los hombres se niegan a ser influenciados por sus esposas. En las parejas satisfechas, las mujeres suavizan sus críticas y los hombres están más dispuestos a recibir influencia de sus esposas.

En las parejas inestables los hombres tienden a defenderse de las críticas mediante el rechazo y el alejamiento porque tienen más dificultad para expresar sus sentimientos, el problema es que el rechazo y el alejamiento tienen un efecto corrosivo en la relación. En las parejas más estables los hombres no levantan murallas entre ellos y su pareja; cuando se enojan hablan franca y abiertamente sobre lo que sienten.

La amistad es muy importante en la pareja; sentirse interesado uno del otro, recordar lo que al otro le importa, ser afectuosos, empáticos y respetuosos en el trato.

M. Eliana Zlatar

Consteladora Familiar  Sistémica

comprendiendomez@gmail.com

 

 Ver artículo anterior: AQUI

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De la fogata al comedor: ¿cuándo fue que se cayeron los niños de la mesa?

No sólo los alimentos nutren, lo que rodea a este rito es, sin duda, mucho más importante que 120 gramos de carne, 3 hojas de acelga, un cubito de zapallo y 1/2 zanahoria.

La «comida» es lo que hizo al hombre primitivo hacer grupos, unir fuerzas, para salir a cazar, para protegerse. A medida que dejamos de ser nómades, nos fuimos apoyando unos a otros para cultivar la tierra, y fueron esos cultivos, los que nos hicieron quedarnos en un sólo lugar, junto a los vegetales los hombres también echamos raíces en un sólo terruño.

Por las tardes, reunidos en torno al fuego protector, cada grupo, cada familia, no sólo ha consumido los alimentos desde que el «hombre es hombre» sino que también ha sido en torno a ese calor que los hombres han compartido sus historias, anécdotas del día, consejos y sabe uno cuánto más.

¿Desde qué momento comenzamos a dejar fuera a los más pequeños de la tribu? ¿cuándo fue que los niños se nos cayeron de la mesa? creo saber que todo parte con nuestro ritmo de vida acelerado, con madres que muchas veces crían solas, o/y padres que trabajan de lunes a sábado, donde darle de comer a los niños es un trámite más. Ojalá sea bien temprano, para dejarlos en la cama, bien dormidos, y así los grandes «puedan disfrutar» de una rica comida. Sin niños, ellos molestan.

En tanto, para que traguen rápido, las madres o padres (algunas mamás ya ni saben cómo se cocina. han muerto sin llegar a ellas, las recetas de sus abuelas) hacen papillas molidas no con la receta del chef sino que con la «receta» del pediatra (anotada cual medicamento), y preparan una olla inmensa de ese molido. Y la adorada guagua de la casa, almuerza y come LO MISMO, día tras día, por una semana entera. Si varias se ponen del color de ese zapallo que comen una y otra vez ¿suena fuerte cuando lo decimos así no? pues sucede en muchas casas.

La reflexión es la siguiente, si la sociedad tiende a cortar, sacar, todo aquello que entrega placer, y esto se lo hace sobre todo a los más desvalidos, que son los niños (luego venimos las mujeres). Está en nuestras manos el tratarlos con respeto en todos los aspectos, depende de nosotras las madres escribir una historia distintas para nuestros hijos e hijas, donde se nutran desde el primer instante de nuestros pechos y luego de «papillas» o «enteros» cocinados con amor y RESPETO. Elaboraciones de aromas y sabores que los introduzcan al placer que es comer, a la diversidad de nutrientes que hay tras cada verdura en sus variedades de colores. Si de mayores queremos que se alimenten bien, que prefieran alimentos saludables, hay que partir bien desde el principio.

Dejemos la esclavitud de la vida moderna, que nos condena a falta de tiempo y mucha instantaneidad, y junto a ricas comidas preparadas por manos amorosas demos esos alimentos en la mesa. Con el resto de la familia. Que sean parte desde el primer día de la tribu, aprenderán a escuchar el cuento repetido de la abuela, sabrán comportarse y tendrán muchos «modales» a largo plazo, que se les irán integrando por osmosis.

Algunos datos que te motivarán a poner un puesto más en la mesa:

(Beneficios de comer juntos)

– Los niños se sienten aceptados por su familia y tienden menos a buscar la aprobación en grupos u otros adultos

-Escuchar a los adultos expone a los niños a escuchar nuevas palabras, esto mejora su vocabulario y los ayuda a leer mejor.

-Los niños cuentan con tiempo de sus padres y se sienten queridos, protegidos y seguros.

– las comidas positivas en familia ayudan a sus miembros a conocerse y crean sentido de pertenencia.

– Los niños echan raíces de por vida al experimentar los valores y tradiciones de su familia.

-Los adolescentes tienden menos a desarrollar trastornos alimenticios como anorexia y bulimia.

 

Daniela Parra

@daniparraperiodista en Facebook

www.themommy.cl

 

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FAMILIAS ENSAMBLADAS (1)

Hoy comenzaremos con un ciclo de artículos sobre Familias Ensambladas por lo que creo necesario aclarar este concepto y  de algunos de los  diferentes tipos de familias. En 1994 – Año Internacional de la Familia, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció 12 formas de familia existentes en diferentes sistemas sociopolíticos y culturales, lo que nos señala que en nuestro mundo hay una gran diversidad de familias. No entraré en el detalle de todos los tipos de familias pero sí en algunos que son los que existen mayoritariamente en nuestro país y el foco principal estará en las Familias Ensambladas, en su estructura, en la adaptación al nuevo sistema de c/u de sus miembros, en la convivencia entre  ellos. etc..

Cuando un hombre y una mujer se unen por un vínculo conyugal forman el subsistema conyugal.

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Cuando nace el primer hijo surge el vínculo parental y el filial. Cuando hay más de un hijo surge entre ellos el vínculo fraternal. A este sistema se le denomina Familia Nuclear.

 

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FAMILIA  NUCLEAR

 

Cuando se rompe el vínculo conyugal, o sea el  que une a la pareja y  se disuelve en un divorcio, el vínculo parental permanece, éste es indisoluble, aún después de la muerte. Como resultado de esto la Familia Nuclear se transforma en Familia Binuclear.

 

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                 FAMILIA  BINUCLEAR                                                       FAMILIA  ENSAMBLADA

 

Si uno o ambos padres se vuelven casar o a unir en pareja con o sin aporte de hijos se estaría conformando una Familia Ensamblada.

Los miembros de una familia interactúan entre sí mediante un conjunto de reglas, que contienen derechos y deberes, las que pueden estar explícitas o  implícitas. Todo esto provee de un contexto medianamente estable y predecible.

La vida familiar, posee momentos de estabilidad y otros de cambio, este último es parte de la naturaleza humana y está dado por los ciclos vitales de los miembros de la familia. Para poder responder a las nuevas situaciones las familias requieren una adaptación activa, lo que implica reconocimiento de las necesidades, de las fortalezas, debilidades y de generar nuevas condiciones e incluso la modificación del contexto inmediato.

En las Familias Ensambladas estos cambios no sólo están dados por los ciclos vitales de sus integrantes sino también por la incorporación de nuevos miembros, lo que requiere de estrategias adecuadas para lograr una buena adaptación.

En los próximos artículos haremos referencia a estas nuevas necesidades de adaptación y algunas estrategias para lograrla. Comenzaré revisando algunos Mitos y Creencias sobre las Familias Ensambladas que en su mayoría distorsionan la realidad pudiendo afectar la vida de sus miembros.

Eliana Zlatar Z.

Consteladora Familiar y Sistémica

comprendiendomez@gmail.com

Fotografía: Designed by Freepik

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El día del parto: pequeña crónica de una jornada alucinante

Un verdadero tagadá personal en donde el dolor, la ansiedad, el miedo, la risa, el enojo y el amor tienen cupos asegurados.

He aportado cuatro seres humanos a este planeta. Broche de oro que, de alguna manera, me da la categoría de candidata a doctorado en partos. Porque de afuera se puede ver muy obvio y natural tener guaguas. De hecho lo es. Pero también es uno de los días más cinematográficos que una mujer puede vivir. Un verdadero tagadá personal en donde el dolor, la ansiedad, el miedo, la risa, el enojo y el amor tienen cupos asegurados. En los partos, casi todo es igual y nada se repite. Son verdaderos viajes, de mil escalas, pero con un destino al que vale mucho la pena llegar.

¿Cómo son las famosas contracciones?

Creo que el primer miedo de la mamá primeriza, es no sentir las contracciones y despertarse con la guagua durmiendo en la cuna.No saber cuándo ES el momento. Entonces, las que somos obsesivas, comenzamos preguntando acerca de cómo son estos famosos movimientos a todo ser pensante que se nos cruce por el frente. Al doctor, la matrona, las amigas, las hermanas, la vecina, la jefa, la peluquera, nos metemos a www.contracciones.cl, armamos un grupo de watsap si es necesario, pero la MISIÓN es detectar sí o sí cuando la criatura pretende aterrizar en el mundo.

Y cómo dicen los que saben: “si no te deja dormir, eso ES una contracción”. Así es que tranquilas mamás debutantes, eso de que la naturaleza es sabia es un cliché profundamente verdadero.

Dignidad hasta el fin

Otro punto que nos preocupa de sobremanera y que hay que ser honestas en asumir, es que el famoso día nos pille dignas. Con esto básicamente quiero decir bien depiladas. Por eso estamos desde la semana 38 de gestación casi que pidiendo un crédito de consumo por los gastos en cera en los que incurrimos, ya que si es necesario habrá que “podarse” día por medio para evitar que las enfermeras no llamen entre ellas la “Mamita Chewbacca”. Porque una de las certezas que tengo en la vida, es que antes muerta que sencilla. Y más en ese día tan rodeado de flashes, fotos en Facebook, visitas de cortesía y retención de líquido.

Ese pobre hombre llamado: PAREJA 

Ese día la relación con el marido -o el status que tenga el padre de la criatura- también es toda una ruleta rusa. El pobre hombre, que harto aportó al proceso de gestación también, se puede transformar en un verdadero puching ball humano.

Hay tantos momentos poco honrosos en el camino hacia la maternidad, que en más de alguna oportunidad, rayos fluorescentes saldrán directamente dirigidos hacia el padre de la guagua como queriendo decirle “Acá estoy yo con 12 kilos encima, gritando más que fanática de Alborán, caminando con menos agilidad que mi abuela y siendo más investigada que político en campaña electoral, mientras tú estás sentado sacándote selfies con el cartel de Maternidad de fondo para mandársela a tus amigos de la pichanga de los lunes”. Pobre hombre no puede hacer nada más, pero el sentimiento de ira que la parturientas sentimos es así. Injusto, pero real.

¿Es tan grande la aguja?

Hay una palabra clave en este día si el parto es normal. Repitan conmigo fuerte y claro: EPIDURAL.

Esa palabra que nos produce más terror que un reto de la Evelyn, un karaoke con la Javiera Mena o encontrarse con Pampita enojada celular en mano, es sin duda uno de los grandes temas que tenemos que enfrentar ese día.

La epidural y su longitud es un verdadero tema para quienes hemos estado próximas a dar a luz. El sólo hecho de pensar que una mega aguja te atravesará la espalda y rezar por el pulso del anestesista, es una imagen mental obligatoria en los días previos. Te pones en posición fetal, tiritando de miedo, doblándote como jamás pensaste que un músculo tuyo lo podría hacer y ahí ves a tu pareja, transpirando helado, con la presión baja, sin color facial, tratando de ser convincente (no lográndolo obviamente) y diciéndote: “Es súper piola, nada de que asustarse”

“SI, OH” te dices a ti misma.. “Y yo soy la Charlize Theron después de 10 parrilladas diarias”.

Gracias por tu apoyo, mi amor.

“Cuando nace todo se te olvida y eres feliz”

Esta frase me la repitieron mucho antes de ser mamá por primera vez y ¿la verdad? LA COMPARTO CERO. He tenido todo tipos de partos, algunos más acontecidos que otros, cesáreas, “normales”, con fórceps, inducidos y en todos los he pasado bacán. Después que el anestesista hace esa magia de parar el dolor (por la cual lo amaré por siempre hasta el universo candado punto final), comienzo a disfrutar de esa vorágine emocional que es traer a un hijo al mundo.

Pero cuando recién han nacido, nada se me ha olvidado. Los puntos y cicatrices se han mantenido ahí, el agotamiento, la sensación de haber corrido el iron man con taco alto, no se esfuman por verle la cara a ese personaje que amarás con toda la fuerza que alguien pueda imaginar.

Para mí, el goce real viene la primera noche juntos, cuando en el silencio de la noche, empiezas a conocer, oler y sentir a ese pequeño milagro que tantos desafíos y alegrías te pondrá en la vida. Porque ojalá que me acerque al menos a la tremenda frase que algún día dijo Platón: «Educar es dar al cuerpo y al alma toda la belleza y perfección de que son capaces”. Está piola la meta, pero nadie puede negar que ante todo, es angustiantemente fascinante.

¿Eres madre? ¿Qué experiencias recuerdas tú?

Magdalena Cárcamo – Periodista

Fuente: www.eldefinido.cl

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