El concepto de desarrollo sustentable fue definido por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1987. “El desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Lo interesante de esta definición es que en pocas líneas plantea tres grandes ejes temporales. Por un lado, no se refiere a frenar todo para dejar que la naturaleza “retome lo que le fue arrebatado”, como dirían algunas expresiones dramáticas. Al contrario, promueve que las necesidades de la generación actual sean resueltas.
Por otro lado, contempla a las generaciones futuras. Claro, es casi imposible predecir cuáles serán sus necesidades inmediatas, pero lo que sí podemos hacer desde el presente es no hipotecar su futuro creando estructuras de consumo desmedidas.
El desarrollo sustentable de la teoría a la práctica
Al ser una solución global que se debe implementar desde lo local, la sustentabilidad no es una receta, pero sí cuenta con tres ejes de acción.
Social: Se debe promover la mejora en la calidad de vida a nivel personal, social y urbano.
Económico: La distribución de la riqueza y los patrones de consumo deben cambiar. Ser más equitativos y permitir la participación de más personas.
Medioambiental: Se refiere al aprovechamiento de los recursos naturales de manera consciente, respetuosa y con el menor impacto posible en los ejes.
La iniciativa privada y el desarrollo sustentable
Durante mucho tiempo se mencionaba lo ecológico como una moda y un valor extra para los productos. Al día de hoy ser una empresa sustentable es un compromiso necesario con la sociedad y el medioambiente.
Debido a factores como la democratización de las redes sociales, la mejora en los dispositivos y la interconectividad, los compradores están mucho más informados sobre el impacto de los productos que consumen sobre el medio ambiente. Por lo que es necesario hablar con los consumidores para comunicar estrategias y acciones que como empresas se implementan en cumplimiento de los objetivos de desarrollo sustentable.
Al día de hoy la sustentabilidad se relaciona directamente con un buen posicionamiento en el mercado, pues un compromiso que no esté hecho de dientes para afuera sino que esté verdaderamente afianzado en la filosofía y las acciones de la empresa atraerá a más consumidores informados, con capacidad de compra y disposición a realizar recomendaciones e incluso volverse embajadores de tu marca, lo que puede aumentar las ventas de manera exponencial.
¿Cómo implementar el desarrollo sustentable en mi empresa?
El desarrollo sustentable implica un cambio de filosofía y no sólo medidas aisladas, por lo que existen varias maneras de comenzar a aplicarlo dentro de tu organización.
- Conocer y encontrar la manera de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sustentable.
- Aprender (y adopta) buenas prácticas.
- Involucra a los colaboradores.
- Comunica tu filosofía a tus clientes.
- Medir, medir y medir.
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Cada vez que iniciamos un proyecto tenemos en mente un objetivo que queremos lograr. Nuestra vida está rodeada de acciones que nos movilizan para alcanzar un estado diferente al actual. Pero ¿nos detenemos a revisar cómo lo hicimos o nos preguntamos sí tuvo el efecto deseado?
En la mayoría de los casos diría que somos conscientes de la meta alcanzada y eso se puede demostrar con algunas pocas evidencias del entorno. Sin embargo, un punto es tener consciencia del resultado obtenido y otra distinta es identificar si ese resultado impactó positivamente, logrando el cambio esperado.
Existe una frase que dice “lo que no podemos medir, no se puede gestionar”. Evaluar el impacto de lo que se realiza es relevante cuando los recursos son limitados, ya que no se busca malgastar dinero, esfuerzos ni energías. Por ejemplo, cuando desarrollamos proyectos que buscan generan impacto social, como sería superar la pobreza, disminuir brechas económicas, aumento de oportunidades en educación o promover el cuidado responsable del planeta, debemos ser eficientes en la utilización de los recursos para que puedan capitalizar el propósito de esta iniciativa social.
La Teoría del Cambio, según Carol Weiss y Helene Clark, ofrece una buena manera para entender cómo las acciones producen resultados necesarios para generar el cambio social, siendo un valioso instrumento al momento de planificar proyectos. Esta metodología ayuda a visualizar y entender mejor el efecto causal entre acciones e impacto. También establece procesos adecuados de evaluación.
En términos simples, permite sabe exactamente de dónde nace la intervención, qué es lo que hará, cómo lo hará y para qué lo hará, identificando con claridad el resultado final. Al momento de una intervención social a través de la Teoría del Cambio, se debe tener claro el propósito y el fin último a alcanzar.
Puntos claves a destacar:
- Necesidades: Se describen problemáticas que se observan en la realidad y que llevan a desarrollar la intervención. Probablemente se encuentren varias necesidades. Lo importante es establecer cuáles son las fundamentales dado que ayudará a determinar el alcance de la intervención social.
- Insumos y actividades: Son todos los recursos claves para alcanzar los productos del programa y las actividades específicas que transformarán esos recursos claves en resultados deseados.
- Productos: Es el resultado de la combinación entre actividades e insumos, lo que se logra inmediatamente luego de ejecutar acciones planeadas.
- Resultados intermedios: Son cambios que se producen debido a la intervención y que proceden al logro de objetivos a nivel macro. Son modificaciones en actitudes, conocimientos, capacidades y comportamientos que resultan de estos productos.
- Resultados finales: El resultado final implica resolver causas o necesidades iniciales. Es el gran cambio de largo plazo que queremos alcanzar. Proviene directamente de los resultados intermedios.
La tarea de elaborar un proyecto a través de la Teoría del Cambio nos ayuda a pensar de manera estratégica la intervención social. Así se puede tomar mejores decisiones sobre actividades para realizar en los proyectos y medir con precisión el impacto que buscamos en las etapas iniciales.
Para profundizar conocimiento sobre esta metodología puedes encontrar más información en la guía: “Teoría del cambio: Cómo pasar de la necesidad al impacto social”.
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Hablar de pobreza menstrual pareciera ser un desacierto.
He tenido la oportunidad de conversar este tema con varias personas de distinto quehacer y el comentario más recurrente es “nunca lo había pensado”
Ser mujer y período menstrual van de la mano, nadie podría negarlo, es más, el inicio de éste es un hito en la vida de una mujer, a partir de ese momento es potencial dadora de vida.
Contar con lo necesario para pasar esos días de cada mes debiera ser un derecho y lo cierto es que no lo es para todas.
¿Cómo lo hace una mujer cuando no tiene dinero? ¿cuando está privada de libertad?
¿Cómo lo hace una mujer cuando vive en la calle y en su entorno no existen las condiciones sanitarias mínimas? ¿Quién piensa en esta situación y quién se hace cargo de ello?
¿Cómo te sentirías si no tuvieras un baño privado durante tu menstruación? ¿Cómo te sentirías si no tuvieras los productos necesarios de gestión menstrual que usas mes a mes (toallas, tampones, protectores, copa, etc.)?
Se trata de una problemática multifactorial recursos económicos, acceso a agua potable, espacio privado, educación menstrual y sexual.
En marzo de este 2021 iniciamos la campaña MAM, para recaudar fondos y distribuir productos de gestión menstrual, comenzamos por un grupo de mujeres de la V Región que lo necesitan y que la pandemia les ha afectado fuertemente y hemos conocido una realidad indigna para muchas mujeres en nuestro país.
En MAM vemos más allá de una estadística, de un número determinado de mujeres afectadas, nuestro compromiso es con personas reales con nombre y apellido, quienes reciben mensualmente, gracias a la colaboración de varios, un kit de gestión menstrual.
Es inevitable cuando conoces una realidad como ésta, dejar de hacer algo por ello.
Son necesarias muchas voluntades para movilizar un cambio porque el impacto que esto tiene es profundo, estamos hablando de la dignidad de las mujeres, de la dignidad de la familia, de la dignidad de los hijos …. la dignidad de una sociedad entera.
Quien crea no es responsable de que algo así suceda, está equivocado y equivocada. Si crees en un cambio para la sociedad, el comienzo está en hacer sustentable la dignidad de quienes son dadoras de vida.
¿Qué vas a hacer tú?
Si quieres colaborar haz un click aquí https://cutt.ly/UlC9gvX
Síguenos @mundoapoyanmujeres
Carmengloria Gorigoitía C.
Directora MAM
Foto portada: de cottonbro en Pexels
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En los últimos meses —y supongo que por un buen tiempo en el futuro— las videoconferencias se han convertido en el pan de cada día de la mayoría de personas. No solo en el ámbito empresarial, sino también en la vida familiar, social, e inclusive espiritual, las videoconferencias ayudan a mantener el contacto, en medio de las restricciones de movilidad que se han tenido por la pandemia actual. El teletrabajo, que parecía algo que ocurriría en el mediano plazo, ahora está aquí y ha demostrado su eficacia para mantener el mundo girando. Y las videoconferencias son una herramienta fundamental para el éxito de este.
Pero ¿se ha dado cuenta que muchas personas prefieren apagar la función de video de sus cámaras para que no los vean? Los motivos son variados: no estoy presentable, no tengo buen ancho de banda y prefiero escuchar o hablar, no hace falta que nos veamos para lo que vamos a decidir, no está ordenada mi habitación, estoy en un lugar de mi casa por donde pasa mucha gente, quiero que se respete la privacidad de mi hogar. Todos son motivos muy válidos. Pero ¿qué efecto causa este anonimato en las otras personas que asisten también a la videoconferencia?
Ante todo, debo comentar que yo también solía refugiarme en la obscuridad de la cámara apagada. Pero algo que escuché algunas semanas atrás, me hizo reflexionar sobre ello. Una colegía mía estaba en una videoconferencia a la que asistían ocho personas, algunas con la cámara apagada, cuando de repente uno de los asistentes pidió expresamente que activaran sus videos para poder verse mientras hablaban porque era mejor ver las caras de las personas que solo un fondo negro con su nombre. Cuando escuché esto pensé en lo desagradable que sería estar en una reunión en vivo en la cual los asistentes estuvieran con una tela negra en la cara, solamente con su nombre escrito sobre ella. ¿Se podría pensar que es solo por mantener la privacidad?
Durante estos días, los tipos de videoconferencias son variadísimos: de trabajo, seminarios, conversatorios, sesiones de clases, reuniones familiares o con amigos, celebraciones religiosas, etc. Y en cada una de ellas hay un protocolo diferente para el encendido del video y del sonido, de acuerdo con la participación que tengamos en dichas reuniones.
En una reunión de trabajo no es conveniente estar con el video apagado, más aún si son pocas las personas que participan. ¿Por qué? Porque al hablar —y más aun de temas críticos o sensibles—, las personas siempre buscan el contacto visual con los demás, para ver sus reacciones, si están atentos, si desean agregar algo a lo que se está diciendo, etc. Encontrarse con recuadros negros es desconcertante y desmotiva. Si se recurre a una videoconferencia es precisamente para estar visualmente más cerca de los otros. Y desde el otro lado, alguien que está con su video apagado corre el riesgo de ser ignorado durante la reunión al no mostrar su rostro: es como si estuviera ausente.
Pero, como decíamos, cada reunión tiene su protocolo que debe ser respetado. Hace poco asistí a un webinar en el que pedían expresamente que los asistentes entren con el video y el micrófono apagados. Algo muy lógico porque eran los panelistas los que iban a disertar, además de que así se evitaban los ruidos del exterior que procedieran de los micrófonos de los asistentes.
Expertos en marketing personal dan muchos consejos sobre lo que se debe cuidar cuando participamos en una videoconferencia. Yo los resumo en estos cinco aspectos: dress code, luz, lente, detrás y silencio.
El dress code o código de vestimenta esperado para el teletrabajo ofrece la posibilidad de estar más relajados en el modo de vestir por el hecho de estar en casa, sin descuidar por ello el arreglo personal. Todo esto es parte del mensaje que transmitimos a los demás sobre quiénes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos.
La iluminación del ambiente es vital. La luz, ya sea de una ventana o una lámpara, debe estar frente a nosotros, no detrás ni a los lados. De esta manera se evitarán sombras sobre el rostro que dificulten el contacto visual con los demás.
Es mejor que el lente de la cámara que nos enfoca esté más arriba de nuestros ojos y un poco alejado. Cuando está por debajo o muy cerca, el rostro se distorsiona —la nariz se ve muy grande, el cuello sobresale—, y todo ello distrae a los otros participantes.
Cuidar lo que se ve detrás de mí. Mientras más orden se vea detrás, mejor, porque así se distraerán menos los demás. Por eso es aconsejable probar lugares de la casa donde haya menos elementos distractores y escoger el mejor para realizar siempre allí las videoconferencias. Las aplicaciones como Zoom ofrecen fondos virtuales que protegen la privacidad, pero la nitidez de la imagen que proyectamos depende del computador y de la cámara con la que se cuenta. Por ello, nada mejor que un fondo real, neutral, agradable y ordenado.
Y finalmente, el silencio a nuestro alrededor. Para ello conviene escoger un lugar o una habitación donde no vayan a haber interrupciones. Más aún, avisar en nuestra casa que estaremos en una videoconferencia para que no nos interrumpan. La activación y desactivación del micrófono es una ayuda muy valiosa a la que se puede recurrir durante la reunión virtual.
Tener en cuenta estos aspectos nos ayudará a lograr videoconferencias exitosas en las que nuestra imagen personal se proyectará de manera positiva en los diferentes ámbitos en que participemos y nos acercará mejor a los demás, algo que en este tiempo deseamos y necesitamos.
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La desconfianza se hizo presente con fuerza en este país y con justa razón. Este llamado ha sido profundo y no creo que existan muchos desacuerdos en este sentido, se notó la unión de Chile por esta pedida transversal. Sin embargo las marchas y el caos generado nos ha llevado en corto plazo a la inestabilidad para muchos chilenos que día a día mantienen sus negocios funcionando ya sean emprendedores, microempresarios, prestadores de servicios etc. El golpe se sintió de inmediato, de forma bastante transversal.
En poco tiempo muchos chilenos cayeron en la incertidumbre total. ¿Que es la incertidumbre? Una situación de desconocimiento que se tiene acerca de lo que sucederá en el futuro. Una mezcla no fácil de abordar, una mezcla peligrosa que genera inestabilidad psicológica.
La incertidumbre es algo que siempre va a estar presente en la vida de las personas. La incertidumbre provoca emociones primarias en las personas. Cada quién en incertidumbre se conecta con sus miedos y actúa más ligado a emociones que son menos procesadas por la razón ya que apuntan a la sobrevivencia. Sálvese quien pueda y como pueda!
Ante estas situaciones aparecen las virtudes individuales, las personas más virtuosas en tiempos de incertidumbre, no dejarán de ser honestas, no prometerán cosas que no se pueden cumplir y a la vez serán capaces de manera mesurada y templada de liderar con el ejemplo y la dedicación que requiere el crear un mejor futuro para todos, en eso debiéramos estar enfocados ahora. Esa es nuestra problemática actual. ¿Quienes serán los virtuosos que nos sacan de este problema si ya dejamos de confiar en las promesas estos 30 años?
Ahora por el bien de todos nosotros como país, la invitación es a confiar en que el cambio se realizará, necesitamos hacerlo entre todos y todos debemos velar porque así sea, esa es la forma de avanzar, si la incertidumbre y la desconfianza se apoderan de nosotros, es difícil que encontremos la salida.
Nuestra mente prefiere la certeza aunque sea de noticias malas, a la incertidumbre de una posible noticia positiva.
Creo que podemos ser un ejemplo de democracia que crece, escucha y se desarrolla, creo que todos debemos aportar y sobretodo pido a los líderes empresariales, de las comunicaciones y de gobierno que hagan una reflexión profunda. También mi llamado es a todos los chilenos a revisar sus conductas y a poner de su parte para hacer un Chile justo para todos.
Nuestros jóvenes siento que no tienen el espacio para aportar como les gustaría, no los hemos escuchado ni tenemos los espacios para incorporarlos a trabajar considerando las nuevas condiciones que proponen, por eso hay muchos en sus casas sin saber como pueden aportar a este país que los necesita para construir un Chile con todos.
Cuándo uno de nosotros roba, daña. Cuándo uno evade, daña. Cuándo no me impongo porque cambiarían los beneficios del gobierno para mi, daño. Cuándo trabajo en instituciones públicas apernado 30 años sin hacer bien mi trabajo, daño. Cuando no me educo de forma permanente, leyendo, informándome, investigando, daño. Este afán del chileno de creer que es vivo y ser vivo es de choros, daña. Nos daña a todos como sociedad.
Esto ya no se trata de maquillaje y aspirinas se trata de conversaciones respecto a lo virtuosos que queremos ser como sociedad y creo que la brecha acá es enorme.
Florencia Vargas Schmauk
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Psicóloga U Andes
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Como padres, tratar de entender y acompañar a nuestros hijos en las distintas etapas de su desarrollo es normalmente un reto, pero en situaciones de conflicto social, donde la violencia y la angustia se vuelven cotidianas, llenan las calles y se cuelan en nuestras casas, ser padres y madres es mucho más dificil y más importante. En estos momentos de alta conflictividad social, nuestros niños necesitan un apoyo especial.
El ambiente se ha cargado de tensión. Los adultos estamos llenos de ansiedad debido a la violencia, la inseguridad, la escasez, la incertidumbre… la rutina diaria se ha visto interrumpida y nos cuesta mantener la calma. Todo esto es captado por nuestros hijos que nos conocen y que, aunque quizás no entienden qué es lo que está pasando, se dan cuenta de que algo no está bien. Los niños son como esponjas, absorben lo que sucede a su alrededor y eso les afecta.
Los padres y madres tenemos muchas dudas, ¿debemos explicarles a los niños lo que pasa?, ¿cuándo y cómo debemos hablar con ellos?, está más malcriada ¿la debo consentir?, no se separa de mí ¿qué hago? …
Algunos niños o sus familiares han sido víctimas directas de la violencia mientras otros la viven indirectamente a través de los adultos que los rodean, de sus amigos, de la televisíón y de la escuela. Todos, de una u otra manera, se están viendo afectados. En estos momentos es fundamental proteger la salud emocional de nuestros hijos brindándoles el apoyo necesario para enfrentar la situación.
Los niños muestran diferentes signos en momentos de estrés. Saber reconocer y entender esos signos, esas reacciones, así como entender cómo la violencia nos está afectando a nosotros, nos ayudará a acompañar mejor a nuestros hijos en estos momentos.
¿Cómo responden normalmente los niños a situaciones de estrés?
Los niños, al igual que los adultos, muy probablemente se sienten asustados y amenazados por la situación de violencia que se vive en el país. Eventos traumáticos puntuales o situaciones de estrés continuas trastocan nuestro mundo, dejamos de sentirnos seguros, perdemos el control sobre lo que nos puede pasar. Las reacciones de nuestros hijos se van a ver influenciadas por nuestro comportamiento. Nosotros, y los adultos cercanos a ellos, somos sus modelos, les enseñamos, a través de nuestras acciones, palabras y lenguaje no verbal, cómo interpretar la situación y cómo reaccionar ante ella.
Los niños reaccionan al trauma de distintas maneras. La intensidad de sus reacciones dependerá, entre otras cosas, del nivel de exposición a la violencia a la que estén sometidos. Mientras más cercanos hayan estado o estén a situaciones de conflicto o traumáticas, más probabilidades tienen de que se vean afectados por ellas. Si han sido víctimas o han presenciado eventos violentos su reacción será más intensa.
Por otro lado, cada niño expresa sus sentimientos de manera diferente. La mayoría de las veces se sienten confundidos con lo que está pasando y con sus propios sentimientos y reacciones. Algunos niños reaccionan alejándose sin poder hablar del asunto, otros hablan sin parar de lo que ha sucedido. Hay niños que se sienten tristes y enojados en algunos momentos y en otros, actúan como si nada hubiese sucedido. Las reacciones de los niños al trauma pueden ser inmediatas, pero también pueden aparecer mucho tiempo después.
Los niños, a distintas edades, tienen diferentes niveles de desarrollo emocional. Sus reacciones a situaciones de estrés dependerán y variarán de acuerdo a la edad. Una niña de seis años, por ejemplo, puede mostrar su temor acerca de lo que pasa negándose a ir a la escuela. Un adolescente, por su parte, puede minimizar su preocupación pero volverse irritable, pelear más con sus padres o bajar el rendimiento escolar. Familiarizarnos con las reacciones típicas de los niños y conocer y entender cómo reaccionan nuestros propios hijos ante los conflictos que estamos viviendo, nos ayudará a brindarles el apoyo y la seguridad emocional que necesitan para manejar la situación y disminuir el impacto negativo que ésta pueda tener en ellos.
de 0 a 5 años … niños y niñas en edad pre-escolar
Los niños menores de 5 años no pueden entender bien lo que está pasando a su alrededor y esto, en parte, los protege de la situación de tensión que vivimos. Sin embargo, aún los más pequeños, perciben y absorben la angustia y ansiedad que nosotros tenemos. Sienten que algo no está bien aunque no entienden qué y por qué.
Los bebés y niños en edad pre-escolar reaccionan al miedo y a la tensión que sienten en los adultos cercanos a ellos, son sensibles y responden a la separación y a la pérdida de estabilidad y de rutina en el funcionamiento normal de la familia. La rutina les da seguridad, el caos los pone nerviosos, les afecta. A esta edad, los niños dependen física y emocionalmente de las personas que los cuidamos. Sus reacciones están fuertemente influenciadas por cómo nosotros, las personas que los amamos, en quienes ellos confían y con quienes se sienten protegidos, reaccionamos ante la situación.
A veces, los niños convierten el miedo y nerviosismo que absorben de su entorno en terribles fantasías, sienten que nosotros o ellos corren peligro, tienen pesadillas donde se pierden, están heridos, los persiguen o les amenaza un monstruo. A veces, buscando una explicación, llegan a creer que lo que está pasando o pasó es culpa de ellos… “si me hubiera portado bien, si hubiera recogido los juguetes, nada de esto habría pasado”.
A estas edades, con frecuencia, los juegos de los niños recrean, una y otra vez, detalles de lo que está sucediendo. Elementos de la realidad, palabras, situaciones o imágenes aparecen en su juego. A través del juego los niños expresan sus angustias, sentimientos y emociones. A través del juego, de la dramatización de los eventos, los niños tratan de manejar y dar sentido a lo que está sucediendo, buscan tener algo de control sobre la situación. En estos momentos, el juego se convierte en su terapia. Jugar es una manera intuitiva de tratar de entender, de expresarse, de cuidarse y de sanarse. Las reacciones de los niños pequeños están fuertemente influenciadas por las reacciones de los padres (o adultos que los cuidan) ante la situación.
de 6 a 11 años … niños y niñas en edad escolar
Los niños en edad escolar, aunque todavía no entienden bien todo lo que pasa, ya perciben y saben lo que significa una amenaza para ellos y para otras personas. A esta edad todavía les cuesta entender ideas abstractas, pero son capaces de comprender explicaciones concretas, sencillas, adaptadas a su nivel.
Ahora no sólo ven lo que les pasa a ellos y a su famila sino que se dan cuenta de lo que pasa más allá de su hogar: en la escuela, en la calle, en su barrio y en el país. Son capaces de considerar puntos de vista diferentes al suyo. Como su forma de pensar sigue siendo muy concreta, les cuesta entender en profundidad situaciones traumáticas y complejas como son la violencia social y política. Si la situación actual en ocasiones es incomprensible y difícil de procesar para nosotros los adultos, para ellos lo es más. Por eso, porque entienden pero no entienden todo, porque captan pero no completamente, los niños de estas edades pueden volverse muy temerosos, confundidos y ansiosos ante lo que está pasando. Pueden sentirse muy angustiados por la amenaza real que significa el que algo le pase a él, a un ser querido o a un amigo.
Sus reacciones pueden ser impredecibles, cambiando de un estado emocional a otro, pueden pasar de ser tímidos y retraídos a ser agresivos; evitar las muestras de cariño o buscarlas, requiriendo en forma constante nuestra atención. Pueden quejarse de dolores físicos, volver a sentir miedos de cosas ya superadas o, como en el caso de los niños pequeños, comportarse como niños de menor edad. Los más jóvenes de este grupo de edad pueden, como los niños pequeños, recrear en sus juegos las situaciones traumáticas que se están viviendo y hacer dibujos de los eventos que les generan tensión.
A estas edades todavía no son suficientemente independientes para hacer algo que pueda ayudar a cambiar las cosas, sentirse más seguros y disminuir sus miedos. Se pueden llegar a sentir inútiles y culpables por ‘no hacer nada’. Todavía dependen en gran medida del apoyo físico y emocional que nosotros les proporcionamos.
de 12 a 18 años … pre adolescentes y adolescentes
Los niños y jóvenes entre 12 y 18 años de edad entienden lo que está pasando. Perciben con claridad las amenazas reales que pueden existir. El mundo de pronto se les presenta como un lugar inseguro y peligroso. Los adolescentes son unos de los más afectados, física y emocionalmente, por la violencia en el país.
Su comportamiento va a variar dependiendo del nivel de madurez. Las reacciones de muchos de ellos serán como las de los adultos, mientras que las de otros serán más parecidas a las de niños más pequeños.
En la adolescencia los jóvenes buscan independizarse, toman sus propias decisiones y se relacionan con personas fuera de su entorno familiar. Tienden a ser idealistas, muchos quieren hacer algo, involucrarse en lo que está pasando. Deseos de justicia y sentimientos de rabia los impulsan a actuar. En estos momentos de violencia política y social pueden verse involucrados en situaciones para las cuales no están preparados emocionalmente. A veces toman riesgos provocando o ignorando el peligro.
Los que han sufrido maltrato directamente, experimentado una situación de violencia, han sido heridos o detenidos, pueden tener reacciones más intensas e impulsivas. Son muchas las emociones que les invaden y no saben cómo manejar lo que les pasa.
Más que en cualquier otra etapa de su desarrollo, los niños pre-adolescentes y adolescentes tienden a ser reservados, a guardarse para ellos mismos lo que sienten y piensan. Lo que sucede en el país, a sus amigos, a su familia les afecta fuertemente pero muchos se lo callan. Esto les puede llevar a desarrollar sentimientos de tristeza, de desánimo y de apatía. Pueden aislarse de sus amigos y de su familia. También pueden tratar de aparentar que ‘todo está bien’, que ‘no les pasa nada’.
Algunos suelen involucrarse en actividades con otros, buscando dar respuesta a los problemas que están ocurriendo. Esta participación, sentir que están haciendo ‘algo’, les ayuda a manejar y canalizar sus temores y su ansiedad.
¿Qué podemos hacer? – Recomendaciones para ayudar a nuestros hijos en estos momentos
Nuestros hijos están asustados y confundidos con lo que está pasando. Nuestra tarea principal es tranquilizarlos, tratar de reestablecer en ellos un sentimiento de seguridad, que sientan que están a salvo, que están protegidos y que son queridos. Que a pesar de los peligros que puedan haber, nosotros estamos ahí con ellos para cuidarlos.
Aunque los niños, por lo general, son muy resistentes, tienen defensas naturales que les ayudan a sobrellevar momentos difíciles, en estos momentos tan violentos y de tanta angustia, necesitan un apoyo especial de nosotros sus padres.
En sociedades que han atravesado conflictos sociales aún peores que los nuestros, se ha encontrado que el factor más importantes que ayuda a proteger la salud física, mental y emocional de los niños son los padres y madres en el hogar.
Nosotros podemos ayudarles a trabajar sus emociones, a fortalecer sus defensas emocionales, podemos brindarles el apoyo y la protección necesaria para enfrentar la situación.
El manual ¿Qué podemos hacer? – ayudando a nuestros hijos en tiempos de violencia y conflicto social fue elaborado por Carolina de Oteyza en estrecha colaboración con el grupo de profesionales de Apoyo en Crisis.
Ilustración de la portada – Irene Pizzolante.
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Esta es una historia de esfuerzo, de generosidad, de emprendimiento con propósito y de liderazgo colaborativo, pero, sobre todo, es una historia de empatía social. Estuve sentada cara a cara con la coherencia, se llama Florencia y esta, es su historia.
Florencia es Socia y Directora de Balloon Latam Chile, una empresa social con alma propia y espíritu millenial, basada en el emprendimiento, la escucha y el aprendizaje. Una organización llena de ilusiones, con ganas de aportar a mejorar la vida de otros impulsando el desarrollo de las comunidades rurales a través de herramientas de emprendimiento y vinculación y, lo más importante, entendiendo su realidad y poniéndose en sus zapatos.
EL ORIGEN
Flo creció en el campo con sus 4 hermanos, en contacto directo con la tierra. En sus inicios vivía en una realidad homogénea, iba a un colegio privado con pocos alumnos, donde todo era tranquilo. Flo creció destacando en todo lo que hacía en ese entorno familiar que era el colegio. Sus padres, sin embargo, decidieron desafiar ese status quo y, un día, decidieron que sus hijos debían abrir los ojos al mundo. Ese pequeño cambio de colegio (al menos para alguien como yo que ha pasado por 5 colegios diferentes) marcó la vida de Florencia. Ya no destacaba como antes, era una más en un entorno con miles de realidades y personas diferentes. Tras superar la sensación de injusticia, rabia y fracaso, abrió los ojos y se dio cuenta de algo que ha guiado su trayectoria:
“El talento se multiplica al compartir ideas, experiencias y habilidades con personas distintas a ti, personas con diferentes visiones, procedencias, recursos y sueños”.
LA MADUREZ
Florencia siempre tuvo claro que su meta era social, estudió ingeniería comercial y siempre se arriesgó a vivir experiencias nuevas. Le conquistó el espíritu de alejarse de ideas preconcebidas, de ir a sitios muy alejados sin un producto “enlatado” y cocrear en función de las necesidades y los recursos locales impulsando el florecimiento. “Hoy es muy común encontrar una manera de actuar en los voluntariados con enfoque en la tiranía del experto: yo educada y con recursos vengo a decirte a ti lo que necesitas y cómo lo necesitas, especialmente cuando se trabaja con las comunidades rurales. Con esta semilla creciendo en su interior apareció en su camino Seba Salinas, otro idealista millenial que había decidido invertir toda su ilusión, esfuerzo y recursos (dado lo difícil que le resultó al principio conseguir financiación) en construir Balloon Latam a partir de una experiencia transformadora en África.
LA META
Seba había trabajado con artesanas mapuches e identificó que, a pesar de tener productos maravillosos, no sabían cómo diferenciarse ni cómo venderlos. Entonces escribió sobre la veta social que podría tener el Business Model Canvas y, dos jóvenes ingleses lo contactaron tras leer su post para aplicar el modelo en contextos rurales en Kenia. Tras su paso por África tuvo claro que cualquier persona en el mundo pagaría lo que fuera por vivir esa experiencia, y decidió poner en marcha su proyecto en Chile.
El foco de Balloon, explica Flo, es ocupar los negocios como excusa para generar capital social. El emprendimiento es una excusa para los emprendedores generar vínculos, redes de contacto, escucharse y apoyarles en que descubran sus pasiones:
“En la sociedad actual todo se mide bajo un paradigma económico, bajo este paradigma esta gente es pobre pero, para mí, son ricos. Están en contacto con la naturaleza, te miran a los ojos sin nada que esconder y son felices con el proceso, no con el fin”.
Flo se dio cuenta de la importancia de ponerse en su lugar y cambiar de paradigma cuando fue a visitar a una artesana de una zona rural y, ante la calidad de sus productos (con dólares en los ojos) empezó a idear como hacer crecer su negocio. Ya tenía la web para la venta online en mente, el logo, canal de distribución…entonces la artesana afirmó “no necesito más dinero ni quiero vender mucho, lo que me gusta es vender a mis vecinos, eso es lo que me hace feliz” nunca se había parado a pensarlo, no tuvo ese privilegio, sin embargo darse cuenta de ello le hizo valorarlo mucho más.
Balloon partió el 2011 como un programa de 5 semanas donde jóvenes de todo el mundo venían a desarrollar proyectos en las comunidades. Hoy, este fellowship, es uno de los programas de vinculación que desarrolla Balloon; además de agentes de cambio, vincula a universidades (y sus alumnos), empresas (y sus equipos), y al mundo público con el trabajo de campo.
Los agentes de cambio, reciben formación sobre herramientas de innovación y emprendimiento, pero lo más importante, es que se les transmite la forma de trabajar con las comunidades. Los fellows se vinculan directamente con los emprendedores locales y sus propias realidades, los visitan en sus lugares de trabajo, duermen en sus casas y se sumergen en la cultura de la comunidad y, en línea con lo que Florencia aprendió con su cambio de colegio:
“El talento se multiplica al compartir ideas, experiencias y habilidades con personas distintas a ti, personas con diferentes visiones, procedencias, recursos y sueños”.
La historia de Florencia es un ejemplo de cómo un sueño puede hacerse realidad, de que si tienes claro tu propósito y tu meta es más fácil encontrar el camino que te lleve hacia ella y de que, si haces las cosas de una manera diferente, los resultados serán diferentes. Todos podemos trasformar realidades, sólo hay que querer hacerlo. Su historia me inspiró, y por eso la comparto con vosotros.
Takeaway: “El talento se multiplica al compartir ideas, experiencias y habilidades con personas distintas a ti, personas con diferentes visiones, procedencias, recursos y sueños”.
Blanca Rodriguez Senior
Manager Ackermann
International Chile
Conoce a Blanca aqui
Articulo extraido de www.hrconnect.cl
Si quieres más información de Balloon Latam, síguelos en RRSS:
@balloonlatam
www.balloonlatam.com
Balloon Internacional: https://www.youtube.com/watch?v=SzOacGKf-Rg&t=41s
BalloonU: https://www.youtube.com/watch?v=2pg22AsnyPE&t=46s
Balloon+: https://www.youtube.com/watch?v=wWWiyrvv59o&t=20s
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Son cosas simples, pero tan arraigadas en nuestra cultura chilensis que ni nos damos cuenta que no tienen mucho sentido y si vas contracorriente, más de alguno bromeará con tu rebeldía. Esta es mi lista de los clásicos.
¿Se han dado cuenta que hay demasiadas presiones sociales de las que somos víctimas? Pero hoy no hablaré de casarse a cierta edad, tener “la parejita” de hijos o ese tipo de presiones más macros o estructurales. Mi columna de hoy abordará esas presiones cotidianas, medio subterráneas, pero que igual cansan y agotan. Y enojan muchas veces. A ver cuántas de estas han sufrido (y si se les ocurren más espero sus aportes):
1. Carretear sí o sí en Año Nuevo
Hace mucho tiempo que declaré que tengo cero onda con esta fecha. Vivo en Viña, entonces probablemente lo asocio con el PEOR día del año de esta gloriosa ciudad. Los fuegos artificiales me provocan menos emoción que el canal de la hípica y cuando he anunciado que no voy a hacer nada, viene la debacle masiva de mis amigos y familiares. “¿Pero cómo no vas a hacer nada?”, “Te vas a deprimir, lo firmo”, “Tienes que partir el año con buenas vibras…” y bla, bla, bla. Mientras en mi mente pongo la cara de este emoticón, diciéndome a mi misma que esos 4 años que me acosté a las 9.00 pm. y vi los programas grabados de los canales nacionales fui muy feliz y no tuve ninguna crisis existencial.
¿Cuál es el afán de administrar los carretes de los otros? Odio cuando estás en un matrimonio, tipo 3:30 de la mañana, ya bailaste todos los hits del momento y visualizas tu cama como un oasis en medio del desierto más árido del mundo. Te empiezas a despedir y todos parten: “Pero como te vai tan temprano?”, “ No seas fomeeee”, “¿Un trago más y se van?”… GRRRRR. La solución: aplicar una bomba de humo y desaparecer como el gran mago David Copperfield. No hay otra.
2. El amor al futbol en los hijos hombres
Tengo tres hijos hombres y una niñita. A ellos, el futbol les interesa menos que lo que me puede interesar a mí la aeronáutica malaya. Más de alguna vez me he topado con una mamá que se asusta y te lanza comentarios del tipo: “Los niños tienen que jugar futbol si no son apartados del curso y nadie los pesca”, “¿Qué va a hacer en los cumpleaños que se celebren con pichangas?”.
Y debo reconocer que en la primera infancia de mi cabrerío, igual sucumbí algo a la presión futbolera, pero luego me pegué el alcachofazo que hay hartas cosas en las que puedo y debo obligar a mis hijos ( lavarse los dientes, pedir perdón cuando han sido poco respetuosos, cumplir con sus responsabilidades, etc.), pero no los puedo obligar a que tengan un hobby simplemente porque la sociedad así lo exige. Así es que cual Gloria Trevi me liberé de eso y es más, promuevo que los niños en su tiempo libre sean capaces de descubrir sin presiones que es lo que verdaderamente les apasiona. Tienen hartos amigos y me di cuenta que si para uno no es tema, para ellos tampoco. 7-0.
3. Teñirse las canas (las mujeres)
Aquí me di una vuelta de carnero más grande que las que se han dados varios políticos en los últimos días (inserte su lista aquí). Yo era de las que criticaban y casi andaba con el Color Touch en la cartera para regalárselo a la que osaba a no tinturar su cabeza. Hasta que leí una entrevista a la maquilladora Minata Rodríguez acerca de su volón con las canas, la edad y comencé a ver a varias amigas de mi mamá que se veían muy estilosas y cambié de opinión. Al final el tema de las canas no puede ser un dogma. Simplemente hay gente que se ve bien y otra que no. Y bueno hay gente a la que le quedan mal a los 35, pero si se siente cómoda… ¿Quien me movió la jaula a mí para opinar?
4. El stress de los panoramas en vacaciones de invierno
Esta presión es relativamente nueva, ósea está vigente hace como 15 años según mi Estudio de Mercado de la empresa Carcamo’s Enterprise Inversions. Porque cuando nosotros éramos chicos, ¿qué hacíamos en las vacaciones de invierno? NADA. Nos levantamos más tarde, jugábamos más horas, veíamos más tele en la mañana y ya está. Y nuestras madres no estaban agotadas inventándonos 900 panoramas para evitar culpas. Hoy es un verdadero tema que los niños “se aburran”. Vamos pidiendo un crédito de consumo para el Zoo, el Parque no sé cuánto y la película taquilla del Cine. De vacaciones, nada. Al final es una montaña rusa de actividades que termina con toda la familia reventada y desfinanciada. Vamos mejor por el team Dominó, Carioca y películas en Netflix. Buena causa para marchar.
5. La carne para el 18
Esta presión social es básicamente masculina, pero al tercer día de asado en esos fines de semanas dieciocheros solo quiero abrir una ventana y gritar: ¡UNA PAELLA PARFAVAAARRRRR! ¿Cuál es el TOC con comer asados absolutamente todos los días? Y cuando osas a hacer un rico ceviche o una pizza te miran con tanta cara de hereje que incluso te hace mirar la bandera con cierto cargo de conciencia. ¿Soy la única loca a la que le agota la carne asada? ¿O somos más en esta cruzada intrascendente? Para verle un lado positivo, lo lindo de esa maratón carnívora es elajiaco del primer día hábil post celebración, que disfruto con verdadera alegría y placer.
Hay muchas de estas presiones intrascendentes a las que simplemente cedemos por cultura, poco espíritu crítico o personalidad. A veces es bueno analizar nuestras costumbres, maneras de vivir y ver si realmente son coherentes con nuestro proyecto de vida y/o nos resultan cómodas. Y con toda la honestidad del mundo, comenzar a definir el camino que libremente queremos recorrer. Sin presiones.
¿Qué otras presiones sociales cotidianas sientes?
Magdalena Cárcamo – Periodista
Fuente: www.eldefinido.cl
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