Aprendizaje Socioemocional en la Escuela: Una Tarea Pendiente

A fines del año pasado asistí a un seminario donde habló el profesor representante de Chile en el Global Teacher Prize, Ruperto Pizarro. Al ser consultado sobre qué sería lo primero que haría en caso de ser nombrado ministro de educación, sin pensarlo contestó que promovería programas de inteligencia emocional. Su visión es que para mejorar el aprendizaje más que clases innovadoras y entretenidas, lo fundamental es el vínculo con los alumnos y las relaciones interpersonales que se crean en la sala de clases.

Desde que Daniel Goleman popularizara el término inteligencia emocional, hay cada vez más conciencia de la importancia que tiene el adecuado desarrollo de ciertas habilidades «no académicas» para la formación de niños, niñas y adolescentes. Numerosas investigaciones demuestran que este tipo de habilidades se relacionan con mejores rendimientos académicos, mayor autodisciplina, mejores relaciones interpersonales, mejor clima escolar, menores tasas de conductas de riesgo en la adolescencia, mejores salarios en la adultez, mejor salud física y mental y una mayor satisfacción con la vida, entre otros hallazgos. Por su parte, los avances en neurociencia permiten establecer que este tipo de habilidades son maleables, es decir se pueden aprender.

Según CASEL, (Collaborative for Academic Social and Emotional Learning,www.casel.org ) reconocido organismo internacional para la investigación y promoción de programas de Aprendizaje Socio Emocional (ASE) en las escuelas, éste es definido como “el proceso a través del cual niños y adultos adquieren y aplican efectivamente los conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para entender y manejar emociones, establecer y alcanzar objetivos positivos, sentir y mostrar empatía por otros, establecer y mantener relaciones positivas y tomar decisiones responsablemente”

La OCDE, está realizando un estudio acerca de las habilidades socioemocionales de más de 90.000 estudiantes de diferentes países, y ha señalado que: «las habilidades socioemocionales han revelado ser influyentes para muchos aspectos importantes de la vida, pero también para el desarrollo y uso de las habilidades cognitivas

Por esto decimos que las habilidades cognitivas suman y las habilidades socioemocionales multiplican el conocimiento.

Si bien ya nadie discute que tan importante como aprender a leer sumar y restar, es aprender a regular las propias emociones,  trabajar en equipo, desarrollar la creatividad, establecer metas, etc., el ASE está a años luz de tener la relevancia y el espacio dentro dentro del currículum, que tienen materias como matemáticas o lenguaje. Para muchas escuelas es difícil determinar cómo implementar un ASE efectivo porque generalmente el impacto de los programas que desarrollan estas habilidades no se mide.

La Agencia de la Calidad de la Educación ha incorporado dentro de sus mediciones,  indicadores de desarrollo personal y social, tales como la motivación escolar, hábitos de vida saludable, clima escolar, etc. Ésto refleja un avance por entender la educación desde una mirada más amplia. Estos indicadores pueden dar luces a las escuelas sobre cómo están implementando el ASE, pero aún falta más apoyo y facilidades para que a éste se le pueda dar el lugar que merece dada la influencia que tiene en tantos indicadores de bienestar y óptimo desarrollo.

CASEL se ha dedicado a investigar programas de aprendizaje socioemocional por más de doce años, para encontrar las claves para que éste genere un impacto real y duradero en las vidas de niños, niñas y adolescentes. El año 2017 publicaron el último meta-análisis (Promoting Positive Youth Development Through School-based Social and Emotional Learning Interventions:A Meta-Analysis of Follow-up Effects)

De acuerdo a los lineamientos de CASEL, los programas más exitosos tienen, entre otras, las siguientes características:

  1. Involucran a toda la comunidad (idealmente también a las familias)

  2. Se integran al currículum

  3. Utilizan el aprendizaje experiencial y explícito

  4. Establecen metas razonables

  5. Miden sus resultados para mejorar continuamente

  6. Ofrecen un completo acompañamiento a la comunidad escolar para lograr la sostenibilidad

AMA Consultora SpA, ofrece a las escuelas su programa CONÉCTATE que cumple con estos estándares y que permite ir asentando el Aprendizaje Socioemocional de una manera lo más costo eficiente posible.

Si estas interesado en evaluar cómo está la implementación del ASE en tu comunidad escolar, puedes solicitar el Cuestionario de Evaluación del Grado de Implementación del Aprendizaje Socioemocional (CEGIASE)

Alejandra Ibieta I, 

de AMA Consultora Parental

Articulo extraido de www.talleresama.cl

Read more

AÑO ESCOLAR: MANTENIENDO LA FELICIDAD DEL PRIMER DÍA

Después de varios meses de vacaciones de nuestros niños y algunas semanas nuestras, nos hemos encontrado con que esta vuelta a marzo y este mes se transforma en un aterrizaje forzoso a la realidad. Comienzan los compromisos, el trabajo empieza a andar mucho más rápido de lo que quisiéramos y nuestros hijos -al mismo tiempo- están volviendo a su ajuste, tanto o más que nosotros. Tienen que volver a levantarse temprano, estudiar e ir al colegio. Y quizás, a muchos de ellos la alegría de volver al colegio para a reencontrarse con sus amigos, les dura tan solo el primer día o la primera semana de clases. ¿Cómo lograr que este año se mantenga como ese primer día? ¿qué hacer para poner el ojo como papás en lo que es realmente importante y los hace felices en el proceso de aprendizaje?

No son preguntas fáciles. Nuestros hijos están en un sistema educacional que lleva décadas igual, y eso que nos enseñaban a nosotros, hoy siguen haciéndolo de la misma manera, quizás sólo con algunos pequeños y matizados cambios. ¿Cómo mantenerlos motivados al aprendizaje en un sistema que no los motiva? ¿cómo hacer que esa sensación de felicidad de ir al colegio durante el año perdure?.

El mundo ha cambiado y la manera que tienen de aprender nuestros hijos también. Hace poco vi en televisión a Tal Ben-Zhahar, precursor de la psicología positiva, reflexionando acerca de la educación y el sistema actual. El mismo se cuestionaba (al igual que yo) porque todo sigue idéntico que hace 30 años. Lo peor es que existen datos duros e investigaciones que entregan respuestas claras en torno a lo que nos genera felicidad y bienestar emocional. ¿Qué pasa en los colegios hoy en día que se ha abandonado lo más importante? ¿Qué pasa que aun sabiendo aquello que nos hace felices, el sistema educacional sigue enfocado en aquello que nos genera desilusión y frustración? ¿por qué nuestros hijos siguen sentados frente a un profesor dictando la materia si pueden aprender haciendo? ¿será realmente esa la mejor manera que tienen nuestros hijos de aproximarse al aprendizaje?

Están identificadas las dos cosas que nos entregan mayor bienestar emocional y felicidad. Una es nuestra capacidad de generar vínculos profundos y significativos; y la otra, es la gratitud, esa capacidad de poder agradecer día a día lo que tengo y lo que el otro me da. En el mismo sentido, está comprobado que lograr nuestras metas, sólo otorga una felicidad pasajera, que tiende a transformarse en desilusión cuando nos damos cuenta que eso que buscaba y que encontré, no me llevó a la felicidad que esperaba, sino más bien a la necesidad de ir aún más lejos. En ese momento, recién ahí, sí puedo llegar a ser feliz. La felicidad de esta forma, como lo pueden ver, nunca se alcanza.

Y entonces, si enfocarnos en el logro de metas más que en el proceso nos llena de desilusión ¿por qué seguimos otorgándole tanta importancia a la nota?  A ratos veo que el sistema educacional pone a sus alumnos en un lugar absolutamente pasivo frente al aprendizaje, como si ellos no pudieran ser los protagonistas, lo que tiende a aburrirlos al poco andar. La importancia se pone en la prueba y en enseñar para esa prueba. ¿Qué pasa con enseñar a agradecer por el proceso de aprendizaje? ¿a dar espacio para la curiosidad sin una nota de por medio? ¿Qué pasa que no ponemos énfasis en los vínculos que podemos formar en una sala de clases a través de un trabajo colaborativo e inclusivo y no en las notas que me tengo que sacar?.

Siempre me ha llamado la atención, por ejemplo, cuando veo como mis pacientes se enfrentan a un trabajo en grupo. Es tanta la importancia de la nota, que olvidan lo más importante, que finalmente es aprender a trabajar en equipo, obviamente además de aprender del tema que se está investigando. Entonces se subdividen el trabajo, coordinan por WhatsApp, y la mayoría de las veces, la más matea apreta al menos interesado y termina, o haciéndolo sola o corrigiendo todo lo que entregaron los demás. ¿En qué parte de este proceso aprendieron a trabajar en equipo? ¿a liderar? ¿a discutir si hay algo que no me parece? Lamentablemente, ese aprendizaje no existe y lo que es peor, tampoco es valorado por nosotros los adultos, que probablemente solo estaremos contentos con la entrega del trabajo y su nota, más allá de como este se gestó. Tengo pacientes, dispuestos a inventar enfermedades con tal de estudiar más para una prueba y así sacarse una buena nota. Se olvidan completamente que para lograr esa “mejor nota” tuvieron que mentir en el proceso y que la mentira daña las relaciones humanas, lo que es peor, incluso a veces nosotros como papás avalamos está mentira para que ellos puedan faltar y así rendir “más” o “mejor”. Me sigo preguntando ¿qué y cómo les estamos realmente enseñando a nuestros hijos? ¿a nuestros jóvenes? ¿la felicidad está en el éxito académico? ¿en el profesional?  ¿está en lograr tus objetivos sin importar el medio, sin importar el otro?.

Desde mi mirada – o mi sueño- poner el ojo en el proceso y no en la meta, es lo que nuestros hijos necesitan aprender de nosotros y ojalá del sistema educacional. Sería fantástico que el sistema los llevará a generar vínculos a través de un trabajo en equipo respetando las diferencias de cada ser humano.

Podemos enseñarle a nuestros hijos, como ellos tienen la oportunidad de elegir que los hará felices, pero entregándoles la respuesta científicamente comprobada de donde se encuentra ese bienestar emocional o felicidad. Piensen en ustedes mismos ¿qué es lo que los hace más felices? ¿qué los lleva a sentirse plenos? Segura, que la respuesta es: nuestros vínculos y en poder mirar y agradecer lo que tenemos. ¿por qué no enseñarles lo mismo a nuestros hijos? ¿por qué no enfocar la mirada en los logros durante el proceso, en el respeto a los vínculos y en agradecer lo aprendido y no en lo memorizado?

Se que muchos pensarán distinto a esta postura que planteo, dirán que la nota es necesaria para medir los aprendizajes y que las pruebas generan hábitos de estudio. Ante eso yo sólo les pregunto ¿qué los hace felices a ustedes? ¿cómo quieren transmitirles a sus hijos la importancia de la vida? ¿a qué quieren otorgarle importancia en el proceso de aprendizaje para que sus hijos realmente disfruten este camino largo de la educación? Finalmente ¿qué necesitan nuestros hijos de nosotros y del sistema educacional para DISFRUTAR APRENDIENDO?

Para mí el mensaje es claro: “esfuérzate y disfruta mientras aprendes, genera lazos profundos y significativos con los que te rodean, aprovecha y aprende de las diferencias, respeta al que puede y ayuda al que no puede tanto y da gracias todos los días por esas pequeñas cosas que hicieron de tu día, un día mejor. La nota no me importa y espero que tú puedas medir tu felicidad sin que ella sea una variable en esta ecuación de lo que es la vida y la felicidad.  Disfruta el colegio y todo lo que puedas aprender de él y de las personas que te rodean. Sé feliz agradeciendo del proceso y no de la meta … que a veces nunca llega.”

María José Lacámara – Conoce más AQUI

joselacamara@gmail.com

Instagram: @joselacamarapsicologa

Read more

¿Tu hijo de 4 años pregunta “por qué” Todo el día? Respóndele siempre

Mi hijo está en las etapas de los “¿y, por qué?”, y aunque a veces pone al limite mi paciencia y otras me deja pensando un rato la respuestas SIEMPRE le contesto.  Porque se que la razón de fondo a sus inquietudes y preguntas es que su cerebro está madurando y se está desarrollando acorde a su edad cronológica .

Cuando los niños son pequeños el cerebro que domina (por llamarlo de alguna manera) es el encargado de las emociones, de las respuestas viscerales e instintivas, entonces es muy normal que los preescolares tengan estallidos emocionales que popularmente se denominan “berrinches”.

Por el contrario, las áreas del cerebro encargadas del pensamiento lineal, la planificación, el pensamiento lógico no están del todo desarrolladas.

Durante el periodo que va de los 3 a los 5 años se produce una aceleración aguda en el desarrollo de las funciones ejecutivas del cerebro y los sistemas neuronales que las sustentan (Carlson, 2005; Garon et al., 2008).

Por este motivo es que notamos que nuestro hijo de 4 años comienza a autorregularse con bastante éxito y los estallidos emocionales son cada vez más espaciados y cortos.

Por eso si tu hijo te preguntas mil veces al día  “¿por qué?” trata siempre de contestarle ya que el cerebro se nutre de experiencias e interacción. Evita las mentiras o las exageraciones fantasiosas, tu hija seguirá preguntando hasta que su cerebro arme un mapa mental que les convenza y luego saldrán con las conclusiones más locas y geniales que hayas escuchado.

Definitivamente es una etapa única de las niñez, vívela a fondo que se termina muy rápido. Graba a tu hij@, has vídeos de sus palabras y su razonamiento lógico, cuando el sea mayor y los vea reirán juntos.

Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

www.nutrimama.com

mamaminimalista.net/

Instagram: Nutri_mama

Si crees que este artículo puede serle útil a alguna mamá o papá, compártelo!

FACEBOOK: @MAMAMINIMALISTA
INSTAGRAM: @mamaminimalista

Read more

Hacerte las uñas no sirve. El verdadero ingrediente del autocuidado

¿Se han dado cuenta que cuando uno le cuenta a otros que está estresada el único consejo que te dan es que te regales tiempo para hacer algo que te guste o relaje (y la mayoría de las veces te dan como ejemplo ir a la peluquería o tomarse un café con una amiga)?

Si bien salir de la rutina y hacer algo que nos gusta hace bien, es solo una solución parche. Porque nos genera calma en el momento, pero al llegar a casa nos esperan las mismas cosas que nos tenían estresadas al salir. Y las pilas que cargaste, tarde o temprano se vuelven a desgastar.

Si lo vemos desde este prisma, la solución no está en hacer una actividad pasajera, sino en nuestro interior. Un cambio en nuestro estilo de vida. Especialmente en la forma en que enfrentamos los estresores y desafíos del día a día.

A mi parecer, la clave está en el autocuidado y amor propio. Si nos queremos, sabremos buscar la forma de satisfacer nuestras necesidades. Sabremos cuándo postergarnos y cuando ponernos como prioridad. Sabremos ponernos límites. Y lo más importante, sabremos ser compasivas con nosotras mismas. Nuestra voz interna nos acompaña en todo momento y depende de nosotras que nos hable y contenga como lo haría nuestra mejor amiga, o que nos devalué y agobie como lo haría nuestra peor enemiga.

A continuación te voy a dar cinco consejos para que practiques el autocuidado y la autocompasión:

  1. Sé descriptiva y usa adjetivos neutros cuando te hables a ti misma de ti misma: No es lo mismo decir «soy agresiva», que «siento la rabia muy intensa y a veces me cuesta mantener el control». El primero ataca y merma nuestra autoestima, mientras que el segundo nos invita y motiva al cambio y al crecimiento.

Cuando te equivocas, no es lo mismo decirte «eres la peor madre del mundo», que «te equivocaste, no estuvo bien cómo actuaste, tranquilízate y pide perdón».

Juzgarse y autodevaluarse no sirve de nada. Mírate con cariño y compasión, trata de entender de dónde vienen tus dificultades y qué podrías hacer para manejarlas mejor.

  1. Aprende a manejar la culpa: Todas las emociones son postitivas en tanto tienen un propósito adaptativo: comunicarte lo que te pasa y qué necesitas. La culpa tiene la importante misión de mostrarte que te equivocaste, ayudarte a aprender del error y motivarte a reparar cuando es necesario.

 

Al igual que todas las otras emociones, una vez que cumple con la misión para la cual fue creada, debes dejarla ir. Quedarte pegada criticándote a ti misma no sirve de nada. Cuando haces eso la culpa se vuelve patológica. No hay aprendizaje ni reparación.

 

  1. Esfuérzate por estar consciente de tus sensaciones, emociones y necesidades: El cuerpo es el primero en darse cuenta que algo nos pasa. Por lo mismo, es muy importante prestarle atención cuando nos habla y tratar de decifrar qué es lo que nos quiere decir. Te doy un ejemplo. Yo me doy cuenta que me estoy empezando a estresar cuando empiezo a respirar profundo, o que me siento pasada a llevar cuando se me aprieta el estómago. Al darme cuenta de esto, me pregunto qué me pasa y qué necesito.

 

  1. Dale importancia a tus necesidades: Además de estar atenta a tus sensaciones, emociones y necesidades, es importante que te preocupes de <<atenderte>> de manera oportuna. Es como cuando vas manejando y se prende el aviso de que queda poca bencina. Si no le haces caso, tarde o temprano te quedas en pana.

 

  1. Pregúntate qué hay detrás de tus autoexigencias: No sirve bajar nuestros niveles de exigencia si no trabajamos la fuente que los sube. Si eres muy crítica contigo misma, quizás sería bueno que te preguntes porqué eres así. ¿Será que sustentas tu valor como madre en el éxito y por tanto al equivocarte te sientes la peor madre del mundo? ¿Será que detrás de esta autoexigencia hay pensamientos irracionales como «tengo que ser perfecta» o «si me equivoco voy a dañar a mi hijo»? ¿Será que eres dura contigo misma porque te falta trabajar el amor propio? (Cardemil, 2019).

 

Para terminar, recuerda que el autocuidado y el amor propio es algo que se trabaja todos los días. Y de ahora en adelante, cuando te sientas agobiada, la solución no está en ir a hacerte las uñas, sino en ser tu mejor amiga.

 

Andrea Cardemil Ricke

Psicóloga Infanto Juvenil

Autora de <<Apego Seguro: cómo relacionarte con tu hijo a partir de los dos años >> y <<Separarse con niños pequeños: cómo seguir nutriendo tras la ruptura>>

Instagram: @andreacardemil

 

 

Read more

Somos padres: ¿qué podemos ofrecer?

Columna: NO A LAS RECETAS sin espejo – Angelina Bacigalupo

Socialmente, y generalizando, cuando se habla de los hijos, las conversaciones suelen orientarse al comportamiento, al aprendizaje, a temas cotidianos. Con bastante menos frecuencia y la gran mayoría de las veces sólo en estrechos círculos de confianza, se habla de lo que ocurre en uno, adulto, en la relación con ellos. La infancia de nuestros hijos es una de las etapas de la vida que nos invita a mirarnos, a descubrir cuál es esa “filosofía” de parentalidad que queremos forjar día a día a través de nuestras prácticas de crianza e integran nuestra manera de acompañar, proteger y educar.

Los niños necesitan de adultos protectores que los acompañen de cerca en su desarrollo, que les ayuden a regular los estados emocionales prestándoles estrategias de regulación interna mientras desarrollan las propias, que los orienten en satisfacer sus necesidades dentro de los límites que permite el respeto a los demás.

Si pudiéramos convertirnos en observadores expertos, atentos, cercanos, pacientes, entonces podríamos descubrir quién ES nuestro hijo y permitirle ser él mismo y emprender el camino en búsqueda de su lugar en el mundo y su felicidad. Necesitamos el espejo para explorar nuestro mundo interno e identificar lo que NOS ocurre y diferenciarlo de lo que le ocurre a nuestro hijo, saber quiénes somos, lo que motiva nuestras decisiones y comportamientos, cómo nos sentimos, cómo reaccionamos frente a las situaciones que vivimos, considerando la relación con nuestros niños y la conexión con nuestro niño/a interno/a.

Tomemos nuestro espejo. Profundicemos en el conocimiento de nosotros mismos, hagámonos cargo de nuestro actuar y estaremos dando espacio para que surja un conocimiento más pleno también de nuestros hijos, ya que podremos reconocer qué es de ellos y qué es nuestro. De esta manera tendremos la oportunidad de responder sensible y atingentemente a sus necesidades emocionales, pilar fundamental en el desarrollo de un niño sano.

En los momentos de alta demanda emocional, cuando la tensión se ha hecho presente y nubla nuestra capacidad de pensar, cuando la emoción “nos ha tomado”, resulta fundamental calmarse, tomar distancia, mirarse, reflexionar, poner las responsabilidades donde van y volver a decidir con valentía qué tipo de padres queremos ser. El niño necesita de sus padres, necesita de la seguridad, cuidados y conexión que puedan ofrecerle para el buen desarrollo de su salud mental.

¿Qué relación tiene esto con la crianza?, ¿por qué es importante que nos detengamos a mirarnos en situaciones cotidianas de alimentación, sueño, manejo de situaciones conflictivas, celos y rivalidades entre hermanos, despedida al momento de llegar al jardín/colegio, tareas escolares, ordenar juguetes y un gran número de otras situaciones que se viven a diario en la relación papá/mamá-hijo/a? Porque es en los detalles donde se juega la relación. No es azar, no es casualidad, no es sólo el ambiente… el vínculo que tenemos con nuestros hijos, con cada uno en particular, ha ido siendo construido desde antes de su nacimiento y seguimos desarrollando día a día ese tipo de relación que nos habla de bienestar o de sufrimiento. Y la calidad del vínculo no se construye solamente por las características personales de uno u otro, sino por el encuentro de ambos en un contexto determinado, con una historia particular, con toda la riqueza y las debilidades personales. Las relaciones entre padres e hijos serán las más influyentes en la vida del niño, ahí se sientan las bases para las interpretaciones emocionales y cognitivas de las experiencias sociales y no sociales, para adquirir el sentido de uno mismo y de los demás, así como la construcción del andamiaje valórico que regirá sus vidas.

Los problemas simples de crianza pueden conducir a problemas graves en las relaciones interpersonales en situaciones de intimidad en el futuro de ese niño. Por eso, el espejo.

Si acompañamos a nuestros niños en esta gran tarea de construirse a sí mismos, respetamos su camino, permitimos sus caídas, comprendemos que darán un paso a la vez, ponemos el acento en sus necesidades emocionales y no en las nuestras, si identificamos nuestras dificultades en la crianza y movilizamos nuestros recursos personales para responder asertivamente a sus requerimientos, si buscamos ayuda cuando el camino se pone difícil y no sabemos cómo o no nos resulta, si nos tomamos en serio nuestro desarrollo personal… entonces estaremos siendo padres sensibles que permiten el desarrollo epigenético óptimo de los hijos. Nos habremos dado cuenta de que nuestro papel en su vida es acompañar y orientar su proceso de autorrealización, inspirar su mejor versión y celebrar la oportunidad que nos brindan de convertirnos en mejores personas.

Si no sabemos cómo hacerlo mejor, estamos en el mejor momento histórico para convertirnos en los padres que nuestros hijos necesitan. Disponemos de cuantiosa evidencia, años de investigación y elaboración teórica que nos orientan en la senda de la crianza con respeto y nos brinda criterios claros para promover relaciones saludables y emocionalmente nutritivas con nuestros niños. No pierda su espejo!!

 

Psi. Angelina Bacigalupo O. 

                                                                                    Psicóloga Clínica Acreditada por la CONAPC

Especialista en Psicoterapia Infanto Juvenil

 

Read more

Ser mamá: opción, no imposición

Ser mamá no es la panacea, no es la clave para la felicidad y no nos hace mejores personas que el resto. Ser mamá no llena vacíos, no retiene hombres ni nos vuelve súper mujeres per se.

Ser mamá es una labor para toda la vida, una responsabilidad y un compromiso que no todo el mundo está dispuesto a afrontar lo cual debe ser visto con el respeto que se merece y no como algo antinatural porque no lo es: ser mamá es opción y no imposición. 

La maternidad es un sinfín de aprendizajes y una experiencia única y maravillosa pero no es el fin último ni la meta en la vida de una mujer y por supuesto que no encaja con el plan de vida de todas y es absolutamente válido y comprensible. Ser mamá implica siempre alguna renuncia del yo. 

Si sos mujer y hoy decides no tener hijos yo te aplaudo, te admiro y te respetos porque me parece mucho más honesto y justo para con las partes pararse ante el mundo y decir: “no me interesa la maternidad” a ir por la vida siendo una madre frustrada, arrepintiéndose de lo que no pudo ser o criando hijos a medias o pasando necesidades. También me atrevo a pedirte que si estás absolutamente segura y sin vuelta atrás procures evitar quedar embarazada.

Me consta que la mayoría de las mujeres que deciden no tener hijos en general no se levantan de la cama un día  diciendo: “no voy a ser mamá”, gran parte de las que conozco que conozco son mujeres que han analizado mucho la situación, tienen argumentos bien plateados y han meditado, evaluado y proyectado llegando a su conclusión. Respetémoslas como así ellas también deben respetar a la mujer que encontró su vocación o su plenitud en la maternidad. 

Por otro lado hay congéneres que no pueden tener hijos y adoptar a veces no es opción o es un proceso largo y complicado: bajemos el nivel de presión y comentarios sugerentes. Nunca sabes lo que hay en la cabeza y el corazón de los demás como tampoco sabes las pérdidas y el sufrimiento  por el que han atravesado.

Amar al prójimo es también tener los ovarios para ir en contra de los mandatos sociales si no sentimos la certeza de que queremos ser mamás. 

Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista

 

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

www.nutrimama.com

mamaminimalista.net/

Instagram: Nutri_mama

Si crees que este artículo puede serle útil a alguna mamá o papá, compártelo!

Read more

Evaluación 2018

Hace muchos años que en este mes de Noviembre, he escrito que por favor me dejen vivir este mes que se nos fue. Noviembre ya es un mes que dejo de existir para dar paso a un Diciembre loco, estresante y casi sin sentido. Por eso quiero invitarlos a empezar a evaluar este año que tan rápido se nos fue como viene siendo la costumbre.

Hacer una evaluación debiera incluir un sin número de factores como los económicos, salud , y por supuesto las emocionales.

¿Cómo nos fue este año? Siempre he dicho que no hay años buenos ni malos sino que años en los que se aprende o años en los que no se aprende tanto.

Sin embargo, tengo que reconocer que este fue un año muy duro para muchísima gente y no estoy excluida de ese grupo, lamentablemente.

Conversando con alguna gente sabia a la cual escucho mucho, llegábamos a la conclusión que este año fue un año para “ver”. Este Ver fue una invitación a correr un velo de los ojos para poder mirar aquello que dolía pero nos invitaba a hacernos cargo. Es como correr el telón de un escenario y que al abrirlo aparecen escenas que nos muestran aspectos de la vida.

A algunas personas esa escena les mostró temas de salud, a otros sus propias sombras, infidelidades, miedos, autocuidado y tantas cosas que todos los seres humanos tenemos que enfrentar en muchos momentos de nuestras vidas.

Frente a esto que se “vio”, algunos decidimos hacernos cargo y vivir el dolor y la desilusión que generalmente traen los duelos y transitamos por este proceso casi todo el 2018. El resto de las personas que “vieron” y no se hicieron cargo probablemente tendrán que volver a procesar el 2019.

Sin embargo, con todo lo doloroso que pudo ser en el mundo interno y externo este 2018 y de mi decreto de no querer aprender nada más del dolor, sino que sólo voy a aprender desde la alegría y del gozo, tengo que reconocer que la pelea con los enemigos internos es una pelea apasionante en la que seguramente tendré que seguir batallando con ellos por mucho tiempo .

Todo el resto de lo que debiera ser la evaluación de este año se los dejo a ustedes para que lo revisen desde la más absoluta libertad y se hagan todas las preguntas que quieran y mientras mas mejor.

Ojalá no formen parte de este enorme grupo que acabo de describir donde este año fue muy duro, sino que hayan tenido un año lleno de abundancia en todo sentido y de sabiduría para vivir lo que les tocó .

Dejemos de desear un año “sin novedades”, sino que nos traiga muchas. Que aprendamos a decir “ de lo bueno, mucho”, y nunca más de “ de lo bueno, poco”.

Ojalá pidamos que nos “sobre” y no que “ahorremos” dinero para centrarnos en la abundancia y no en el miedo para cuando falte.

Evalúen lo quieran, pero los invito a hacerlo para limpiar, soltar, perdonar, cerrar y poder empezar de nuevo.

Al final cuando llegue el nuevo año , lo único que debiéramos pedir es sabiduría. Pedirla para vivir lo malo que va a venir igual y poder agradecer lo bueno que sin duda nos inundará y que seamos capaz de verlo.

 

Read more

Pasos para progresar en el camino espiritual

1. REPASA tu pasado para curar todas las heridas (de lo contrario las volverás a proyectar hoy).

Hay que prestar especial atención a las heridas de la infancia porque se vuelven patrones subconscientes y mecanismos de defensa durante el resto de tu vida. Es aconsejable contar con la ayuda de un terapeuta profesional que pueda guiarte y apoyarte con esto.

2. PERDONA a todos los que alguna vez te han herido o dañado, perdona al mundo por su injusticia, y perdónate a ti mismo.

Aferrarse a rencores es un gran obstáculo para el crecimiento interno. Es prácticamente imposible volar a más alto si llevan cargas pesadas. No es un favor que haces a los demás, es la única manera de deshacerte del pasado.

3. MEDITA.

Está bien comenzar con solo 10 minutos al día para aumentar tu mindfulness y tu bienestar, ya que tenemos vidas increíblemente ocupadas y locas, pero si quieres que tenga un impacto real en tu vida, hay que profundizar y adquirir un mayor compromiso.

Si deseas acercarte un paso más al despertar, será necesario ampliar el tiempo dedicado a ello e incluir regularmente retiros de meditación y silencio con el fin de tomarte el tiempo y el espacio fuera de las interferencias y distracciones que nos abruman durante la vida diaria. De esta manera, aumentarás las posibilidades de des-identificarse con tu ego y podrás tener una experiencia directa de las sutilezas que constituyen el mundo más allá de los sentidos físicos.

4. Emprende la práctica de leer libros INSPIRADOS Y SAGRADOS cada día.

Es indispensable aprender de los más avanzados que tuvieron la inmensa generosidad de mostrarnos el camino. Cada uno ha de caminar su propio camino, pero es una gran suerte poder disponer de señales que indiquen la dirección correcta del camino.

5. Toma cada desafío, cada obstáculo y cada crisis como una OPORTUNIDAD para desarrollar virtudes.

Es fácil permanecer alegre y agradecido cuando todo sale bien. Pero es realmente difícil mantener el equilibrio y la claridad cuando llegan sorpresas inesperadas, especialmente las más difíciles. Sin embargo, si te enseñas a ti mismo que cada situación incómoda contiene una oportunidad de crecimiento, la vida se vuelve mucho más interesante y no desperdicias ninguna energía resistiendo aquello que te aparezca en tu camino.

6. INTEGRA en tu vida diaria el hecho de que todo lo que piensas, dices y haces tiene consecuencias.

Por lo tanto, alimenta en tu mente solo lo positivo, ya que es lo que hace que hables con sinceridad y amabilidad, y que actúes consciente de tu propio comportamiento y con compasión hacia todos los seres vivos. Las semillas que plantas hoy las cosecharás en el futuro. Que seas consciente de ello o no, es irrelevante.

 

Autora del artículo: Mónica Esgueva

Read more

Aumenta las preguntas

Hace mucho tiempo unos mayas me enseñaron algo que he intentado practicar y que no es nada fácil.

Ellos me preguntaron ¿cuántas preguntas te haces al día?. Al ver mi cara de sorpresa era evidente que no me hacia o me hacia muy pocas. Me empecé a preguntar porque no me preguntaba y lo que apareció era obvio, me daban miedos las respuestas. Tendría que hacerme cargo de ellas y probablemente hacer cambios y tomar decisiones.

Cuando llevé este aprendizaje a talleres me di cuenta que no estaba sola en este problema y que a todos o casi todos nos pasaba lo mismo.

Cuando me refiero a preguntas, quiero decir cuantas veces en el día, te preguntas , ¿cómo estás?, o ¿ cómo está tu vida?, ¿cómo te sientes? Y tantas otras que pueden venir a tu cabeza.

Es verdad que al sistema económico que tenemos no le conviene gente pensante o que se pregunte muchas cosas, así consumimos más y somos más “dóciles” al momento de actuar. Quizás por eso hemos ido eliminando la filosofía de las aulas y de las calles, lo cual sólo me asusta y no me gusta.

Las preguntas que nos hacemos son nuestro pequeño espacio de libertad que nos permite poder elegir y sobre todo hacernos cargo de todo lo que nos está pasando.

Las preguntas ayudan a que no nos mintamos, a que seamos capaces de ver nuestras luces y nuestras oscuridades todo el tiempo y podamos actuar en consecuencia.

Quiero invitarte a hacerte preguntas desde que te despiertas hasta que te acuestes, no para que puedas elegir, seguramente hay muchas de ellas en que la respuesta será obvia y no podrás elegir pero el solo ejercicio de practicarlas te hará sentir distinto frente a todo, incluso frente aquello que tendrás que hacer igual o en aquellas donde la respuesta será evidente.

El solo ejercicio te sorprenderá porque habrán muchas respuestas que las dará tu cuerpo y tus emociones sin poder controlarlas desde tu cabeza, simplemente ocurrirán.

Es como cuando tiembla o es Año Nuevo donde tu cabeza se va a personas que no imaginaste o que  te  ratifican  que  son  las  importantes  de  tu vida.

Te harás preguntas como si quieres hacer regalos de navidad en noviembre, o si tu hijo(a) necesita otro par de jeans o tal vez si es necesario o si quieres comer ese pie que sabes que te engorda. Tal vez serán más importantes como si eres no feliz, si estás en paz, si te sientes bien o orgullosa (o) de ti mismo(a).

Te advierto con cariño que el ejercicio de hacer más y más preguntas requiere de una condición y esta es la valentía, para poder aceptar las respuestas y hacerte cargo de ella. No es tarea nada fácil ni cómoda pero te aseguro que es muy satisfactorio el ejercicio de ser congruente con uno mismo y actuar desde el corazón todo el tiempo.

También da miedo empezar a practicarlo todo el día, pero es solo al principio. Pasa algo hermoso que, es que después de ver, no es nada cómodo volver a hacerte el tonto(a) haciéndote el ciego(a) de nuevo.

Parece ser un aprendizaje que no tiene retorno. Buena suerte, ojalá lo practiques con todo, yo al menos estoy en eso.

 

pilar_sordoEscrito por Pilar Sordo – Psicóloga

Extraído de www.pilarsordo.cl

 

 

 

Read more

¡Estudiar en colores!

En esta oportunidad les quiero contar acerca de un técnica de estudio tan famosa como efectiva…

Cuando nos disponemos a estudiar y debemos averiguar, planificar, leer y comprender es fundamental poder hacerlo de manera eficiente y de ese modo no perder el tiempo ni las energías y sentirnos motivados con todos los conocimientos nuevos que vamos incorporando. Para eso existen variedad de técnicas y estrategias que nos ayudan a entender mientras leemos, una de esas estrategias es interactuar constantemente con el texto de estudio ya sea tomando notas, realizando autopreguntas o subrayando. Se puede subrayar con destacadores lo que lo hace aún más atractivo, no obstante no es una tarea fácil, como todo para lograr las metas, se necesitará de práctica y estudio constante y gradual.

A continuación algunos usos del código de colores:

-Utilizar un color para cada asignatura

-Utilizar un color para cada tipo de información relevante

-Utilizar un color para cada tarea o deber escolar

-Utilizar un color para cada etapa del estudio

Breve explicación para cada uso:

Utilizar un color para cada asignatura la que tendrá un color a lo largo de toda la etapa escolar, propongo:

verde para Ciencias

naranjo para Historia

fucsia para Matemáticas

amarillo para Lenguaje

calipso para Tecnología

Utilizar un color para cada tipo de información relevante

Se refiere a que iremos destacando para cada asignatura un tipo de idea principal que debemos ser capaces de reconocer. A groso modo les puedo compartir que en Ciencias la información más importante serán conceptos y sistemas. En Historia la mayor parte de las veces serán fechas, lugares y personas. En matemáticas serán procesos y esquemas. En lenguaje serán hechos y consecuencias de estos hechos. y en el caso de tecnología serán más bien proyectos y sus etapas. Cada uno de los anteriores debemos subrayar con el color asignado (mencionados anteriormente) para poder elaborar con esas ideas destacadas un posterior esquema o resumen.

Utilizar un color para cada tarea o deber escolar

Para este uso sugiero en el calendario de actividades escolares (o planificador) destacar cada actividad con un color diferente, por lo que quedaría: control de lecturas amarillo, pruebas fucsia, quiz o control acumulativo verde, dictado naranjo y proyectos grupal o presentaciones verde y tareas con celeste. De este modo cada vez que se mira el calendario (diariamente ojalá!!) se entenderá con solo mirarlo cómo viene la semana y el mes…

Utilizar un color para cada etapa del estudio

Se refiere a ir cambiando de color para subrayar en la medida que se va avanzando en el estudio. Para la primera lectura, que es más superficial, se destacará con verde; luego en la segunda que ya es más comprensiva se destacará con fucsia, luego en la tercera donde ya se entiende más se destacará con celeste, y así sucesivamente hasta llegar a lo medular con lo cual se podrá elaborar un esquema o resumen.

 

claudiapaseteneClaudia Pastene Gorigoitía

Mamá de tres hijos.

Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral

Read more