El retorno a la presencialidad total es sin duda un anhelo y un objetivo prioritario de las comunidades escolares. Durante los últimos dos años escuchamos a muchos docentes decirnos que echaban de menos el contacto físico con los estudiantes. Sin embargo, ahora que estamos en ese escenario, parecen haber bastantes dificultades. Volver a acostumbrarse a un colegio “lleno” de estudiantes, con la amenaza permanente de contagio y la efervescencia de niños, niñas y adolescentes que vuelven a reencontrarse en el espacio escolar, es un tremendo desafío.
Si en tu comunidad escolar estás viendo que el estrés sube, docentes cansados, estudiantes hiperactivos y equipos desgastados, entonces, te recomendamos darle prioridad a una planificación que tenga como foco el bienestar. Esto no significa dejar de darle importancia al aprendizaje académico, por el contrario, es la mejor inversión que puedes hacer para promover ambientes seguros y adecuados para la recuperación escolar. El estrés es el enemigo número uno de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
La pandemia ha sido un evento traumático para toda la humanidad, y esto es algo que es importante reconocer, para poder aceptar con compasión lo que esté ocurriendo en la comunidad escolar. Es normal y es adecuado que las personas estén reaccionando como lo hacen. Pero ¿cómo se puede ayudar a la comunidad a manejar el estrés y los efectos del trauma?
Proponemos a las comunidades escolares enfocarse en este objetivo durante el inicio del año escolar. Lo que inviertan en este momento para construir capacidades de autogestión emocional y prácticas de cuidado, tendrá un enorme impacto en el aprendizaje académico y en las relaciones dentro la comunidad en el corto plazo, y en la vida futura de las y los estudiantes en el mediano y largo plazo.
Estas capacidades de autogestión emocional y prácticas de cuidado se aprenden practicándose, y por lo tanto, requieren que primero los adultos las conozcan y las usen de manera personal. Hay muchas estrategias que puedes sacar de la Bitácora para el Autocuidado Docente, material entregado por el MINEDUC a todos los docentes del país, y que también está disponible en formato PDF.
Establecer tiempos de pausas activas o guiadas, en las que se hagan ejercicios de respiración, juegos o reflexiones en torno a temas no académicos. Que cada reunión tenga un inicio o un final significativo, que implique un ejercicio de autoconciencia o de conexión con otros. Hay prácticas tan sencillas como empezar una reunión planteando preguntas que conectan. ¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas? ¿Qué país te gustaría visitar? ¿Con quienes vives? ¿Cuál es tu hobby favorito? Al intencionar estos momentos las personas tienen un espacio de conexión a nivel personal, sin entrar en una intimidad inapropiada, se favorece el que se conozcan más y aumenta la confianza, lo que se traduce en un aumento del trabajo colaborativo.
Otra idea es tener un mural de gratitud, en el que se van dejando mensajes de gratitud y todos pueden leerlos. Esto se puede hacer a nivel de adultos y también en la sala de clases.
Por último, es fundamental aprender a parar cuando haya situaciones caóticas o estresantes, cuando se tiene la sensación de que se pierde el control. Que sea válido y valioso el detenerse, reconocer lo que está sucediendo y buscar una forma de volver a recuperar la calma. Es la mejor manera de manejar el estrés y es un modelaje fantástico para los estudiantes.
Pero todo esto será muy complejo si no se planifica y si no se incluye en dicha planificación a docentes, asistentes de la educación e incluso los mismos estudiantes. Si inviertes hoy en bienestar, tendrás mejores resultados de aprendizaje y una comunidad fortalecida.
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Domingos de junio
- La Corporación Cultural de Las Condes presenta en sus plataformas una nueva versión de esta clásica historia, de la mano de los alegres títeres de la Compañía Proyectico.
Tico es un conejo travieso y juguetón y, junto a Lora la Lora, el Señor Tigre y el Mono Luis, llega a las plataformas digitales de la Corporación Cultural de Las Condes con una nueva y colorida versión en títeres bocones estilo muppets de “El libro de la selva”, la clásica historia de Rudyard Kipling. La obra es el nuevo trabajo de la compañía de títeres Proyectico, y será transmitida los días 6, 13, 20 y 27 de junio, a las 17:00 horas, en www.culturallascondes.cl y su canal de YouTube, con acceso liberado.
A través de divertidos personajes, música alegre y mucho humor, TICO EN EL LIBRO DE LA SELVA encantará a toda la familia con la narración del niño -conejo, en este caso- que es criado por los animales de las Tierras Vírgenes y debe descubrir su propia identidad. En esta búsqueda, los títeres promueven los valores de la empatía y la tolerancia en un entorno de diversidad cultural. La selva y sus personajes se utilizan como metáfora para la reflexión respecto a la inclusión.
“Se trata de un tema muy actual, planteado desde lo lúdico, y dando el espacio para que los niños y niñas puedan hacer su propia interpretación”, explica Alexander Ramos, director de la compañía y autor de la adaptación.
Ramos, egresado del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, de Venezuela, agrega que esta versión desarrollada para las plataformas audiovisuales “es como un programa de tele, muy colorido y, si bien es una obra para niños, los papás y las mamás también van disfrutar”.
La Compañía Proyectico, que forma parte de la Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud (ASSITEJ), ha recorrido con sus espectáculos distintos escenarios en Chile y Argentina, y se presentó en temporadas anteriores en el Teatro del Centro Artesanal Los Dominicos.
TICO EN EL LIBRO DE LA SELVA
Teatro infantil online
Domingos 6, 13, 20 y 27 de junio, 17:00 horas
www.culturallascondes.cl
Canal YouTube Corporación Cultural de Las Condes
ACCESO LIBERADO
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“Con la cuarentena estamos todos en posparto” me dijo @Byebyepancitademama y “La cuarentena es como revivir mi primer mes de puerperio” me dijo @drawandita. Y esto me hizo reflexionar. Este sentimiento de miedo, aislamiento, soledad y preocupación ya lo había saboreado antes, me era familiar y creo que eso sumado a la inversión que hago en mi bienestar psicológico me han ayudado a sobrellevar 3 semanas de encierro.
Este sentir es muy similar al puerperio para muchas, aunque con sus diferencias claro pero la esencia ahí está, seria como que el virus del puerperio (que NO son 40 días sino que se habla de 1 año enterito) te contagia y te deja cierta “inmunidad” a la cuarentena, al encierro. Te hace valorar la tribu, la contención. Te ayuda a identificar los verdaderos amigos.
Pero como todo lo oscuro trae su luz y esa luz es TAN fuerte: apenas nace un bebé la conexión que se gesta con su madre es una belleza. Observamos cada detalle de ese cuerpo diminuto, olemos su cabecita, lo abrazamos, lo cargamos, lo mimamos.
Podemos estar un buen rato observándolo y agradeciendo a Dios o a la vida por tenerlo a nuestros lado. Aprovechemos para reconectar con nuestros hijos desde otro lugar. Aprovechemos para tomar consciencia de lo cargados de tareas que estamos y lo acelerados que vivimos. Aprovechemos para empatizar más y juzgar menos. ~
Ana Acosta Rodríguez, autora del libro 📚 “La Crianza Rebelde” disponible 👉🏼 https://bookgoodies.com/a/B07ZM8WMXN
INSTAGRAM: @mamaminimalista
Foto portada : Imagen de Iuliia Bondarenko en Pixabay
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En mi libro “Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo a partir de los 2 años” propongo un diagrama de regulación que consta de 7 pasos.
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Regularse uno
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Sintonizar con el estado mental del niño
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Reflejo del estado mental
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Favorecer/permitir la expresión adaptativa
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Calmar
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Reflexión guiada
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Reforzar
Martín tiene 3 años recién cumplidos. Ayer por la tarde estaban invitados a comer a la casa de los abuelos. Camino al ascensor, su hermano mayor se adelanto y apretó primero el botón. Acto seguido, Martín se puso a llorar y comenzó hacer una pataleta. Como podrán imaginar, él quería apretarlo y ahora ya no podía.
Su madre, que ya iba estresada con la hora, pensó en silencio ¡Lo único que me faltaba!. Respiró profundamente (regularse uno) y se agachó para ayudarlo a calmarse. Se dio el siguiente diálogo:
Mamá: ¿Querías apretar el botón? (sintonización)
Martín: Siiii
Mamá: Y te da rabia que tu hermano lo haya apretado primero ¿Cierto? (sintonización/reflejo).
Martín: Siiii
Mamá: Te entiendo.
Martín siguió llorando y se acercó a su hermano para pegarle. La mamá entonces lo frenó y le dijo “Sé que tienes mucha rabia, pero no por eso le vas a pegar a tu hermano” (expresión adaptativa). Lo dejó llorar un poco y le dijo “ya mi amor, trata de calmarte para que conversemos” y lo abrazó (estrategia de regulación: abrazo). En el auto, ya más tranquilo, lo ayudó aprender de la situación (reflexión guiada).
Mamá: Martín, no estuvo bien que le pegaras a tu hermano. Sé que te dio mucha rabia lo que pasó, pero no por eso le vas a pegar.
Martín: Si sé…
Mamá: ¿Me prometes que la próxima vez que algo te de rabia vas a tratar de controlarte?
Martín: si… pero yo quería apretar el botón.
Mamá: Si sé mi amor… pero él no sabia. Cuando quieres algo tienes que decirlo (reflexión guiada).
Martín: Ya mamá.
Mamá: Te felicito por haberte calmado. Sé que no es fácil y pudiste hacerlo (refuerzo).
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Agustina tiene 3 años y medio. Sus padres están separados hace ya un tiempo, pero este verano se fue de vacaciones por primera vez con su papá. Lo pasó muy bien y llegó muy contenta de vuelta con mamá. Pero en el transcurso de las horas, se puso un tanto irritable.
En la tarde, estaba tratando de ponerse una polera. Y como no podía la mamá la ayudo. Como quería ponerla sola, se puso a llorar y comenzó a hacer una pataleta.
Al verla llorar con tanta intensidad, la mamá se dio cuenta que podía haber una razón de fondo (sintonización), porque en general no llora por esas cosas. Que quizás era por las vacaciones. Entonces le dijo “Amor, ¿fue muy difícil para ti estar sin mamá estos días?” (reflejo). Agustina asintió con su cabeza. Su mamá entonces la abrazó y le dijo despacito al oído “si se mi amor… (pausa)… si tienes penita llora todo lo que tengas que llorar” (expresión adaptativa). Cuando Agustina había liberado gran parte de su estrés, su mamá le dijo “ahora vamos a respirar para calmarnos y poder hablar”.
Ya tranquila, se dio el siguiente diálogo:
Agustina: Es que te eché de menos mamá…
Mamá: Si sé mi amor, yo también. Sé lo difícil que puede ser tener vacaciones con mamá y con papá por separado.
Agustina nuevamente asintió con la cabeza.
Mamá: Que a pesar de que lo pases muy bien, echas de menos al que no está. Te entiendo.
La mamá la abrazó y le dijo que cuando uno echa de menos a alguien, además de pensar en esa persona o llamarla, puede hacerle un dibujo. Y se prometieron que la próxima vez que se echaran de menos, se harían dibujos (reflexión guiada).
Les quise poner dos ejemplos de pataletas completamente distintas. La primera es clásica: Martín está cansado, no puede hacer lo que quiere y se pone a llorar. Yo creo que todos hemos pasado al menos alguna vez por una situación así. La segunda es menos común. Si bien Agustina se pone a llorar porque quería ponerse la polera sin ayuda, la verdadera razón de su baja tolerancia a la frustración es emocional.
Independiente de cual sea la causa, de cuán intensa sea la emoción o de las características y necesidades idiosincráticas de cada niño, el diagrama de regulación nos entrega una pauta a seguir. No siempre se siguen los pasos en el orden propuesto. A veces incluso no todos los pasos son necesarios. Pero cuando uno los conoce y entiende el sentido de lo que se está haciendo, se vuelven una gran herramientas para ayudar a nuestro hijo a recuperar la calma.
Lo último que me gustaría transmitirles, es la importancia de estar conectados y sintonizados a nuestros niños. Por su desarrollo lingüístico, la mayoría de las veces nuestros pequeños expresan lo que les pasa de manera no verbal y es importante estar atentos a sus señales. ¿Se imaginan lo triste que hubiese sido retar o mandar a Agustina a la pieza tras su pataleta, cuando lo único que necesitaba en ese momento era la contención de su mamá?
Regular no es nada de fácil. Pero vale la pena intentarlo. Espero que les haya servido.
Extraído de www.andreacardemil.cl
Mamá de 3
Psicóloga Infanto-Juvenil
Magíster en Psicoterapia Integrativa
Diploma en Terapia de Juego
Diploma en Manejo Interdisciplonario de las dificultades del Escolar
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En la etapa preescolar, los niños tienen que aprender que no pueden hacer ni tener todo lo que quieren. Esto les genera mucha rabia y frustración. En plena conquista del lenguaje y movimiento, quieren y necesitan mostrarle al mundo (especialmente a sus padres) que están grandes, que son distintos a ellos y que pueden tomar decisiones por sí mismos.
Debido a que las estructuras cerebrales encargadas de la regulación emocional a esta edad están recién desarrollándose, este malestar lo sienten de manera muy intensa y les cuesta mucho tranquilizarse. Por esta razón, tienden a externalizar lo que sienten, expresándolo de manera corporal y descontrolada: lo que conocemos como pataleta o berrinche.
Por lo general, los niños comienzan a hacer pataletas alrededor del año y medio y dejan de hacerlas como a los 6 años, con un pick entre los 2 y los 3 años. El tiempo que dura el período de pataletas puede variar en función de factores biológicos (como el temperamento), situacionales (como la llegada de un hermano) y de crianza (estilo de apego y forma en que los padres manejan las pataletas).
Las pataletas se consideran parte del desarrollo vital de un niño. Esto quiere decir que son normales y necesarias. Cuando el manejo adecuado, la etapa de las pataletas permite que los niños conquisten poco a poco su independencia, iniciativa y seguridad, sin que ello signifique pasar a llevar al resto o que siempre se haga lo que ellos quieren.
¿Cuándo el manejo es adecuado?
Hoy en día el criterio más importante para determinar cuán adecuado es el manejo parental, no es la efectividad, sino la promoción de desarrollo socio emocional sano. Por ejemplo, meter a la ducha fría a un niño cada vez que hace pataletas puede ser efectivo, pero no por eso adecuado. Efectivo porque el niño va a dejar de hacerlas, pero inadecuado porque además de ser un acto violento, daña la relación que tiene con su cuidador y no le enseña a regular sus emociones.
En función de esto, se considera como adecuado, no sólo buscar que el niño deje de hacer pataletas, sino que aprenda a regular sus emociones y formas más adaptativas de expresarse y resolver conflictos.
Para cumplir con este propósito, lo mejor es manejarlas desde los principios de apego seguro. Les explico porqué.
La pataleta se considera una situación de estrés intensa. Aunque no lo crean, el niño no lo pasa bien haciendo una pataleta. Todo lo contrario, su cuerpo libera mucho cortisol (hormona del estrés), le resulta tremendamente angustiante sentir emociones tan fuertes y la sensación interna de descontrol y desorganización.
Es importante entender, que los niños no hacen pataletas para manipular o para molestar, sino simplemente porque se encuentran desbordados y no saben qué hacer. Como en cualquier otra situación de estrés, en ese momento lo que el niño necesita es tenernos cerca y que lo ayudemos a recuperar la calma.
Dado que el apego es necesidad de contención ante el estrés, ayudar a nuestro hijo a calmarse es el principio más importante para promover una relación de apego seguro.
Gracias a los avances de las neurociencias, se ha visto que cada vez que ayudamos a nuestros hijos a calmarse, además de promover apego seguro, les enseñamos estrategias de regulación emocional y estimulamos el desarrollo de las estructuras cerebrales encargadas de la regulación emocional.
Esto que suena muy complejo, es más simple de lo que pensamos. Veamos un ejemplo: Cuando un niño siente rabia y lo ayudamos a calmarse respirando, estamos generando el circuito neuronal rabia-respiración-calma. Cuando estas experiencias son reiterativas, estas conexiones se van fortaleciendo y formando estructuras más complejas. Y cuando el niño sea grande y siente rabia, serán estos circuitos los que se le activarán, aunque no estamos a su lado.
Aclaro que ayudar un niño a calmarse, no significa darle en el gusto. Si el niño está llorando porque le dijimos que no le vamos a comprar un juguete, calmarlo no significa comprarle el juguete, sino ayudarlo a recuperar su equilibrio basal y ayudarlo a entender que no siempre puede tener todo lo que el quiere.
¿Cómo hacerlo?
En mi libro “Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo a partir de los 2 años” propongo un diagrama de regulación que consta de 7 pasos.
1. Regularse uno
Este es no de los pasos más importantes para manejar de manera adecuada una pataleta. Si el niño está haciendo una pataleta, es porque se encuentra emocionalmente desbordado. Requiere que estemos muy tranquilos para que lo ayudemos a regularse y recuperar la calma. El problema de esto es que cuando el niño está haciendo una pataleta, con frecuencia nosotros también nos encontramos alterados. Por lo que antes de hacer cualquier cosa, es preciso dar un paso atrás, respirar hondo y calmarnos.
Sé que esto no es fácil de hacer, menos cuando hemos dormido poco, estamos cansadas o tenemos alguna otra preocupación. Pero es necesario hacerlo para poder seguir los otros pasos y poder transmitirle a nuestro hijo la calma (verbal y no verbal) que necesita en ese momento.
2. Sintonizar con el estado mental del niño
Sintonizar significa conectarnos con nuestro hijo para ver que le pasa y lo que necesita en ese momento. ¿Es rabia? ¿Es sueño? ¿Estará celoso? La mayoría de las veces el niño no expresa el motivo real de lo que le pasa. Entonces hace una pataleta porque no quiere comer, pero en verdad no es que no quiera comer, sino que está triste porque echa de menos a su papá. Y si queremos ayudarlo a calmarse, es preciso saber lo que le pasa.
3. Reflejo del estado mental
Reflejar consiste en decirle verbalmente al niño lo que le pasa en ese momento (lo que siente, lo que necesita, lo que quiere). Por ejemplo: “Te dio rabia que se te cayera la torre” “Sientes rabia porque nos vamos de la plaza” “Te frustraste porque no te prestó el balde”. Se ha comprobado que esto tiene importantes beneficios educativos (el niño aprende que eso que está sintiendo se llama “rabia”), genera calma (la palabra contiene la sensación de descontrol) y conecta ambos hemisferios cerebrales (el desborde viene del hemisferio derecho y al hacer uso del lenguaje activamos el izquierdo).
Dado que cuando un niño está haciendo una pataleta está desbordado, la mayoría de las veces no quiere que hablemos. Si esto ocurre, debemos reflejarle lo que le pasa de manera muy escueta y quedarnos en silencio cerca suyo.
4. Favorecer/permitir la expresión adaptativa
Expresar es mejor que no expresar. Por lo que se le debe permitir al niño expresar su malestar. Pero si al hacerlo hace algo inadecuado (como pegarse, patear sus juguetes, decirnos palabras feas, etc.) es necesario establecer límites.
El límite siempre se establece después del reflejo. Es muy importante que al niño le quede claro que el problema no es lo que siente, sino la forma en que lo está expresando. “Sé que tienes rabia (reflejo), pero no por eso vas a tirar tus juguetes (límite)”, “no porque tengas rabia (reflejo), me vas a pegar (límite)”.
5. Calmar
Este paso consiste en ayudar al niño a calmarse a través del uso de alguna estrategia de regulación. Esto no es nada de fácil, porque cuando un niño está haciendo una pataleta, está emocionalmente desbordado. Calmar a un niño intenso podría demorar incluso 30 minutos. Pero es muy importante que lo hagamos.
Cada vez que ayudamos a un niño a calmarse, le transmitimos que no importa cuán intensa sea la emoción, porque después viene la calma. Que no importa cuán desagradable sea su emoción, estaremos a su lado.
En mi libro propongo las siguientes estrategias: cambiar foco de atención; cariños; respiración; ejercicio o movimientos repetitivos; nivelación de estimulación ambiental; cambio de ambiente; pensamiento mágico y contención física.
Es probable que muchos padres en este momento estén pensando: “No ha visto las pataletas que hace mi hijo, si le hablo o lo llego a abrazar es peor, ¡más rabia le da!”. Y tienen toda la razón. A veces los niños necesitan un espacio para calmarse antes de que no acerquemos mucho a ellos.
Cuando esto ocurre, debemos quedarnos cerca, en silencio y esperar que la intensidad de la emoción baje un poco. La idea es que sepa que estamos ahí, que no han perdido la sintonía con nosotros por estar frustrados, todo lo contrario, que estamos tan conectados con ellos, que sabemos que necesitan un espacio.
6. Reflexión guiada
Una vez que el niño está lo suficientemente tranquilo como para hablar, se le debe ayudar (a través de preguntas, explicaciones o reflejos) a reflexionar sobre lo que pasó y enseñarle formas más adaptativas de expresarse y resolver conflictos.
La reflexión guiada sirve para que el niño se conozca a sí mismo (“Sé que te frustras mucho cuando alguien cambia los planes”), aprenda a resolver conflictos (“¿Qué podrías hacer la próxima vez que tu hermano no te quiera prestar un juguete?”), aprenda a satisfacer una necesidad (“La próxima vez que necesites que te ayude, dímelo”), aprenda de lo sucedido (“no es bueno romper juguetes cuando tenemos rabia”) y/o aprenda una estrategia de regulación (“¿Cómo podrías descargar tu rabia la próxima vez sin dañar a nadie?”).
7. Reforzar
Este es uno de los pasos más simples. Consiste en reforzar cualquier conducta positiva que hayamos detectado durante el proceso de regulación. Por ejemplo: “Qué bueno que pudiste tranquilizarte para que podamos hablar y resolver lo que pasó”; “Qué bueno que me contaste cómo te sentías, porque, si no, no habríamos podido resolverlo”.
El objetivo de este paso no es solo reforzar que el niño logró calmarse, sino que tome consciencia de que es capaz de hacerlo. La idea es empoderarlo en sus capacidades.
Ejemplo del diagrama de regulación emocional en acción
En el siguiente artículo, 2 ejemplos de aplicación del diagrama de regulación emocional en acción
Extraído de www.andreacardemil.cl
Andrea Cardemil Ricke
Mamá de 3
Psicóloga Infanto-Juvenil
Magíster en Psicoterapia Integrativa
Diploma en Terapia de Juego
Diploma en Manejo Interdisciplonario de las dificultades del Escolar
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Pensar en las vacaciones cuando hay niños en la familia puede volverse una tarea difícil, ya que es necesario negociar la necesidad de descanso de los adultos con la importancia de que los niños tengan actividades divertidas para ellos. Para que tus próximas vacaciones en familia sean inolvidables, en Viajala, metabuscador de vuelos y hoteles, te proponemos 6 destinos diferentes con propuestas para todas las edades y todos los gustos.
“Muchas veces los que tienen hijos deciden no hacer viajes largos o a destinos diferentes porque creen que será difícil o que los chicos se van a aburrir, pero ¡hay que sacarse los prejuicios! Nada mejor para un espíritu viajero que contagiar a su familia del amor por conocer el mundo. En todas las edades, los pequeños van a disfrutar muchísimo de pasar un tiempo con sus padres aprendiendo cosas nuevas” comenta Mariano Basile, Representante de Ventas de Viajala Chile.
San Pedro de Atacama, Chile
Si tienes hijos preadolescentes a los que les divierten los deportes y las actividades al aire libre, Atacama es un muy buen plan de vacaciones. En la maleta asegúrate de llevar ropa cómoda, traje de baño, protector solar y algo de abrigo porque, aún en verano, la temperatura baja por la noche. Los paseos son muy variados, ¡hay mucho para hacer! Se puede recorrer la Laguna Cejar, Laguna Piedra, Ojos del Salar y Laguna Tebinquinche, allí es posible bañarse y se pueden encontrar paradores con duchas y cambiadores. Si disfrutan de caminatas por la montaña, es posible hacer ascenso al Volcán Láscar o un trekking por la Quebrada de Guatín. En cambio, si les gusta la adrenalina, es muy recomendable pasear en globo aerostático y hacer sandboard por el Valle de la Muerte. Para aprovechar el día completo y apreciar la grandeza de la naturaleza, por la noche se puede hacer un tour astronómico que permite observar estrellas y planetas, ¡súper didáctico para chicos!
En avión, es necesario volar a Calama y desde allí llegar en auto hasta Atacama. Desde Santiago, el costo del pasaje ida y vuelta a Calama es de $10.300 en adelante.
Malta, Europa
Se trata de un pequeño país, ubicado en el medio del mediterráneo, al sur de Italia, compuesto por tres islas: Malta, Gozo y Comino. Como fue colonia británica, además de maltés, se habla inglés. Si tus hijos tienen entre 12 y 16/17 años, este puede ser un destino súper interesante para recorrer con ellos. Desde pasear por sus calles medievales, visitar la Ciudad de la Veleta, el Hipogeo de Hal Saflieni, y los siete templos megalíticos, lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; hasta disfrutar de la Blue Lagoon en la isla Comino y aprender a bucear alrededor de submarinos. El paisaje y la temperatura acompañan para que el viaje sea realmente inolvidable en cualquier momento del año. Y si lo que buscan es aventura, anímense a hacer rappel en alguno de los 1.300 puntos de escalada que existen en este maravilloso país.
Para viajar desde Santiago, el precio promedio del pasaje es de $426.300.
Porto de Galinhas, Brasil
Las playas de Brasil son todas hermosas pero no todas se adaptan a la vida con chicos, sobre todo los más chicos. En Porto de Galinhas, la arena blanca y las piletas naturales de agua cálida invitan a pasar todo el día en la playa con los más chicos. Se encuentran, además, múltiples opciones de hoteles resorts preparados para las familias, con actividades lúdicas por la tarde/noche y guarderías. Para los que se animen, se puede hacer snorkel para ver caballitos de mar o conocer la ciudad y sus alrededores en buggie.
Para llegar es necesario volar a Recife y desde el aeropuerto tomar un bus o transfer hasta el destino final. Desde Santiago, se encuentran pasajes desde $212.600.
Traslasierra, Argentina
La tranquilidad de las sierras, la frescura de los ríos y el entorno familiar caracterizan a esta zona ubicada al oeste de la provincia de Córdoba, en el centro de Argentina. Hay diferentes balnearios para visitar, como Mina Clavero o Río Panaholma, aptos para chicos de todas las edades. En hospedaje también hay mucha variedad, pudiendo elegir entre las localidades de Nono, Villa Cura Brochero, Las Rabonas, Los Hornillos, Villa de las Rosas, Las Tapias, San Javier, Yacanto, Luyaba y La Paz. Cada pueblo con sus características pero muy cerca de los demás, de manera de que cada día se puede ir a un lugar diferente. Es recomendable contar con auto para poder explorar cada lugar con comodidad y al ritmo de cada familia. En el caso de alquilar, se recomienda viajar hasta Córdoba capital y desde allí llegar en auto a Traslasierra por el camino de las Altas Cumbres, imperdible para apreciar la naturaleza y empezar a disfrutar del viaje antes de bajar del auto.
Desde Santiago, los vuelos a Córdoba cuestan desde $22.150.
Holanda, Europa
Desde paseos en bicicleta en Amsterdam hasta el parque de diversiones en Kaatsheuvel, Holanda es un país lleno de propuestas para las familias. Las ciudades con su arquitectura de cuento ya es un paseo increíble para chicos de 6 en adelante. Además, se pueden encontrar numerosos parques con juegos adaptados para todas las edades, como el skatepark en Rotterdam, pasear en catamarán por los canales de Amsterdam y visitar un parque temático en Enkhuizen, donde se ingresa en barco a una recreación de un pueblo de pescadores. En este país child-friendly, ¡vas a disfrutar cada minuto con tus hijos!
Recomendamos volar a Amsterdam y comenzar el viaje por allí. Desde Santiago, se encuentran vuelos desde $368.750.
Punta Cana, República Dominicana
Este destino se caracteriza por hoteles de gran infraestructura con diversas propuestas para familias con niños de todas las edades, por lo que pasarla bien está asegurado. Si además de disfrutar de las impactantes playas de arena blanca y agua turquesa querés hacer otra actividad, podés visitar alguno de los parques temáticos, como Sirenis Aquagames, un lugar con toboganes de agua y piletas gigantes para pasar un día diferente, o visitar las islas en catamarán. Lo que no podés dejar de hacer es vivir la experiencia de nadar con delfines, sin dudas será un recuerdo que les quedará a tus hijos para toda la vida.
Para llegar, hay vuelos desde Santiago a partir de $177.740.
Acerca de Viajala
Viajala es un metabuscador de vuelos y hoteles líder en Latinoamérica que actualmente opera en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú. La herramienta compara de manera transparente más de 100 sitios de viajes globales y locales para ayudar a 3.5 millones de usuarios mensuales a elegir el mejor vuelo u hotel para sus viajes.
Viajala ha recibido financiamiento de Start-Up Chile, de Ruta N, Socialatom Ventures, del Grupo Telefónica a través de Wayra y Altabix, una filial del grupo mexicano Hoteles City Express.
Para más información contactar a:
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Observar a un bebé explorando su ambiente, o un niño jugando con objetos simples es para maravillarse. Si nos fijamos bien, veremos intención, foco, perseverancia, creatividad, ingenio, asombro y una motivación innata por interactuar con el mundo.
Este tipo de motivación se llama intrínseca, es el motor que nos impulsa desde nuestro ser más auténtico hacia actividades que nos parecen gratificantes y desafiantes al mismo tiempo. Está presente cuando tenemos un propósito o cuando nos dedicamos en nuestro trabajo a desarrollar nuestra vocación.
Se ha descubierto que el comportamiento guiado por la motivación intrínseca, no sólo produce satisfacción y placer, sino que incrementa los niveles de bienestar físico y psicológico y mejora el desempeño en tareas complejas y en aquellas que requieren creatividad.
Si bien es algo innato en el ser humano desde que nace, está condicionada por el ambiente en que este nuevo ser crezca. Para que la motivación se mantenga es necesario satisfacer tres necesidades básicas humanas, tal como lo demuestran los autores Edward Deci y Richard Ryan en sus más de treinta años investigando las sutilezas de la motivación en el comportamiento humano.
Estas necesidades son tres: autonomía, competencia y vínculos.
La primera se refiere a la necesidad de autorregular las propias experiencias, tener el control de sus acciones desde adentro, sin controles externos. Por ejemplo, determinar qué hacer, cuándo, dónde o cómo. En los niños puede significar desde elegir su propia ropa, decidir qué deporte practicar o cómo hacer su tarea. En adolescentes, elegir a sus amigos o elegir una carrera. Para satisfacer esta necesidad hay que crear ambientes donde los niños puedan expresarse y usar con ellos un lenguaje que les permita aprender la información que necesitan para actuar, más que un lenguaje controlador. Ofrecerles alternativas sobre cómo quieren hacer las cosas, pero no como amenazas. Por ejemplo, en vez de “o te pones el polar o no vas a la plaza” se puede decir “hoy día hace mucho frío, puedes ir a la plaza con el polar puesto o lo llevamos por si más tarde te lo quieres poner.”
La competencia se refiere a sentirse capaz y al desarrollo de las propias fortalezas y habilidades, sentirse efectivo y con maestría. Para satisfacer esta necesidad los niños necesitan reglas claras y adecuadas a lo que ellos pueden, así como información constante sobre lo que están haciendo bien. A veces, los adultos creemos que explicarles cada norma nos hace perder autoridad, sin embargo los estudios indican que los niños cooperan mucho más cuando entienden por qué se les pide algo, y por supuesto, si su colaboración es valorada con aprecio y cariño. La crítica constante a sus acciones es la forma más directa de matar la motivación intrínseca.
Los vínculos positivos ayudan a generar un sentido de pertenencia y aceptación, así como la capacidad de contribuir, esta es una necesidad humana básica que nos permite confiar en otros y colaborar, lo que tiene un valor evolutivo importante, tal como se ha visto en estudios transculturales.
Obviamente no todos nuestros comportamientos pueden ser intrínsecos y muchas veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan.
Alejandra Ibieta I,
de AMA Consultora Parental
Articulo extraido de www.talleresama.cl
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- Quemaduras con agua hirviendo o calefacción y lesiones de tobillo por caídas dentro de la casa son los incidentes que se repiten en la urgencia durante el invierno. El traumatólogo Jefe del Convenio Escolar de Clínica Santa María, Eduardo Díaz, explica cómo reaccionar y cuándo se debe acudir rápidamente a un centro asistencial.
Durante las vacaciones escolares de julio los niños pasan gran cantidad de tiempo en el hogar, lo que propicia el aumento de accidentes caseros. De hecho, en esta fecha se producen más caídas por el piso resbaloso – aseo que usualmente se realiza mientras los escolares están en clases – o bien quemaduras con los diversos sistemas de calefacción. Por ello es importante que padres, madres y cuidadores sepan qué hacer en un primer momento, mientras se busca la asistencia médica necesaria.
“Se debe reaccionar siempre con calma para no inquietar al accidentado. En caso de quemaduras, lo primero es poner la zona afectada bajo el chorro de agua fría de la llave o ducha, y no aplicar ungüentos ni aceites. Luego cubrir con una sabanilla limpia la quemadura. Cuando es una lesiones de tobillo, aplicar frío local e inmovilizar en caso necesario”, explica el traumatólogo Jefe del Convenio Escolar de Clínica Santa María, Eduardo Díaz.
Pero ¿Cuándo debemos acudir a un servicio de urgencia? El especialista señala que si el enrojecimiento de la quemadura no cede, o bien aparecen ampollas o lesiones que comprometen más allá de la piel (músculo) hay que acudir a la Urgencia Escolar.
En caso de una torcedura en el tobillo, el principal signo de alerta es el aumento de volumen, deformidad de la extremidad y dolor moderado a intenso.
Los errores más comunes
El Dr. Eduardo Díaz explica que es fundamental que quien aplique primeros auxilios no cometan errores que puedan empeorar la situación del niño accidentado. “En el caso de las quemaduras, un error grave es aplicar aceites, cremas a base de óxido de zinc o colocar hielo directamente sobre la zona afectada”, señala el traumatólogo.
En tanto, frente a una lesión de tobillo, es perjudicial aplicar calor local, así como no acudir a la urgencia cuando la lesión presenta deformidad o aumento de volumen.
“Para estar preparados frente a un accidente, es fundamental que las familias tengan siempre a mano un botiquín básico, el cual debiera tener antiséptico, analgésicos, gasas y vendas, parches simples, antihistamínicos, anestésico para quemaduras pequeñas, etc. La reacción primaria ante el accidente puede disminuir o agravar sustancialmente las secuelas”, finaliza el especialista.
Motivos de consulta todo el año
Finalmente, el Dr. Eduardo Díaz entrega una lista de las lesiones más complejas que necesitan atención especializada inmediata:
- Heridas profundas que requieren aseo y sutura.
- Caídas que generen dolor y/o deformidad de la zona afectada. Estos casos necesitan inmovilización y traslado de inmediato a un centro asistencial.
- Contusiones en el tórax o en el abdomen. Especialmente cuando se realizan deportes náuticos hay que estar atento al dolor abdominal o la dificultad para respirar, pues pueden traducirse en lesiones complejas de los órganos torácicos producto de alguna fractura costal.
- Contusiones en la cabeza que causen pérdida de conciencia o trastornos de conducta.
- Picadura de insecto cuando el paciente es alérgico.
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Desde cuándo aprender a nadar hasta qué juegos evitar
Las altas temperaturas de esta época del año hacen que las piscinas resulten muy atractivas para que los niños acudan a refrescarse. Si bien se trata de un panorama muy entretenido, es indispensable tomar en cuenta algunas medidas para evitar accidentes. Por ello, el pediatra de Centros Médicos Vidaintegra, Dr. Carlos Chavarry, se refiere a las precauciones que deben tomar los padres cuando sus hijos juegan en playas y piscinas.
Los menores son inquietos, rápidos y creativos, por lo que nunca hay que perderlos de vista. Especialmente en esta temporada, cuando las piscinas se transforman en el panorama favorito de todos.“Bastan dos centímetros de profundidad y haber estado sumergido dos minutos bajo el agua para lamentar consecuencias fatales en los lactantes y niños pequeños”, advierte el Dr. Carlos Chavarry, pediatra de Vidaintegra.
Por esta razón y considerando que los peligros van más allá de la asfixia por inmersión, el especialista entrega recomendaciones para cuidar de los niños mientras disfrutan de un día en la piscina.
CUIDADOS DE LOS LACTANTES: Antes de los seis meses, los bebés son extremadamente vulnerables a la exposición al sol y no se aconseja el uso de cremas solares protectoras. Por tanto, lo mejor es mantenerlos a la sombra. Tampoco se recomienda bañarlos en piscinas, ya contienen cloro y otros químicos e impurezas que pueden afectar su delicada piel.
Un recurso muy utilizado por los papás es el de la piscina inflable con un poquito de agua para que el menor pueda jugar allí tranquilamente con sus juguetes, en baños que no deben superar los diez minutos.“Siempre conviene que sea capaz de sentarse por sí mismo y, por supuesto, que esté vigilado en todo momento. Bastan dos centímetros de profundidad y haber estado sumergido dos minutos bajo el agua para lamentar consecuencias fatales en los lactantes y niños pequeños”, advierte el Dr. Chavarry.
EDAD PARA APRENDER A NADAR: Se estima que lo recomendable es a partir de los 4 años, ya que antes de esa edad resulta necesario evaluar el desarrollo caso a caso. “Que aprendan a nadar no significa que se saquen necesariamente las manguitas o el chaleco salvavidas, tampoco que dejen de ser supervisados por un adulto. Los accidentes ocurren en las situaciones más inesperadas y toda precaución nunca está demás”, afirma el especialista de Vidaintegra.
TIEMPO DE REPOSO DESPUES DE COMER:Es necesario realizar un descanso de 45 minutos luego de ingerir alimentos o una comida principal, como puede ser el almuerzo, para evitar calambres o dolor abdominal. Esto es indispensable si el niño va a nadar y también si solo se va a mojar las patitas, porque puede entusiasmarse y sumergirse en la piscina.
NO A CIERTOS JUEGOS: Se debe evitar que niños y grandes corran en los bordes de las piscinas y plataformas como trampolines para evitar caídas o resbalones. De igual manera, no se recomienda practicar piruetas y juegos como chinas, piqueros, clavados de cabeza y mortales, porque se pueden producir graves accidentes.
VESTIMENTA ADECUADA: Los menores deben ocupar sombreros que los protejan del sol y ropa de algodón, idealmente que sea de manga larga y color blanco. Además, en el agua se sugiere el uso de gorras para prevenir otitis y de lentes para evitar el contacto de los ojos con el cloro.
FACTOR SOLAR RECOMENDADO: Aplicar factor solar 50 en el momento de llegar a la piscina, ya que si se hace antes, podría quedar adherido a la ropa del menor. Es importante repetir esta medida cada media hora, se bañe o no.
HIDRATACION, SECADO Y DUCHA: Es importante que los menores se hidraten mientras estén expuestos al sol y se realicen un secado post baño, que incluya el cambio a un traje de baño seco, como también darles abrigo para que no se resfríen por cambios de temperatura. Asimismo, se aconseja que se duchen después de la piscina para eliminar químicos como el cloro y las impurezas del agua.
CUANDO CONSULTAR AL MEDICO: Lleva a tu hijo a un médico si presenta dolores fuertes de oídos, lesiones importantes en la piel producto de la exposición al sol o una insolación. Asimismo, si tiene diarrea y/o gastroenteritis que pueden gatillarse por la ingesta de agua de piscina.
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La tradición de hacer regalos en Navidad está relacionada con una fiesta romana que se hacía a fin de año y la historia del obispo San Nicolás de Myra. Es ya una forma de celebrar muy arraigada en la cultura occidental, y aunque a veces puede ser fuente de agobio, regalar es un acto de generosidad y preocupación por el otro, es una forma de demostrar cariño.
Lamentablemente la Navidad por estos lados coincide con el cierre del año lo que implica innumerables actividades y compromisos. Tanto los adultos como los niños estamos cansados e híper estimulados por los medios para consumir las últimas novedades, modas y tecnologías, así como también para tener la fiesta perfecta con el árbol más lindo y la cena más exquisita. Esto puede llevarnos a tener expectativas demasiado altas sobre lo que tiene que ocurrir el 24 de diciembre, y luego llegamos al día agotados y muchas veces, con ganas de que pase pronto.
Las celebraciones como la Navidad son grandes oportunidades de conectarse en la alegría, de compartir emociones y eso fortalece los vínculos. A veces por tener una fiesta perfecta, perdemos esta noción de conexión y nos quedamos en los aspectos formales de la misma. Date la oportunidad de vivir esta Navidad de la forma en que realmente quieres, esto implica tomar conciencia de algunas cosas y decisiones firmes para lograrlo.
En primer lugar, trata de visualizar lo que deseas para estos próximos días. Dónde, cuándo, cómo, con quiénes y qué va a suceder. Luego pregúntate por qué quieres esto. Si tu deseo es tener una fiesta de unión familiar, o una celebración más íntima sólo con tus más cercanos, que se viva con un sentido de gratitud especial por todo lo que tenemos o tal vez hacer algo de entrega a los más necesitados. No importa cuál sea el sentido, lo relevante es que haya un relato y que todos los miembros de la familia se sientan parte de éste.
Luego, trata de organizar tu tiempo lo mejor que puedas, sin descuidar el descanso y los momentos para estar en familia e ir preparando la navidad. buscar instancias en las que decorar el árbol sea una actividad grupal, cocinar juntos los postres, rezar una pequeña oración para preparar el espíritu, organizar el amigo secreto.
Ahora a pensar qué regalar.
Para los niños, y los no tantos, la ilusión de los regalos es normal. Sin embargo, a veces vemos mucha ansiedad respecto del tema, algo que la publicidad exacerba sin duda, pero también nosotros al comprar impulsivamente, o cuando utilizamos los regalos para compensar o como una amenaza para que se porten bien.
Recomendamos definir un presupuesto y ojalá no endeudarse por satisfacer demandas de los niños, que normalmente son más inducidas que algo que realmente necesiten.
Pensar cada regalo de acuerdo a lo que conocemos de nuestro hijo o hija, ahijados, padres, etc. ¡Que sea entonces una tarea para nosotros!: conocer más al otro, acercarnos más, interesarnos más por ellos. Hablar de sus gustos, de sus sueños, de lo que disfrutan, etc. No quedarse en la pregunta ¿Qué quieres para Navidad? Ir más allá y preguntar ¿por qué te gusta eso? Compartir tus deseos también, contarles sobre los regalos que recuerdas con especial cariño y por qué.
Algunos criterios para decidir qué regalar son:
Algo que tu hijo desee con especial interés, cuando ha habido una consistencia en el tiempo de algo que quiere.
Algo que tu hijo necesite. Quizás no lo ha pedido, pero tu sabes que lo va a usar y apreciará que te hayas dado cuanta de su necesidad.
Alguna experiencia (lectura, teatro, concierto, viaje, clases) Las experiencias generan memorias emocionales muy potentes y son un tesoro para cultivar las pasiones.
Algo de tí. En algunas familias se regalan cupones con vales por una salida a tomar helado, cocinar juntos, hacer un favor especial, etc.
Los niños pueden parecer muy caprichosos y demandantes en este tiempo, pero no te dejes engañar, lo que ellos buscan es conectarse más contigo. A veces tildamos a los niños de consumistas, egoístas, egocéntricos, etc. Y claro, ellos no tienen los filtros que tenemos los adultos para manejar toda la presión externa qué hay por consumir y tener el mejor juguete o regalo posible. Si hasta para uno es difícil mantenerse centrado, para ellos lo es aún más. Obvio que se entusiasman con la idea de la bicicleta nueva o el play station o la barbie no se qué, quien no. Somos nosotros los que podemos alimentar esa ansiedad y mirada más egoísta o de transformar esta celebración para que sea más que sólo recibir nuevos juguetes.
Para ello, además de elegir un regalo con empatía, pensando en el otro, acompañémoslo con gestos que lo harán especial.
Que el regalo vengan con una nota o tarjeta explicando por qué lo elegiste, o por qué esa persona, sea un hijo, hermano, amigo, es especial para ti.
Que al entregarlo le digas que le das las gracias por algo que ha hecho o por como es.
Es darse uno como parte del regalo, eso será recordado por siempre, hará el momento uno de conexión e intimidad.
Invitar a los niños a hacer también pequeños regalos. Regalar de los suyos a niños que no tienen, cocinar algo, gastar de su mesada para un dulce o chocolate, ofrecer hacer algo por el otro, preparar un show de Navidad.
La Navidad es una oportunidad para establecer ritos en la familia. Estos son importantes para dar una identidad especial a la familia, y es lo que genera sentido de pertenencia. Todo esto es fundamental para que los hijos se sientan motivados a colaborar y a participar.
Las conversaciones que vamos tendiendo con los hijos son muy relevantes para dar ese significado que queremos.
Antes de la Navidad, además de preguntarles qué quieren, podemos preguntarles qué regalo espiritual esperan, cuáles son sus sueños para el próximo año, qué se les ocurre que pueden mejorar, qué podrían hacer para regalarle algo a otros más necesitados.
Durante la celebración, ya dijimos, entregar los regalos con algún detalle, hacer un momento de oración, ir a la misa, dar las gracias por algo o a alguien, recordar a un ser querido que ya no está, salir a buscar al Viejo Pascuero, meditar frente al pesebre, etc.
Después de la celebración, jugar con ellos con sus nuevos regalos, preguntarles qué los hizo felices, qué recordarán, qué quisieran hacer diferente el próximo año, si se cumplieron o no sus expectativas, etc.
Son pequeños detalles los que hacen que la Navidad se transforme en una ocasión de unión, cariño, conexión emocional. Se necesita un poco de creatividad y voluntad para lograrlo. Si realmente creemos que los juguetes o las cosas materiales no nos hacen más o menos felices, atrevámonos a vivir una Navidad que fortalezca nuestros vínculos, algo que si es fundamental para la felicidad.
Alejandra Ibieta y Alejandra Buzeta, socias AMA Consultora Parental
Articulo extraido de www.talleresama.cl
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