Tiempo: Disfrutar del estar

Vivimos en un mundo que no para. Es nuestro desafío poner un gran STOP. Porque es en esa pausa consciente que podemos conectar para seguir. Es en esa pausa consciente que podemos ESTAR y disfrutar en este estar.
Que mañana sea un día de pausa. Regalémonos la posibilidad de estar con nuestra familia, sin prisa ni distracciones, escucharnos, conectarnos, jugar e intentar demostrar con actos concretos lo importante que es el otro para nuestra vida.
Podemos regalar tanto más en esa pausa. Podemos intencionar mantener el contacto físico con el otro. A través de el podemos comunicar nuestro cariño y amor incondicional. Un abrazo, un silencio, una mirada, un cariño…. son maneras de dar y recibir amor implícitamente.
Tenemos infinitas formas de conectar y de regalar tiempo, pausa y estar. Mi invitación para mañana es que puedas descubrirlas, entregarlas y tomarte ese TIEMPO de ESTAR, que en este mundo en que vivimos es tan necesario y escaso a la vez.

María José Lacámara – Conoce más AQUI

joselacamara@gmail.com

Instagram: @joselacamarapsicologa

Los invitamos a conocer nuevo libro de María José Lacámara Soy Suficiente

 

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Las Relaciones nunca Terminan…

Hace unos días atrás, recibí un llamado inesperado, acerca del cual ya les comento más adelante…

Mientras realizaba mis ejercicios de elongaciones y de fortalecimiento en medio de esta ya prolongada «cuarentena», espontáneamente pero gatillado por un llamado telefónico, comencé a recordar separaciones que he tenido en mi vida, ya sea de familiares muy cercanos, algunos que fueron importantes amigos en su momento, socios comerciales, parejas que tuve en mi juventud, jefes y colaboradores…, etc.

¡En menos de un minuto logré superar la veintena! Es impresionante como pueden llegar a trabajar de rápido y eficazmente las tres puertas de la mente: subconsciente, inconsciente y el consciente.

La vida es un desarrollo en el que a veces hay saltos y luego, son inevitablemente necesarias las separaciones. En muchos casos, estas separaciones no son un real drama, incluso si sucede a menudo. Distinto es si a raíz de ello se produjo un daño mayor, que deja heridas profundas y no sólo rasguños. Claro está: ¡heridas que llegan a las entrañas o parten el corazón, necesitan cirugía! Pero por lo general son sólo rasguños que sanan relativamente rápido y no dejan cicatrices notorias, salvo para quienes tienden a exagerar o dramatizar.

Pero, por otra parte, sabemos muy bien cuán vehementes pueden llegar a ser los intentos de justificarse y maltratar a los demás en estos procesos de separación, sean de la naturaleza que fueren. Es asombroso con la frialdad que proceden algunos y a la vez insultado, hiriendo, sin poseer real necesidad de hacerlo.

Pensemos también en personas que se aferran a su trabajo hasta que se vuelve indigno, lo que es muy común en políticos, también frecuente en las empresas, sobre todo en cargos superiores. Si la separación es inevitable, muchos realizan el intento a cualquier costo para salir sin perder la cara, para sacar el último céntimo, despotricando contra los demás, generalmente por detrás y sus niveles de responsabilidad propia tienden a cero.

Cuánto más respetuoso resulta ser el final de una relación con alguien que tuve muchas discrepancias durante un buen tiempo, de tipo laboral, al recibir sorpresivamente un llamado telefónico de esa persona, en el cual aparte de preguntar por mi estado de salud, sólo quería expresar su gratitud por aquello que valoró en nuestra relación laboral. ¡Humildemente!

Si te gusta recordar con agrado, incluso entablar o renovar una relación, depende de cómo terminaste. Si se desperdicia fuerza en la guerra de trincheras y en sacar a relucir un orgullo exacerbado, también se pierde la dignidad de la conexión, así como la creación y/o renovación de confianzas. Claro, hablo de rasguños, no de heridas profundas.

Sin embargo, con la veintena de casos que recordé hoy y que incluían lesiones de todo tipo, debo concluir, que las relaciones nunca terminan sino sólo cambian su forma.

 

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Cuándo decir “NO MÁS” en una relación

Síntomas que indican que no debes seguir en una relación

¿Cuándo pierde el amor su importante finalidad? Quizá esta sea una de las preguntas más difíciles de responder cuando estamos atravesando por una crisis en la relación. Determinar el momento y las circunstancias que pueden llevar a decir: “NO MÁS”, nos permitirá darle prioridad al amor propio, dejar el sufrimiento y romper ese apego que tanto daño hace.

El amor empieza a verse afectado cuando nuestra pareja no siente amor, no permite que crezcamos en nuestros ámbitos personales o profesionales y vulnera los principios que nos definen como personas. Cuando una de estas o las tres se ven perjudicadas, es preciso que empieces a analizar tu relación.

Para Walter Riso es importante definir límites que formen una relación constructiva, saludable y duradera. Ahora veremos qué hay más allá de esos límites y cómo se pueden definir:

No hay amor

“Ya no me abraza, no me besa”, “ya no se preocupa por mí”, “nunca he sentido que esto sea amor”. Como dice Walter Riso en su conferencia “Es posible amar sin sufrir, el arte de amar sin apego”: ¿por qué quedarnos con alguien que no nos ama?, ¿qué esperas entonces, si es una relación insana y perjudicial? Mendigar amor es una de las experiencias más humillantes que se pueden vivir por alguien. Estás a merced de las migajas y la limosna que el otro puede darte, alguien así, no te merece.

¡Qué mala consejera puede ser a veces la esperanza! En ocasiones, la crudeza de la realidad o la más dolorosa esperanza nos quita la carga de un futuro inconveniente”, Walter Riso.

Cuándo decir “NO MÁS” en una relación - Síntomas que indican que no debes seguir en una relación

Le molesta tu crecimiento personal

¿Por qué en una relación de pareja se sacrifican los sueños y las metas solo por “pertenecerle a alguien”? Las motivaciones, los deseos y lo que quieres ser, siempre y cuando no sea destructivo para los demás, deben llevarse a cabo por el hecho de sentirse completo en la vida. Un amor que impida el crecimiento personal del otro para que la relación funcione, no se llama amor sino esclavitud.

¿Quieres aprender a cocinar, emprender un negocio, practicar algún deporte o entrar a la orden religiosa? Si hace parte de tus necesidades básicas, no dudes en hacerlo, no lo descartes:

“Lo que te hace evolucionar es un regalo, lo que te lleva a involucionar es un estorbo”, Walter Riso.

No hay nada mejor que una pareja con la que se pueda alzar vuelo a la par y luchar codo a codo, una persona con la que puedan desarrollar juntos la naturaleza humana de mejorar, realizar y mantener el propio ser que anda en constante experimentación. Si sientes que tu relación no es así, ¿qué haces ahí?

Traicionar nuestros principios

Entre los pensadores existe un acuerdo sobre los valores en el que se promulga que el límite de lo negociable es la dignidad personal, es decir, la opción de ser valorado, respetado y honrado. La dignidad es aquello que nos hace resistir la humillación, el autocastigo y la condena injusta.

¿Cómo saber cuándo alguien afecta tu dignidad? Para alguien que se observa a sí mismo, es fácil de determinar. La dignidad se ve afectada cuando sentimos que nuestros intereses más profundos se ven maltratados. El ideal siempre será conservar el ser moral y negarse a ser un objeto. Por eso, cuando negocias tus principios y fundamentos en nombre del amor lo único que estás haciendo es dejarte de querer a ti mismo y negando tu condición personal.

En su conferencia: “Es posible amar sin sufrir, el arte de amar sin apego”, Walter Riso aborda por lo menos dos factores importantes que afectan la dignidad personal en las relaciones afectivas. No te puedes perder la ampliación de este tema, ingresa a este enlace para que puedas adquirir ese conocimiento y las herramientas ideales para vencer el apego y dar un NO definitivo a una relación insana y tóxica.

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UN DÍA DE LA MADRE DISTINTO

Entre palmeras, música de fondo, playa y calorcito escribo estas líneas, para un día de la madre especial, único y probablemente irrepetible. Hoy en mi día no estoy con mis niños, yo y mis amigas decidimos escaparnos para celebrarlo juntas. Juntas en una comunidad que se quiere, acompaña y apoya en este camino de la maternidad. Hoy no estoy con mis hijos, sin embargo estoy con mi tribu, con esa que me mira sin juicio, con esa que me quiere con mi voz fuerte, mi aceleramiento, y mis locura.

Esta tribu al igual que mis hijos me la regaló la vida, y entonces hoy no solo celebro el día de la madre, sino un día de la madre acompañada por mis compañeras de maternidad….esas que hacen que día a día este camino sea especial, entretenido, acompañado, aconsejado, visto, abierto y respetado.

Y aunque me encantaría estar con mis niños para recibir sus besos pegasos y sus cartas que me sacan lagrima, no puedo dejar de reconocer que estoy plena y feliz con mi elección, con haber elegido pasar este día con mi s compañeritos de plaza, tardes y risas, volcadas a cuidarnos entre nosotras y para nosotras mismas. Se que llegaré a mi casa y tendré los besos pegoteados, abrazos y cartas, pero no tengo la certeza de que pueda volver a tener estos momentos con mi tribu y mi comunidad materna de nuevo. A veces nuestras decisiones no son las más obvias, y permitirnos ser a ratos un poco menos mamás y un poco más mujeres, no es malo….por el contrario, creo que es sin duda el mejor regalo que podemos darnos y darles a los que nos rodean. Que el mundo pare y podamos disfrutarl, solo depende de que nosotros nos detengamos y tomemos las decisiones de aquello que necesitamos, nos hace felices y nos genera bienestar….muchas veces esas decisiones no están en el deber o en nuestros roles, sino en nuestro querer y nuestro ser persona.

Hoy las invito a disfrutar todos esos besos apretados de sus hijos, también las invito a pensar más allá de su rol de madres, que es aquello que necesitan y cuanto de eso están haciendo en su día a día. Paremos nosotras el mundo, para que empiece a girar en la dirección que nosotras queremos y nos hace bien. Sin duda en esa ecuación están nuestros niños, maridos, profesión, familia…..pero ¿qué más podemos encontrar? Busquen los regalos que les dio la vida: amigas, talentos o inquietudes, y escuchenlos porque ahí está también nuestra felicidad. Nuestro bienestar no solo se encuentra en cumplir a la “perfeccion” nuestros roles. Este día de la madre en el que no estoy con mis niños, abrió un campo nuevo en mi mirada y eso no me hace ni más mala, ni peor, ni descariñada….me hace poder vivir y conectarme con una mujer que es mucho más que madre…..con una mujer que es amiga, que se escucha y se respeta….eso me hace sentir plena y esa sensación es sin duda, la mejor mamá que le puedo regalar a mis niños.

Hoy en tu día elige al menos un regalo que te haga sentir mujer….no mamá…. mujer plena que se quiere, se escucha y se respeta.

Feliz día!!!

María José Lacámara – Conoce más AQUI

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Comparte una buena taza de café con quien quieras de verdad

Son muchas las personas que están de acuerdo que servirse una buena taza de café es uno de los más grandes placeres de la vida, resulta tan satisfactorio como recibir un abrazo fraternal. La persona que de verdad te quiere te preparará el café más dulce y sabroso que hayas probado.  Una taza de café te permite encontrar alivio a todos los problemas presentes en el día a día, desde el primer sorbo hasta la última gota garantizan un grato momento. Es por ello que, en las siguientes líneas podrás conocer más sobre esta fabulosa bebida, la cual nos acompaña todos los días desde hace siglos.

Primero una taza de café, luego existir

Para muchos, la vida empieza después de una buena taza de café. Este fue el mismo pensamiento que compartieron los monjes de los monasterios de Yemen en el siglo XV, puesto que, en muchos de los diversos documentos históricos encontrados se databa el hecho de moler los granos de café para obtener una bebida extraordinaria que recibió como nombre gahhwat al-bun, cuyo significado en español es vino de habichuela; más tarde fue abreviado como gahhwat que significa café.

Nadie ha quedado indiferente ante los efectos que brindan una buena taza de café. Desde su descubrimiento, ha presentado una acción vitalizante, otorgando así un exceso de energía para poder ejecutar cualquier acción. A esto hay que sumarle el aroma tan embriagador que posee, el cual es capaz de dar placer a cualquiera. Sin embargo, el café tiene un aspecto negativo: se trata de la cafeína que puede ser adictiva. De hecho, debido a la adicción presente en esta bebida, para el siglo XVII era considerada una bebida tabú; por lo tanto, en los monasterios católicos era considerado una bebida diabólica.

En la actualidad, la taza de café bebida diabólica o no, es una parte fundamental en la dieta cotidiana. Es un hábito fundamental el beber café, puesto que alrededor de este hábito se construyen una serie de dinámicas psicológicas, las cuales pueden otorgar increíbles beneficios para la salud física y emocional.

El café es beneficioso para combatir la depresión

Si beber una taza de café no da la felicidad que se necesita, puede generar una serie de condiciones que se prestan para que podamos experimentarla. Esta idea no es algo exagerada, ya que son muchos los estudios que han llegado a la misma conclusión. Una investigación publicada en Archives Internal Medicine dio a conocer que; el consumo regular de café expresado al menos en tres tazas diarias reduce considerablemente los índices de depresión, por lo tanto, el café es beneficioso para la salud emocional.

Ahora bien, lo interesante sobre lo obtenido en el estudio son los resultados. Estos fueron bastante positivos en mujeres, en cambio, para los hombres el consumo regular de las tazas de café resulta en un aumento en la ansiedad. Sin embargo, para el género femenino el impacto de la bebida en la salud emocional es de lo más beneficioso.

La diferencia entre sexos se debe principalmente a los hábitos construidos alrededor de la taza de café. Las mujeres presentan un comportamiento que las hace más proactivas al reunirse en una cafetería. Para ellas, esta acción es sinónimo de un merecido descanso, en el cual se acompañan de amigos y  de una buena taza de café; resulta ser la oportunidad perfecta para dar rienda suelta a un desahogo emocional.

La psicología del café

Las tazas de café sobre la mesa solo terminan siendo una excusa para poder mantener una comunicación más amena, la cual, pueda resultar beneficiosa para las personas; sanando tristezas y librándose de miedos y preocupaciones.

La vida presenta muchas presiones que pueden quedar contenidas en un muro invisible, afectando negativamente a los individuos. Una taza de café es un estimulante directo de la química cerebral, lo que da rienda suelta para el desplazamiento de varios neurotransmisores como lo son la serotonina y la dopamina. Sin embargo, es la persona la que impulsa el efecto del café otorgándole el valor que necesita, dándole así, esas propiedades sanadoras y terapéuticas.

Café + Amor = Felicidad

Quedar a tomarse una taza de café con la persona querida, puede ser el mejor momento del día. A través de esta acción se pueden reforzar los vínculos con esa persona. Por ello, esta clase de encuentros son de lo más significativos, pues otorgan bienestar y felicidad. Recuerda que, ser una persona feliz te ayuda a estar saludable.

Si lo piensas bien, nuestra sociedad está marcada por las prisas, las fuertes presiones y los objetivos que deseamos cumplir a lo largo del día; es por ello que es difícil mantener conciencia de lo que nos envuelve en el presente. Cualquier actividad forma parte de la rutina, por lo tanto, el tomar una buena taza de café nos ayuda a romper ese flujo de cotidianidad.

Tomar una taza de café con otra persona es un modo sensacional de abrir nuevos caminos, salirnos fuera de la continuidad vital, que termina siendo un espacio neutro y aséptico. El café nos permite abrazar el presente y poderlo disfrutar, deleitándonos con ese instante marcado por los efectos de sanación energizante, y sobre todo, dándole sentido a todo lo que vivimos en ese momento.

Para tomar café es mejor hacerlo en compañía

Existen una serie de motivos que te ayudarán a convencerte de los extraordinarios beneficios de tomar una taza de café en buena compañía. A continuación, te los contamos:

Tomar una taza de café estimula la producción de endorfinas. De esta manera, se favorece una conexión emocional con las personas; logramos sentirnos queridos y crear un círculo de bienestar en el cual habrá una constante retroalimentación para el equilibrio mental.

El poder compartir buenos momentos día a día junto a una taza de café, permitirá invertir en esa reserva cognitiva que garantiza una buena salud para el cerebro. Además, podrás reflexionar sobre ideas sencillas y complejas.

En momentos de dificultad, de angustia o de mucho estrés, lo mejor es quedar con alguien para beber una buena taza de café caliente y poder comunicar en voz alta todas esas preocupacionespara hallar el consuelo necesario.

¡Recuerda!

Los expertos han indicado que tomar tres tazas de café al día es bastante saludable. Por lo que, sería más que estupendo el compartir con amigos con los que se puedan tener largas charlas agradables; poder reír y hasta llorar juntos, no tiene precio. Después de todo, como seres humanos la socialización está en nuestra naturaleza. El café es sólo un mediador para consolidar las relaciones.

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Prima Hermana

La historia comienza para los de nuestra generación en un pasaje. Eramos dos familias, primos hermanos los que vivíamos una al lado de la otra en el fondo de ese  pasaje. Yo no tengo muchos  recuerdos de esa época  ya que siendo todavía muy niña  y estando mi madre embarazada de su sexto hijo, nos fuimos a vivir a Miraflores. Sin embargo seguí yendo de visita primero a casa de mis primos y ahora donde mi hermana Tati que habita con su familia  la casa que una vez fue el hogar familiar. Es probablemente por eso,  que a pesar de que hace mucho tiempo ese lugar  ya no es mi barrio, de alguna manera lo siento todavía muy familiar.

La Loreto mi prima, que acaba de fallecer producto de un cáncer agresivo, rápido  y brutal,  era en esos años amiga de mi hermana Coca. Yo me juntaba con la Vero, su hermana menor. No fue sino hasta muchos años después cuando  ella,  ya casada y con hijos regresó a vivir a Chile desde  España donde había vivido por un largo período que,  por esas casualidades maravillosas de la vida,   nos encontramos. Resulta que teníamos una pareja de amigos en común y eso nos acercó. Ambas trabajábamos y no teníamos mucho tiempo.  Sin embargo nos arreglábamos para pasar juntas momentos importantes de nuestras vidas. Ella y su marido eran invitados frecuentes a nuestra casa para compartir cumpleaños y fiestas familiares y nos hicimos la promesa que cumplimos, de pasar todos los años nuevos juntas.

Es difícil describir a la Loreto en pocas palabras. “La guapa” como le decíamos sus amigas en honor a su belleza y a su vida en Europa,  era intensa, alegre,  divertida,    apasionada, gozadora y explosiva.  Amaba la vida, los viajes, la ropa,  el cine,  la lectura, los deportes. Dueña de una energía inagotable,  nunca le faltaba tiempo para su familia ni para su amigos a quienes recibía junto a su marido en su cálido hogar que reflejaba tan bien su estética y personalidad.

Había jubilado hacía poco y estaba como siempre llena de planes: tal vez por eso cuesta aceptar su prematura partida. Sólo me consuela saber que tuvo una buena   vida y que murió rodeada de los que tanto la querían.

Como dije en el cementerio cuando me tocó despedirla,  a veces las experiencias dolorosas de  vida nos hacen entender el significado profundo de algunas  palabras. Nosotras siempre hablábamos de que éramos primas hermanas. Por alguna razón nos encantaba repetirlo.  Tal vez fuera porque  dicen que para las mujeres,  las primas son como hermanas.

Ahora sé que es cierto. Ella era mi prima. Ella era mi hermana..

Macarena Urenda Salamanca – Comunicadora Social

 

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Más piropos menos chaqueteo

El viernes me pidieron ayuda en el colegio de mi hija para ir a maquillar como Cleopatra a las niñitas de 4to básico. Obvio que fui feliz de poder aportar y además, siempre es rico estar infiltrada y poder conocerlo un poquito más.

El maquillaje como era para tantas alumnas lo hice mega sencillo: línea negra en el párpado, sombra dorada, rímel, iluminador y brillito en los labios, parecía una máquina dispensadora de bebidas haciendo lo mismo cerca de 30 veces jajajaj. Sin embargo, hubo varias cosas que me dejaron con el corazón llenito y maravillosamente asombrada de esta experiencia.
Primero cada vez que hacía este proceso el resto de las niñitas miraban felices e ilusionadas, esperando pacientemente su turno (nadie tocaba el maquillaje ni alegaba) y lo mejor, siempre exclamaban lo linda que se veía cada compañera. Se piropeaban, se sentían felices. Se percibía un compañerismo a toda prueba; una bondad; un cariño por la otra que se veía tan bien y distinta. No existía competencia. Ninguna quería verse mejor que la otra, ninguna quería ser la primera.
Me encantó! El poder reconocer y verbalizar cuando uno encuentra que el de al lado se ve bien, es realmente maravilloso, es mirar más allá de la propia individualidad y eso cada vez pasa menos.
Hoy se juzga mucho más de lo que se aplaude al de al lado y este grupo de niñas que eran capaces de darse cuenta de que son eso, un grupo en el cual todas debían destacar de la misma forma, que todas serían maquilladas por lo que esperaban confiadas y además, manteniendo la admiración hacia lo linda que estaba cada una de las compañeras.
Espero de corazón que sigan igual de grandes, la vida es tanto más feliz y fácil cuando se está lejos de la envidia, la impaciencia y el exitismo sin límites.

Paula Eugenia Fischer Levancini

Coach en Programación Neurolingúística

 

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La importancia de los amigos

En muchos países latinos , este mes es el mes de los amigos o de la amistad y este punto me hizo pensar en lo importante que se vuelven con el paso de los años. Estos hermanos o hermanas elegidos en la vida al final nos acompañan más que muchos familiares incluso más que nuestras propias parejas e hijos si es que hemos decidido tenerlos.

Me llama mucho la atención como los códigos de amistad cambian con las distintas generaciones donde hoy por ejemplo, mi hijo de 25 años me dice con mucha naturalidad que tiene “amigos” porque juega en red con un canadiense y una norteamericana a los cuales nunca ha visto y frente a mi pregunta el otro día si estos supuestos amigos vendrían a mi funeral si yo me muero para acompañarlo a él, me mira sorprendido y me dice , obvio que no mamá. Entonces no son amigos, respondo yo.

Es que parece que se pierde la conciencia de que la amistad es un trabajo y no menor, requiere mucha voluntad, persistencia y a veces esfuerzo para mantenerla por los años.

Es necesario compartir situaciones reales, mirarse a los ojos por lo menos de vez en cuando y sobre todo tener y compartir situaciones de vulnerabilidad y no sólo las de éxito.

Con los años he ido descubriendo la belleza de la amistad cuando uno se permite pedir ayuda, compartir llantos y errores y como la complicidad de la amistad se transforma en un tesoro qué hay que cuidar día a día.

Se puede tener amigos desde la infancia donde uno los puede ver una vez al año y a los cinco minutos de sentarse a conversar es como que el tiempo nunca pasó y no hay caretas ni poses porque no son necesarios. La historia compartida genera una naturalidad maravillosa que se siente tan natural como la vida misma.

Pero también se pueden encontrar amigos y amigas en el camino de la vida en cualquier situación donde uno conoce a alguien y al segundo uno siente que la conocía de antes donde la naturalidad y la alegría surgen en forma espontánea y esos códigos pueden dar el inicio de algo que puede durar la vida entera.

En ambas situaciones hay que tener claro que como cualquier afecto hay que cuidarlo y trabajarlo diariamente para que sea continuo.

Los códigos de lealtad, de confidencialidad y de complicidad son claves para que está amistad no se rompa. Sin embargo muchas veces como en todo la vida, amistades cumplen un ciclo y se desvanecen a veces dejándolas partir y otras con fuertes duelos que sin duda nos harán crecer.

Quiero en estas líneas agradecer a todas mis amigas, quienes seguramente me acompañarán en el proceso de envejecer con mayor alegría y complicidad que otros afectos. A las que se han ido, gracias por lo aprendido y a las que he podido hacer daño, perdón porque no ha sido con intención. Aquí también es importante entender qué hay muchas amistades que no son totalmente recíprocas, a veces uno quiere más de lo que la quieren a una y eso también es lindo asumirlo y entregarlo sin pedir la total equidad.

Los y las invito a registrar a sus amigos y amigas, decirles a ellos y ellas que lo son y que los quieren mucho y que de verdad toman conciencia de la belleza que implica caminar en la vida con manos que están ahí en las buenas y en las malas.

Escrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

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¿Cómo acompañar al que sufre?

Artículo publicado originalmente en El Definido

¿Qué hacer con el amigo bajoneado? Mane Cárcamo nos ofrece su visión personal respecto a un incómodo pero necesario momento que ocurre en toda relación de amistad.

Nadie está libre. Alguna vez nos tocará pasarlo mal, sufrir y tener una pena. A algunos unas muy grandes, a otros en cambio la vida se les hará más fácil. Pero el dolor es algo de lo que probablemente nadie puede escapar. Y por eso es, bajo mi punto de vista, tan importante no sólo estar preparado para experimentarlo en carne propia, sino también para acompañar al que lo está pasando mal. Todo lo que escribiré acá es como siempre mi propia visión, la de una mujer totalmente común y corriente, para nada una experta, que solo le ha dado vueltas al tema un buen rato.

Hacer un Chino Ríos invertido: “estar ahí”

El acompañar a alguien que sufre es un tema delicado, porque no es fácil equilibrar el estar ahí sin invadir, con la ausencia o la aparente despreocupación. Cuando uno está complicado con cómo actuar cuando aquel que queremos está pasando una temporada en el infierno, considero que el mejor consejo es pensar en cómo nos gustaría que nos acompañaran a nosotros… lo que básicamente se reduce en ponernos en el lugar del otro. Personalmente creo que hay que aparecer y que el otro sepa que estamos ahí. Tal vez es una llamada que el otro no quiso contestar, pero que quedó registrada y que para el que lo está pasando mal es un gesto de cariño. Puede ser un audio o simplemente un emoticón con un beso que le haga saber que también abrazamos su dolor. Estar de las maneras más diversas posibles, pero jamás desaparecer por timidez, miedo o pudor.

Otras veces solo hay que ser una oreja con RUT y AFP. Nada más que una simple oreja. Sentarnos a escuchar, sin dar el más mínimo consejo y dejar que la persona querida vomite todo aquello que la tiene tan angustiada. Hay una gran tentación por caer en los clichés de “todo pasa por algo”, “Dios le manda las cosas a quien puede soportarlas” o lo que a veces es peor, pautear al otro en cómo tiene que vivir su dolor “lo que tú tienes que hace es bla bla bla”. Todas tentaciones que surgen del más infinito amor, pero que a veces en vez de ayudar provocan absolutamente todo lo contrario. Hay momentos en los que uno simplemente quiere hablar, desahogarse y por último llorar con esa amiga que su único aporte va a ser pagarte el café (gran aporte en todo caso). A veces lo único que se necesita es una oreja, para seguir adelante y pelearla.

En otras ocasiones la ayuda puede ser simplemente a través del “ejecutar”. No son necesarios ni los audios, ni los emoticones, ni los cafés y menos los consejos. A veces la ayuda más valiosa es hacerle la compra del supermercado a esa amiga que tiene al hijo enfermo, pagarle las cuentas a esa mamá que está con un bajón importante, reemplazar en el turno a esa compañera de trabajo que está en shock por que el marido se fue de la casa o pedirle la hora a ese primo que necesita ver urgente al psicólogo. Hay veces que, en silencio, solo hay que gestionar una ayuda real y dejar los mensajes Village para otro día.

La comida, las películas y los panoramas superficiales muchas veces también son una buena opción. O una buena pichanga, tal vez salir a correr como si nos estuvieran persiguiendo “Los Vengadores” (guglear la noticia) o un asado en donde el único objetivo sea reírse hasta terminar con calambres. También funciona juntarnos con amigas a pasar un momento difícil viendo por novena vez “La boda de mi mejor amigo” acompañadas de un pote de helado y eligiendo el color con el que nos pintaremos las uñas. Todo muy light. Porque algunas veces esa distracción banal es una buena aliada para pasar un momento amargo. Al menos por un rato.

Y aquí me mandaré mi opinión más personal. Algunos le dicen pensar, mandar energías o buenas vibras, yo lo llamo rezar por el otro. Creo que es una manera súper valida y reconfortante para acompañar a los que queremos en sus momentos más oscuros. La fe es un gran bálsamo para cuando de verdad queremos cerrar por fuera. Y el saber que otro reza por mí y mis preocupaciones a mí me ha ayudado mucho en la vida. Y me he sentido más acompañada que nunca.

Y tú ¿cómo acompañas a quien está pasando por un mal momento?

Magdalena Cárcamo – Periodista

Fuente: www.eldefinido.cl

 

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El regalo de la Vida

La semana pasada asistí al lanzamiento de un libro acá  en Viña del Mar. Se trataba de la novela Hermano, no tardes en salir del abogado y premio Nacional de ciencias y Humanidades, Agustín Squella. Leí el libro completo apenas llegué a mi casa. Confieso que el interesante diálogo que se produjo entre el autor y su editor durante la presentación me motivó  a hacerlo. Y a pesar de lo cansada que estaba ese viernes en la noche,  el recuerdo de la intensidad de esa conversación pudo más que mi sueño y lo acabé de un tirón. Lo he vuelto a leer durante la semana y he repasado algunos pasajes que me gustaron especialmente, reviviendo el placer y emoción que me produjo su lectura.

Básicamente el libro enlaza la historia de una amistad hípica con la muerte a causa de  un suicido,  de un hermano del autor. La historia me conmovió, por la sinceridad con que está escrita,   por la claridad de su escritura y muy especialmente por la profundidad de su mensaje. Porque en el fondo, el libro trata de  la belleza de la vida y aunque relata  lo dura y dolorosa que puede ser para los que quedan,  la muerte inesperada de una persona joven y que parecía disfrutar tanto de la existencia, el relato se centra  primordialmente  en el privilegio que implica para los seres humanos el simple hecho de estar vivo. Esa pérdida inesperada,  brutal,  dolorosa y tal vez en momentos incomprensible,  no disminuye para nada el valor que tiene  una vida bien vivida,  disfrutada y compartida y que sigue luego de 40 años en el recuerdo de los que lo amaron

Porque es cierto que la vida puede ser mirada como una sucesión continua de pequeñas y grandes pérdidas que  todos experimentamos. Pero también puede ser considerada como un gran regalo que se nos ofrece gratuitamente y sin darnos tregua para que la vivamos a plenitud,  la aprovechemos en su totalidad y  la gocemos y suframos con pasión

El hermoso mensaje que deja este  libro es que tanto la   fragilidad,  que  forma parte esencial de  nuestra condición humana como  el carácter efímero y temporal de nuestra existencia,   lejos de entristecernos y atemorizarnos,  nos debe hacer gozar del don  de la vida en todo momento,  para disfrutarla  en toda su inmediatez, incertidumbre  e intensidad.

 

Macarena Urenda Salamanca

 

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