Contribuyendo con el telecolegio de nuestros hijos

Es sabido que para poder recordar algo se debe generar algún grado de emoción.
Segun mi experiencia como especialista en aprendizaje aprender es: entender y memorizarlo que entiendo hoy debo ser capaz de memorizarlo “mañana” para aplicarlo, de lo contrario no se habrá producido el aprendizaje. No hay aprendezaje si no logro aplicar ese conocimiento en el futuro cuando lo necesite. Por lo tanto si necesito de la memoria para aprender, es imprescindible que esa informacion o contenido pase por la emoción.
Pero ¿cómo hacer que algo nos emocione? Lo que primero necesitamos hacer es ver cómo nos sentimos, para eso existen listados o ruedas con una larga lista de emociones divididas en 6 grandes grupos de emociones: sorpresa, felicidad, tristeza, disgusto, ira y miedo. Ahora como padres-profesores tenemos que ayudar a nuesros hijos a expresar y comunicar constantmente cómo se van sintiendo con este encierro, distanciamiento de amigos y falta de independencia debido a esta inesperada pandemia. Una vez que logramos hacer que definan cómo se sienten, y cual es la emocion, podremos trabajar en ella. (como expliqué en una columna anterior)
 
 
Las emociones que rondan en los niños y niñas por estos dias me atreveria a decir que son la ansiedad, la tristeza, la desesepracion, la soledad, confusion y abandono, lo que seguramente los podria estar llevando a una actitud de inatencion, impulsividad y hasta molestia frente al colegio y proceso de aprender.
La ansiedad (del grupo de la tristeza) en los niños se traduce en conductas impulsivas, a presentar un mal humor, se ven problemas para concicliar el sueño, insomnio a mitad de la noche, inapetencia, dolor de cabeza, entre otras.
Entonces, ya definida la emocion (la mas comun tristeza y ansiedad) es ayudarles a gestionarla. La ansiedad se puede trabajar con el manejo de certezas. Si nosotros como padres-profesores, les explicamos de manera clara y precisa lo que esperamos de ellos en términos de aprendizaje, si les definimos bien sus horarios para estudiar, horarios para ver tv o jugar, si les describimos la recompensa, si practicamos un refuerzo positivo lo mas inmediato posible al logro por muy pequeño que sea, los niños-estudiantes tendrán mas certezas y seguridades, lo que les ayudará a disminuir si ansiedad.
Lo veo con mis alumnos e hijos, las reglas en casa son claras y raramente se modifican (sólo si hubo una conducta destacada en algun ámbito o circunstancia que ameritara). Se estudia todas las mañanas, la television sólo se prende desde las 3 pm hasta las 6 pm. Les pido que estén en conctacto con el aire libre todos los dias*, idealmente en las mañanas en espacios libres. Se hacen 2 tareas a diario. Se trabaja en silencio, bien sentados, buena iluminacion y presentacion. Todo eso trae consecuencias positivas, refuerzos y certezas. Los esfuerzos son reconocidos y premiados. Es una enseñanza para la vida todo este sistema de orden, no se visualiza de inmediato pero en unas semanas ya es posible visualizar que se han incorporados nuevos habitos, los niños se adaptan rapidisimo a los cambios. Como asi mismo los pequeños tienen escasa conciencia de cantidad y tiempo por lo que señalarles desde la fecha en que estamos cada dia, hasta las horas con un reloj o temporizador de cuánto estarán frente a la tv les ayuda infinidad.
 
Eso por el lado de las emociones y su relacion con una mejor disposicion para aprender, pero eso no es suficiente, otro aspecto importante que contribuye con tener una mente abierta para aprender es el movimiento, el juego y la creatividad*. De lo cual les comentaré en la próxima columna.

 

Claudia Pastene – Psicopedagoga – Conoce más de Claudia aqui

Imagen de portada : Foto de August de Richelieu en Pexels

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Las emociones también nos enseñan

Las emociones existen para ayudarnos a movilizarnos y salir de un estado que nos podría estar haciendo mal; cuando uno siente algo inmediatamente realiza un movimiento con el cuerpo, si estoy feliz me expando y abro los brazos o se me infla el pecho, si estoy enojado me encorvo y me aprieto y achico, me repliego.. Es por eso que si deseamos que nuestros hijos se muevan, estudien con ganas y salgan de esa parsimonia o estado de pseudoparalisis, es que necesito hacerlos sentir para que despierten y se motiven.
En el inicio de cada sesión con mis alumnos yo les pregunto cómo se sienten o cómo se han sentido los últimos días, respecto del colegio, de sus compañeros, profesores, cómo se sienten en tal o cual asignatura, cómo se sienten frente a sus padres, hermanos, para llevar un registro de sus emociones y hacerlos saber y reconocer bien qué es lo que sienten respecto de todos los factores relacionados con el proceso de enseñanza aprendizaje; pues es precisamente el factor afectivo el que en muchos casos interfiere en el proceso de aprender.
 
 
 
Mi intención esta vez es sugerirle a estos padres y madres que se han debido transformar en profesores de sus hijos y que podrían estar algo complicados al momento de estimular e interesar a sus hijos a trabajar y realizar sus teletareas de manera responsable y activa, que en cualquier instancia del día y del encierro les vayan preguntando cómo se van sintiendo, pudiendo incluso registrarlo en un “emoticario” y de ese modo ir entendiendo qué les pasa cuando deben “ir al telecolegio”. De esa manera podrán como padres entenderlos mejor y ser mas asertivos con la ayuda y con los comentarios que les hagan respecto del desempeño o actitud que tengan sus hijos hacia el aprendizaje.
 
Si yo entiendo que estoy confundido pero no molesto, o que estoy interesada pero no feliz, podré aprovechar esa emoción para hacer algo, para trabajarla, pues en el caso de una emoción negativa, no es ideal mantenerla de forma sostenida, la vamos ocultando y se podría transformar en discusión con alguien que no tiene nada que ver con el problema emocional raíz o somatizar y llegar a quitar el apetito, o rechazo inquiebrantable frente a esta nueva modalidad de clases.
 
Se sabe gracias a las neurociencias, que uno primero siente en el cuerpo una emoción luego la razonalizo y la defino. Se recibe un input que proviene del exterior (actúa el sistema nervioso autónomo), luego llevo ese mensaje a un nivel consciente a un nivel de pensamiento -por asociación- y le pongo un nombre al input por ejemplo: tengo miedo. Pero en realidad lo que se siente no es miedo, fue mi cuerpo el que sintió algo muy parecido a una vez que tuve miedo y mi memoria -por asociación- y razonamiento le llamaron, a este nuevo input muy similar, miedo, debido a que sentí lo mismo que sentí alguna vez. Las emociones se sienten primero en el cuerpo, luego el razonamiento les pone el nombre a la emoción. Veo un león en la calle, suceden una cantidad enorme de reacciones químicas en mi cuerpo, luego mi amígdala e hipocampo trabajan y reconozco que lo que siento es miedo (tengo miedo porque se me paralizó el corazón, y no al revés, no se me paraliza el corazón porque tengo miedo.)
 
Es el cuerpo el que siente la emoción primero por seguidilla de reacciones fisicoquímicas, a eso yo llamaría primero movimiento. Luego al etiquetarlo, reacciono con otra acción, corro si fuera miedo, abrazo si fuera emoción o tristeza, saltar, si fuera dolor, distanciamiento o desatención si fuera aburrimiento, llanto si fuera desesperación, sueño si fuera cansancio, impulsividad o pataleta si fuera enojo. a esto llamaremos segundo movimiento.
Una vez que ya hubo reacción fisicoquímica, que ya hubo movimiento, vendrá el tercer nivel de movilización, la que se hace consciente, esta emoción viene a decirme algo, qué puedo aprender, cómo corregir lo que esta emoción me está indicando, es ahí donde debemos llegar, a hacer algo con la emoción que logran definir nuestros hijos con el registro de las respuestas de cada vez que les preguntemos cómo se sienten.
Tenemos el poder de cambiar lo que sentimos, lo que vivimos, lo que no nos gusta y generar otra realidad. Si me duele el cuerpo cuando hacemos las tareas, será que debo cambiar la altura de la silla, del escritorio, de la tela del asiento, de la luz de la pantalla, etc. Si siento aburrimiento, será porque no escucho bien, revisaremos el audífono o el ruido que podría haber en la pieza, o podría ser que la clase es muy lenta o muy complicada? Si siento vergüenza será que la profesora alguna vez me ridiculizó o un compañero se burló de mi respuesta? Para eliminar una emoción que no nos gusta debemos identificarla lo mas precisa posible y hacer algo con ella, movilizarnos para cambiar, si las vamos acumulando terminará siendo un problema de cabecera, y bola de nieve. Ahora a movernos!!
Claudia Pastene – Psicopedagoga – Conoce más de Claudia aqui

Imagen de portada : Photo by Andre Guerra on Unsplash

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