Acaba de salir una nueva película de Pixar, que como ya nos tienen acostumbrados, es una joya para el aprendizaje socioemocional. En esta ocasión es una sencilla historia sobre la amistad y la determinación en el logro de objetivos. Luca, es el nombre de la película y del protagonista, trata de un niño/monstruo marino, que se deslumbra con el mundo humano y junto a su amigo Alberto, deciden recorrer el mundo y para ello deben encontrar la forma de conseguir una moto Vespa (con la cual creen van a lograr su objetivo). En Luca podemos ver cómo, con la ayuda de su amigo, se va transformando su mente desde una actitud temerosa, desconfiada y desesperanzada, hacia una actitud de esperanza, de confianza en sus capacidades y de perseverancia frente a la adversidad. Hay un momento que marca muy bien este proceso, cuando Alberto, al constatar que Luca empieza a flaquear con sus pensamientos pesimistas, le dice “¡silencio Bruno!”. Esta frase será el amuleto para que, cada vez que Luca se dé cuenta de que está teniendo pensamientos que lo hacen dudar de sí mismo, acalle esa voz interior que le dice “no puedes”.
La mentalidad de crecimiento, este constructo que ha elaborado la psicóloga Carol Dweck, y que está teniendo tantas repercusiones positivas en educación, es la actitud que le permite a los niños, niñas y adolescentes, y a todas las personas, enfrentar la vida y sus desafíos con una mente resiliente. Como bien dice la palabra mentalidad, es una forma de pensar, es una actitud y como tal es algo que podemos cultivar.
La mentalidad de crecimiento se opone a la mentalidad fija, que es la actitud o creencia de que “no podemos cambiar”, en cualquier ámbito o aspecto. La mentalidad de crecimiento es la creencia, sustentada en los estudios de que nos dicen que nuestro cerebro es maleable, plástico y que lo podemos modelar, que siempre podemos cambiar, mejorar, crecer, desarrollar nuevos talentos.
Uno de los primeros pasos para lograr esa mentalidad resiliente es darnos cuenta de cómo nos hablamos. Aunque a veces es algo bien inconsciente, si ponemos atención, en nuestra mente siempre nos estamos hablando. En la película Luca, Alberto le entrega una valiosa herramienta a su amigo para transformar ese diálogo interior en uno que lo ayudará a conseguir sus metas: “¡silencio Bruno!”. Luca, toma conciencia de cuándo se está diciendo cosas que no le ayudan y empieza a usar la frase consigo mismo. Ese es un buen comienzo. Pero no es suficiente.
Para reemplazar los pensamientos tóxicos tenemos que saber qué decirnos en vez de “no puedo”. Carol Dweck propone algo muy simple y poderoso a la vez, usar la palabra todavía.
“No puedo subir mis notas de matemáticas … .todavía”.
“No puedo usar bien el zoom para mis clases…todavía”.
“Soy pésimo para inglés…todavía.”
Ese todavía abre un espacio enorme de posibilidades, sin desconocer que cuesta, que es difícil; y lleva el foco de nuestra atención hacia los recursos que pueden ayudarnos a cambiar una situación o alcanzar esos objetivos que se nos hacen muy difíciles.
¿Cuáles son esos recursos? La mentalidad de crecimiento no es magia, no se refiere a que por sólo pensar que puedo lograr algo eso va a ocurrir. La mentalidad de crecimiento entonces es conectarse con los recursos que me pueden ayudar a alcanzar los objetivos.
Esos recursos son básicamente 3 cosas:
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Practicar, practicar, practicar. La mentalidad de crecimiento nos hace ver que ni siquiera las personas más talentosas pueden lograr sus metas sin un gran esfuerzo constante en la ejercitación, la repetición, etc. Como adultos sería muy beneficioso que empezáramos a valorar lo que es la determinación y la práctica, muy por sobre el talento “innato”. Detrás de personas como Messi, Adele, Stephen Hawking, Serena Williams, etc. hay más trabajo que talento. Los ejemplos de personas con grandes discapacidades que logran tocar la guitarra con sus pies, jugar tenis en silla de ruedas, hablar a través de un computador, etc. son la muestra más patente de que la práctica constante es un recurso fundamental para nuestro desarrollo.
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Si bien la práctica es fundamental, puede no ser suficiente para alcanzar nuestros objetivos. Puedo pasar horas moviendo mis brazos como si fueran alas para volar como un pájaro, pero en realidad nunca me van a salir alas. Esa dosis de realismo nos ayuda a conectarnos con el segundo recurso que es buscar nuevas estrategias. Cuando algo no me resulta una, dos, tres veces, la mentalidad de crecimiento me impulsa buscar alternativas diferentes. Y es así cómo, si bien no hemos inventado la manera de tener alas en nuestra espalda, si podemos volar a diferentes lugares a través del ingenio, la creatividad y la innovación.
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Por último, la mentalidad de crecimiento potencia la conexión con otros para alcanzar las metas y enfrentar desafíos. Las personas con mentalidad de crecimiento saben pedir y aceptar ayuda.
Cultivar una mentalidad de crecimiento en este momento de pandemia puede parecer difícil, porque pareciera que las circunstancias nos condicionan de tantas maneras. Por ahí se dice que los aprendizajes perdidos serán casi irrecuperables, o que esta generación quedará marcada para siempre por no haber ido a clases presenciales. Esos mensajes son, sin ninguna duda, contrarios a la mentalidad de crecimiento.
¡Silencio Bruno!
No hemos aprendido todo lo que necesitamos….TODAVÍA.
¿Qué tenemos que practicar, practicar y practicar para recuperar a nuestros estudiantes?
¿Qué podemos hacer diferente para recuperar aprendizajes?
¿Cómo nos vamos a ayudar unos a otros para darles a nuestros niños, niñas y adolescentes la educación que necesitan en este momento?
Te recomendamos algunas películas y series, para diferentes edades, que pueden ayudar a conversar sobre este tema con los estudiantes de una manera entretenida:
Para los más chicos:
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Monsters INC. (1 y 2)
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Ratatouille
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Kung Fu Panda
Para los más grandes:
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Cuando terminé la carrera de Derecho en 2001 mi padre, que era Director de RRHH, me dijo «haz lo que quieras pero hija, no trabajes en RRHH, que es muy duro y tú… muy vulnerable» pero por el azar de los que tenemos la suerte cosida a los talones, caí en una consultora de RRHH y descubrí que a mí, lo que me gusta de verdad, es conocer gente.
Calculando a ojo, a una media de diez entrevistas por semana, 52 semanas al año en 15 años he tenido la suerte de poder conocer ¡unas 7.800 historias de todo tipo! De todas ellas quiero compartir con vosotros algunas de mis anécdotas preferidas, seguidas de alguna recomendación fruto de la experiencia:
· ¡Manos arriba!: Recuerdo a un ingeniero que entrevisté para un puesto comercial… cuando le fui a dar la mano me dijo “quita quita, que la tengo toa sudá…”
La decisión de una entrevista la tomas en los diez primeros segundos… no hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión, así que es básico sonreir, mirar a los ojos, ser natural y dar un buen apretón de manos. Ni muy fuerte (no al apretón Terminator) ni muy suave (no a la mano como un pez muerto). Debe ser firme, corto (no soy tu novia) y seguro.
- “Pero sigo siendo el reeeey”: de mi etapa en selección de perfiles informáticos llega… el rey del switch, un administrador de sistemas que se autodenominaba así en su CV y, por si no te quedaba claro, añadía su foto en un trono con corona y cetro incluidas…también en esta línea me llegó el CV de Paolo, recepcionista para la oficina de Bilbao, cuyo CV constaba de una foto con pose seductora y torso desnudo casi a tamaño natural… Gracias, Paolo.
El CV es tu carta de presentación profesional, debe llamar la atención de una persona que recibe unos 200 por día. En una página, limpio, ordenado, que el entrevistador se pueda hacer una idea de tu perfil en un primer vistazo. Destaca lo que te interese potenciar en función de dónde lo envías, hazte una foto que transmita una imagen profesional y con fondo blanco (no vas a una fiesta de disfraces ni es la foto de Tinder…).
- Mi novia, Vanessa: Otro CV para el recuerdo fue el de una persona cuyos hobbies llenaban media página: «…me encanta pasear, coleccionar peces de colores, leer un buen libro, las películas de terror, (…) pero lo que más me gusta de todo esto es hacerlo en compañía de mi novia; Vanessa”.
Si, está muy bien poner tus aficiones, dicen mucho de alguien y pueden marcar un valor diferencial, pero piensa qué pueden aportar a una organización y cómo ponerlas en valor en la entrevista. Por ej. «Juego al baloncesto, esto me ha permitido conocer la importancia de trabajar en equipo, ser constante, esforzarme y darlo todo por los compañeros y pienso que debe tener valor para una organización como la suya».
· “Como la Meg Ryan”: Mi preferido de todos, el terremoto de Badajoz, un abogado recién licenciado, humilde, listo como el hambre y genuino que venía con un traje de su padre que le quedaba gigante y quien a la pregunta si pudieras cambiar algún aspecto tuyo, ¿Qué cambiarías? Contestó “pues mire usted, la verdad es q no cambiaría nada, y no porque no tenga defectos, que los tengo, y muchos, si quiere a continuación se los enumero, sino porque creo que debe pasar como con esas mujeres que son bellísimas, comoooo, ¡cómo la Meg Ryan!, que a lo mejor tenía una nariz grande y se la cambió por una perfecta…pero el conjunto ya no era lo mismo. Seguro que con la personalidad pasa algo parecido…(huelga decir que le contraté ipso facto y, efectivamente, era un fuera de serie).
Cada uno de nosotros tiene algo que le hace único. Pocas veces nos paramos a mirarnos desde fuera…el autoconocimiento es la base del desarrollo de cualquier habilidad, conócete a ti mismo y busca tu seña de identidad, aquello que te hace diferente a los demás, y ¡ponlo en valor!.
- El secreto de su éxito: un abogado me comentó que tenía mucho éxito en todo aquello que emprendía, cuando le pedí un ejemplo me dijo muy seguro «por ejemplo, por ejemplooo…¡con las mujeres!». A continuación me contó que conocía a varias abogadas del despacho… cuando pregunté a las “damnificadas” me dijeron que si le fichaba se verían obligadas a huir de la firma…
Una buena entrevista debe ser distendida y, un candidato que sonríe siempre te gusta más que un candidato con cara de ameba…como dice Emilio Duró “a nadie le gusta trabajar con un cenizo”pero cuidado con pasarse, el entrevistador no es tu amigo… Si das referencias cuida que sean de personas que vayan a hablar bien de ti y ¡no huyan despavoridas al oír tu nombre!
Gracias a todos los que habéis compartido conmigo vuestras historias, experiencias, objetivos e ilusiones. Con muchos he tenido la suerte de poder compartir algo más que una entrevista y ser compañeros de trabajo o, incluso, amigos. Con otros sigo en contacto a través de #LinkedIn y me asomo a vuestras historias en la distancia. Espero poder seguir conociendo miles de historias porque, cada una de ellas, me completa un poco más.
Conoce más a Blanca Rodriguez AQUI
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El mindmapping me apasionó. Es una técnica en la que a través de dibujos y flechas (como cuando explicas un proyecto) relacionas ideas y conceptos. Y de repente, te abre la mente y ves más claro tu objetivo.
Este es mi mind mapping, me encantó hacerlo y me ayudó a reinventarme y a conocerme un poco mejor, lo descubrí en un curso de sobre marca personal y profesional en el que tuve una pequeña colaboración y siempre lo recomiendo porque creo que la base para crecer y para desarrollar cualquier habilidad es el conocimiento de uno mismo.
Si quieres conocer mejor quién eres y qué aportas te dejo el link:
https://lnkd.in/eiTWkhh
¿Te animas a hacer el tuyo?
Una vez que visualices tu meta será mucho mas fácil pensar en los pasos necesarios para alcanzarla porque, como le dijo el gato de Chesire a Alicia: “Si no sabes dónde quieres ir entonces da igual el camino que escojas”.
Conoce más a Blanca Rodriguez AQUI
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Las empresas deben asumir su responsabilidad y apostar también por restablecer el equilibrio apostando por la flexibilidad, eliminando sesgos, implantando dinámicas de integración e impulsando la presencia, cada vez mayor, de un equipo diverso, sin sesgos de procedencia, género o estatus social partiendo por la incorporación de talento y continuando con poner en marcha los mecanismos necesarios para la igualdad de oportunidades basadas en el mérito y no en la cuna.
En mi experiencia como Head Hunter en Chile me he encontrado muchas cosas, he aprendido infinito, pero también me he sorprendido e indignado con algunos CEOs de empresas que me pedían cosas como, y cito textualmente: “En el Directorio somos puros hombres, no podemos incorporar una mujer como CFO porque a veces decimos garabatos” “Que venga de la Católica” o, incluso: “Es muy bueno este chico, tiene mucho mérito, pero no lo veo en el Directorio porque es de Regiones”.
La poca diversidad en la empresa local y el no querer romper con su status quo en las posiciones de primeras líneas no sólo es un problema de las empresas, deriva de una cuestión social y económica.
La equidad debe estar en todos los ámbitos para ser efectiva.
La falta de una educación pública de calidad que genera que, si no tienes recursos, no tendrás acceso a una educación que te abra las puertas a muchas oportunidades, la importancia del “networking social” a partir de determinada etapa, y el autoconvencimiento también en muchos casos de que “no se puede” que genera en muchas ocasiones falta de seguridad y de empoderamiento de aquellos que no pertenecen a esa “elite social y profesional” impide que el sistema de desarrollo de carreras y el sistema de acceso al mercado laboral sea equitativo por lo que, en lugar de reducirse, aumenta el quiebre y la brecha social dado que estas barreras impiden que la meritocracia y el talento estén en el centro de las organizaciones y, cuando lo están, la mayoría de la veces solo es para el reducido grupo que queda tras la “selección natural del proceso educativo” para llamar a la puerta de las empresas al salir de la Universidad.
Y…¿Cómo rompemos el status quo?
Hay que eliminar sesgos, sin duda, pero también hacen falta referentes que INSPIREN, que impulsen, orienten y apoyen desde el colegio y en las empresas. Por eso, esas personas que han conseguido saltar las barreras impuestas, deben asumir la responsabilidad de hacerse visibles y contar su historia de superación para inspirar a otros a que las sigan saltando hasta que desaparezcan o, al menos, se reduzcan.
Todos deberíamos llevar en el ADN esa necesidad de ayudar a impulsar la carrera de profesionales con talento con independencia de estos sesgos sociales, y ser sus “sponsors”. Recuerdo cómo me marcó mentorizar a una alumna de Laboratoria que creció en una familia sin recursos pero con una madre que le inculcó que se podía y cómo ella hoy se ha convertido en un referente a quién se quisieran parecer muchas niñas de su entorno. Hagamos que nuestros niños, que son quienes marcarán el cambio, crezcan pensando que “Si, se puede”.
Personalmente creo ciegamente en el talento, y en orquestar las dinámicas necesarias para no perderlo (flexibilidad, oportunidades, eliminación de sesgos, dinamismo y renovación constante y conciliación global). Si se dan las plataformas adecuadas y conseguimos que la equidad esté tanto en la sociedad como en la oficina, estoy segura de que no habrá barreras para nadie y si damos los pasos adecuados podremos ser, quienes queramos por ser alcanzando nuestras metas sin tener que saltar barreras invisibles pero imposibles
Takeaways:
Las empresas deben asumir su responsabilidad y apostar por impulsar la carrera de profesionales con talento con independencia de estos sesgos que existen al interior de nuestras organizaciones.
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Estos días varias personas me han pedido consejo para orientar su carrera profesional. Comparto con vosotros lo que me he sorprendido diciéndoles. Nada como ser tu propio #headhunter. ¿Cómo?:
– Conócete a ti mismo. Como decía Shakespeare «De todos los conocimientos posibles el mas sabio y útil es conocerse a uno mismo». Se consciente de tus fortalezas, de lo que puedes aportar a otras personas con tu experiencia y conocimientos, de lo que de verdad te apasiona y escríbelo en un párrafo, como si fueras tu propio producto y lo fueras a vender. Esa, es tu #marcapersonal.
– Define tu #meta, ¿cual es tu posición ideal?¿Dónde estarías 100% motivado? Haz tu target list con tu propio ranking “bestplacetowork».
– ¿Ya lo tienes? Pues a por ello, llega la fase del #networking. Busca conexiones, ¿conoces a alguien allí? Contacta a través de LinkedIn con RRHH, con el Director del área que te interesa o con el CEO y pídeles reunirte con ellos. No te cierres puertas, que te las cierren otros.
– No seas invisible. Diferénciate, comparte información, artículos, tendencias de tu área de especialidad, dale a like, no pasa nada, ¡y es gratis!. El talento que no se ve, se pierde.
No te quedes sentado esperando a que te caigan tus sueños del cielo, ¡sal a buscarlos!.
#desarrollopersonal
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¿Nos les pasa que cuando piensan en lo que han logrado año tras año, se sorprenden de ustedes mismos?. Al menos a mi me pasa que al mirar mi adolescencia rebelde, desordenada y dispersa, tiendo a asombrarme de los logros. ¿Será que fue la edad?, definitivamente estoy más vieja. ¿En qué minuto cambié el switch y empecé a creer en mí?.
Salí del colegio con el cartel de floja y buena pa´ la conversa. Sólo un profesor, en toda mi historia escolar, logró descubrir algún talento oculto por ahí en las letras y me lo incentivó día tras día. En III y IV medio quería estudiar literatura o psicología, era fácil: me gustaba escribir y por otro lado me encantaba estar en contacto con el otro, casi siempre resolviendo los problemas de quien se me pusiera al frente. Tenía la capacidad de escuchar y contener, y las personas innatamente terminaban buscando mi compañía, algo que me hacía sentir útil, capaz y feliz. Finalmente decidí psicología, porque algunos de los adultos que me rodeaban no veían un futuro auspicioso en letras y definitivamente yo no quería ser profe de lenguaje (con todo el inmenso respeto al trabajo que hacen día a día en el aula) a mi me parecía tremendamente desgastador. Sólo soñaba con ser una gran escritora y algún día ver mis libros publicados…. pero desde la visión “realista” del adulto… eso era un imposible.
Analizo mi 2018 y veo sólo ganancias ¿Cómo lo analizan ustedes? ¿que ven?. Cerrar un año implica poder mirarlo y ver que quiero mantener y en que me quiero desafiar. Por mi parte, me he dado cuenta que, cada vez me atrevo más a salir de mi zona de confort y, probablemente, es sólo eso lo me ha ayudado a creer en mí, a sacarme el cartel de floja, a apropiarme de mis talentos y, por primera vez, confiar en ellos. También algunas personas me han ayudado en eso, ellas se han tomado el tiempo de acompañarme en este proceso. Además, están todos esos comentarios maravillosos en redes sociales que me cuentan cómo lo que escribo abre una ventanita de reflexión o cambio. Así, hoy puedo afirmar que si en mi adolescencia me topé con personas demasiado realistas… hoy los soñadores me ayudan a crecer en todo el sentido de la palabra… a soñar con que puedo lograr grandes cosas y que puedo lanzarme al vacío y volar… porque ahora sí y estoy segura, tengo alas.
¿Qué nos impide conectarnos con nuestros sueños? ¿qué hace que perdamos la confianza en nosotros mismos? ¿por qué no somos capaces de ver nuestros talentos y sacarles brillo? Vivimos en un mundo donde la realidad “manda” y el que sueña muchas veces se estrella, y tenemos tanto miedo a caernos y fracasar que muchos se quedan estancados en el pensar. Analizar las innumerables variables, imprevistos, problemas y opiniones contrarias, nos hace finalmente no atrevernos a hacer nada… ¿Por qué?… Porque podría equivocarme y entonces fracasar. En una de mis últimas sesiones con una paciente de 28 años, ella me preguntó si yo a su edad tenía claro mi sueño y dónde quería llegar en mi vida. Me sorprendí con la pregunta, y al mirar atrás sólo pude responderle que no. Le expliqué que mí vida se ha ido construyendo poco a poco, que el camino nunca fue recto y que en ese trayecto pensé virar miles de veces. Me caí, busqué donde no me gustó, estudié mucho más de lo que pensé, trabajé en distintos ámbitos, y siempre pensé que lo profesional sería un segundo plano… probablemente me tenía tan poca fe, como ella hoy a sus 28.
La realidad es que siempre estamos buscando nuestra flor de los cuatro vientos que pueda mostrarnos el norte, pero sin duda el camino no será recto, ni fácil. En la vida construimos desde lo que vamos soñando y por sobretodo desde nuestra valentía para tomar decisiones y seguir eso que el estómago o una mente “soñadora” nos muestra. Quizás no sea el camino más directo, pero estoy segura que si hay disfrute y un significado y convencimiento profundo en lo que hago, llegaré más allá de lo que nunca imaginé.
La vida no es un plan perfecto y la verdad es que está lejos de serlo. Mientras más te adhieres a ese plan, pierdes flexibilidad, oportunidades, goce, piensas demasiado y, en ese preciso momento, aparece el miedo. Siempre imaginas atreverte, pero ¿qué pasa si sale mal? entonces pierdes espontaneidad, brillo y, finalmente, te quedas pensando cómo sería ese plan perfecto. El problema es que de tanto pensar, ese plan deja de existir. La vida, más que un plan perfecto, es un mapa con distintas rutas que cambian y nos dirigen a lugares que quizás no imaginamos, de nosotros depende elegir cada ruta y no quedarnos en el mismo lugar.
¿Qué he aprendido? que hay que atreverse, hay que confiar en uno y en el universo, hay que conectarse con eso que te genera disfrute y hacerlo más. La vida no tiene un plan, sino que tu vas haciendo camino mientras avanzas o a veces retrocedes. Sin duda con las equivocaciones creces y entonces para mi no existe el fracaso. Pero lo trascendente en todo esto es que siempre, pero siempre, tienes que perseguir tus sueños, porque estoy segura que sólo así llegarán.
¿Y entonces cómo descubrimos y hacemos brillar nuestros talentos? Pensemos menos y hagamos más. Son miles de inseguridades y dudas las que nos entrampan, la mayoría de las veces es MIEDO…..si sólo pudiéramos soltar, confiar y disfrutar, estaríamos haciendo eso que soñamos y no pensando en que pasará si lo hago.
Para empezar este 2019, logremos reflexionar sobre nuestros talentos y qué estamos haciendo con ellos. Y después de pensar eso: Sólo Hagámoslo!! Atrevámonos y crezcamos en eso que nos hace bien y que además sentimos que sabemos hacer. No hay plan perfecto… Sólo existe tu propio plan, escúchalo y en este 2019 ponlo en marcha: ¡Hazlo!.
María José Lacámara – Conoce más AQUI
joselacamara@gmail.com
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Hubo un tiempo, en que yo también caí en esa trampa, esa de la fidelización de los colaboradores. ¡Es que las empresas con baja fluctuación son un ejemplo!
Pero, en realidad llegué al convencimiento, de que no tiene sentido invertir millones y millones en generar amarras de oro, para que esas almas libres en las cuales se ha invertido tanto y “se les han acomodado las cosas”, se queden – en el fondo – contra su natural voluntad.
Observando a terceros y menos a partir de mi propia experiencia, concluí que es más eficaz invertir en imanes en lugar de amarras de oro. Yo mismo me incluyo en aquellos que se han puesto nuevos desafíos o han tenido otros intereses en la vida, lo que algunas veces me llevó a cambios de trabajo, otras, fueron circunstancias forzadas. En mi caso, no siempre tomé las decisiones correctas, pero tampoco tuve la guía o no lo quise ver. A ello se suma que las empresas más dinámicas de hoy, requieren de “sangre fresca” y no se enorgullecen de bajos índices de fluctuación. Cada vez más, las personas buscan libertades (no libertinajes).
En realidad, la inversión en imanes significa realizarla en el desarrollo de la propia atractividad, no sólo para clientes, sino también para colaboradores. Sí, es sano desarrollar algunos pocos talentos claves al interior de la organización, pero sobre todo, captar grandes talentos, en consciencia que serán aves de paso. La historia nos ha enseñado el bajo aporte de construir muros, ya que finalmente son derribados.
Directivos visionarios y experimentados saben que no se acabará el mundo, si algunos buenos colaboradores abandonan la organización. Claro, ello es un problema, pero será mucho más fácil de resolver si existe la atractividad para captar rápida y eficientemente nuevos talentos. Debe generarse una buena reputación y ello, es muy individual según la empresa y el sector económico-social en que se desenvuelva. Piensen en las empresas que son imanes para cierto tipo de talento: obviamente el talento que debe captar Google no es el mismo que requiere la Clínica Alemana, así como tampoco el tipo de reputación que posee Google es análoga a la Clínica Alemana.
En la dinámica de hoy, es mejor contar con grandes talentos por períodos más cortos que colaboradores que marquen el paso y no posean la disposición o competencias para movilizar cambios. El ritmo de renovación, evidentemente depende del rubro. Estoy seguro que hoy, esta dinámica de atraer talento sistémicamente, contribuye al logro de mejores resultados. Obviamente hay excepciones en las cuales vale la pena invertir en amarras de oro, pero son las que justifican la nueva regla. Las empresas de “headhunting” van a alegrase con este comentario.
Compártelo, no te arrepentirás
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¿Te resulta difícil elegir una profesión? ¿Centrarte en una sola cosa o encontrar tu vocación?
Quizá tengas intereses o pasiones muy distintas entre sí. O quizá vas probando cosas y abandonas enseguida porque te aburres…
¿Te suena?
En un mundo donde estar hiper especializado parece la mejor opción teniendo en cuenta que cada vez tenemos más conocimientos y que, por tanto, especializarse es lo más eficiente…
¿Qué pasa si la idea de dedicarte a una sola cosa toda la vida te agobia?
¿Qué pasa si no has sido capaz de encontrar TU vocación (hasta ahora)?
Lo que pasa es que es muy probable que seas una persona multiapasionada, con muchos y diversos intereses.
Y te cuesta dedicarte solo a uno por el miedo a perderte los demás y porque al cabo de un tiempo… te aburres.
En el libro “The Da Vinci Curse“, Leonardo Lospedato explica algunas de las razones por las que abandonas al poco tiempo de sentirte fascinada por algo.
[Por cierto, el libro se llama así por Leonardo Da Vinci que, como bien sabes, fue pintor, escultor, inventor, anatomista y arquitecto. No se especializó en nada.
¿Cómo te suena esa idea? Te resulta atrayente? Entonces es muy probable que sea multiapasionada : )]
No voy a entrar en detalle en las razones que menciona el libro, pero incluye dos:
- El miedo a la competencia, que hace que abandones cuando las cosas se empiezan a poner interesantes, cuando tu misma consideras que podrías ser buena si quisieras pero lo dejas para no arriesgarte (bastante relacionado con el síndrome del impostor, por cierto).
Así lo más lógico para ti es abandonar antes de que las cosas se compliquen o de que te puedan criticar. Autosabotaje puro y duro…
Aparte de eso, lo importante es que, puesto que tener una dirección clara y un sentido te aporta serenidad y propósito, como persona multiapasionada, al no tener esa claridad, puedes sentirte infeliz.
O bien puedes aceptar que no necesitas una sola profesión y disfrutar haciendo varias cosas (como es mi caso por ejemplo con la ciencia, el coaching y el doblaje, y lo que queda).
Pero si tú sí sientes que quieres encontrar una profesión donde puedas combinar todos tus talentos, si no quieres ir cambiando porque sientes que has perdido el tiempo y que sabes de muchas cosas pero no logras concretar…
¿Qué puedes hacer?
El resumen sencillo pero IMPORTANTÍSIMO del libro que te he mencionado es este:
Encontrar UNA sola actividad que integre varios de tus talentos y que sea lo suficientemente compleja para que te mantenga interesada a largo plazo.
¿Por qué?
Porque si es demasiado sencilla para ti, te aburrirás enseguida.
Y si solo empleas uno de tus talentos estarás deseando probar el resto, no querrás quedarte solo con uno : )
Un ejemplo es el propio caso del autor, que probó todo tipo de profesiones y aficiones sin encontrar lo que de verdad quería hacer hasta que dió con la fabricación de guitarras eléctricas. Eso era complejo y requería conocimientos de acústica, física, diseño e ingeniería eléctrica. Aparte de satisfacer su pasión por la música y por ayudar a otros.
Ese es un ejemplo de una profesión compleja y que combina varios talentos o aspectos diferentes.
Conmigo desde luego esa definición da en el clavo.
Encontrar una actividad que suponga un desafío y donde pueda emplear varios de mis talentos, pasiones o fortalezas es justo lo que necesito y lo que tenía con la ciencia y ahora con el coaching y el doblaje.
Todas son actividades complejas que requieren distintos talentos y que mantienen mi interés a largo plazo. ¿Por qué? Porque estoy aprendiendo y desafiándome continuamente y porque requieren muchas cosas diferentes.
Yo no podría hacer hacer solo una cosa toda la vida. O elegir una profesión donde siempre tuviera que hacer lo mismo.
A lo mejor a ti te pasa lo mismo.
Y recuerda, yo siempre digo que tu profesión no tiene que satisfacer todas tus necesidades y que puedes combinar profesión y tiempo libre para lograr la realización y satisfacción que buscas.
Es decir, puedes buscar y probar hasta que des con una profesión que combine todo lo que quieres y que sea compleja. O puedes combinar profesión y afición y tu vida será igual de plena.
¿Qué profesión o actividad combina varios de tus talentos? O ¿cómo podrías combinar varios talentos en profesión y afición?
Dale vueltas, puede que no se te ocurra a la primera de cambio pero ya sabes qué es lo que tienes que buscar, céntrate en eso…
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
Extraido de http://coachdelaprofesional.com/encontrar-tu-vocacion/
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Cada tanto tiempo hacemos en Santo Domingo retiros cortos – de Jueves a Domingo – durante los cuales trabajamos con un grupo pequeño – de seis a ocho personas – en temas relevantes a su salud y a su auto-realización.
Durante el último retiro sucedió algo del todo inesperado. Bien avanzado el desarrollo de las actividades preguntamos a las personas – como ejercicio – sobre las cosas que tienen sentido de vida para ellas, cosas locas con un fuerte arraigue en su biología, «chaladuras del alma» como me gusta nombrarlas, temas, acciones, anhelos, movimientos íntimos arraigados en la profundidad de sí que desean expresar existencialmente. Lo sabemos, es un ejercicio poco habitual.
De acuerdo a los tiempos en que vivimos, a los temas que están de moda en todas partes, en los medios de comunicación, en reuniones sociales y familiares, y a los motivos por los cuales muchos se esfuerzan día a día, uno podría esperar que en una situación como la descrita se nombren – en forma más o menos ligera – cosas como una cierta seguridad económica para sí y para su familia, un no quedarse atrás socialmente, un avance profesional, un reconocimiento social por el trabajo desplegado en el último tiempo, un recorrido turístico y cultural por capitales europeas como premio caído del cielo, en fin, cosas ligadas al ideario y a las prioridades de nuestros días.
No así en esta ocasión. Algunas personas nombraron el querer retomar el canto, otras dijeron que querían volver a bailar, una persona nombró el querer escribir poesía como cuando joven. Repentinamente en el salón se mostró algo ya latente en las actividades realizadas hasta el momento, pero ahora con toda claridad: el salón se convirtió en algo así como una academia de arte, en un paraíso de juegos adultos, en una instancia de maduración de gracias postergadas, se convirtió en el lugar de encuentro con cosas propias más profundas que la moda, la necesidad o la presión social.
En el mundo de lo útil hay muchas cosas que se pueden automatizar o delegar a dispositivos y máquinas capaces de llevar a cabo tareas de relativa dificultad. Pero no todas. Hay actividades que son exclusivamente humanas: el cariño, el cuidado por otros y por el mundo que nos rodea, la flexibilidad, la delicadeza, la creatividad, la gracia.
¿Estamos entrando a una nueva época? ¿Quieren las personas volver a desplegar sus dones naturales inocentemente como en otros tiempos menos competitivos, gozar la expresión de sus potenciales personales, enamorarse de la vida de nuevo por encima de horizontes de tensión, utilidad, lucha y codicia? ¿Buscan las personas complementar y enriquecer sus vidas con actividades distintas a las habituales? ¿Hay muestras de fastidio, cansancio o repulsión al modo como hemos estado viviendo en los últimos años, en las últimas décadas? ¿Está cambiando algo?
Expresarse en canto, baile, poesía. El mundo de la gracia.
¿Qué hemos conquistado? ¿A dónde vamos?
Jens Bücher – Ingeniero Comercial, Fellow, American Institute of Stress y miembro del Colegio de Ingenieros – Chile, dirige el Centro de Desarrollo de la Persona Bücher y Middleton Ltda.
www.persona.cl
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