Extraido de espaciosumanocero.blogspot.com
José Miguel Valle. Escritor y filósofo
Foto portada: Obra de David Kockney
Y, esta semana en: “aprendiendo a decir que no” me he quitado un peso de encima del tamaño de la antigua Unión Soviética. Y no he implosionado. En realidad … no ha pasado nada.
Hace unas semanas me llamaron para participar como ponente en una conferencia en Colombia y, sin pensarlo un segundo, dije que si, como siempre. Cuando terminé la reunión pensé “¿para qué he dicho que si cuando quería decir que no?. Decir que si siempre me ha hecho estar sepultada muchas veces por proyectos y compromisos que colapsaban mi agenda, llenando espacios que debería dedicar a mis clientes y a desarrollar mi proyecto; no los proyectos de otros. Mis prioridades, no las que me marcan otros. Así que llamé dije que no al proyecto, que no está entre mis prioridades hoy, y les recomendé a otra persona.
Conclusión: que difícil es q veces llevar las riendas y tener clara nuestra meta. Priorizar y tener claro hacia dónde vamos nos da muchas pistas para marcarnos el camino.
Aprender a decir que no y ser más asertivos sin duda suma a nuestro proyecto, a nuestros clientes y, especialmente, a nosotros mismos.
#asertividad #coaching #desarrollo
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Una relación de pareja sana se fundamenta en 3 elementos: Comunicación asertiva, condiciones mínimas de convivencia y Respeto a las diferencias. En esta ocasión hablaremos sobre para qué sirve el respeto en la pareja
Hoy en día tenemos muy presente el enorme valor que tiene el respeto, grandes debates se dan por esta premisa pero ¿Qué significa el respeto?
Para efectos de la convivencia tiene 3 partes fundamentales:
1. Respeto tus ideas aún cuando no las comparta
2. No te ofendo ni menosprecio por lo que piensas
3. A pesar que somos pareja y deseo estar contigo RESPETO tú tiempo a solas y exijo el mío.
Lo primero que debemos comprender es que las personas tenemos diferentes maneras de visualizar el respeto, es decir, cada uno lo traduce a conductas que pueden ser tan diferentes como: Saludar con buenos días es respeto versus Darme un abrazo en la mañana es importante.
Si sabemos traducir y crear condiciones para que nuestra pareja sepa expresar respeto y amor con situaciones que ambos podamos valorar y entender le habremos ganado una batalla a las relaciones tóxicas. Luego de traducir en cosas que ambos podamos ver, también es importante que sepamos entender y no poner en tela de juicio cuando nuestra pareja haga cosas que no comprendemos o compartimos.
Cuando somos capaces de respetar también surge una necesidad de vivir experiencias. Por ello, es momento de mantener algunas de tus actividades solo. Te explico, vivir en pareja se alimenta en gran medida de esas salidas a solas que tenias, de esos grupos de amigos que frecuentas.
Es normal que nuestra pareja quiera estar en cada uno de los espacios pero cuidado con negarte tu vida a solas solo por complacerlo. Es importante que para fomentar el respeto entre ambos tengamos momentos a la semana a solas.
Por último, el respeto es un valor que debe ser cuidadosamente compartido con nuestra pareja, recuerda siempre mantenerte firme con tus exigencias y ten la flexibilidad de ceder para que puedas negociar con asertividad.
Fray Martínez
Psicólogo, Autor y Conferencista
http://psiqueactiva.blogspot.com.es/
Extraido de www.institutodraco.com
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Los problemas en pareja pueden venir desde varias vías: puede ser por falta de comunicación, tomar decisiones, tener objetivos incompatibles entre sí, etc.
En esta ocasión vamos analizar con calma que se puede hacer cuando surgen problemas de pareja.
Una de las primeras observaciones que les dejo a mis pacientes a diario es que las diferencias con tú pareja no van acabarse con el fin de este problema. Siempre que nos enfrentamos a otra persona pueden aparecer roces, ideas que se oponen a las tuyas pero lejos de alarmarte hay que ser más creativos y respetar al otro antes de seguir criticándolo.
Entonces, debemos inicialmente preparar nuestra mente y buscar un espacio sano para conversar acerca de esa diferencia que tenemos. La mente así como cualquier otro musculo necesita que lo preparemos antes de una conversación.
Es importante destacar que las palabras en medio de una discusión para solucionar el problema son muy valiosas. Es necesario que tengamos mucho cuidado a la hora de expresarnos, no se trata de rebajar o menospreciar lo que opina tú pareja sino al contrario, tomar en cuenta lo que dice para poder negociar con asertividad.
Hay que ser valientes para mirar este problema que tenemos en pareja directo a la cara. No se puede seguir evadiendo porque cada vez que lo hacemos nos alejamos de la solución y posiblemente estamos sembrando la semilla del rencor.
Finalmente conversar, negociar y valorar al otro debe desencadenar en TOMAR DECISIONES. Estas serán la guía con las que podemos finalmente resolver el problema, por eso hay que ser valientes a la hora decidir y hacerlo siempre por el bien de AMBOS para que todo vuelva a la armonía.
Fray Martínez
Psicólogo, Autor y Conferencista
http://psiqueactiva.blogspot.com.es/
Extraido de www.institutodraco.com
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Esta frase, que parece sacada de un melodrama, es dicha todos los días en los ambientes más diversos, pero sobre todo en el mundo laboral.
Kim Scott —cofundadora de Candor Inc., empresa dedicada a ayudar a las personas a tener mejores relaciones en el trabajo— quien colaboró en Google con Sheryl Sandberg —actual directora ejecutiva de Facebook y antes Vicepresidenta en Google—, recordaba la ocasión en que recibió de esta última un comentario franco sobre su estilo de presentación: “Cuando dices ‘um’ cada tres palabras, eso te hace ver como una tonta”. A Scott esto la descolocó, pero pudo manejar el comentario porque conocía a Sandberg y sabía que se preocupaba por ella a nivel personal por la buena relación que existía entre ambas. Sin embargo, con otra persona, este comentario habría tenido un efecto totalmente contraproducente.
¿Se puede ser francos con nuestros colaboradores y, al mismo tiempo, mostrar interés? Emma Seppala, directora del Centro de Investigación y Educación sobre Compasión y Altruismo de Stanford University, y Kim Cameron, profesora de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan, nos ofrecen tres formas en que los directivos pueden dar consejos sinceros y constructivos:
Más comentarios positivos que negativos. Para estas expertas, en las organizaciones con alto desempeño se emiten aproximadamente cinco declaraciones positivas por cada declaración negativa. Se puede corregir a los colaboradores, incluso criticarlos o enfrentarlos, pero debería hacerse en un contexto positivo. Los resultados serán mejores y mantendrán la moral y la participación.
Comunicar las fortalezas más que las debilidades. Normalmente tendemos a enfocarnos en la retroalimentación crítica, sobre todo cuando estamos enojados, y restamos importancia a las fortalezas que tienen nuestros colaboradores. Empezar una crítica diciendo las cosas buenas conseguidas para luego pasar a lo que se puede mejorar tendrá un efecto más preciso, eficaz y duradero.
Objetividad en todo momento. Ante un evento negativo, describa la situación problemática en lugar de evaluarla; identifique las consecuencias objetivas del evento en lugar de echar culpas, y sugiera alternativas aceptables en lugar de discutir sobre quién tiene la razón.
Al final, importa lo que se dice y cómo se dice. Pero un tono positivo y conciliador siempre tendrá más probabilidades de conseguir el cambio de actitud que buscamos.
Autor: Patricia León Gonzalez
Extraido de Revista Perspectiva
Una de las tensiones más frecuentes que se desatan en la búsqueda de conciliación de intereses antagónicos es la que se produce entre la empatía y la asertividad. La empatía consiste en habitar en la mirada del otro y contemplar desde allí la realidad para tratar de comprender los argumentos que nuestro interlocutor deposita en nuestro intelecto. La asertividad es la habilidad de defender discursivamente nuestra postura y nuestros derechos sin agredir ni denostar los de nuestro opositor. La convivencia entre la actitud empática y la asertiva a veces se enreda y en vez de plebiscitar soluciones agrava los problemas. En un escenario de conflicto podemos pecar de ser excesivamente empáticos y desatender nuestros intereses, o a la inversa, exacerbar nuestra asertividad y mostrarnos insensibles con los intereses de nuestro homólogo, enrocarnos en la consecución de los nuestros aún a costa de perjudicar indiscriminadamente los suyos.
La empatía o la asertividad son habilidades sociales eficaces o estériles según el uso que hagamos de ellas. Pueden provocar desórdenes homeostáticos en las interacciones si se utilizan en porcentajes desequilibrados. No hay ni que elogiarlas ni tampoco censurarlas en bloque. No sirve de nada aplaudir una conducta empática cuando la situación solicita asertividad, o entronizar la asertividad cuando el paisaje necesita colorearse inmediatamente de empatía. Hay que utilizarlas bien. A mí me gusta aclarar que normalmente entre empatía y asertividad se produce una relación de vasos comunicantes. Las personas de naturaleza empática refuerzan su asertividad, porque al contemplar la realidad desde ángulos de observación ajenos, y con argumentos poco familiares, les permite cotejar la suya con nuevos elementos y admitir su idiosincrasia y su condición de personas no estandarizadas y por tanto únicas. Del mismo modo, pero en dirección contraria, emplear la asertividad de un manera frecuente saca filo a la empatía. Velar argumentativamente por nuestros derechos es una forma de admitir la presencia de los de los demás, y por tanto erigirnos en sus aliados. Con la defensa empática de nuestros derechos indirectamente custodiamos los de los otros. Puede parecer una conclusión muy lapidaria, pero es díficil que haya asertividad sin empatía y empatía sin asertividad. Se salvaguardan mutuamente.
Extraido de espaciosumanocero.blogspot.com
José Miguel Valle. Escritor y filósofo
Foto portada: Fiesta, de Irma Gruenfof
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José Miguel Valle. Escritor y filósofo
Foto portada: Obra de David Kockney
Redacción Editorial Phrònesis – www.elartedesabervivir.com
«…el amor es una cosa ideal… el matrimonio una cosa real y la confusión de lo real con lo ideal, jamás queda impune”, Goethe.
De entre todos los tipos posibles de relaciones y convivencia, la de pareja es la más compleja y difícil. En consecuencia, es la que precisa un mayor grado de empatía y disposición a aceptar al otro con sus riquezas y miserias, con sus virtudes y defectos.
La empatía en la relación de pareja y/o matrimonio, se entiende como el profundo conocimiento y aceptación del otro. Mi pareja, tal cual es, un ser de luz y también de sombra. A través de nuestra propia aceptación, nos resulta más fácil aproximarnos a la persona que es nuestra pareja.
Generalmente la empatía en la relación de pareja se hace difícil porque antes de la convivencia, obnubilados por esa etapa de enamoramiento no vemos al otro, objeto de nuestros afectos, tal cual es. Una persona con fortalezas y también con debilidades, como todo ser humano.
En nuestra inicial idea del amor, la felicidad y el compartir en una relación de pareja, solo vemos virtudes. Es probable que ambos nos estemos esforzando en mostrar nuestra mejor cara. Pero el tiempo hace de las suyas, hace mella en nuestra disposición, y el yo real emerge, ratificando el viejo adagio que dice “de la convivencia nacen las diferencias”.
Puede suceder que el tiempo funcione como hilos que entretejen la relación y la hagan más fuerte y sólida. Nace el compromiso como una carpa de campaña que ante la adversidad inevitable de las discusiones y peleas, los protege.
Puede suceder que el otoño, con sus días nublados y de poco sol, les desprenda sus ganas de amar y acompañarse, como hace con las hojas de los árboles. Y entonces la rutina traicionera socave las bases de ese compartir y la convivencia se nos hace fría y oscura.
El invierno hace de las suyas si nos encuentra desprotegidos, si andamos sin el abrigo que nos da el amor y la comprensión. Nos extraviamos de la relación y todo se vuelve viento gélido. El frío se le queda a vivir en sus vidas. ¡Cuidado! El amor de tu vida puede pasar a ser tu ex.
Cuando nos embarga la expectativa, la decepción y el aburrimiento… si no tenemos un plan para que nuestra relación perdure y pase del enamoramiento al amor con compromiso, un amor maduro, sobreviene el desamor y a veces la rabia y el rencor.
¿Qué sucede? ¿Por qué tantos conflictos? ¿En qué momento del camino se extravía el amor? ¿Qué podemos hacer para tener una sana convivencia desde el respeto, la valoración mutua y el amor maduro, transparente y honesto? ¿Es posible recuperar el amor?
Las diferencias de carácter afloran porque cada uno tiene su personalidad, criterio, forma de evaluar y juzgar las cosas. Resulta casi imposible convivir sin discrepar y sin discutir. Necesitan adaptarse, y negociar, pero sobre todo tolerar.
¿Si yo también tengo aspectos que mi pareja debe tolerar, por qué no empezar yo a tolerar los suyos? Sin empatía, esa capacidad de comprensión del otro sería muy difícil de alcanzar.
La empatía debemos aplicarla en la comunicación, que al fin de cuentas significa estar en comunión con el otro. Para ello es necesario que se relacionen desde el respeto, la consideración y la comprensión. Buscar primero entender al otro, escucharlo y después buscar ser entendido es la clave para una comunicación empática y asertiva.
En una relación sana de pareja los dos hacen esfuerzos por el mutuo entendimiento. Nadie anula ni chantajea, ni descalifica al otro; lo acepta tal y como es porque sabe que no puede cambiarlo. Porque antes de juzgar al otro se juzga a sí mismo y reconoce que no es perfecto. También tiene oportunidades de mejorar nuestras debilidades.
¿Qué tanto admiras y respetas a tu pareja?
Escrito por: Editorial Phronesis
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Read moreComunicarse efectivamente y lograr empatizar con los compañeros de trabajo, permite tener mejores oportunidades laborales y proyectar una imagen positiva. El psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, Fernando Marchant, entrega una serie de consejos para desarrollar este tipo de características sociales.
Tener un título de una universidad prestigiosa ya no asegura el ingreso al trabajo ideal. Según un informe del Banco Mundial, existen otro tipo de cualidades que están siendo más valoradas por los jefes a la hora de entrevistar o contratar a alguien y que se han transformado en una verdadera “carta de presentación”.
Resolución de problemas, capacidad de recuperación, motivación del logro, autocontrol, trabajo en equipo, iniciativa, confianza en uno mismo y ética, son algunas de estas habilidades y que permiten avanzar en el desarrollo profesional.
De acuerdo al psicólogo de Vidaintegra, Fernando Marchant, “el tener auna persona que sea capaz de comunicarse eficazmente y que logre empatizar con los compañeros cumple una doble función, por un lado propicia un mejor ambiente laboral, y por otro es capaz de proyectar una imagen positiva de la empresa en la que trabaja”, sostiene el especialista.
Hay quienes adquieren estas características a lo largo de su formación personal o profesional, o también desde la etapa escolar. “Cualquiera sea el caso, las personas con estas condiciones suelen tener más destrezas para ejercer cargos de liderazgo”, enfatiza.
¿Cómo lograrlo?
El psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, entrega una serie de consejos para desarrollar este tipo de habilidades sociales.
¿Alguna vez te ha pasado que alguien te pide algo, tal vez abusando un poco de la amistad y tu, para evitar cualquier tipo de conflicto, accedes de mala gana?
¿Cómo te sientes en ese momento? ¿Enfadado con esa persona y contigo mismo por no haber dicho “NO”?
Sigue leyendo, porque a continuación te presento algunas claves para que no vuelvas a sentirte nunca más así.
Decir No es, en primer lugar, una necesidad de orden práctico porque difícilmente podremos organizar nuestro día a día si accedemos a cualquier petición que se nos presente.
Por otro lado, el decir “no” es una forma de reafirmar nuestra personalidad y respetar las necesidades propias.
Cuando una persona alcanza sus objetivos, muchas veces habrá dicho “NO” a propuestas que no encajaban con sus deseos, ideales o valores.
“No es suficiente saber lo que hay que decir, también hay que saber cómo decirlo” Aristóteles.
El decir “NO” es compatible con ser querido y agradar a otras personas. Cuando nos resistimos a dar una negativa, estamos anteponiendo los deseos de otras personas a los nuestros. Esto puede provocar en nosotros frustración y llevarnos hacia la infravaloración ¿O esta actitud proviene de allí? ¿Causa o efecto?
Todos queremos agradar, y a la vez, tener en cuenta nuestras necesidades personales. ¿Cómo actuar entonces?
– Tómate el tiempo que necesites para reflexionar sobre qué es lo que tú realmente quieres.
– Define tus prioridades. ¿A qué tendrías que renunciar para atender esa petición?
– Valora qué emociones te incitan a decir “SI” (miedo a… herir a alguien, crear un conflicto, decepcionar, enfrentarte a alguien, parecer egoísta…).
– Piensa en una forma correcta de decir “NO”. Tu forma correcta.
– Recuerda que si te cuesta dar una negativa, cualquier persona podrá manejar tu voluntad apelando a tus miedos.
– Ponte en valor. Si siempre aceptas las propuestas ajenas, te estás diciendo “NO” a ti misma.
Mi recomendación es que reflexiones sobre el modo de decir NO que mejor se adapte a ti. Ahí van algunas ideas:
1.- Ten presente la regla de oro: evita dar una negativa seca (“no”), procura decir algo más. Un “no” rotundo y solitario puede generar malestar, distancia, resentimiento….
2.- Haz una clara diferenciación entre la persona y la petición. El que rechaces una petición puntual no significa que rechaces a quien te lo solicita. Déjaselo claro.
3.- Da alternativas: el decir “no, pero te propongo…” y proponer otras posibilidades suaviza la negativa y hace que el receptor se sienta comprendido.
4.- Utiliza la empatía dando una explicación que te acerque al otro “Agradezco que hayas pensado en mi, el proyecto me parece muy interesante, sin embargo, me gusta dedicar las tardes a mi familia porque….”
5.- Presta atención al tono. Evita utilizar un tono hostil o duro. Se amable y da la negativa en tono firme pero relajado.
6.- Equilibrio. La clave para unas relaciones en armonía (con nosotros mismos y con los demás) es el equilibrio.
Tu tiempo y tu energía son recursos limitados, utilízalos con eficacia.
Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.
Sobre la autora:
Isabel Gómez, es Mentora y Coach Profesional en www.isabelgomezl.com .
Licenciada en Ciencias del Trabajo, Master en Marketing, MBA y Emprendedora vocacional.
Isabel ayuda a profesionales que se encuentran estancados o insatisfechos y desean dar un paso adelante en su carrera desarrollando sus competencias profesionales. Si deseas recibir su ayuda personalizada, solicita una sesión estratégica aquí http://www.isabelgomezl.com/trabaja-conmigo/
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