Infidelidad y redes sociales: ¿se puede engañar por Internet?

Al hablar de infidelidad, la mayoría de las personas imagina a su pareja teniendo relaciones sexuales con alguien más (infidelidad física) o exhibiendo conductas de enamorado que “debiesen estar reservadas para la media naranja” (infidelidad romántica).

Estos son los dos modus operandi más comunes de un engaño amoroso, pero no son la única forma de ser infiel hoy en día. 

Las redes sociales son un océano de exageración y amantes prometedores. No hace falta salir a la calle para tener una aventura amorosa, lo que hace más fácil que nunca sufrir o ser el autor de un episodio de infidelidad. 

La pregunta es: ¿puede considerarse un coqueteo, o una relación a distancia vía Facebook, “un acto de traición”?

¿Qué significa realmente ser infiel?

Hombres y mujeres reaccionan distinto a un engaño amoroso. Para los hombres, la infidelidad sexual puede ser un “punto de no retorno”, mientras que las mujeres encuentran más difícil superar la infidelidad romántica.

Esto tiene que ver con el proceso evolutivo del ser humano, y las características reproductivas y fisiológicas de cada sexo.

Ahora, fuera de la predisposición biológica, es posible que tu pareja y tú tengan una idea distinta de lo que significa ser infiel por cuestiones culturales o, simplemente, por personalidad.

 

Un buen ejemplo de lo variada que puede ser la interpretación del concepto infidelidad se puede ver en los resultados de un estudio de 2016, donde se pidió a cientos de personas ofrecer su definición de lo que significa ser infiel física y emocionalmente. Los resultados fueron:

Definición de infidelidad física

  • “Tener relaciones sexuales con una persona que no es tu pareja” (51%)
  • “Mostrar conductas sexuales físicas o comportamientos insinuantes distintos a las relaciones sexuales” (20%)
  • “Intenciones de índole sexual” (7%)
  • “Falta de compromiso o consideración con la pareja” (7%)

Definición de infidelidad emocional

  • “Asistir a eventos importantes con otra persona” (16%)
  • “Engañar o mentir a tu pareja respecto a lo que sientes por él / ella” (15%)
  • “Desarrollar un vínculo emocional con alguien más” (6%)
  • “No sentirse emocionalmente satisfecho en una relación” (6%)

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Entonces, ¿se puede ser infiel en redes sociales?

Si la infidelidad emocional tiene sentido para ti, estarás de acuerdo en que es posible ser infiel usando redes sociales, como también es posible que, luego, una infidelidad romántica escale a un escenario de infidelidad física.

Finalmente, si pensamos en una relación de pareja como un compromiso mutuo, una persona comienza a tener actos de infidelidad cuando se “desliga” emocionalmente de su cónyuge, incluso si el motivo es alguien con quien solo se ha hablado por Internet.

De hecho, se ha vuelto muy común que los matrimonios terminen a causa de una relación que empezó en redes sociales. Esto pasa sobre todo en las parejas que no trabajan lo suficiente la comunicación o la conciliación en temas relacionados con el trabajo, la repartición de los gastos, las responsabilidades en común, la crianza de los niños, etc.

Para la Dra. Jann Blackstone, autora del libro “Ex-etiquette for Parents: Good Behavior After Divorce or Separation”, coquetear en línea ya es una señal de alerta y no debería ser pasada por alto.

¿Cómo evitar la infidelidad online?

Las medidas que se pueden tomar para evitar ser infiel en redes sociales aplican también al mundo “exterior”, es decir, al día a día de carne y hueso.

Para empezar, necesitamos reconocer que todos podemos sentirnos atraídos por alguien distinto a nuestra pareja en algún momento, si es que no nos ha pasado ya. Esto no nos hace malas personas o “infieles por naturaleza”.

El “secreto” para evitar la infidelidad no es suprimir lo que nos hace humanos, sino desarrollar la autorregulación y el poder interior para decidir en qué nos fijamos cuando vemos a alguien por primera vez. 

Algunas personas son atractivas físicamente, por ejemplo, y otras lo son por su intelecto o su carisma. Si sabes que sueles sentirte atraído por personas “misteriosas” o extrovertidas, querrás evitar prestar importancia a estos atributos en alguien que no es tu pareja, y buscarás la forma de estimular esa chispa en tu relación.

Puedes verlo como un juego de lealtad donde el control es tuyo en todo momento, y también eres tú quien decide cederlo o conservarlo.

La teoría siempre es más sencilla que la práctica, por lo que, si llegas a sentir que no puedes contenerte frente a la tentación, habla con tu pareja o busca apoyo en amigos y familiares que puedan aconsejarte favorablemente (no sería buena idea preguntarle a alguien que ya ha sido infiel y se enorgullece de ello).

Una tercera opción es consultar a un profesional y exponerle tus preocupaciones, no porque necesites tratamiento psicoterapéutico, sino porque un punto de vista externo puede ayudarte a descubrir qué pasa entre tu pareja y tú, y cómo solucionarlo para volver a encaminar su relación.

 

Referencias:

(2020). Is flirting on social media cheating? Disponible en: https://www.bostonherald.com/2020/06/07/is-flirting-on-social-media-cheating/

(2019). The Number-One Way to Prevent Infidelity. Disponible en: https://www.psychologytoday.com/us/blog/why-bad-looks-good/201911/the-number-one-way-prevent-infidelity

(2018). What Exactly Is Infidelity? Disponible en: https://www.psychologytoday.com/us/blog/darwins-subterranean-world/201812/what-exactly-is-infidelity

 

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¿Por qué la pareja perfecta también es infiel?

Es difícil imaginar que en una relación estable, amorosa y madura pueda haber infidelidad. Sin embargo, pasa más de lo que piensas. De hecho, una relación puede sentirse cómoda y plena, y aun así despertar un día con la noticia de que tu “alma gemela” está viendo a alguien más y te está siendo infiel.

Pero, ¿por qué las parejas felices también son infieles si, en teoría, lo tienen todo?

Una persona nunca es infiel por el motivo que piensa

Una primera verdad incómoda es que ni siquiera un matrimonio feliz es un escudo contra la infidelidad.

Una segunda verdad incómoda es que, si bien una aventura es dolorosa y acaba destruyendo la autoestima de una persona, para la otra puede ser el acto más liberador de su vida.

Según Esther Perel, reconocida terapeuta de pareja y autora del libro The State of Affairs: Rethinking Infidelity, a veces la infidelidad se convierte en una experiencia expansiva, de crecimiento, exploración y transformación.

No siempre tiene que ver con sexo, sino con descubrir una faceta que no conocías de ti mismo, y que sientes que no puedes explorar en tu relación actual.

Claro que no todas las personas son conscientes de la verdadera razón por la que son infieles. Es entonces cuando la traición se convierte en un círculo vicioso donde el infiel sigue buscando a un tercero toda la vida cuando, en realidad, a quien busca es a sí mismo.

 

Visto así, hay tres motivos principales por los que una persona que es feliz en pareja puede acabar siendo infiel: 

1. Autoexploración

Tiene que ver con reconocer una parte de ti mismo que habías ignorado toda la vida. Tal vez, en el fondo, siempre quisiste ser más gentil de lo que eres, más flexible o más aventurero, así que hallar un amante con estas características es una forma de conectarte con tu propia naturaleza interior.

2. La energía seductora de la transgresión

La segunda razón por la que una persona puede ser infiel incluso en una relación perfecta es la naturaleza seductora de lo prohibido. En especial si eres alguien que nunca rompe las normas, la idea de hacer algo que “no deberías hacer” puede ser doblemente atractiva. Según Jack Morin, autor del libro The Erotic Mind, la ecuación del erotismo es:

atracción + obstáculos = excitación.

3. La frustración de una vida no vivida

En este caso, el infiel decide tener un amorío como una forma de recuperar oportunidades perdidas en la vida. Aunque suene absurdo, hay un mecanismo psicológico poderoso detrás y es la pregunta: “¿Qué hubiera pasado si…?”. En este caso, es la eterna duda del infiel respecto a la vida que eligió lo que hace que quiera experimentar algo distinto (incluso si, en términos generales, considera que su relación de pareja es buena). Aquí, la infidelidad se convierte en una dimensión paralela donde puedes evaluar, sin riesgo aparente, cómo hubiera sido tu vida si hubieras tomado una decisión distinta.

¿Hay justificación para la infidelidad? 

Lo cierto es que, citando a Esther Perel, no se trata de justificar la infidelidad, sino de entenderla.  Cuando entiendes algo, es más probable que puedas tomar decisiones para evitar que te pase.

¿Has sido víctima de una infidelidad de pareja y no sabes cómo afrontarlo? Haz clic aquí para saber cómo hacerlo

Ahora, desde el punto de vista de la víctima, puede que los motivos no importen demasiado. Una traición duele en cualquier caso, sin importar qué hay detrás. Sin embargo, es importante saber que el proceso de sanación en pareja cuando se es infiel como una forma de autoexploración es muy distinto a cuando se hace para lidiar con problemas en la relación. De modo que, si tu pareja es infiel y quieres evaluar la posibilidad de darle una segunda oportunidad, conocer el verdadero motivo es muy importante para proyectar las posibilidades de que vuelva a ocurrir o no.

 

Referencias:

“4 Reasons Why Infidelity Happens Even In Happy Relationships”. 2020. Psychology Today. https://www.psychologytoday.com/us/blog/love-and-sex-in-the-digital-age/201806/4-reasons-why-infidelity-happens-even-in-happy.

Perel, Esther. 2017. “Why Happy People Cheat”. The Atlantic. https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2017/10/why-happy-people-cheat/537882/.

 

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3 razones para agradecer a tu pareja el haberte sido infiel

Sentir gratitud luego de haber sufrido una infidelidad no tiene mucho sentido a simple vista, pero hay razones para ver con buenos ojos una decepción amorosa, o que te hayan sido infiel, en especial a medida que el dolor se desvanece.

Algunos estudios biológicos reconocen que la arquitectura de nuestro cerebro podría hacernos propensos a ser infieles bajo ciertas circunstancias. También hay evidencia de una posible relación con el alelo 334, encargado de regular la vasopresina, y la infidelidad.

 

Sea cual sea la causa que creamos responsable de un engaño, el panorama siempre aclara con el tiempo y, cuando superamos el mal trago, es más sencillo ver “el lado bueno” de la desilusión.

Estas son solo tres de las muchas razones para agradecer con el alma a quien traicionó tu confianza:

1. Una infidelidad te da la oportunidad de conocerte mejor

La culpa y la ira son respuestas comunes cuando descubrimos una infidelidad. Por un lado, puede que sintamos remordimiento por “no haber hecho lo suficiente” para satisfacer a nuestra pareja; en el extremo contrario, es posible que estemos convencidos de haber dado todo lo que teníamos, y un engaño en esas condiciones es fulminante para la dignidad. 

Pero, ¿qué pasaría si te detienes a escuchar los “motivos” de tu ex pareja? No significa que le des la razón, pero puede que descubras aspectos de tu personalidad que desconocías, como puede que la opinión de tu contraparte haga que te des cuenta de que había puntos débiles en la relación que jamás notaste.

Si realmente hubo señales de alerta que pasaste por alto, pregúntate qué puede enseñarte esta experiencia de ti mismo. ¿Lidias maduramente con los problemas de pareja, o los ignoras?

2. En el proceso de recuperarte, tu amor propio se fortalece

Luego de una infidelidad, nuestra relación con nosotros mismos cambia. Identificarás que hay principios que no estás dispuesto a ceder en pareja, y te será más sencillo que antes saber el tipo de relación que quieres, y el tipo de relación que conviene dejar a un lado a tiempo. 

Considera que, cuando hayas superado la decepción, descubrirás que no necesitas una “media naranja” que te diga lo valioso que eres o te haga sentir “seguro y amado”, ya que el dolor habrá sacado lo mejor de ti y sabrás muy bien:

  • De lo que eres capaz
  • La magnitud de tu resistencia
  • Lo que mereces y lo que no

3. Una pareja infiel te muestra la verdad acerca del amor

Si veías el amor en pareja como una fantasía caricaturesca, vivir una infidelidad será, en principio, trágico, pero eventualmente te abrirá los ojos a la verdad: el amor es cultivable y las relaciones son un puente que debe sostenerse de ambos lados. 

Todo este proceso te llevará a construir una autoestima mejorada y ser más asertivo en relaciones futuras.

Además, puede que sufrir una infidelidad te enseñe que las desilusiones amorosas no siempre tienen que ver con ser o no feliz en pareja. Ser infiel tampoco define si una persona es buena o mala (aunque parezca ser una prueba fehaciente), pero sí define nuestra capacidad para perdonar y dejar ir. 

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Está claro que pensar en los atributos positivos de la infidelidad no es algo que vaya a ocurrir al día siguiente de “atrapar” a tu pareja con las manos en la masa o enterarte de su conducta engañosa por un tercero. Date tiempo, y permítete vivir las emociones de rabia e indignación que seguramente sentirás a flor de piel durante los primeros meses.
El tiempo es un maestro. Deja que te lleve de la mano.

 

Referencias: 

(2017). Why I’m Thankful That I Was Cheated On. Disponible en: https://thoughtcatalog.com/scarlett-red/2017/03/why-im-thankful-that-i-was-cheated-on/

(2014). 10 facts about infidelity. Disponible en: https://ideas.ted.com/10-facts-about-infidelity-helen-fisher/

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La extraña relación entre los celos y la infidelidad

Los celos y la infidelidad guardan más relación de lo que parece.

Siempre será entendible la reacción celosa de una persona que percibe que su pareja está siéndole infiel. Después de todo, la sospecha y la posesión son tan primitivas como la vida, y responden a un instinto evolutivo que busca salvaguardar nuestras relaciones familiares, alejar depredadores y garantizar que nuestras necesidades básicas (vivienda, comida y salud) serán satisfechas.

Los celos son la manifestación de la fuerza bruta de los apasionados, y como tal, si bien puede no dar resultado siempre, brinda al menos alivio a los amantes haciéndoles sentir que están “asegurando el territorio”.

Los celos estimulan patrones de conducta que escapan al sentido común, ya que lo único que importa al cerebro es garantizar la exclusividad sexual y evitar la pérdida de recursos vitales. Para ello, somos capaces de tomar decisiones y medidas que nunca antes habríamos imaginado, como violentar la privacidad de nuestra pareja, controlar sus movimientos y anular su identidad. Situaciones que se pueden evidenciar a través de las historias recopiladas en el nuevo libro de Walter Riso: “Las mayores estupideces que hacemos por amor”. 

Por supuesto, no siempre los celos corresponden a un acto de infidelidad real; de hecho, es común que la amenaza sea imaginaria, algo que se vincula especialmente con los celos patológicos y la personalidad insegura.

Curiosamente, existen también casos en que la infidelidad o atracción física hacia alguien externo a la relación desencadena sospechas hacia la propia pareja, un fenómeno que la voz popular denomina: “El que la debe, la teme”, y en el cual la ciencia ha podido profundizar recientemente.

Celos, infidelidad y proyección: cuando nuestra pareja es un espejo

En su libro Rayuela, el escritor Julio Cortázar describe a la perfección la dinámica de la proyección en las relaciones de pareja: “Fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones”. 

Aunque suene poco romántico, esta frase nos habla de cómo convertimos al otro en un reflejo de nuestros propios miedos, tendencias y deseos. En el campo de los celos y la infidelidad, un estudio publicado el año pasado por investigadores de la Universidad de Carolina del Sur (Lancaster) y la Universidad de Maryland encontró que las personas tienden a proyectar su deseo o atracción sexual por otros en su pareja, y que esta proyección suele ir de la mano de profundos sentimientos de ira y comportamiento negativo.

En otras palabras, cuando las personas experimentan el impulso de ser infieles culpan a su pareja de tener intenciones extraconyugales ocultas.

El psicólogo Robert Burriss lo explica de la siguiente forma:

Las personas se enojan con su pareja cuando sospechan que él o ella alberga el deseo de tener sexo con otra persona, y sus sospechas son más fuertes cuando ellos mismos fantasean sobre el sexo ilícito. Así que la próxima vez que te veas obsesionado por el interés de tu pareja en otras personas, podrías beneficiarte al mirarte al espejo y preguntarte si tus propias fantasías son las culpables.

La investigación también sugiere que nos proyectamos en los demás cuando carecemos de las herramientas necesarias para hacer frente a nuestros pensamientos, aceptarlos y lidiar con ellos. Desde luego, esto perjudica seriamente la calidad de nuestras relaciones.

La psicología entiende la proyección como “la sombra del Yo”, y la única forma de vencerla es correr las cortinas y dejar que entre la luz; asumir el timón de nuestras emociones y elegir un camino únicamente luego de haber evaluado las consecuencias.

La infidelidad es la principal causa de disolución en una relación de pareja, y, los celos, una causa común de deterioro afectivo y pérdida de la complicidad. La mejor forma de evitar los efectos negativos de ambas experiencias es ser completamente abiertos con nosotros mismos y con nuestra pareja, anteponer la honestidad al miedo y pensar siempre en cómo nuestras acciones pueden afectar nuestra realidad.

La dinámica entre los celos y la infidelidad es compleja, y no desaparecerá de la noche a la mañana. El psicólogo y escritor Walter Riso, hace un recuento de diferentes situaciones y testimonios que hablan de cómo los celos han hecho mella en la relación; todo en su nuevo libro: “Las mayores estupideces que hacemos por amor”. Sin embargo, tenemos el poder suficiente para cambiar nuestra percepción y tomar decisiones que contribuyan a nuestro bienestar y paz mental. Recuerda siempre que las heridas del corazón pueden sanar, pero el tiempo no se recupera; decide invertirlo en una vida de gozo y entusiasmo, en lugar de maltratarlo con emociones tóxicas.

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Fui infiel, me siento mal, ¿qué debo hacer?

En un mundo donde las relaciones entre hombres y mujeres cada vez están más convulsionadas y los vínculos cada vez más endebles, ser infiel es un hecho frecuente, que si es bien enfocado puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y madurez en la pareja. Ser infiel y sentirse mal es un síntoma de que puedes emprender cambios para construir una relación de pareja más satisfactoria y estable.

La infidelidad en una relación tiene matices que la hacen más o menos grave. Puede tratarse de una aventura pasajera  y aun así generar culpa sobre todo si nuestra pareja permanece en desconocimiento de nuestra falta. Un examen de conciencia puede resultar positivo para recapacitar y reconocer que pueden haber aspectos de mejora en tu relación, en dicho caso puedes convertir el hecho en una oportunidad de cambio.

¡Una actitud de rectificación acompañada de acciones concretas te servirá de mucho para resarcir el daño causado!

Recomendaciones que tienen que ver contigo

Trátate con generosidad y autocompasión, una desacertada decisión circunstancial no te define como persona, ni puede terminar  con una relación de pareja estable. Así que no te fustigues.

  • Sincerate comunicándole a la otra persona que sólo fue un encuentro pasajero,  que tienes una relación estable que deseas cuidar.
  • Evita toda comunicación  o contacto directo o por redes sociales con esa persona,  si insiste en mantener contacto, sé tajante y como medida extrema elimínale de tus contactos o bloquéale.
  • Reflexiona en torno a qué te llevo a la infidelidad. ¿Curiosidad?, ¿insatisfacción?, ¿despecho?. Identifica cuál pudo ser el detonante o factor que te llevó a ser infiel para que puedas manejar la situación.
  • Debes sincerarte  en primer lugar contigo, pues si sientes culpa es porque la infidelidad es un antivalor para ti,  de modo que debes descubrir por qué fuiste infiel, si tu pareja tiene algo que corregir es la oportunidad de buscar la manera de hacérselo  saber sin ponerte en evidencia, esto solo agravaría la situación.

Recomendaciones para con tu relación de pareja.  

  • Aumenta la comunicación con tu pareja. Conversa de eso que te molesta o causa insatisfacción. Pregúntale sobre ti,  qué cosas puedes mejorar. Esto les ayudará a fortalecer la confianza.
  • Compartan momentos gratos.  Realicen actividades placenteras juntos.
  • Rompe con la rutina, busca momentos para compartir inesperados, cultiva el erotismo y el romanticismo .

Convierte la falta en una oportunidad de crecimiento y madurez.

Aprender de la experiencia para valorar la sinceridad, reconocer el valor de la pareja, la transparencia en el manejo de la relación, implementar cambios en la comunicación será clave para superar el escollo de la infidelidad. Insistimos en no caer en el mea culpa sin cambios de actitud y comportamiento.

Lo importante del arrepentimiento es que genere cambios una vez reconocida la falta. No es necesario dar cuenta de la infidelidada a tu pareja eso sólo empeorará las cosas,  quien se atreve a confesar una infidelidad es un sincericida, pero quien se atreve a reconocerla y proponer cambios para mejorar su relación es una persona digna de volver a confiar en ella.

Si tu pareja se entera debes ofrecer certeza de tu amor para que vuelva a confiar desde el compromiso de la rectificación, pedir perdón de forma  genuina y desde el corazón.

Superar una infidelidad para ambos miembros de la pareja es difícil, pero si hay arrepentimiento verdadero, se valora lo construido y hay votos por salvar la relación,  con un compromiso de honestidad por parte de quien cometió la falta, ésta pudiera ser una oportunidad para fortalecer la relación de pareja desde el amor, el respeto y la comprensiónSalva tu relación . ¡Estás a tiempo!

 

Extraido de: Editorial Phronesis

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Ser fiel es una opción, no una obligación

Hace pocos días hice una encuesta en mi cuenta de Instagram @hoy.me.toca respecto de la infidelidad, quería saber el porcentaje de personas que había perdonado una infidelidad y que me contaran un poco más de su historia.

De 1.166 personas que vieron la pregunta, sólo 437 la respondieron, es decir un 37,5% (me pregunto qué le habrá pasado al resto que no quiso responder). El 59% de las personas no había perdonado la infidelidad y el otro 41% sí.

A pesar de que las historias eran bien variadas, el factor común para quienes perdonaron la infidelidad (y contaban que se había arrepentido de hacerlo, con excepción de un par), fue que la conducta se repitió en el tiempo no una, sino varias veces hasta que finalmente la relación terminó de pésima manera. Y para quienes no perdonaron, el factor común de todas las historias fue que en las futuras relaciones de su ex se enteraron que también lo hacía, por lo que jamás se arrepintieron de la decisión que tomaron, inclusive en los casos que había mucho amor de por medio.

En mi opinión, y como siempre lo digo, creo que no hay reglas establecidas ni un manual de cómo actuar frente a una situación así. He acompañado procesos de mucho dolor, desilusión, desamor, rabia y frustración seguidos de un perdón genuino y real, de un perdón que nace del amor y que se construye todos los días. No es fácil, creo que es el camino más difícil y desafiante que una pareja puede optar y creo que sólo es posible si va acompañado de una terapia.

No lo digo por ser terapeuta, lo digo porque a veces las voces de las personas en general toman fuerza y te ves inmerso en una situación que está controlada por tu cabeza y por la gente que te rodea y no logras escuchar tu corazón y conectarte con lo que realmente sientes. Es casi instintivo decir que no perdones, que nadie te puede hacer algo así, por lo general es una forma de cuidarte y protegerte.

Perdonar una infidelidad no es olvidar que paso, no es hacer cómo si nada ha pasado y seguir adelante, no es fingir un bienestar para el mundo mientras estás muriendo por dentro. Perdonar una infidelidad requiere de mucho coraje, fuerza y valentía. Es una apuesta, es confiar en algo que está quebrado en mil pedazos, es volver a confiar en quien te traicionó, es apostar por quien no apostó por ti. Perdonar una infidelidad es un acto de amor profundo que creo que pocas personas pueden lograr.

Yo siempre digo que hay tipos y tipos de infidelidad, otros podrán decir que no importa lo que haya sido, es traición igual. Estoy de acuerdo, pero creo que somos humanos y todos podemos cometer errores en la vida, unos en lo económico, otros en el amor, otros se caen a la drogas, otros al alcohol y así. No quiero justificar, sólo quiero que ampliemos la mirada.

Está lo que pasa solo una noche (o un día), en una oportunidad y que no vuelve a haber contacto ni se vuelve a repetir la situación, puede ser sólo un beso o sexo, da igual. En el mejor de los casos quien fue infiel se le da vuelta el mundo y logra pedir ayuda para entender qué fue lo que le pasó y cómo llegó hacer lo que hizo. Se da cuenta de que al parecer la relación perfecta que él o ella creía que tenía no era tan así y decide iniciar un proceso de cambios tanto individuales como de pareja. No siempre se confiesa la infidelidad y esto hace que el proceso sea difícil porque finalmente quien fue infiel es quién lleva la parte más pesada, él debe cargar solo con lo que pasó. A veces confesarlo es simplemente para poder sacarse esta carga y sentirse más aliviado, sin considerar el daño que puedo causar con la confesión. En otra encuesta que hice hace un par de meses, muchas personas respondieron que si fue algo de una noche y nunca más va a ocurrir, mejor no enterarse.

Luego está la infidelidad que ocurrió una vez pero sigue habiendo contacto y muchas ganas de volver a repetirlo, pero un sentimiento de culpa tremendo que no permite una nueva reunión pero sí hay una intención. En la mayoría de los casos la pareja intuye algo, revisa celulares, correos, redes sociales o sencillamente enfrente a la persona hasta que hay una confesión, seguida por un quiebre. Algunos perdonan y ahí viene el trabajo como pareja. Otros tantos (leía en las historias que me mandaban por DM) prefieren pagar con la misma moneda para sentir que están iguales y poder volver a construir la relación, con muy poco éxito.

Y el tercer caso y el más grave a mi juicio es mantener encuentros esporádicos o de frentón una relación paralela. Desde mi visión creo que es muy patológico ya que es vivir en un mundo de mentiras, de traiciones, de planificar todo, coordinar encuentros, no estar ni aquí ni allá, vivir sin conexión emocional, perseguidos todo el tiempo sin lograr disfrutar de la vida, y si lo logran creo que la patología es aún más grave.

Por lo general, para que ocurra una infidelidad es porque hay algo que no está funcionando en la relación y que ninguno de los dos lo había visto o si alguien tenía alguna idea, no había sido capaz de hablarlo, por el motivo que sea. Y por eso es que insisto tanto en que apenas tengan ideas o fantasías rondando en la cabeza pueda hablarlo, tal vez no con la pareja pero con alguien (amigo, primo, hermano, psicólogo, etc). Porque si se lo guardan, les puedo garantizar que eso terminará creciendo y creciendo hasta que llegue a ser insostenible.

Ser fiel es una opción y para mantener esa opción viva hay que trabajar en la relación todo el tiempo, hay que hablar, hay que compartir momentos, hay que buscar apoyo cuando lo necesites, hay que procesar y elaborar situaciones de la vida que han sido complicadas y que fácilmente invitan a escapar para no contactarse con las heridas del pasado. Ser fiel contigo, con tus valores, con tus ideales, con tu familia, con lo que alguna vez prometiste frente a la gente que querías y por sobre todo con el hombre o la mujer que elegiste para que te acompañe el resto de la vida.

 

 

 

Michelle_PollmannMichelle Pollmann Román

Directora de Centro Al Alma

Psicóloga Clínica
Postítulo Psicoterapia Psicoanalítica
Terapeuta de Pareja
Sexóloga en formación

 

 

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Ser pareja es distinto que tenerla

Cada vez me toca más seguido enfrentarme a personas, hombres y mujeres que me cuentan historias sobre sus relaciones las que por diferentes razones se ven cada día más complejas. Parece que la tolerancia, la paciencia, la aceptación y la entrega de amor al otro están en jaque en estos tiempos.

Es como sentir que yo quiero ser feliz, pero no está tan claro que quiera hacer feliz al otro. Todo comienza y termina en mi y no en el otro como debiera.

Ser pareja implica tener complicidad, pasión, humor y a mi juicio mas aceptación que tolerancia. Tengo que desear mirar al otro (a) a los ojos y mirar hasta adentro, hasta el alma que seguramente conocí cuando partía el romance. Esas cosas que se dejan de hacer cuando uno se siente erróneamente seguro y parece que el objetivo de haberla o haberlo enamorado se consiguió y ahora podemos descansar.

Se descansa de decir te amo , te necesito y de hacer cosas que al otro o a la otra lo hagan sonreír.

Todo esto, es un trabajo diario que al igual que tantos temas que hemos compartido requiere de la voluntad, de entender que el amor es una decisión.

Y así como el amor es una decisión, ser fiel o no también lo es. Es verdad que muy pocas veces por lo menos conscientemente la infidelidad se busca, sino que más bien aparece y cuando se toma conciencia del ” juego” en el que estoy, recién ahí comienza la decisión de continuar o no en ese doble estándar.

La manera de definir infidelidad desde las femenino es diferente desde lo masculino. Mientras para la primera basta con pensar en otro y tal vez chatear con él, para los segundos, se consolida casi sólo con el acto sexual.

Mucho se me pregunta si una infidelidad se puede perdonar o no, creo primero que es importante entender que la mayoría de las veces la infidelidad nunca es causa de nada, sino que consecuencia de algo que no se habló y que muy probablemente se deriva de ambas personas en la pareja.

Entendiendo esto, estoy segura que una infidelidad se puede perdonar cuando se entiende como un proceso de a dos y como una de las tantas instancias de crecimiento que puede vivir la pareja. Lo qué hay que entender para realizar ese proceso, es que la pareja que existía antes de que esto explotara nunca volverá a ser la misma y es bueno que así sea. Es como un vaso que se rompe y que no a puede pegar y si se pudiera no sería sano. Hay que construir otro vaso con nuevas expectativas, nuevas metas donde el episodio se trabaje, pero no se cobre nunca más.

Perdonar, no implica olvidar, perdonar de verdad implica recordar sin dolor, porque se aprendió de él y se sacaron todos los aprendizajes necesarios de este camino recorrido. Ser pareja requiere tiempo, y es una de las aventuras más lindas del ser humano porque nos enfrenta a nuestras luces y nuestras oscuridades todo el tiempo y si no sabemos caminar con ambos, nos mentiremos y la posibilidad de engañarnos a nosotros mismos y al otro aumentan notoriamente.

El amor de pareja no es a mi juicio incondicional, requiere de un ida y vuelta que debe ser proporcional para que ambos sientas que pueden vivir sus espacios personales y privados entre los dos sin que estos no compitan.

Es una aventura descubrirnos a nosotros a lo largo de la vida, como no va a hacer maravilloso poder descubrir un otro y tener todo el tiempo que la vida regale para compartir ese crecimiento.

Escrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

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Cómo actuar oportunamente para salvar tu matrimonio

Cuando ciertos indicadores coinciden en el tiempo y denotan comportamientos inesperados que no corresponden a la costumbre de la pareja, la probabilidad de que exista un enredo aumenta sustancialmente. Recuerda bien esta palabra: probabilidad.

No se trata de convertirse en una persona ultra desconfiada e inventarse engaños donde no los hay, sino de mantener una actitud racional frente a los recelos, hablar con la pareja y comunicar la inquietud, sin agresiones ni escándalos. Veamos algunas señales que podrás identificar para evitar que tu relación de pareja caiga en la infidelidad:     

  1. Indiferencia afectiva: se percibe una lejanía y frialdad por parte de la otra persona, las manifestaciones amorosas son cada vez menos y el mal humor aumenta. Esta actitud es sospechosa, sobretodo cuando perdura por mucho tiempo. Si es así, mejor estar solo que esperar “peras del olmo” toda una vida.
  2. Frialdad sexual: Un bajón en el deseo sexual siempre es preocupante. Si no hay enfermedades físicas o psicológicas que expliquen el desgano, preocúpate. Los altibajos eróticos son normales, siempre y cuando sean esporádicos y no demuestren un deterioro paulatino y constante.
  3. Preocupación repentina y excesiva por la apariencia física: Obviamente, no se trata de la sana costumbre de ir a un gimnasio y embellecerse. Lo que puede resultar sospechoso es el repentino cuidado por la apariencia física en personas que nunca se habían preocupado su aspecto y, sobretodo, si no se involucra al otro y faltan las preguntas: “¿Te gusta mi nuevo look?”, “¿Qué opinas de mi maquillaje?”, “¿Te gusto más sin panza?”.
  4. Cambios inesperados de rutinas Si no hay motivos claros y comprobables, los cambios inesperados e injustificados de las costumbres cotidianas no deben ignorarse: almorzar fuera, llegar tarde, trabajar los fines de semana, etc. Por lo general, uno no modifica sus rutinas de un día para el otro sin razones válidas y sin explicaciones. No te acuestas con una persona y te levantas con otra y, si esta mutación ocurre, estás en problemas.
  5. Llamadas y/o conversaciones sigilosas telefónicas a horas extrañas o inoportunas
  6. Tres cuestiones a tener en cuenta:
    1. No se despega del móvil o corre velozmente a contestar,
    2. Cuando revisas el aparato, misteriosamente no aparecen los números marcados ni las llamadas recibidas.
    3. Las conversaciones son demasiado largas y nunca sabes con certeza con quién habló.
  7. Debes actuar cuanto antes si detectas cualquiera de estos comportamientos. Muchos matrimonios se podrían haber salvado si alguno de sus miembros hubiera reaccionado oportunamente a estas señales.  

Cualquier dato aislado no es suficiente para generar una duda razonable, sin embargo, en la Guía práctica para afrontar la infidelidad de la pareja   de Walter Riso, encontrarás más señales e indicadores de la aparición de un o una amante en tu relación de pareja.

Aprende a identificarlos y combatirlos a lo largo de sus útiles párrafos. Conócela aquí

Escrito por: Editorial Phronesis

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Referencias: Guías prácticas de Walter Riso 

 

Foto Portada: Diseñado por Freepik

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