Ley de la media naranja, pareja feliz, mujer ideal, hombre perfecto, etc.:
No la busques, puesto que no existe. Tú eres tu naranja entera, tu pareja perfecta, tu hombre ideal y la mujer que te hará feliz. No esperes encontrar en el otro/otra una compleción que ya tienes, puesto que eres el Hijo de Dios y estás completo. Buscas desde tu inconsciente lavar la culpa que te produce sentirte separado del Padre y sentirte pleno a través del otro y por eso recurres a los programas del sistema de pensamiento del ego, basados en música de violines, finales felices con beso de tornillo, promesas de amor eterno (el Amor Eterno eres Tú) y escenas de plácida vida familiar con desayunos donde cada uno, niños incluidos, exhibe una sonrisa beatífica mientras come con apetito huevos revueltos, cereales con leche y tostadas (que, huelga decirlo, jamás se queman). Eso es irreal incluso dentro del mismo mundo de las formas, o sea “es un sueño dentro de otro sueño”. Un sueño que no es ni siquiera tuyo. Es heredado y está condicionado por toda una programación que está constantemente presente en los medios de comunicación, así que te recomiendo que estés muy alerta a cómo te posicionas mentalmente cuando ves comedias románticas, anuncios donde se ven parejas aparentemente felices después de comprar este o aquel producto maravilloso o familias unidas en la vivienda de tus sueños (que en realidad es la vivienda que alguien sueña venderte, no lo olvides).
Ley de la idoneidad de l@ compañer@:
El compañero o compañera que tengas aquí y ahora, es el que tienes que tener. Tú lo has escogido desde el inconsciente. Y lo has escogido porque el Universo te lo ha puesto ahí para que lo escojas, forma parte de un Plan Infinito que tu ego no puede comprender, por más que le guste intentarlo y compararlo con el programa del que hablábamos anteriormente, a ver si coincide con los cánones y con lo que esperas de él o de ella. Recuerda que el ego no quiere respuestas, solo continuar preguntando y así arrastrarte a esa espiral de sufrimiento, miedo e inseguridad donde se siente el amo. Así que acepta a la persona con la que estés tal como es y no intentes cambiarla, sino que aplica con él o ella los principios que vienen a continuación.
Ley de la pregunta del millón de dólares.
Deja de preguntarte qué has hecho tú para merecer esto, porque a mí, cómo podré arreglarlo, cuándo cambiará mi situación sentimental, etc. y hazte la pregunta a la que se refiere el enunciado. ¿Para qué he proyectado esto en mi vida? Que solo tiene una respuesta: Para que te des cuenta de cómo piensas y cambies tu forma de pensar. “Si no te gusta cómo te va, mira como piensas” Y, haciendo esto, pasarás del victimismo a la responsabilidad, podrás tomar las riendas, darte cuenta que fuiste tú quien creaste esa situación, y, por la misma regla de tres y por el mismo Poder que Dios te dio como parte indivisible suya, podrás cambiarlo, simplemente cambiando de pensamiento.
Ley de las relaciones recurrentes
Tu libre albedrío puede decidir acortar el tiempo que debe pasar hasta que vivas una relación santa. Hasta que no decidas comenzar a cambiar de pensamiento, no te valdrán las huidas hacia adelante, los cambios de pareja, etc. Porque no tiene que ver con el otro, sino contigo. Recuerda: “Cuando hay una situación recurrente en tu vida, es que existe un perdón pendiente”. Un perdón hacia ti mismo, ya que perdonar al otro es considerarlo “malo” y, por ende, tú eres el “bueno”. Manifestación egoica y separadora donde las haya. Y, tal como pienses del otro, es como estás pensando sobre ti mismo. Porque, repito, sois lo Mismo.
Ley del “espejito, espejito…”
Tu compañero o compañera está aquí para sacarte de quicio, para joderte la vida, para abusar de ti, maltratarte, etc. Tienes razón. Pero, desengáñate, no hay una conspiración universal de parejas pérfidas y maltratadoras urdida contra ti. Hay una Conspiración Universal para que tú reconozcas como tuyo aquello que ves en el otro. Puedes participar en esa conspiración haciéndote la pregunta del millón cada vez que algo no te guste de tu pareja, reconocerla en ti y perdonártela. Y entregar ese juicio, una y otra vez, al Espíritu Santo.
Ley de la percepción de la soledad ante el cambio
“Pero pensar así es muy difícil cuando van mal dadas”. Eso estoy hartito de oírlo. Hartito me tienen los estudiantes cuando les cuento todo esto. Pero me perdono y vuelvo a la carga con diversos ejemplos y diferentes palabras. Como hace UCDM a lo largo de más de mil páginas. El ego cree que lo tiene que solucionar todo él, así se sigue sintiendo separado y solitario frente a cualquier circunstancia que identifique como un “problema”. Por eso entregamos el juicio al Espíritu Santo, para dejar que El, que tiene toda la información, pueda juzgarlo y liberarnos de la carga de buscar soluciones que no existen.
Ley de la inexistencia del mundo de las formas
No importa que una pareja dure más o dure menos, no importa lo que tú hagas ni lo que él haga. No importa que lo dejes o te deje, o permanezcáis juntos hasta que la muerte os separe (porque, entre otras cosas, la muerte NO puede separaros). Lo que importa es cómo vivas mentalmente en tu aquí y ahora esas situaciones irreales. Si las utilizas para perdonarte y sanar o si las utilizas para juzgar y culpabilizar al otro. Tú no puedes evitar los cambios. El guión ya está escrito y todo lo que pase afuera es lo mejor que te podía pasar. Siempre. Todo pasa para que tú despiertes. En tu mano está que lo hagas. Pero no puedes despertar del sueño si no sabes que eres el soñador, y continuas creyéndote tu sueño y participando como personaje en el sueño del otro.
Un dato importante: No confundas el perdón con la santurronería, el sacrificio y el no tomar decisiones en el exterior. Recuerda esta frase: “Perdono a mi violador, lo bendigo por haberme mostrado en qué yo me estaba violando a mí misma, pero decido no seguir durmiendo con él”. Supongo que queda claro el mensaje.
Para el Espíritu Santo, el mundo no es sino el aula de una experiencia donde, en lugar de encontrar culpa, podemos aprender a perdonar y comenzar a despertar del sueño de la separación. Debemos «estar en el mundo pero no ser del mundo», en el sendero medio, como enseñó el Buda hace 2.500 años.
Ley de la óptica espiritual
Pues sí, todos deberíamos visitar al óptico espiritual, para graduar la visión que tenemos sobre nuestro hermano (pareja) y poderle ver siempre como lo que realmente es: Un Ser Divino, parte de Nosotros, Hijo de Dios que está ahí para facilitar nuestro despertar. Y cuando no lo veamos así, perdonémonos y entreguemos ese juicio al Espíritu Santo.
Ley del cambio de propósito
Esta es la más importante de todos los principios que expongo aquí. Para ello, voy a copiar y pegar un fragmento del Curso online Introducción a UCDM (que os recomiendo encarecidamente que realicéis, dejadme que me haga un poco de publicidad, jejeje), que creo que lo explica muy bien:
“Mi función es perdonar, deshacer los obstáculos que me impiden experimentar el Amor presente, y para eso voy a utilizar mis relaciones. Lo que convierte una relación especial en una relación santa, sagrada o plena, es el cambio de propósito, donde antes utilizaba las relaciones como un medio para proyectar la culpa inconsciente y así perpetuarla, para llenar una sensación vital de carencia a base de control y manipulación, para exigir que se cumplan mis expectativas, teñidas del miedo al abandono o a la pérdida, etc., ahora las utilizo con un nuevo propósito.
Esas mismas relaciones entregadas a ese nuevo propósito se convierten en el perfecto instrumento para hacer un compromiso con la Inocencia, con la Unidad más allá de los cuerpos … y el amor hacia mis seres queridos en lugar de serme arrebatado se va a transformar en un Amor auténtico, libre de expectativas, interpretaciones, control y manipulación, un Amor que utiliza la relación para desde ahí extenderse a todo lo percibido, para llevarme al reconocimiento de la Unidad, un reflejo de mi relación real con Dios.”
«He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas. Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó.» T-17.IV.2:3-4
Extracto Curso Relaciones Santas
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Los finales siempre son difíciles, pero cuando has compartido sueños y momentos especiales con la misma persona durante años, una separación es más que complicada.
Entonces, ¿cómo cerrar el ciclo de forma sana y compasiva?
Estos son algunos consejos para poner fin a una relación de pareja larga y hacer que el desenlace sea menos doloroso.
Comunica tu decisión con claridad
Una ruptura es una ruptura, y es sano que ambos tengan claro lo que significa para que no haya falsas esperanzas.
Evita usar frases como: “Démonos algo de tiempo” si, en el fondo, sabes que la relación no funcionará. Puede ser duro ser cien por ciento honesto, pero tu ex pareja te lo agradecerá eventualmente.
Te puede ayudar: Tips para que tu ex entienda que la relación terminó
Sé objetivo y haz un balance justo de la relación
La forma en la que una relación termina puede ayudarte a sanar o abrir una herida tan profunda que seguirá doliendo años después.
Por eso, es importante que comuniques tu decisión cuando estés calmado y nunca en momentos de ira.
Además, ten presente que toda relación pasa por situaciones difíciles de vez en cuando, pero si piensas solo en el sufrimiento y la decepción te será más difícil desvincularte de tu ex pareja.
Reconocer también los aspectos positivos y conservar los buenos recuerdos es un acto de reconciliación contigo mismo, y con las decisiones que tomaste en el pasado.
Walter Riso tiene para ti: Guía práctica: Aprende a liberarte de tu ex y reinvéntate en el amor
Establece el tipo de contacto que estás dispuesto a sostener
Si tu ex pareja y tú tienen hijos o negocios juntos, está claro que tendrán que seguir viéndose tarde o temprano, pero no en las mismas condiciones.
La distancia física tendrá que ser mayor, también los límites para lo que cada uno tiene derecho a saber del otro. No subestimes los pequeños detalles, es preferible conversar honestamente lo que ambos están dispuestos a tolerar para evitar momentos incómodos y malentendidos.
Algunos aspectos en los que deberías pensar son:
- ¿Seguiremos haciendo cosas en familia?
- ¿Con quién van a pasar la navidad los niños?
- ¿Seguiremos manejando los negocios como hasta ahora o habrá cambios?
Mantente firme, pero sin caer en la frivolidad
Ser cruel o insensible puede ser más fácil de lo que nos gustaría cuando estamos enojados, pero el objetivo de una ruptura jamás debe ser causar dolor.
Incluso si tu ex pareja reacciona de forma negativa, procura mantener la serenidad y la consistencia. Recuerda que, sea cual sea su opinión, eres libre de decidir qué hacer con tu vida, de modo que no tienes que justificarte.
Algunas estrategias de comunicación asertiva para abordar a tu ex pareja incluyen frases como: “Sé que esto es difícil para ti, y siento mucho que sea doloroso, pero de verdad creo que es lo mejor para ambos”.
¿Acabas de terminar una relación larga y aun no sabes si superaste a tu ex? Este test tiene la respuesta.
Piensa de antemano en lo que puede salir mal en el proceso
Aunque la decisión de terminar haya sido tuya, eso no significa que vayas a reponerte olímpicamente de la ruptura en 2 días.
La ansiedad, la tristeza y el desánimo son síntomas normales que no hace falta negar. Al contrario, reconocerlos es bueno para ti.
Ahora, si la situación escala tanto que dejas de tener paz mental o tu calidad de vida comienza a verse afectada, necesitarás un plan B. Irte de viaje por un tiempo, visitar a tus padres, mudarte o ir a terapia son algunas opciones, pero al final deberás elegir lo que resuene mejor con tus necesidades personales.
Hay una lista infinita de razones para terminar una relación de pareja larga. Tal vez lidiar con los conflictos y las discusiones dejó de ser una opción, o descubriste que tu ex ya no aportaba nada positivo a tu crecimiento personal.
A veces, sabrás que tomaste la decisión correcta en cuanto salga de tu boca, pero la ruptura no deja de ser un proceso difícil.
Tómalo con calma, sé comprensivo contigo y ten paciencia. Lo mejor siempre está por llegar.
Referencias:
How to leave a long-term relationship. (2018, December 1). Psychology Today. https://www.psychologytoday.com/us/blog/fixing-families/201812/how-leave-long-term-relationship
How these women knew their long-term partner wasn’t right for them. (2019, May 7). Cosmopolitan. https://www.cosmopolitan.com/uk/love-sex/relationships/a19150853/how-women-realised-partner-wasnt-right-for-them
¿Cómo terminar una relación de pareja larga?
Phrònesis
Extraido de: Editorial Phronesis
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Solemos pensar en el amor de pareja como un vínculo basado en el apoyo, la comprensión y el acompañamiento. Pero a veces, cuando el amor se vuelve borroso en los límites del apego negativo, la definición es completamente distinta.
En palabras del psicólogo Steven Stosny, lo que ocurre con el apego negativo es que transforma las cualidades del amor haciendo que ganen un matiz extremista. El apoyo se convierte en obsesión, la comprensión ahora se llama condescendencia y el acompañamiento es lo mismo que depender del ser amado.
Para vivir una relación sana, pacífica y enriquecedora, ambos integrantes de la pareja deben entender que el propósito de amar es convivir y compartir, y no asumir el rol de “extremidad” u “órgano”. Puede sonar exagerado, pero el apego negativo hace que muchos perdamos la noción de la realidad y terminemos viviendo “a través de alguien más”.
Evitar caer en este error es posible si sabemos reconocer la diferencia entre convivir y depender.
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Aprendiendo a distinguir entre convivencia y dependencia
El apego positivo es una motivación reconfortante para compartir experiencias y emociones. En contraposición, cuando desarrollamos un modelo de apego negativo experimentamos un temor constante al abandono. El ego necesita ser alimentado en estas condiciones, necesita sentir que tiene el control, y por eso es tan fácil caer en conductas destructivas como:
- La manipulación
- El chantaje emocional
- La evasión de responsabilidades
- La opresión y la obsesión
Los patrones de pensamiento egoico nos llevan a depender del ser amado, a existir por el otro y no con el otro. Pero, ¿cómo darnos cuenta de que hemos sido atrapados por la sombra del Ego?
Así es como se diferencia la convivencia de la dependencia:
Convivir es…
- Sentirse seguro en pareja, manteniendo a raya los celos y la angustia en momentos de separación física.
- Actuar a diario desde sentimientos positivos como la compasión, el amor y la confianza.
- Permitirse ser empoderado por el otro, y ayudarle también en el proceso de empoderarse.
- Estar abierto a la cooperación en los momentos difíciles, y al perdón cuando se cometen errores.
Depender es…
- Sentirse inseguro constantemente, en especial cuando la pareja no está en el mismo espacio físico.
- Actuar desde la desconfianza, la sobreexigencia y la ansiedad.
- Intentar dominar al otro todo el tiempo.
¿Quieres Aprender sobre: Amar es existir con el otro y no por el otro? Clic aquí
¿Cómo pasar de la dependencia a una dinámica en pareja saludable?
En su libro Toxic Relationships: 7 Alarming Signs That You Are In A Tox Relationship, Celia John presenta algunas recomendaciones que pueden extrapolarse a las relaciones donde existe dependencia emocional. Aplicar estos consejos te ayudará a comenzar a percibirte como un “individuo de carne y hueso”, con una vida, derechos y necesidades al margen de tu relación de pareja.
- Pon límites. No hagas que conductas negativas como el chantaje y la manipulación se vuelvan normales para ti, o pronto los problemas se habrán acumulado a tal punto que el proceso de recuperación será muy largo. Una pareja manipuladora tarde o temprano marcará tu vida, y no precisamente por los buenos recuerdos.
- Practica el mindfulness emocional. Siempre que vayas a tomar una decisión o a dar una respuesta, sé consciente primero de lo que estás sintiendo. ¿Dirás que sí porque tienes miedo? ¿Dirás que no porque estás enojado? Un ejercicio tan simple evitará que cometas errores que podrían afectar tu vida a largo plazo.
- Date más importancia. Eres valioso e importante simplemente porque no hay nadie más en la Tierra igual a ti. Creerlo fortalecerá tu autoconfianza para no necesitar de la aprobación de los demás, y cuando no necesitas de nadie, puedes vivir el amor desde una perspectiva más sana.
Por último, si es a ti a quien le cuesta superar conductas destructivas en pareja, como los celos y la obsesión, puede hacerte mucho bien buscar la ayuda de un profesional. Tu vida va a mejorar sustancialmente cuando el ego deje de tener el control. ¡Hay muchas razones para dar el paso!
Referencias:
“Positive vs. Negative Attachment”. 2021. Psychology Today. Disponible en: https://www.psychologytoday.com/intl/blog/anger-in-the-age-entitlement/202101/positive-vs-negative-attachment
“Toxic Relationships: 7 Alarming Signs That You Are In A Tox Relationship”. 2015. Celia John. ISBN: 9781310558429
Amar es existir con el otro y no por el otro
Extraido de: Editorial Phronesis
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La mejor manera de saber si llevamos cargas del pasado son nuestras relaciones, ya sean profesionales, sociales o amorosas. En estas últimas es donde mejor quedan plasmadas estas cargas.
Cuando se rompe una relación cada persona lo supera de forma diferente. Unas más rápido, aceptando y llevándose el aprendizaje y otras aferrándose al pasado a las heridas o simplemente en un mar de dudas acerca de qué fue lo que falló en la relación, sobre todo si no ha habido una buena comunicación entre las partes.
Al empezar una nueva relación puedes dejarte llevar por la ilusión del principio, y si la persona te parece que es lo mejor que te ha podido pasar, hay algunos rasgos que se te pueden haber pasado por alto y a los que deberías prestar atención pues una persona que viene arrastrando un “equipaje pesado” de sus anteriores relaciones no llegará muy lejos contigo y será incapaz de darte todo su amor si aún tiene “cuentas pendientes” que resolver.
Hay algunas señales que te pueden dar una pista si alguien lleva cargas de su pasado consigo.
1-Falta de confianza en la relación
Si bien es cierto que al principio no os conocéis mucho la falta de confianza la mantendrá ya sea los primeros meses o si lleváis más de un año de relación, la desconfianza puede arruinar la estabilidad de una relación y llevaros a finalizarla.
2-Falta de conexión emocional
Aquí nos referimos a lo que llamamos feeling entre dos personas, si no lo tenéis difícilmente podréis llegar a algo serio. La parte física no lo es todo y la parte emocional tiene mucha fuerza a la hora de tener una relación sana y llegar a compenetrarte con tu pareja. Te pongo un ejemplo, una persona con conexión emocional con otra tan sólo le basta una mirada para decir lo que está pensando y la otra parte entiende el mensaje a la perfección.
3-Son controladores
Una persona con exceso de equipaje del pasado desea tener el control de todas las situaciones que viva contigo. Cuando han sido heridos y no han sabido como curar esas heridas la mejor táctica para no volver a sufrir es sentirse en control de la relación. Esto le puede llevar a estar pendiente en todo momento de lo que haces, dices, con quién, incluso la ropa que debes llevar. Este hecho sólo de por sí, ha roto muchas relaciones.
4-No se comprometen
Otra señal es que no es capaz de comprometerse en la relación. En realidad tiene miedo a pasar por lo mismo que sufrió en el pasado y es incapaz de pasar página y empezar de cero en una nueva relación. Puede que si tú no lleves esas cargas del pasado sufras mucho al ver que aún llevando un tiempo en la relación, no te presenta a su familia o amigos y si los ves estarás más en el lado de una amistad que no de una pareja.
5-Tienen secretos
Este tipo de personas no son transparentes. Se cierran en sí mismos y no comparten información contigo. Piensan que si lo hacen les pones en peligro porque se sienten vulnerables al mostrar sus emociones o experiencias del pasado.
6- Suelen hablar mucho de su ex
Si mencionas a tu ex en alguna conversación no pasa nada. El problema viene cuando el ex es el tema constante de conversación. Es una señal que aún no lo ha superado. Es el momento de decirle que hable de su futuro o del presente que eres tú en ese momento.
7-Siguen a sus ex en las redes
Si siguen a sus ex en las redes y además mantienen una “excelente relación de amistad” levanta una bandera roja ante esta situación. Teniendo en cuenta que los puntos anteriores ya los has validado.
8-Tienen pertenencias de sus ex
Si además tienen cosas que pertenecen a sus ex y no las han devuelto es una señal que aún están aferrados a esa persona y a la historia de amor que vivieron con ella.
9-Tienen muchas preguntas abiertas
Les quedan muchas preguntas abiertas sobre su relación anterior. Por eso les cuesta seguir adelante con una nueva y siguen proyectando ese miedo y frustración con su nueva pareja.
10-Tienen cambios bruscos de humor
Cuando cargan con tanta culpa y rencor de una situación pasada sin resolver los cambios bruscos de humor suelen aparecer. Suelen ser inconsistentes en las relaciones por ello y no se abren del todo a sus nuevas parejas porque su pasado les viene a la cabeza constantemente recordándole que se proteja.
Resumiendo, una vez hayas visto que tu pareja no tiene una conexión emocional contigo y además te compara con ella o intenta que te conviertas en ella deberás considerar si esa relación te lleva a algún sitio.
No pases por alto las banderas rojas y consigue tu felicidad.
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Redacción Instituto Draco
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Read moreUna mujer de treinta años, soltera y profesionalmente exitosa, hacía la siguiente descripción de su “relación amorosa”:
“Estoy cansada…Llevo doce años de novia y nada parece funcionar…El problema no es el tiempo, sino el trato que me da mi novio…Él no me maltrata físicamente pero sí lo hace verbalmente…Me dice que soy la mujer más fea que ha visto y que le doy asco…Si estamos en algún lugar público, me hace caminar adelante para que no lo vean conmigo porque le da vergüenza…Cuando le llevo un detalle, si no le gusta, me grita tonta y retardada, lo rompe o lo arroja a la basura muerto de la furia…Yo siempre soy la que paga las cuentas…Jamás me abraza o acaricia, porque dice que me voy a mal acostumbrar…Tiene otras mujeres, me cuenta lo que hace con ellas y me obliga a escucharlo…Si no le presto el carro me insulta…El otro día me escupió en la cara…”
¿Cómo es posible que una persona pueda llegar a tolerar este tipo de agravios y someterse así? Cuando se le preguntó porque no lo dejaba, contestó entre apenada y esperanzada: “Es que lo amo…Pero si pudiera desenamorarme, lo dejaría…“. Ella buscaba el alivio, pero no la cura.
No hay que esperar a desenamorarse para terminar con una relación destructiva. En estos casos, la estrategia adecuada para enfrentar la adicción afectiva es la misma que se utiliza en farmacodependencia, donde el adicto debe pelear con la apetencia y sacrificar el placer inmediato por la gratificación a mediano o largo plazo.
En la adicción afectiva (apego), nos guste o no, todo el trabajo de ruptura e independencia emocional deberá hacerse con el supuesto amor a cuestas: “Aunque lo quiera, me alejaré de él porque no me conviene”. Muy difícil y solo para valientes, pero así es. No importa cuanto duela, si es dañino, hay que retirarse y no consumir. El desamor no es un requisito para desligarse de las relaciones enfermizas, sino más bien su consecuencia. Además, no creo que el amor pueda disminuirse a fuerza de voluntad y razón, eso es puro cuento. De ser así, el proceso inverso también debería ser posible, y tal como lo muestran los hechos, uno no se enamora del que quiere, sino del que puede.
La mujer antes mencionada era una adicta a la relación, o si se quiere, una adicta afectiva. Mostraba la sintomatología típica de un trastorno por consumo de sustancias, donde la dependencia no estaba relacionada con la droga, sino con la seguridad de tener a alguien, así fuera una compañía espantosa. El diagnóstico de adicción se fundamentaba en los siguientes puntos: (a) pese al mal trato, la dependencia había aumentado con lo meses y los años; (b) la ausencia de su novio producía un completo síndrome de abstinencia no reemplazable por otra “droga”; (c) existía en ella un deseo persistente de terminar el noviazgo, pero sus intentos eran infructuosos y poco contundentes; (d) invertía una gran cantidad de tiempo y esfuerzo para poder estar con él, a toda costa y por encima de todo; (e) había una clara reducción y alteración de su normal desarrollo social, laboral y recreativo debido a la relación; y (f) seguía alimentando el vínculo a pesar de tener consciencia de las graves repercusiones psicológicas para su salud. Un caso de “amorodependencia”, de dudoso amor.
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El núcleo duro de toda relación de pareja es el autorrespeto. Sin él, dejaríamos de ser queribles. Sin ese conjunto de principios no negociables, quedaríamos a merced del mejor postor y el amor propio se volvería añicos. El apego corrompe, degrada, limita, cansa, desgasta y agota nuestro potencial. Por el contrario, la dignidad libera, el autocontrol ayuda, la autoestima engrandece, la autoeficacia nos vuelve atrevidos, y el realismo afectivo, por más crudo que sea, enseña a perder. Mal de amores o salud afectiva: la elección es nuestra.
La adicción afectiva
Por Walter Riso
Extraido de: Editorial Phronesis
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A los millennials (personas nacidas entre 1981 y 1996) nos gusta presumir de ser la revelación del milenio. La prueba de que el ser humano puede ser intrépido, pero también creativo y autosostenible.
Así que somos una versión mejorada de nuestros padres, pero con regazos del movimiento hippie y WiFi incorporado. El problema es que los millennials también tenemos problemas con el amor que nuestros padres y abuelos no tenían.
Estas son las razones más comunes por las que la generación del milenio “sufre” más que sus antepasados a la hora de tener una relación sentimental.
1. El matrimonio y tener hijos perdió su encanto
En el pasado, parecía que el propósito del amor era formar una familia y tener una vida “de postal”. Sin embargo, muchos cambios en la percepción familiar vinieron con los millennials.
Por eso, muchos millennials son emprendedores y buscan fuentes alternativas de generación de ingresos en lugar de optar por empleos asalariados.
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Además, si bien algunos millennials tienen hijos, ahora es más aceptable ser padre o madre sin estar casado. Esto permite mayores libertades, pero también puede ser más complicado hallar a una persona dispuesta a salir con alguien que tiene hijos.
2. Somos la generación de las opciones a la carta
Los millennials nacimos rodeados de alternativas (a diferencia de nuestros padres y abuelos, que solo tenían un puñado de opciones para elegir).
Hoy en día, tenemos acceso a decenas de marcas de desodorante y jabones en el supermercado. Lo mismo pasa con el amor: hay cientos de apps de citas y todas te prometen ayudarte a encontrar al amor de tu vida.
Esto hace que tener una relación sea una experiencia más volátil para los millennials, ya que es difícil no preguntarse todo el tiempo si, tal vez, hay una persona mejor para nosotros en algún lugar.
3. Competimos con todo lo que se mueve
Aunque el matrimonio no es tan importante para los millennials, eso no significa que no veamos a nuestros amigos casarse y tener hijos en algún punto de la vida, mientras que nosotros seguimos navegando entre intentos fallidos de una relación estable.
La tendencia a compararnos con los demás es un defecto del que no estamos exentos, al contrario: somos propensos a sentirnos mal cuando, llegada cierta edad, continuamos sin dar con la persona correcta para compartir nuestra vejez.
Entonces, el remedio de muchos millennials es comprometerse sin estar realmente preparados o iniciar una cacería de prospectos donde, al final, terminamos exhaustos, sin respeto propio y con las manos vacías.
4. Nuestra paciencia es limitada
Somos la generación de las altas expectativas, eso es un hecho. Queremos una pareja que impulse nuestro crecimiento, no alguien a quien tengamos que cuidar como a un niño.
Un punto en contra es que, si bien aspiramos a una relación madura y estable, no estamos dispuestos a esperar demasiado hasta que nuestra pareja decida comprometerse o crecer como individuo.
Queremos a alguien que haya hecho el trabajo por su cuenta antes de conocernos, en lugar de tener que ocuparnos de la crianza de alguien más.
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5. No queremos depender económicamente de nadie
Para los millennials, la independencia financiera es muy importante. No queremos sentir que le debemos algo a nuestra pareja o que dependemos de ella para tener éxito en la vida.
Al contrario, queremos estar con alguien por decisión propia y no por necesidad (algo que hubiera sido común en la época de nuestros abuelos y bisabuelos).
El detalle es que la construcción de independencia financiera puede ser un camino largo, y eso lleva a muchos millennials a quedarse solos antes de darse el lujo de sentir que son una carga para alguien más.
Si eres millennials y has tenido dificultades para tener una relación amorosa, ¿cuál de estas razones encaja mejor con tu situación actual y cómo crees que puedes ajustar la balanza?
Nos encantará saber tu opinión.
Referencias:
“Huffpost Is Now A Part Of Verizon Media”. 2020. Huffpost.Com. https://www.huffpost.com/entry/millennials-most-common-relationship-problemsn5a56581ce4b0a300f905371f.
Extraido de: Editorial Phronesis
www.facebook.com/elartedesabervivir.ph
Read moreLas parejas estables no se caracterizan por los reproches y las demandas, sino porque ambos saben expresar sus necesidades y escuchar las del otro.
Esto no sucede a causa de la química, sino que se debe a una actitud adulta, de respeto y amor mutuo.
Cuando sabes pedir a tu pareja, sin desencadenar una respuesta emocional negativa, ofreces a ambos la oportunidad de fortalecer su relación, lo que influye positivamente tanto en el plano sexual como en la convivencia diaria.
Naturalmente, si expresas tus emociones de forma irracional o abusiva, la conversación podría acabar en una discusión, de modo que otra característica de las parejas estables es el modo en que expresan al otro sus necesidades, preocupaciones o deseos.
¿Te expresas lo suficiente en una relación?
Es muy común que a las personas les cueste expresar sus emociones, especialmente en una relación de pareja. El ego (una forma de referirse a todos nuestros miedos y pensamientos negativos), nos dice que corremos el riesgo de perder al ser amado si nos mostramos tal y como somos.
Los deseos propios pueden parecer inapropiados y, muy frecuentemente, se presupone que la pareja se opondrá o que habrá discusiones. Incluso hay quienes piensan que amar es dar, no recibir.
Nadie quiere ser considerado egoísta y menos aún responsable de una ruptura, de manera que suprimir nuestras necesidades es la respuesta más habitual.
Ahora bien, también es posible que una persona cometa el error de expresar su mirada del mundo todo el tiempo, sin dejar lugar al otro para comunicar la suya.
Otro hábito dañino es creer que el lanzamiento de comentarios indirectos es suficiente, y que la pareja está obligada a “adivinar” el resto.
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Sea uno u otro el caso, es importante que te preguntes a carta abierta si estás expresando lo suficiente en tu relación actual, y de qué forma lo estás haciendo.
Cómo expresar asertivamente tus emociones en pareja
Al mejorar la comunicación con tu pareja, será más sencillo hablar de temas difíciles o que normalmente generan conflictos entre ambos, como las necesidades y expectativas que cada uno posee.
Estos consejos te ayudarán a desarrollar un canal de expresión pacífico y constructivo.
1. Mantén una atmósfera serena
Es fundamental que ambos sean conscientes de la forma en la que se hablan. Evita ser acusador, molesto, irónico o condescendiente.
¿Cuándo hay una buena atmósfera de diálogo en pareja? Lo sabrás si la conversación transcurre con serenidad, mirándose a los ojos, tal vez haciéndose bromas en el entretiempo, y disfrutando de la existencia del otro.
2. No creas que tu pareja debe saberlo todo
Es común creer que una persona debería saber lo que su pareja necesita sin que se lo tenga que pedir, pero este es un gran error.
También lo es pensar que, si es necesario pedirlo, el resultado será menos valioso que si tu pareja lo hiciera por iniciativa propia.
Un ser humano de carne y hueso no tiene la capacidad para adivinar lo que el otro siente, piensa o desea. Necesitará oírlo de ti.
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3. Comienza de a poco
Si reconoces en ti una falta de costumbre o temor a expresar tus necesidades en pareja, comienza de a poco.
Comunica pequeñas molestias, inconformidades o deseos en lugar de pedir algo que pudiese ser difícil de creer / aceptar para ti o tu cónyuge. Luego, déjale saber a tu pareja cuánto aprecias que esté dispuesta a atender tu necesidad.
4. Mantente abierto a otras soluciones
Si bien es muy importante expresar las necesidades propias a la pareja, también lo es aceptar que no siempre lo que esperamos recibir es la única salida posible.
Tal vez el ser amado no esté preparado o en condiciones para proveer la solución esperada, sin embargo, puede que haya otro camino que genere igual satisfacción a ambos.
Ábrete a las posibilidades.
Conclusiones
La vida en pareja es un compromiso mutuo, pero esto no significa que tu pareja está obligada a satisfacerte todo el tiempo o velar por tu realización personal.
Tú también eres responsable de las emociones, pensamientos y porvenir que cultivas. De hecho, eres el único responsable auténtico.
Referencias:
(2020). Why Couples Should Be Talking About Their Feelings. Disponible en: https://www.verywellmind.com/what-couples-should-talk-about-everyday-4017214
(2019). Does Suppressing Feelings Help or Hurt Your Relationship? Disponible en: https://www.psychologytoday.com/us/blog/the-mindful-self-express/201912/does-suppressing-feelings-help-or-hurt-your-relationship
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La comunicación juega un papel fundamental en cualquier relación de pareja, ya que de ella depende la satisfacción de los amantes. Muchos de los problemas que perjudican y sabotean la permanencia de un vínculo sentimental se deben a la incapacidad para expresar nuestros sentimientos de manera asertiva, por ello, es importante que nos esmeremos en hallar la mejor vía disponible para sentirnos cómodos hablando de lo que ocurre en nuestro interior.
Al iniciar una relación, el principal objetivo suele ser compartir gustos, recuerdos, aspectos íntimos y expectativas a largo plazo, sin embargo, y aunque las intenciones sean positivas desde el inicio, la condición humana implica estar preparados para atravesar también momentos menos gratos y saber cómo afrontarlos. Es entonces cuando el arte de comunicarnos asertivamente cobra una importancia invaluable.
Es común ver a personas que no saben expresar sus sentimientos, emociones, preocupaciones o deseos sin ser ofensivos o hirientes. La frustración y la impotencia a menudo interfieren en nuestra habilidad para manifestar pensamientos sin ser imperativos, lo que conduce a situaciones violentas y desagradables a través de mensajes como “eres muy torpe”, “nunca me escuchas” o “por tu culpa”. A este tipo de enunciados se le llama “mensajes Tú”.
Un mundo de diferencia entre Tú y Yo
Los mensajes Tú se caracterizan por responsabilizar al otro de nuestros males y aniquilar su oportunidad de defenderse. Solemos utilizarlos cuando nos sentimos tremendamente enfadados, decepcionados o dolidos; es una forma de “hacer estallar” nuestra queja, no obstante, el remedio es peor que la enfermedad porque la respuesta del otro suele ser agresiva o negativa en otro aspecto, desatando sentimientos de culpa y discusiones.
A todos nos ha sucedido que nos encontramos en una situación irritante y acabamos diciendo cosas sin pensar de las que más adelante nos arrepentimos. Los mensajes Tú destruyen la dignidad del otro porque brotan de momentos de ira incontrolable. Si, además, usamos este tipo de lenguaje con recurrencia, no sería raro que terminemos ahuyentando a nuestra media naranja.
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Para ello, existe una técnica de comunicación asertiva denominada mensajes Yo. Consiste en cambiar la manera en que formulamos palabras y frases dando prioridad al respeto y la claridad.
Los mensajes Yo nos responsabilizan de lo que decimos sin juzgar ni acorralar a nuestra pareja, ya que, como su nombre lo indica, se remiten en primera persona. Con este tipo de lenguaje estamos informando que lo que expresamos al otro es completamente nuestro: son nuestros deseos, nuestras ideas, nuestras preferencias. Así, le hacemos saber a la otra persona que no la estamos culpando por lo que sentimos, pero al mismo, también expresamos nuestro desacuerdo de manera eficaz.
Pasos a seguir para sacar provecho a los ‘mensajes Yo’
- Describir la situación, eliminando cualquier tipo de juicio que pueda ser interpretado negativamente por nuestra pareja.
- Describir cómo nos sentimos, explicando las emociones que nos genera un evento particular.
- Proponer una alternativa con el objetivo de negociar un cambio y no dar una orden.
Estos son ejemplos de mensajes Tú que a veces utilizamos en una relación y cómo podemos transformarlos en mensajes Yo para mejorar la comunicación:
1) Mensaje Tú: “Siempre llegas tarde, estoy cansado de esperarte. ¿Qué excusa vas a usar hoy?”.
Mensaje Yo: “Me incomoda que llegues tarde, esta situación me genera malestar. Me gustaría que pudieras informarme que no podrás estar a tiempo”.
2) Mensaje Tú: “¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gusta que dejes tu ropa en el sillón? ¿Yo arreglo la casa para que tú llegues a desordenarla?”.
Mensaje Yo: “Cuando veo que pones la ropa en el sillón, siento que no valoras mi esfuerzo. Me gustaría que la colocaras en el cesto de la ropa sucia”.
¿Lo ves? Son dos formas muy distintas de expresar lo mismo, pero cultivando resultados distintos.
No es nada fácil utilizar siempre mensajes Yo, pero cuando comiences a aplicar esta técnica verás que la comunicación en pareja poco a poco irá mejorando, y te acostumbrarás a adoptar los mensajes Yo como la mejor vía posible para transmitir tus ideas y sentimientos.
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Todo aquello que tiene que ver con el amor, desde el maternal hasta el curioso hecho de que algunos logren permanecer felices por décadas con la misma pareja, o que otros sean incapaces de jamás forjar una relación duradera, es culpa de una hormona. Sí, al parecer, las cosas del amor no son tan caprichosas como aparentan.
Una hormona -y no Cupido- podría ser la responsable.
Según Gareth Leng de la Universidad de Edimburgo y experto en el cerebro, la hormona oxitocina ayuda a forjar lazos permanentes entre amantes tras la primera oleada de emoción.
La hormona actúa «cambiando las conexiones» de los miles de millones de circuitos cerebrales.
Comportamiento maternal
Al explicar cómo se enamora el cerebro, Leng señala que la oxitocina ayuda a afianzar el vínculo entre una madre y su bebé, y se produce tanto durante un parto como un orgasmo.
Lo que hace es funcionar como un «interruptor central» en el cerebro, que abre nuevos patrones de interacción entre las células nerviosas.
Pero, al explicar por qué algunos cerebros no se enamoran, Leng le da una excusa fisiológica a los tantos (y tantas) aficionados al principio de una relación y detractores del «mañana».
Y es que quienes tienen menos receptores cerebrales de los que se necesitan para recibir la oxitocina pueden tener dificultades al tratar de establecer lazos permanentes con su pareja.
En serio
Varias investigaciones han descubierto que la hormona, que es producida en grandes cantidades por el cerebro durante el parto y cuando hay actividad sexual, es importante para incitar el comportamiento maternal en los animales.
“¿Cómo una sola exposición a la oxitocina -por prolongada que sea- puede producir tales cambios de conducta?, no sabemos, pero estamos tratando de encontrar la respuesta”. Gareth Leng
Su papel crucial en la vinculación sexual fue observada por científicos estadounidenses que estudiaban las costumbres de los ratones de pradera.
Leng explica que «los ratones de pradera tienen una sola pareja toda la vida y ese lazo se establece durante 48 horas de intensa actividad sexual que es también la primera experiencia sexual». «Durante ese período, grandes cantidades de oxitocina son producidos en el cerebro», agrega. «Los ratones de pradera tienen receptores de oxitocina en diferentes partes del cerebro y los científicos descubrieron que si bloquean esos receptores, no se establece ese vínculo en las hembras».
Aún no está claro cómo una sola exposición a la oxitocina -por prolongada que sea- puede producir tan profundos cambios de comportamiento, pero se está investigando.
«Comprender el proceso es esencial para entender cómo las drogas pueden influenciar el genio y el comportamiento -para bien o para mal», concluye Leng.
Fuente: http://news.bbc.co.uk
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