Nadie que empieza una relación de pareja lo hace para luego terminar. Pero a veces las diferencias que podemos tener con esa persona que una vez fue muy querida llegan a ser irreconciliables.
Ante ese panorama, sin duda, lo mejor es dar por finalizada esta relación, pero surge la gran duda: ¿Qué hacer después de terminar una relación? En este post vas a conocer parte de la respuesta.
Lo primero es que hay que tener bien claro por qué terminamos esa relación y usar esos argumentos para fortalecernos. Ocurre que una vez que se acabo finalmente la relación aparecen un montón de dudas: ¿Y si todo era mentira? ¿Quizá sea yo la culpable? Pero ese panorama no te va ayudar, lo que hay que hacer al principio en concentrarnos en esas razones que fueron tan poderosas que finalmente hicieron que tomaras la decisión de dejarle.
Otro punto importante es que hay que redescubrir nuestro potencial. A veces, ligados a otras personas olvidamos quienes somos, nos dedicamos a los hijos, el hogar, mantener la relación estable y esos sueños o actividades en las que somos realmente buenos las dejamos de lado. Hoy que estás de nuevo soltera es tiempo que hagas una lista de cosas en las que eres buena y salgas a comerte el mundo, eso te mantendrá enfocada y menos propensa a caer en el juego macabro de la incertidumbre.
Renovar y aumentar nuestro círculo de amigos. Al igual que hicimos con nuestros talentos simplemente abandonamos a esos amigos que tanto afecto nos tienen. Aprovecha mejor el tiempo y llámalos, pasa tiempo a su lado e incluso vamos hacer nuevas amistades, con otros valores, que se parezcan más a este momento que vives hoy.
Romper con tu pareja es una cosa realmente complicada, pero si tenemos en cuenta estas ideas seguramente podemos transitar este duelo de la mejor manera. No te olvides jamás que estar contigo mismo tiene un valor y que cada día hay una nueva oportunidad para reinventarse y ser mejores personas.
Fray Martínez
Psicólogo, Autor y Conferencista
http://psiqueactiva.blogspot.com.es/
Extraido de www.institutodraco.com
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Hoy una vez más la vida nos enseña de paradojas. En un mundo cada vez más individualista y competitivo, nace la necesidad obligada de conectarse con lo esencial. Hoy es el Universo, Dios o como quieras llamarle, es el que nos llama a frenar, a detener y a mirar hacia el interior. Y entonces nacen infinitas paradojas:
Cuando pensabas que la tecnología era un monstruo que nos estaba comiendo, te das cuenta que no es ella el monstruo sino nosotros. Dándonos ella misma (a esa que teníamos vetada) la oportunidad única de poder conectar, hacer comunidad y acercarnos con nuestros seres queridos y con el mundo. Hoy es esta herramienta que finalmente aprendimos a usar con un distanciamiento obligado, la que nos regala la posibilidad de compartir, hacer deporte, reírnos y aprender.
Cuando pensabas que el mundo iba más rápido de lo que podías soportar y pedías a gritos una pausa que no existía, el universo nos viene a mostrar que podemos cuidarnos parando, frenando nuestro hacer para enseñarnos a estar con otros…..aislados pero por primera vez conectados desde lo más profundo del corazón.
Cuando pensabas que el tiempo en familia y el hacer estaban equilibrados, vienen nuevamente a mostrarte que lo esencial está en los vínculos, en nuestra familia y que nunca es suficiente…..que el regalo de estar juntos es infinito y que por mucho que intentes equilibrar, te das cuenta de lo importante cuando paras, te conectas y lo vives.
Cuando pensabas que tenías los planes y el futuro bajo control, una vez más la vida y el universo te muestran tus límites, tu vulnerabilidad y tu fragilidad, poniéndote en pausa para que puedas nuevamente tomar perspectiva de que lo único seguro que hoy tienes es el HOY.
Cuando pensabas que te conocías, que meditabas y que tenías tu norte claro, nuevamente esta pausa obligada viene a mostrarte que conectarte con tu interior es indispensable y nunca suficiente. Te enseña una vez más que el ocio es un regalo y que tus necesidades básicas están suplidas, porque tienes un techo y una familia.
Cuando pensabas que tenerte a ti era suficiente para seguir viviendo….una vez más nos muestra la tierra que somos un colectivo y que estamos todos unidos. Que todo lo que yo decida impacta en la vida del otro, así como ese otro impacta en mi vida.
Es extraño y paradójico sentir que en estos días he logrado agradecer y apreciar las cosas simples: despertarme sin apuros, tener tiempo para leer, jugar con mis niños, hacer deporte con mi marido, hablar con mis amigas por videollamada, escuchar el viento, ver películas, escribir, cantar a todo pulmón, reírme de lo paradójico, respirar profundo y agradecer por ese respirar.
Sin duda estamos en una situación desafiante, dura y llena de incertidumbre….y la simple paradoja que me regala la vida hoy es que me siento más acompañada que nunca, que veo más generosidad y comunidad que nunca en las redes sociales, y que me siento útil y ayudando al estar en casa….¿que más se podría pedir? Cuando te das cuenta que tu mejor ayuda al mundo y a la comunidad es quedándote en TU mejor lugar….es simplemente impactante. Y donde además hoy el Universo te da la oportunidad de poder construir y crear un HOGAR lleno de vínculos y conexión en tu casa.
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María José Lacámara – Conoce más AQUI
Instagram: @joselacamarapsicologa
¿Qué hacer cuando no sabes pasar a la acción?
Me escribía una lectora diciéndome esto:
“Ya hace tiempo, aproximadamente 3 años, que desperté! y empecé a leer libros, vídeos, blogs… Pero lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción. Sí, sé que tengo que hacer un trabajo interior viendo cuáles son las cosas que disfruto, probando, experimentando, pero me quedo ahí, en la superficie, cómoda leyendo y empapándome de las experiencias de otros.”
Aunque el mensaje sigue y trata otros temas también muy interesantes, hoy me voy a centrar en esta frase:
“Lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción”.
¿Qué puedes hacer si tú también estas en esa situación? Si sabes que quieres algo distinto pero no sabes pasar a la acción.
Lo primero de todo es asegurarte que SÍ sabes pasar a la acción.
Que no lo hagas es otra cosa, pero saber sabes.
El problema radica en tres cosas (para ti pueden ser las tres o solo alguna de ellas):
1. No sabes qué quieres.
Es muy difícil pasar a la acción cuando en realidad no sabes bien lo que quieres. Miras al frente y sólo ves niebla. No sabes hacia dónde tirar, ni por dónde empezar, ni quiera el camino a seguir.
Otras veces no es que no veas el camino sino que hay tantos que no sabes cuál elegir.
Difícil pasar a la acción, así, ¿verdad?
2. No te atreves
Te imaginas el cambio como algo aterrador, gigantesco, desconocido, que te va a sacar de lo que conoces y te va a meter cualquiera sabe dónde.
Como si de pronto te arrojaran en medio del océano y tú hubieras vivido hasta ahora en una charquita.
Y te imaginas esa inmensidad, sin tierra a la vista y con mil cosas por debajo de la superficie.
Como para pasar a la acción…
3. Tienes miedo de perder algo importante para ti.
En este caso sabes lo que quieres, sabes lo que harías, no te paraliza lo desconocido, la incertidumbre, ni si sale mal porque confías en tí y en tus capacidades pero…
Tienes miedo a perder algo, como me decía una lectora:
“Tengo mucho miedo a perder lo conseguido durante 20 años a nivel económico y social. Significa cambiar todo, la estabilidad lograda, para ir a empezar de nuevo y eso me genera ansiedad, miedo a arrepentirme.”
El miedo a arrepentirte es muy importante y te puede mantener totalmente paralizada. Ese fue mi principal miedo cuando cambié mi carrera de científica a coach, por ejemplo.
Sabiendo esto, para poder pasar a la acción primero tienes que tener claro qué te lo impide. Qué no tienes claro, qué te da miedo.
Sé sincera contigo misma y responde a esta frase:
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Apunta todo lo que se te ocurra, aprende a escucharte. Cuando lo tengas claro podrás decidir cuál es tu siguiente paso.
Podría ser averiguar más detalles acerca de la nueva profesión que quieres.
Hablar con alguien que te diga qué conlleva de verdad vivir de eso.
Ahorrar, formarte, pedir ayuda.
Depende mucho de tu situación. Te dejo algunos artículos para ayudarte a dar ese primer paso, pero primero completa esa frase para saber por qué sigues sin pasar a la acción.
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Y porque ___________________________________________________________.
Escribe TODO lo que te venga a la mente.
Más artículos para ayudarte:
- ¿Te falta valor? 4 Técnicas para recuperar el coraje y ponerte en acción
- ¿Indecisa sobre si iniciar o no tu propio negocio? 7 preguntas para ayudarte a decidir.
- ¿Miedo a equivocarte y a tirar años de esfuerzo por la borda si cambias de profesión?
- Cómo diferenciar entre lo que quieres para toda la vida y algo temporal.
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¿Sabes qué hacer para tener lo que quieres profesionalmente?
El otro día leí en Medium un artículo muy interesante que decía que en 2005 la National Science Foundation había encontrado que una persona tiene entre 12.000 y 60.000 pensamientos al día.
De los cuales el 80% son negativos y el 95% son exactamente los mismos pensamientos repetitivos del día anterior.
Es decir, que la gran mayoría de lo que se te pasa por la mente es lo mismo que pensabas ayer. Y antesdeayer…
Que tus conversaciones internas son las mismas.
En el artículo Benjamin P. Hardy añade que ya sabes lo que quieres y que ya sabes lo que tienes que hacer. Que la cuestión es hacerlo.
Y averiguar qué te para, por qué no lo haces.
Yo tengo que decir que discrepo, porque hay muchas personas, a lo mejor a ti te pasa, que no saben lo que quieren o que no saben qué hacer.
Puede haber muchas razones pero una de las que menciona como más importante en el artículo y que yo he comprobado en mis clientes y lectoras es el miedo a lo desconocido, a la incertidumbre.
El no saber qué va a pasar cuando hagas ese cambio.
Y prefieres quedarte con la malo conocido que con lo bueno por conocer. Aún sabiendo que no eres feliz (o no del todo), que no es lo que quieres, que podrías estar mejor.
Y así mantienes las mismas conversaciones mentales, los mismos pensamientos un día tras otro.
Y así te sientes segura.
Porque una cosa está clara el hecho de que sigas como estás es porque ganas algo. Y ese algo suele ser comodidad, estabilidad o seguridad.
Pero hay una importante contrapartida a eso…
Siempre te preguntaras qué podría haber sido. Y puede que te arrepientas de no cambiar, de haber podido elegir algo mejor para ti y haberte quedado con lo que ya tenías cuando no era lo que querías.
Y fíjate que aquí no hablamos de tener lo mejor. Sino de tener lo que quieres, lo mejor para TI.
Es el cambio lo que te da miedo, lo que hace que te quedes como estás.
¿Y cómo se supera eso?
Yo te recomiendo dos cosas:
Ábrete a los cambios.
Prueba cosas nuevas, exponte a situaciones distintas, a personas distintas; cambia tus rutinas, apúntate a algo que siempre hayas querido hacer.
Porque, por experiencia te digo, cuando empiezas a hacer cosas diferentes…
Actividades que te llaman la atención pero que quizá te ponen un poquito nerviosa porque te sacan de tu comodidad, descubres que puedes, que no es tan difícil.
Te sube la autoestima, la seguridad en ti misma, las ganas de probar y te das cuenta de que puedes intentar lo que quieras, no te da tanto miedo cambiar.
Y te pones manos a la obra. Y eso lo cambia todo : )
Déjate llevar por lo que te atrae.
Comentan en el artículo que hay dos tipos de motivación: en la que empujas y la que te empuja.
En la primera tú fuerzas la motivación, te obligas a hacer cosas y es duro.
En la segunda te sientes atraída, te dejas llevar porque tira de ti, sientes que es lo correcto para ti, lo que quieres hacer.
Y es eso lo que tienes que seguir. Eso de lo que siempre dices o piensas: “pero es que yo quiero...”, “me encantaría hacerlo“, “sé que me gustaría“, “me apetece mucho probarlo“.
Es, por ejemplo, lo que me pasó a mi con el coaching o con el doblaje o con la ciencia.
Leía, buscaba y me encantaba aprender sobre esos temas. Buscaba cómo sería dedicarme a eso, sacaba tiempo de donde fuera una vez que ya estaba formándome y trabajaba las horas que hiciera falta. Porque me sentía atraída por eso.
Por tanto, lee bien este artículo, piensa qué es lo que de verdad quieres hacer en tu vida, haz una lista, elige aquello que te atraiga, que te llame y empieza por abrirte al cambio haciendo pequeñas acciones que te hagan cambiar y salir de la rutina.
Así le perderás el miedo al cambio y darás un paso más hacia esa reinvención profesional que estás buscando.
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