Hace poco me escribía una lectora diciéndome que no sabía qué paso dar porque, como decía ella:
“Mi mente o yo cambio continuamente de opinión“.
Así que hoy voy a escribir sobre qué hacer cuando cambias tanto de opinión que no puedes avanzar.
Si tú también cambias constantemente de opinión, sigue leyendo…
Si no puedes avanzar o empezar algo porque cambias constantemente de opinión puedes considerar dos opciones distintas:
1.Averigua la causa de la indecisión o cambio continuo de opinión.
¿Con cuál o cuáles de estas te identificas?
- No estás segura de lo que quieres. Por eso te cuesta elegir, quizá tienes varias ideas, o no tienes claro si algo te va a gustar o no, si será lo mejor para ti…
- Sabes lo que quieres pero tienes miedo de algo. Das un paso y reculas porque el miedo te detiene.
- Dudas de ti misma, de tus capacidades para llevar a cabo lo que deseas.
Saber qué es lo que te hace dudar es un primer paso muy importante. Quizá sea otra razón distinta de estas que he mencionado. Piénsalo bien, ese es el primer paso.
¿Qué me hace dudar?
Que no sé lo que quiero
Que van a pensar mal de mí.
Que en realidad no quiero esto.
…
Cuando tengas clara la razón o las razones de ese cambio de opinión podrás hacer algo para solucionarlo.
Por ejemplo, si te das cuenta de que no sabes lo que quieres, toca trabajar eso, averiguar qué quieres. Tú sola o con ayuda de algún tipo.
A veces nosotros llegamos hasta cierto punto y a partir de ahí necesitamos ayuda. Otras veces sola podrás perfectamente. Eso lo sabes tú : )
2.Si quieres pensar directamente en la solución, hazte esta pregunta:
¿Qué haría que tomar una decisión/elegir una opción fuera más fácil?
Tener claro lo que quiero.
Saber que me va a salir bien.
Tener apoyo.
…
Y empieza a buscar eso que haría que decidirte fuera fácil.
La cuestión es dejar de pensar que cambias de opinión constantemente y centrarte en buscar razones o soluciones para poder concretar y avanzar.
Espero que te ayude : )
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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¿Te sientes estancada y angustiada porque no tienes claro lo que quieres profesionalmente?
Puede ser agobiante no tener claro del todo el camino, pero lo que importa es lo que hacer a lo largo del camino.
Estamos aquí para aprender y crecer, no nacemos con un manual de instrucciones, y pretender tenerlo todo claro en la vida muchas veces puede hacerte sufrir.
Aunque nos hayan educado para hacernos creer eso, que tenemos que tenerlo todo claro y cuanto antes mejor, no sea que vayas a “perder el tiempo” buscando…
La realidad para muchas personas es que no suele ser así. Y genera mucha frustración.
Por eso hoy te quiero hablar de qué hacer cuando no tienes claro tu camino.
Porque dependiendo de la etapa en la que te encuentres puedes sentir que ya tendrías que tener claras las cosas, que no tendrías que seguir probando o “equivocándote”.
Lo más importante en esta situación es darse cuenta de esto:
1.No eres rara/o ni inmadura ni irresponsable ni “anormal” en ningún sentido.
Es verdad que muchas personas tienen una vocación clara y se dedican a ella toda la vida.
Pero también es verdad que hay muchas personas que no tienen una sola vocación.
Y personas que tienen una y luego cambian porque se aburren o descubren otra cosa o ya no les llena.
Hay muchas variantes posibles y todas están bien. La cuestión aquí es que tú lo veas como algo normal y perfectamente válido.
Y ese suele ser el problema, verlo como algo malo, verte a ti misma o a ti mismo como alguien voluble, descentrado, inmaduro…
Hay muchas formas distintas de vivir. Y la tuya no es anormal, es tuya.
2. Probar y equivocarse sí es normal.
Es ley de vida. No sólo todo cambia y hay que saber adaptarse en lugar de aferrarse a algo que ya no existe, sino que, como he dicho antes, no nacemos con un manual de instrucciones ni con un mapa detallado de pasos a seguir y obstáculos que evitar.
La vida es un descubrimiento y una serie de experimentos continuos. Hay que probar para saber qué quieres y si algo funciona para ti.
Y equivocarnos es parte del aprendizaje, es lo que nos hace evolucionar y avanzar. No es “perder el tiempo” ni mucho menos.
¿Que a veces es duro? Por supuesto.
¿Que a veces se hace largo? Claro. Pero no por eso es malo.
Hemos asociado equivocarse con fracaso, con algo muy negativo y muchas veces sólo ese miedo a equivocarte hace que no des el paso que quieres.
El día que interiorices que probar es normal y deseable y que equivocarse también lo es, se te abrirán puertas nuevas.
3. Es importante estar abierta a lo nuevo y a los cambios. El cambio sí es normal y constante.
Hay que abrirse las nuevas ideas y situaciones que se vayan presentando, así como a tus nuevas necesidades, ser honesta contigo misma y reconocer que ya no eres la misma persona que que antes o que ya no necesitas lo mismo que antes o que tus límites han cambiado.
4. No hay un final del camino.
Si asumes que no hay un destino final maravilloso y vocacional que te hará sentir completa sino que la vida es puro cambio y evolución, no te afectará tanto si llega un día en que algo cambia…
Que pierdes el trabajo, que ya no te gusta lo que haces, que cambias tú.
En lugar de verlo como algo raro o negativo lo verás como algo normal, quizá inesperado, quizá triste (nadie dice que sea fácil) …
Pero verás que así es la vida y lo necesario ahora es aceptar esta nueva situación y cambiar el plan.
Aferrarse a algo que no quieres no te ayudará en nada.
Aceptar que las cosas cambian, que se abren nuevas puertas.
Que hay que ir probando, equivocándose y aprendiendo.
Y que el camino es lo que hay que disfrutar (en lugar de esperar ansiosamente un destino que quizá al final ya no sea el que quieres, o quizá nunca lo ha sido, o ha aparecido otro que te llama más la atención…) es lo que hará que vivas tu vida de otra manera.
Y algo que leí hace poco en la web dailyom.com (que te recomiendo, por cierto):
Eres perfecta justo como eres. No hay nada que tengas que hacer, arreglar o cambiar.
Eso no significa que no puedas evolucionar o crecer sino que ahora mismo estás completa, no hay nada que arreglar porque no estás rota.
Tenerlo todo claro en la vida no es realista y puede hacer que vivas frustada y estancada.
A veces hay que avanzar sabiendo que, aunque no está claro del todo, te apetece probar, cambiar y de paso aprender por el camino si es esa opción es para ti o no lo es.
Espero que te ayude : )
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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¿Qué hacer cuando no sabes pasar a la acción?
Me escribía una lectora diciéndome esto:
“Ya hace tiempo, aproximadamente 3 años, que desperté! y empecé a leer libros, vídeos, blogs… Pero lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción. Sí, sé que tengo que hacer un trabajo interior viendo cuáles son las cosas que disfruto, probando, experimentando, pero me quedo ahí, en la superficie, cómoda leyendo y empapándome de las experiencias de otros.”
Aunque el mensaje sigue y trata otros temas también muy interesantes, hoy me voy a centrar en esta frase:
“Lo que me ocurre ahora es que no sé pasar a la acción”.
¿Qué puedes hacer si tú también estas en esa situación? Si sabes que quieres algo distinto pero no sabes pasar a la acción.
Lo primero de todo es asegurarte que SÍ sabes pasar a la acción.
Que no lo hagas es otra cosa, pero saber sabes.
El problema radica en tres cosas (para ti pueden ser las tres o solo alguna de ellas):
1. No sabes qué quieres.
Es muy difícil pasar a la acción cuando en realidad no sabes bien lo que quieres. Miras al frente y sólo ves niebla. No sabes hacia dónde tirar, ni por dónde empezar, ni quiera el camino a seguir.
Otras veces no es que no veas el camino sino que hay tantos que no sabes cuál elegir.
Difícil pasar a la acción, así, ¿verdad?
2. No te atreves
Te imaginas el cambio como algo aterrador, gigantesco, desconocido, que te va a sacar de lo que conoces y te va a meter cualquiera sabe dónde.
Como si de pronto te arrojaran en medio del océano y tú hubieras vivido hasta ahora en una charquita.
Y te imaginas esa inmensidad, sin tierra a la vista y con mil cosas por debajo de la superficie.
Como para pasar a la acción…
3. Tienes miedo de perder algo importante para ti.
En este caso sabes lo que quieres, sabes lo que harías, no te paraliza lo desconocido, la incertidumbre, ni si sale mal porque confías en tí y en tus capacidades pero…
Tienes miedo a perder algo, como me decía una lectora:
“Tengo mucho miedo a perder lo conseguido durante 20 años a nivel económico y social. Significa cambiar todo, la estabilidad lograda, para ir a empezar de nuevo y eso me genera ansiedad, miedo a arrepentirme.”
El miedo a arrepentirte es muy importante y te puede mantener totalmente paralizada. Ese fue mi principal miedo cuando cambié mi carrera de científica a coach, por ejemplo.
Sabiendo esto, para poder pasar a la acción primero tienes que tener claro qué te lo impide. Qué no tienes claro, qué te da miedo.
Sé sincera contigo misma y responde a esta frase:
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Apunta todo lo que se te ocurra, aprende a escucharte. Cuando lo tengas claro podrás decidir cuál es tu siguiente paso.
Podría ser averiguar más detalles acerca de la nueva profesión que quieres.
Hablar con alguien que te diga qué conlleva de verdad vivir de eso.
Ahorrar, formarte, pedir ayuda.
Depende mucho de tu situación. Te dejo algunos artículos para ayudarte a dar ese primer paso, pero primero completa esa frase para saber por qué sigues sin pasar a la acción.
Sinceramente, no paso a la acción porque ____________________________________.
Y porque ___________________________________________________________.
Escribe TODO lo que te venga a la mente.
Más artículos para ayudarte:
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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Estoy ahora mismo leyendo un libro de uno de de mis coaches favoritos, Michael Neill (que por cierto, me está encantando y te lo recomiendo mucho, es este: https://amzn.to/2GnrLA5)…
Y en un capítulo nombra una cita bíblica que de hecho me gusta tanto que elegí para mi boda (luego te pongo la cita).
Independientemente de que seas creyente o no, no va de eso este mensaje, es importante esta reflexión:
Hay un tiempo para cada cosa.
Un tiempo para parar, esperar, reflexionar.
Y un tiempo para actuar, para lanzarse, para arriesgarse.
Un tiempo para sembrar y otro para recoger.
No hay que estar siempre en marcha dándolo todo (aunque a veces pensemos que sí, ¿verdad?) y tampoco hay que estar todo el día perdida en sueños o amargada haciendo algo que no te gusta.
Hay un tiempo para cada cosa.
Porque si te pasas de acción, te agotas y si no arrancas, no llegas.
Por eso es importante saber cuando acelerar y cuando recargar pilas. Así podrás ser más productiva, tener mejores resultados y vivir más relajada.
Hay un tiempo para todo.
Y sólo tú puedes decidir qué momento es para ti.
¿Es momento de darlo todo? ¿De ponerte en marcha ya? ¿De comprometerte y lanzarte?
¿O es momento de parar?
De reflexionar, de darte un descanso para volver recargada.
Es lo que tienes que decidir. Usa estas preguntas:
¿Qué necesito yo ahora?
¿Qué me haría feliz ahora?
Recuerda que hay un tiempo para cada cosa, no todo es un camino recto y sin pausas…
Si para ti es momento de actuar, de ponerte en marcha, está abierta la inscripción a “Clientes, ingresos y Libertad 2019” y que todavía puedes ver el video-tutorial gratuito aquí (solo unos días más).
Sí, me apunto ahora.
Si es momento de plantearte un cambio profesional esto es para ti.
Y si es momento de reflexión y descanso, a respetar ese momento.
Te dejo con al cita:
Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
Espero que te ayude
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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Escoger un nicho de mercado (especialidad o target) es una de las recomendaciones que más oyes cuando te lanzas con tu negocio online de coaching u otro servicio. Lo primero que te dicen, de hecho.
(Aunque yo personalmente considero que hay otro paso primero, elegir tu modelo de negocio, ya te lo explicaré en otro momento).
Y muchísima gente se queda estancada justo en ese tema de escoger nicho de mercado.
¿Hay que elegir uno solo?
¿Y si me aburro?
¡Pero entonces descarto a muchísima gente y pierdo clientes!
¿Y cuál elijo?
Te voy a dar mi opinión y unas recomendaciones prácticas según mi experiencia.
Yo personalmente recomiendo escoger un nicho por tres razones principales:
1. Para diferenciarte de la competencia.
Y hablaríamos ya de micronichos, de nichos dobles por así decirlo, porque ya hay casi todo de casi todos los nichos.
2. Porque es más fácil atraer clientes.
Se sienten llamados e identificados.
No es lo mismo decir coaching para todos que coaching para arquitectos. Si eres un arquitecto lo tendrás muy claro y lo preferirás respecto a otros coaches. Es lo que me ha pasado a mí con los científicos, por ejemplo.
Y como clienta igual, prefiero un mentora especializada que alguien generalista.
3. Es más fácil hacer anuncios y crear tu mensaje, contenido y servicios.
Al ser mucho más específico no te vuelves loca, sabes a quién te diriges, averiguas con más facilidad lo que quieren y puedes crear programas totalmente personalizados, crear anuncios de Facebook más específicos y tener mejores resultados.
Por tanto, yo tengo nicho desde que empecé y lo recomiendo.
Ahora…
¿Hay profesionales a los que les vaya bien sin tener nicho? Sí.
¿Cuál es la diferencia?
A los que yo conozco les va bien porque se mueven mucho en persona, tienen muchos contactos (incluso desde antes de lanzarse con su negocio), recomendaciones boca a boca y les va bien sin nicho.
Un ejemplo es mi profesora de coaching que trabajaba anteriormente en una empresa y antes de dejarla ya tenía clientes gracias a todas las personas a las que conocía. Luego se especializó pero no le había falta por todos los contactos y recomendaciones que ya tenía.
Otro ejemplo son personas que ya son muy conocidas y no tienen problema para conseguir clientes de todo tipo por la visibilidad e incluso la fama que tienen.
Nos guste o no la fama genera una credibilidad y autoridad muy grandes. O si no piensa qué pasa cuando algún famoso abre una tienda y qué pasa cuando la abres tú. No es lo mismo, ¿verdad?
Para el resto de personas, para la mayoría, sí recomiendo elegir un nicho de mercado.
Y si no quieres, busca un mentor al que le vaya bien sin tener nicho para que te guíe.
Recomendaciones prácticas:
–No tienes que tener la misma experiencia que tu nicho pero te da puntos.
A mí me contratan científicos porque fui científica antes y saben que les entenderé mejor que nadie, pero ¡ojo! he trabajado con clientes de todo tipo: profesores, diseñadores, ingenieras, directivas, managers, emprendedoras…
Así que es un plus pero no es obligatorio.
–Que te guste trabajar con ese tema o con esas personas.
Imprescindible, si no te encontrarás vagueando y sin ganas de publicar o crear contenido o relacionarte porque no te apasiona lo que haces.
–Es posible que tengas que cambiar de nicho.
Y no pasa nada. No sé por qué, al principio pensamos que el nicho va a ser para toda la vida y, claro, eso te crea una presión innecesaria. Es mucho más eficaz elegir, empezar y luego cambiar si no te gusta o no funciona bien, que quedarte meses y meses bloqueada sin elegir.
De la otra manera al menos has practicado, has avanzado y has aprendido.
También puede que cambies porque tu negocio evoluciona o que decidas añadir algún nicho más, como hice yo.
–El nicho puede ser un tema que te encante, un grupo determinado de personas o una combinación: madres emprendedoras, divorciados, síndrome del impostor, etc.
–Que haya más gente especializada en ese nicho es bueno, hay demanda.
Si no hay nadie o bien no funciona o eres el primero, que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Te puede costar más arrancar pero si lo logras estarás muy bien posicionada, serás la primera en ese tema/grupo y eso siempre tiene sus ventajas en cuestión de autoridad y credibilidad.
Dale unas vueltas y me cuentas en los comentarios qué vas a hacer : )
No te de miedo compartir tu nicho, hay para todos y aun teniendo el mismo, la personalidad y forma de trabajar de cada persona es distinta y atraerá a distintas personas, forma parte de tu marca personal : )
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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Hoy te traigo un tema que afecta a muchas personas, incluyéndome a mí misma y quizá a ti si estás leyendo esto: cómo puedes lanzar tu negocio online si eres introvertida (o tímida o vergonzosa o…).
Y es que, no sé tú…
(pero yo… Inevitable cantar, no me digas que no lo has hecho, jajaja), pero antes de tener mi negocio pensaba que sólo cierto tipo de personas podían tener un negocio.
Personas abiertas, sociables, extrovertidas…
Yo no, desde luego.
Y mírame ahora, empecé en el 2010 y aquí sigo tan campante a pesar de (o gracias a) cierta timidez, introversión y tendencia a evitar eventos multitudinarios…
Aunque parezca una tontería es algo que me agobiaba mucho al principio porque tenía unas ideas preconcebidas de cómo “tenía” que ser para que me fuera bien (ir siempre maquillada y bien arreglada, no en vaqueros y coleta, por ejemplo…).
Así que he decidido escribir sobre ese tema para ayudarte si eres un poco como yo y se te está pasando por la mente justo eso.
Para empezar quiero que tengas claro que no tienes que cambiar tu forma de ser para tener un negocio.
No tienes que fingir nada ni convertirte en alguien que no eres.
Lo único que necesitas es elegir un modelo de negocio que encaje con tu forma de ser y con la vida que quieres.
Hay muchos modelos diferentes, muchas formas distintas de hacer marketing y no tienes que hacerlas todas ni hacer algo que no te guste o que no vaya contigo.
Esto puede parecer obvio pero, a veces, hasta lo más obvio nos resulta invisible, ¿verdad?
El tema de la visibilidad agobia mucho (en mi programa de mentoría tengo una clase genial que te ayudará muchísimo, por cierto) y el pensar que tienes que hacer las cosas de una determinada manera o no tendrás éxito.
Parece que tienes que ser super abierta, pasarte el día en redes sociales, hacer vídeos, audios, entrevistas, ir a eventos… Y por supuesto hacerlo todo super arregladísima.
¿No te agobias solo de pensarlo?
Normal.
Lo bueno es que no tienes por qué hacer todo eso (o sí, si a ti te encanta la idea).
Por ejemplo, yo prefiero trabajar sola que en equipo o bien con un equipo pequeño y de personas que conozca. Prefiero ver eventos online que ir en persona, prefiero reuniones con pocas personas que multitudinarias, evito los eventos de networking como la peste o bien procuro ir con alguien conocido y prefiero ir en vaqueros y sin maquillaje aunque de vez en cuando pueda hacer una excepción.
Aun así tengo un negocio que funciona muy bien desde el 2010 y te voy a decir lo que ha funcionado para mí, para ver si te ayuda:
-
Ten muy claros tus límites
Esto es importantísimo porque si no acabarás agotada y agobiada. Por ejemplo, si tienes que estar en redes sociales todo el día, contestar todos los emails o comentarios de tu blog, participar en todos los eventos a los que te invitan o en todas las entrevistas…
Solo de escribirlo me agoto. Elige qué hacer y qué no.
Hay que ser selectiva.
Yo tengo compañeras que se pasan el día en Facebook, lo disfrutan mucho y se relacionan y venden mucho. A mí me agobia un poco y no paso mucho tiempo allí.
Programo mucho y solo estoy más presente en los grupos de mis programas (grupos que abrí cuando tuve claro que no me iba a sobrecargar y que me gustaba tenerlos).
Pienso mucho qué ofrezco, cómo lo ofrezco y qué acepto y te recomiendo lo mismo.
Por ejemplo, también me gusta leer los emails que recibo de mis lectores y contestar a los que puedo.
Así que apunta: ¿qué te gusta hacer? ¿Cómo disfrutas más trabajando?
A mí me encanta escribir y llevo todos estos años escribiendo artículos, mi boletín, a veces para otros blogs y me ha funcionado muy bien.
La mera idea de organizar un evento me agobia pero participo encantada en muchos a los que me invitan si van dirigidos a mi público ideal, me parecen interesantes y veo un beneficio para todos.
Hay muchas opciones distintas, ¿qué es lo que te gusta más a ti? ¿Qué tipo de marketing va más contigo?
Lo que ha funcionado para mí es centrarme en lo que me encanta y se me da bien y ser constante en ello.
Elegir muy bien qué hago y qué no. Muy, muy bien, para luego no pasarme los días pensando no tendría que haber aceptado esto, no me apetece, bla, bla, bla.
Todo esto no significa que te quedes oculta en una cueva y no salgas de tu rutina. Yo, por ejemplo, aunque viviría feliz trabajando todo el día en mi despacho sin ver a nadie, sin usar redes sociales y saliendo luego con amigos o llendo a doblar, no lo hago siempre.
Voy probando cosas y saliendo de mi rutina siempre eligiendo estrategias que van bien con mi negocio y mis clientes ideales.
Muchas veces tendrás que probar para saberlo y está bien, es normal. Nadie dice que no puedas cambiar lo que haces y que tengas que seguir las mismas estrategias toda tu vida.
Puedes cambiar lo que quieras, cuando quieras, por algo es tu negocio…
Poco a poco aprendes a elegir y a ser más selectiva.
-
Rodeate de gente que te apoye y crea tu propio equipo
Esto es muy importante. Yo tengo mi mastermind (pequeño, si fuera muy grande me agobiaría; ) y puedo conectar con ellas cuando quiera. Me quieren, me apoyan y me ayudan igual que yo a ellas.
También trabajo con personas que me conocen, respetan como soy y hacen lo que yo necesito, mi diseñadora gráfica y la asistente virtual con la que trabajé mucho tiempo, por ejemplo.
También conozco a varias personas a las que les agobia tanto recibir muchos emails que tienen una asistente que los revisa todos y les deja solo los más importantes. Una buena manera de liberar tiempo y conservar tu energía.
(Yo empecé haciendolo todo sola, ahora tengo varias personas en las que confío y a las que contrato cuando lo necesito. No tienes que empezar con todo ya, empieza con lo que puedas y lo que más te ayude en este momento.)
-
Ponte objetivos concretos
Es agotador repetirte a ti misma que tienes que hacer más de esto o de aquello, que deberías ir más a eventos o relacionarte más o lo que sea. Agotador.
Por eso es muy útil establecerte objetivos concretos.
Por ejemplo, cuando empecé decía que sí a todo para empezar a darme a conocer, pero el networking me agobiaba mucho así que me planteé ir a uno o dos eventos al año y ya está.
Así no tenía que pasarme todo el día pensando en que debería ir a alguno, elegía un par y se acabó, no tenía que pensar más.
Es una buena manera de ponerte desafíos, hacer avances y no agobiarte.
Te planteas asistir a un evento al mes o al trimestre o al año o cualquier otro objetivo. Así dejas de darle vueltas y de obligarte o sentirte culpable.
El objetivo es quitarte presión.
Haz las cosas a tu manera siendo constante y selectiva y así disfrutarás con tu negocio, tendrás buenos resultados y dejarás de darle vueltas a los “debería”, “tendría”, etc y de sentirte culpable por ser como eres (estás perfectamente como eres).
Esto es lo que yo he ido descubriendo durante este tiempo, así trabajo contenta y sin agobios, me marco objetivos y no me estanco ni me oculto mucho tras lo conocido : )
Así que ya sabes, no dejes que tu forma de ser o una etiqueta determinada te bloqueen o te quiten la ilusión.
Lo importante es ser quién eres (eso es también tu marca personal) y que tu negocio se adapte a ti.
Si tienes eso claro y quieres saber qué es lo que tienes que tener en cuenta para que tu negocio funcione, lee aquí los 5 ingredientes que considero imprescindibles para que tu negocio prospere.
Como siempre, espero que te ayude : )
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Seguro que ya sabes que una de las mayores razones por las que no se consiguen resultados o no sales del estancamiento es porque no concretas lo que quieres hacer en un plan organizado, con objetivos concretos, medibles y con fecha. ¿Verdad?
Como se suele decir:
La esperanza no es una estrategia ni un plan de acción.
Un objetivo sin fechas es un sueño.
Pero no es tan fácil, claro, si no ¡todo el mundo lograría siempre sus objetivos!
Entonces, ¿qué puedes hacer para plantearte objetivos que te ilusionen y que cumplas?
En realidad el problema no está en establecer objetivos sino en lo que se interpone en el camino: imprevistos, miedos, excusas, inseguridad, dudas, etc.
Y, por supuesto, tener claro qué es lo que de verdad quieres, ese es otro de los obstáculos que me suelo encontrar a menudo.
Así que hoy te voy a hablar de otra forma de pensar en tus objetivos.
Lo que se suele hacer normalmente es:
- Pensar en lo que quieres lograr.
- Asegurarte de que es realista, factible, medible y específico.
- Dividirlo en tareas pequeñas y fáciles de hacer.
- Programarlo, poner una fecha límite.
Y está bien, funciona bien así, pero hace unos meses descubrí una nueva forma de verlo que me parece más amena, emocionante y también realista.
El concepto lo aprendí en un vídeo de Todd Herman, a mí me inspiró mucho, espero que a ti también : )
La idea es sencilla.
En vez de pensar en un objetivo concreto con un resultado específico, piensa en tres posibles opciones o resultados distintos para ese objetivo y categorízalos como: bueno, mejor y lo mejor (good-better-best).
O, como menciona Raimon Samsó en su libro “Cita en la Cima“, define qué sería para ti un mínimo aceptable y qué sería “un resultado de escándalo”.
Por ejemplo, si tu objetivo es empezar a tener clientes en tu negocio de coaching puedes pensar que bueno sería tener tu primer cliente, mejor tener tres clientes al mes y genial tener clientes todos los meses.
O que un cliente sería un mínimo aceptable y X un resultado de escándalo.
Es algo muy personal.
Así que solo tú puedes elegir qué sería bueno, mejor y genial, o qué sería lo mínimo aceptable y un resultado de escándalo.
Una vez tienes claras todas las opciones para cada objetivo que te propongas es hora de ponerte en marcha.
¿Y por dónde empiezas?
Por el que has considerado aceptable o simplemente bueno, por tu primer cliente en el ejemplo. Y, una vez conseguido, pasas a determinar cuál será tu siguiente paso: la opción mejor o lanzarte a por el resultado de escándalo : )
Pruébalo y a ver qué te parece, es una manera diferente de pensar y más realista porque no te lanzas a lo loco a por todas sino que empiezas por el mínimo viable.
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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Se habla mucho de lo importante que es en la vida encontrar tu pasión para poder sentirte realizada y feliz, ¿verdad?
Y yo muchas veces he pensado que no es tan fácil…
Que muchas personas tienen más de una pasión. Y muchas otras no tienen ni idea de cuál es su pasión ni saben cómo encontrarla.
Y si lees y lees cosas sobre lo importante que es encontrar tu pasión puede que te sientas bastante mal si tú no la has encontrado…
O si tienes más de una, entonces dudas de si son pasiones todas o qué pasa contigo.
O a lo mejor estás haciendo algo que te gusta y eres feliz, pero tampoco es tu pasión y empiezas a dudar de si es que te falta algo, aunque en realidad tú creas que no te falta nada.
Y, además, te dicen que tiene que durar toda la vida, que te dediques a tu pasión y te caerán todas las bendiciones del cielo.
Y ya acabas peor todavía si, además, eres de las que después de un tiempo pierde interés por lo que hace.
Todo eso siempre se me ha pasado por la cabeza aun sabiendo que yo tenía una pasión, la ciencia, que ahora tengo otra, el doblaje y que me dedico a algo que me encanta.
Como a mí personalmente me da igual lo que digan los demás, no me afectan todas las corrientes de “encuentra tu pasón, dedícale tu vida y serás feliz de aquí a la eternidad”.
Yo más bien pienso esto…
Si encuentras tu pasión, dedícale todo el tiempo y las ganas que quieras y si más adelante te aburres y encuentras otra, pues cambias; y si no la encuentras y eres feliz así y no te falta nada, pues sigue así; y si no la encuentras y de verdad la quieres empieza a fijarte en lo que te interesa, aunque sea ligeramente, en esas pequeñas cosas que te llaman la atención y en las que puedes ir profundizando (puedes leer estas tres formas que te cuento aquí).
De hecho, así descubrí yo el doblaje.
Vi un anuncio de un curso en un periódico y pensé que sería muy interesante hacer algo así. Mi marido me regaló un curso de iniciación, me encantó y decidí seguir formándome…
Y ahora es una pasión en toda regla y trabajo también de ello (5 años me ha llevado todo el proceso, para que veas que no es inmediato, que las cosas pueden llevar su tiempo).
Con la ciencia , sin embargo, sí fue vocacional desde pequeña.
Lo que quiero decir es que si te identificas con alguno de estos casos no te sientas mal.
A lo mejor necesitas ir descubriendo poco a poco lo que te interesa para poder convertirlo en una pasión más adelante.
A lo mejor no necesitas nada.
A lo mejor lo que te encanta es ir saltando de pasión en pasión porque te motivan los cambios y la variedad.
Y todo está bien, no te dejes influir por lo que los demás piensan que tiene que ser. Ni por todos los coaches o los que nos dedicamos al desarrollo personal y, sí, me incluyo a mi misma.
Elige lo que funcione para ti.
Si no encuentras tu pasión, ni sabes dónde buscar o si eres multiapasionada te recomiendo mucho, mucho, este vídeo que explica a la perfección lo que pienso (está solo en inglés, lo siento).
Y si quieres ayuda para salir del estancamiento profesional y descubrir tu siguiente paso, te puedo ayudar así.
Como siempre, espero que te ayude esta reflexión. Y si no es así, ya sabes, ignórala o busca otra personas con la que te identifiques más : )
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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¿Alguna vez te has encontrado preocupada por tu futuro?
Hace poco me escribía una lectora diciéndome esto:
Me gustaría lograr un trabajo que me dé una estabilidad y me quite la preocupación sobre el futuro y estar tranquila.
Así, a priori, es algo que todos queremos, ¿verdad?
Tranquilidad, quizá estabilidad (y digo quizá porque hay personas como yo a la que nos gustan los cambios y no necesitamos tanta estabilidad) y, sobre todo…
Que nos quiten las preocupaciones, ¿verdad?
Hasta ahí todo bien. Sin embargo, lo que me dijo esa lectora tiene una pequeña trampa.
Digamos una trampa mental, por llamarla de algún modo.
Es esta: “lograr un trabajo que me de una estabilidad“.
¿Y qué tiene de trampa esa frase?, podrías preguntarte.
Pues asumir que tu estabilidad y tranquilidad dependen de un trabajo. Darle a un trabajo todo el peso de tus preocupaciones, estabilidad y tranquilidad.
Si me lees desde hace tiempo ya sabes que siempre digo que tu carrera es una parte de tu vida, no toda tu vida. Y de la misma manera, tu trabajo es parte de tu vida, no es el encargado de asegurar tu estabilidad, tranquilidad, felicidad, diversión y amor.
Obviamente tener un trabajo te da unos ingresos y, en muchos casos, una realización profesional muy importantes en tu vida.
Eso está claro.
Pero si todo el peso de tu vida se lo pones a tu trabajo, en cuanto te falte o no sea el que tú quieres, te pasarás la vida siendo desgraciada.
Por otro lado, seguro que conoces a alguien que con trabajo también tiene intranquilidad, inestabilidad y preocupaciones.
Lo que quiero decir es que aunque tu trabajo sea muy importante para tu calidad de vida; tu tranquilidad y eliminar las preocupaciones solo dependen de una cosa.
De TI.
Porque es tu mentalidad la que importa en estos casos.
Y sí, sé que es difícil de asumir y más aún de ponerlo en práctica.
Tampoco me refiero a que tengas que dejar de buscar trabajo o de mejorar tus condiciones, sino a cambiar tu mentalidad y actitud para que esas etapas no te afecten tanto.
Porque absolutamente todos pasaremos por etapas de mayor inestabilidad. Cuando dejas el trabajo, no encuentras otro, tienes un gran gasto inesperado o la vida le da un vuelco a tu situación.
Y por supuesto habrá momentos de agobio, desbordamiento e intranquilidad.
Eso es lo normal de la vida.
Lo que sí depende de ti, en lugar de esperar a que algo (en este caso un trabajo) te de tranquilidad y te quite preocupaciones, es SER TÚ la que se encargue de conseguir esa tranquilidad.
¿Y cómo?
Leyendo, meditando, siendo agradecida por lo que ya tienes, fijándote en lo bueno, escuchando música, haciendo ejercicio u otras actividades que te den paz, alegría y tranquilidad…
Está claro que tener un trabajo, o cambiar de trabajo cuando no eres feliz, mejorará tu vida.
Pero mientras eso sucede puedes aprovechar las pequeñas cosas que te da la vida o trabajar tu mentalidad para conseguir esa tranquilidad ya.
Por ejemplo, cuando empecé con mi negocio en el 2010 estaba agobiada porque, como es normal, no tenía muchos clientes ni ingresos. Al principio le daba mil vueltas a la cabeza, superagobiada.
Hasta que me di cuenta de que lo que sí tenía era mucho tiempo libre que, luego, cuando tuviera más clientes, quizá no tendría.
Me di cuenta de que podía disfrutar de esa etapa sin clientes ni dinero, empleando el tiempo libre en cosas que me gustaran en lugar de en quedarme delante del ordenador sin hacer nada y agobiada.
Así que hacía mi trabajo del día e intentaba aprovechar el resto del día haciendo otras cosas sin sentirme culpable.
Eso es lo que te propongo.
Que, mientras sigues haciendo lo que tienes que hacer, ya sea buscar trabajo, formarte, conseguir más clientes, etc, te centres en disfrutar de lo que tienes ahora.
Y si lo que necesitas para encontrarte mejor es esa sensación de estabilidad, tranquilidad, paz o lo que sea, pregúntate esto:
¿Qué es exactamente TRANQUILIDAD para ti?
¿Qué harías si estuvieras tranquila/en paz/ sin preocupaciones…?
Ir a dar un paseo, sentarte a leer, hacer ejercicio, tomar un té, llamar a una amiga.
¿Qué asocias con esa sensación que buscas?
Averígualo y añádelo a tu vida ya.
No dejes que un trabajo sea el responsable de tu bienestar.
Y no, muchas veces no es nada fácil, pero merece la pena probarlo porque te aseguro, por mi propia experiencia, que aunque al principio te cuesta, luego lo disfrutarás y aprenderás a vivir mejor tu vida incluso en los peores momentos.
Al final eso es lo que cuenta, ¿no?
Que a pesar del dolor o el miedo o la intranquilidad vivamos de la mejor manera posible.
Te dejo con esta reflexión.
Una ACLARACIÓN: Como siempre en mis artículos y en mi web me refiero a situaciones cotidianas no extremas. Si tú estás pasando una depresión, has vivido una gran tragedia en tu vida o vives en condiciones al límite, te recomiendo que busques otro tipo de ayuda, un psicólogo, psiquiatra o la ayuda que necesites en estos momentos.
Que tengas un buen día y si no lo tienes que saques al menos un rato bueno : )
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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Me escribía hace poco una lectora diciéndome que quería cambiar su rumbo pero no tenía ideas.
Quizá te haya pasado a ti también…
Sabes que quieres cambiar tu rumbo y que estás estancada, pero no tienes ni idea de por dónde empezar o qué opciones considerar.
Entonces, ¿qué puedes hacer cuando quieres un cambio profesional pero no sabes qué otra cosa puedes, quieres o te gustaría hacer?
Si ese es tu caso, vas a tener que hacer un buen trabajo introspectivo para tener muy claro qué quieres en la vida.
No puedo explicarlo todo en un solo artículo, para eso ya tengo un programa completo, pero te daré unas ideas para que puedas ir avanzando.
Para empezar, recuerda siempre que tu trabajo es una parte de tu vida, no toda tu vida.
Y, por tanto, tienes que tener claro qué tipo de vida quieres, antes de poder determinar qué profesión alternativa buscas.
Esto es algo que no siempre se tiene en cuenta y es muy importante, para que no acabes igual o peor que ahora.
Así que párate a pensar qué tipo de vida quieres, qué es importante para ti y cuáles son tus necesidades y valores, para que tus elecciones sean coherentes.
Ese es el primer paso.
Después de eso, a la hora de cambiar tu rumbo también puede ayudarte el saber qué buscas en una profesión y de qué huyes.
¿Qué es lo que no te gusta de tu profesión actual?
Lo que no te aporta ya nada.
Lo que no querrías ni loca si te dieran a elegir.
Haz una lista y a cada cosa que hayas apuntado dale la vuelta y así tendrás una pista sobre lo que buscas.
Por ejemplo, si no quieres tener que pasar una hora en el coche para ir a trabajar, apunta que quieres trabajar cerca de casa o más cerca, o que quieres usar transporte público.
Si llevas fatal madrugar (como yo ; )), apunta que no tenga horarios intempestivos.
Así tendrás una primera lista de requisitos que harán que tu día a día profesional sea muy diferente. Si quieres profundizar más en este tema te invito a que te apuntes a mi programa, te ayudará mucho a tenerlo todo claro y a hacer ese cambio.
Otro paso importante, además de los dos anteriores, es determinar qué te apasiona y en qué brillas, en qué eres buena. Tienes un artículo al respecto aquí –> 3 formas de descubrir tu pasión
Poder cambiar de rumbo cuando no tienes ideas requiere una serie de pasos, como te digo no puedo explicarlo todo en un solo artículo pero espero que estas recomendaciones te ayuden al menos a dar un primer paso.
Cuéntame en los comentarios qué es lo que más te ha ayudado, me encantará saberlo.
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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.
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