La cistitis es una infección del tracto urinario que con una inflamación de la vejiga. La padecen la más mujeres que hombres.
Las causas generalmente son de origen bacteriano aunque también pueden ser por:
-radiación: por tratamientos que necesiten radiación en la pelvis
-cuerpos extraños: uso de catéteres por un largo período de tiempo
-medicamentos: algunos medicamentos de la quimioterapia pueden provocar inflamación en la vejiga
-química: producida por productos de higiene y belleza como geles, jabones, desodorantes íntimos
-asociada a otras enfermedades: la diabetes, cálculos renales y otros pueden provocar esta infección
Los síntomas suelen ser:
-Necesidad frecuente de orinar
-Orinar en pequeñas cantidades
-Orina con fuerte olor y color oscuro
-Dolor en la parte baja
-Ardor y/o dolor al orinar
-Fatiga
-Malestar general
También falta de apetito, fiebre e irritabilidad.
Según la BioEmoción la infección urinaria (vejiga):
Conflicto de pérdida del territorio con ira y rabia. Aparece en una fase de reparación de un conflicto de vejiga que es conflicto de marcaje y organización del territorio
Sentido biológico: Necesidad de marcar más el territorio con un olor fuerte de la orina. En mujeres organizar y en hombres en marcar el territorio.
Resentir: En hombres “no puedo marcar el territorio”
En mujeres “no puedo organizar mi territorio”
En cistitis hemorrágica lo anterior pero con vivencia de pena o deseo de expulsar a alguien del clan familiar.
Según Lisa Bourdeau
Bloqueo Emocional:
La persona que padece una infección de orina siente mucha frustración ante sus emociones. De ahí el ardor que siente y que los demás no se dan cuenta que lo sufre. No asimila bien los acontecimientos externos y manifiesta su voluntad de manera desordenada. Espera demasiado de los demás. Su ira interna le hace sentir ardor interno.
Bloqueo Mental:
Esta infección te viene a decir que ya es hora de hacerte responsable de lo que sientes. Además que debes tomar conciencia que nadie excepto tu es responsable de hacerte feliz y ocuparse de tus emociones. Si esperas que los demás te hagan feliz puede que nunca lo logres. Recuerda que si sientes esa emoción es porque culpas a alguien de ello. Si aprendes a amar sin expectativas te evitarás muchas emociones negativas.
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Fuente: Diccionario BioEmocional/Obedece a tu cuerpo, ámate
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La ley de la atracción contiene varios principios elementales para la vida y uno de ellos se centra en nuestra relación con la salud.
El corazón y el cerebro son los dos órganos más importantes del cuerpo humano. Una de las diversas funciones del cerebro es el mantenimiento y mejoramiento constante de la salud mental y física. Para ello segrega unas sustancias como las endorfinas que actúan como analgesicos naturales, las gammaglobulinas que fortifican el sistema inmunológico y las interferonas que se encargan de combatir las infecciones, virus y ciertas formas de cáncer.
Cada vez hay más estudios que establecen que la producción de estas sustancias está influenciada en parte por los pensamientos, estados emocionales, actitudes y expectativas de la persona.
Se ha podido observar que los pensamientos negativos y destructivos suelen manifestarse en males y afecciones del cuerpo como úlceras, trastornos cardiovasculares, hipertensión, artritis, problemas cutáneos, digestivos, migrañas, etc..
La ley de la atracción responde a la vibración que tú emites con tus pensamientos dominantes, los que tienes activos más tiempo.
Un pensamiento activo es aquel que tienes una y otra vez sobre un tema particular, que a su vez forman dos temas: lo que deseas y la ausencia de lo que deseas. Estamos acostumbrados a vivir la vida desde la realidad que percibimos con los cinco sentidos y si esa realidad no es la que deseamos, enfocamos nuestra atención y pensamientos justamente en lo que no deseamos
Puede llevarte un tiempo “desactivar” una vibración para “activar” otra que esté alineada con la salud y el bienestar que deseas para tu vida, todo depende del tiempo que demores en dejar de resistirte al bienestar.
El principio de la salud
El principio de la salud nos dice que el cuerpo tiende a la salud de forma natural. La salud es el estado natural del ser humano, por eso cuando estamos en armonía y en equilibrio con el universo, todas las funciones del cuerpo se realizan perfectamente y tenemos una salud extraordinaria.
El poder que sana está en nuestro interior, por lo tanto es necesario que pensemos y actuemos como si estuviésemos completamente sanos. Dicho esto ¿cómo ponemos en práctica el principio de la salud extraordinaria? Para ello debemos realizar los tres pasos descritos en “El Secreto”, en este caso enfocados únicamente en nuestra salud.
1-Pedir: Pide al universo y haz tuya la salud a través de la fe
Debemos pensar que lo que deseamos va a llegar sí o sí, sentir que llegará y confiar en el universo. Aquello que hacemos mentalmente es en lo que nos convertiremos físicamente.
2-Creer: Es sumamente importante entra en completa conexión de pensamiento con la salud. Separa las relaciones mentales de enfermedad e ingresa en relaciones mentales de salud formando una imagen mental hasta convertirla en tu pensamiento habitual dominante. No afirmes que estarás bien, afirma que ESTÁS BIEN
Puedes usar afirmaciones como:
-Me merezco sanar.
-Mi cuerpo sabe cómo sanar.
-Me amo y me perdono
-Mi conciencia está llena de pensamientos saludables, positivos y amorosos que se reflejan en mi experiencia
-Mis maravillosos pensamientos crean mi maravilloso mundo. Escojo con esmero mis pensamientos
-El amor es una cura milagrosa. Mi amor por mi mismo hace milagros en mi vida
-Todas las manos que tocan mi cuerpo son terapéuticas
-Mis médicos se sorprenden al ver lo rápida que es mi sanación
-Mis células sanas están más fuertes cada día
-La vida me ama
-Confío en que la vida está apoyando mi sanación todos los días
-Me amo
Training para Activar tu poder de manifestación
3-Recibir: Ábrete a recibir salud y actúa como una persona perfectamente sana. Piensa en tu salud y lo mucho que vas a disfrutar la vida con tu condición de salud perfecta.
Es indudable la influencia que tienen nuestros pensamientos y emociones sobre nuestra salud. Tal y como lo manifiesta la ley de la atracción, nuestro cuerpo responde a la manera de como pensamos, sentimos y actuamos. Esta ley nos permite pedir al universo, dios o fuente, lo que realmente necesitamos y buscamos en nuestra vida.
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Más conectados: La conexión emocional como eje central de la crianza
La psicóloga infanto-juvenil María José Lacámara publica este libro que busca ayudar a padres y madres a encontrar un método de crianza propio, que se ajuste a sus necesidades y les permita sintonizar con lo que requieren sus hijos.
Lo pueden encontrar en: Contrapunto, buscalibre, Antártica, que leo, editorial planeta y en formato digital.
EL perfeccionismo ha sido muy valorado sobre todo en el ámbito profesional. Una persona perfeccionista se cree que es una persona enfocada al detalle, que le gusta hacer las cosas bien y por ende es una persona de éxito, pero no es así.
El perfeccionismo, y la forma de pensar que éste conlleva, te puede convertir en alguien vulnerable a todo tipo de problemas:
– Estrés en el trabajo o en los estudios.
– Oscilaciones del estado de ánimo, como tristeza o ansiedad.
– Soledad y grandes dificultades para establecer relaciones estrechas Y cercanas.
– Frustración, rabia y conflicto en las relaciones personales.
– Dificultad para sacar conclusiones positivas de las críticas, de los fracasos o de los errores.
– Tendencia a aplazar las obligaciones y dificultad para pasar perseverar las tareas desagradables.
Seguro que a ti se te ocurren más consecuencias negativas del perfeccionismo. Es el momento de hacer hincapié en qué perfeccionismo no es lo mismo que una ambición bien entendida. Qué tipo de perfeccionismo que nos puede traer consecuencias negativas, se observa en personas aceleradas, estresadas y constantemente infelices consigo mismas, con sus logros y con su relaciones con los demás.
Existen muchos tipos de perfeccionismo. A continuación tienes una lista, será interesante que te fijes en qué tipo de perfeccionismo es un problema para ti:
Perfeccionismo físico: creo que debo tener unas bonitas vacaciones o una figura perfecta para ser atractivo e interesante.
Perfeccionismo conductual: siento que sería espantoso cometer un error, fracasar o no alcanzar mi objetivo en los estudios o trabajo.
Perfeccionismo de apariencia: creo que debo impresionar a los demás con mis logros, mi talento o con mi inteligencia para que me quieran y me respeten. Estoy convencido de que los demás me despreciaran si fracaso, hago el ridículo o cometo un error.
Perfeccionismo emocional: me avergüenzo de los sentimientos negativos que me hacen sentir vulnerable, como son la soledad, la depresión, la rabia, la ansiedad o la angustia. Creo que debería mostrarme siempre feliz y controlar mis emociones.
Perfeccionismo de la autoestima: me siento inferior aquellas personas que son más inteligentes, atractivas o exitosas.
Perfeccionismo relacional: pienso que las personas que se quieren no deberían discutir o pelearse nunca.
Perfeccionismo afectivo: me resulta difícil mantener relaciones afectivas duraderas porque las personas no son nunca lo suficientemente buenas. Me preocupan las imperfecciones ajenas.
Perfeccionismo de expectativas: me altero cuando las demás personas no están a la altura de mis expectativas. Me enfado o me disgusto en exceso cuando se atrasa el tren, cuando no avanza el tráfico o cuando las personas no me tratan con el debido respeto.
Perfeccionismo con tendencias obsesivas: creo que mi hogar o mi oficina deben estar siempre impolutas. Dedico un tiempo excesivo revisando, limpiando u organizando.
¿Te sientes identificado con alguno? ¿Se te ocurre algún otro tipo de perfeccionismo?
Irene Morales
Coach Espiritual
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Read moreAquí va un mini mini resumen de la conferencia online dictada por Ben Tal-Sahar el viernes pasado. El tema «Resiliencia en tiempos de Corona Virus», analizó tres de las maneras en que lo enfrentamos. En nuestros afectos (lo que sentimos), en nuestra conducta (lo que hacemos) y en nuestra cognición (lo que pensamos). .
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Cada una de estas áreas con dos consejos prácticos para poder enfrentar de la mejor manera posible la situación en la que todo el mundo unido se encuentra hoy.
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Solo me gustaría sumar dos palabra: flexibilidad y bajar las expectativas. No podemos esperar estar haciendo lo mismo que hace dos semanas. Todos bajaremos la productividad y nuestros hijos no podrán aprender todo lo que hubieran aprendido asistiendo al colegio. Tengamos una rutina que podamos flexibilizar de acuerdo a las necesidades del día a día y de mi familia. .
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Analicemos donde queremos canalizar nuestra energía (que a ratos decae). No nos exijamos estar todo el tiempo juntos, entretenidos, sin peleas, trabajando y aprendiendo toda la materia del colegio. Pongamos nuestra energía en mantener la armonía familiar y nuestro bienestar emocional. Eso ya es suficiente, los niños pueden aburrirse, estar un rato solos y sin estudiar las tareas escolares. Cada uno decide como vivir este tiempo y como cada una de esas decisiones impactará en nuestra familia. .
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Yo por el minuto estoy recién adaptándome, poniendo la energía en mantenernos en armonía e intentando hacer de este encierro lo más llevadero posible: respetando espacios individuales, dejando espacio al ocio, flexibilizando lo tiempos de pantalla, adaptando los lugares de la casa para que cada uno pueda hacer y estar sin sentirnos invadidos. Y aunque los primeros días fueron muy difíciles cuando solté y bajé expectativas fue cuando todo fluyó mejor. Hoy hasta logró ver los beneficios de esta cuarentena, .
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No existe una manera de vivir este encierro, ni una manera «buena» de hacerlo. Cada uno podrá hacer su mejor intento para seguir funcionando, aceptando que será un funcionamiento distinto y a otro ritmo. El universo nos pide parar….paremos un ratito con él. .
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Read more¿Cuántas veces nos vemos enfrentados a la frustración o decepción de que nuestra amiga, pareja o hijo no hizo lo que yo esperaba? Vivimos esperando que los otros cumplan con aquello que imaginamos o con lo que necesitamos, pero que poco nos dedicamos a pedir eso que queremos, esperamos o soñamos. Es como que si por pedirlo y hacerlo explícito, el acto perdiera todo tipo de valor cuando el otro finalmente se decide a hacerlo.
Innumerables son las veces que he visto a mis adolescentes en la consulta, a sus padres o parejas, pasar una y otra vez por la decepción de que el otro no hace lo que espero. Frases como: “…pero si ellas saben que tienen que preguntarme cómo estoy si me ven mal… ¿no es obvio?“, “…pero si él sabe que tiene que portarse bien en el colegio y hacer sus tareas…”, “… sabe que necesito ayuda en la casa…no necesito decírselo“, y así podría continuar eternamente. Nos vamos transformando en seres decepcionados de las relaciones que tenemos, desilusionados de aquellos que en teoría nos quieren y enrabiados de sentir que esos que más me aman no me entregan lo que yo espero, lo que necesito, lo que “ellos saben”. pero en realidad NO lo saben. Nos vamos sumergiendo en un círculo vicioso, que nos aísla, entrampa e incomunica: con nuestra pareja, hijos o amigas. Empezamos a sentirnos poco queridos, menos entendidos, y muy solos en este mundo, en el cual sentimos que damos el máximo por el otro, pero ellos apenas dan su mínimo por mí.
¿Será realmente tan así? ¿O será que ese mínimo para mí, es el máximo del otro? ¿Quizás el otro debe poseer poderes mágicos que lo hagan adivinar lo que necesito? ¿Será realmente que no me quieren, no me ven y no me valoran? ¿Cuántas veces hacemos explícitas nuestras necesidades? Mi experiencia en la consulta, y al escuchar a la gente que quiero y me rodea, en la mayoría de los casos me encuentro con personas que no piden, no dicen y no muestran lo que necesitan, eso que las hace felices o tristes o lo que las hace sentirse queridas. Es en ese momento cuando se produce un entrampe y quiebre comunicacional que solo complejiza las relaciones, les quita profundidad y nos distancian del otro.
¿Por qué dejamos de valorar eso que el otro hace, si se lo pido explícitamente? ¿Por qué carece de valor si lo hizo, después de que ya se lo pedí? Cada vez que pedimos y recibimos es exactamente el mismo regalo que cuando no lo decimos. Quizás cuando nos sorprenden, esa acción inesperada pasa a tener una mayor carga de emoción y felicidad, pero no por eso, recibir pidiendo carece de valor. Cuando demando y soy escuchada, ya es un regalo, cuando pido y soy explícita con lo que necesito, también es un regalo para el otro, que puede conocerme y leerme en eso que me hace falta. ¿Por qué no regalarnos más transparencia en las relaciones? ¿Por qué no hacernos el regalo de pedir y ser escuchado? Cuando el otro escucha y decide darme eso que pido, es tanto o más valorado, que cuando no lo he pedido, porque esa persona se detuvo, conectó conmigo, me escuchó activamente, me entendió y me dió eso que tanto necesitaba.
No entrampemos nuestras relaciones con expectativas irreales. En esperar que el otro dé solo porque yo doy, en que dé lo mismo que yo estoy dando. La realidad es que todos somos distintos y eso que yo doy no siempre es lo que recibo, y eso que yo espero no es lo mismo que el otro puede darme. ¿Qué pasaría si aprendiéramos a ser más explícitos con nuestras necesidades? Estoy segura que desde el cariño incondicional que hay puesta en cada una de nuestras relaciones, eso que espero y pido finalmente se haría realidad.
Aprendamos a sentirnos queridos por todos esos gestos que hace el otro: mirarme, escucharme, detenerse, conectar, regalar, darme espacio y también cuando me da eso que pido. Dejemos de quejarnos por eso que el otro no hace porque no adivina y comencemos a pedir, abiertos a que el otro pueda darnos o no, eso que necesitamos…. y si decide darlo…no olvidemos que eso también posee un tremendo valor.
Solo si logramos ser más explícitos, y dispuestos a recibir pidiendo, conseguiremos sentirnos queridos y acompañados en esta vida. Seamos menos exigentes con el resto y con nosotros mismos. Si necesito que mi hijo adolescente me salude cuando llega a la casa, que mi marido me ayude más en las tareas diarias, que nuestra señora nos dé tiempo solos, o simplemente si queremos que nuestros papás nos escuchen y acepten como somos… ¡PIDAMÓSLO! abiertamente y de corazón, explicándole al otro por qué es tan importante para mí. Y si eso llega… por favor no le quitemos el mérito! Valorémoslo aún más!
Me gustaría que nos pusiéramos el desafío de empezar a esperar menos y pedir más….¿Cuánto eso nos acercaría al otro?….no somos adivinos, lo que necesitas tu es distinto de lo que necesito yo… pide más…espera menos.
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Una querida amiga le dice “cansanciones“… Que gran nombre, es justo lo que buscaba; ¿no les pasa que cuando esas ansiadas vacaciones llegan, no son lo que esperaban? La mayoría de las veces son tan altas las expectativas que ponemos a momentos especiales que, sin duda, nunca llegan a cumplirse. Esas vacaciones soñadas, terminan estrellándose y convirtiéndose en un sueño frustrado. ¿Cuánta realidad sumamos a nuestras expectativas?, ¿qué pasa que creemos que mágicamente en las vacaciones todo será “perfecto”? ¿existe definitivamente lo perfecto?
Siempre esperamos tanto este preciado momento del año, en que por fin queremos poner la mente en modo avión y el espíritu en Zen. Sin embargo, esto nos impide conectarnos con el hecho que las vacaciones son más de lo mismo de todos los días, a menos que nos propongamos conscientemente cambiar algo de eso que hacemos siempre. Las dinámicas familiares son las mismas, las peleas entre hermanos siguen, ponerse de acuerdo en qué comer y cuándo no es fácil, los niños parecen más cansados que descansados y nosotros más rabiosos que contentos. Poco a poco uno empieza a extrañar la rutina de mandarlos al colegio, hacer tareas, ir al trabajo, y conectarse a ratos, y sólo a ratos, con ellos durante el día. Pareciera ser que en estas cansaciones no da como una “sobredosis familiar”.
Al menos yo, presa de esta sobredosis familiar, me he dado cuenta de dos cosas importantes. Una es descubrir y pensar lo poco acostumbrados que estamos a convivir con nuestros niños, el escaso tiempo real les dedicamos en el día a día y que siempre insuficiente tolerancia que tenemos a conectarnos con ellos como lo que son: niños. Ellos que lo pasan bien moviéndose, saltando, jugando, riendo, gritando, bailando, peleando y haciendo tonteras. Me doy cuenta también de cuánto les exigimos día a día comportarse como adultos, que reflexionen, se controlen, piensen y escuchen… incluso en vacaciones. El otro día escuche a un humorista decir que los niños reían 100 veces al día, mientras que los adultos solo 18. No estoy tan segura de lo real la cifra, pero al menos solo pensarla me produjo tristeza…. ¿por qué necesitamos que se transformen en adultos? ¿cuánto podemos tolerar que sean niños y estén contentos siéndolo? ¿Qué necesitamos nosotros como papás para poder darles más libertad y estar tranquilos y felices con eso?
Por otro lado, pienso inevitablemente como todos vivimos en una sociedad que tiende a mostrar y mirar sólo lo bueno, y para eso tenemos una plataforma ideal para hacerlo, como son las redes sociales. Que difícil se nos ha hecho conectarnos con lo real, lo imperfecto, lo cotidiano y lo que finalmente somos. Hoy me encuentro en un viaje planeado hace un año: maravilloso, soñado, y todos los calificativos que caben para esta instancia, pero no puedo dejar de compartirles un poco de realidad.
A esta mamá “psicóloga” no le sale todo perfecto y a esta familia “ideal” le pasan cosas reales. En este tiempo, hemos tenido peleas, anécdotas, risas, enojos, llantos, y mucha, pero mucha sintonía… porque ella no sólo está en las fotos perfectas de Instagram o Facebook, sino también en los momentos complejos que no salen en las redes, en las peleas y en cómo las vamos resolviendo. Por ejemplo, en qué hacemos cuando llueve a cántaros con 3 niños que duermen, esperando los fuegos artificiales del año nuevo; cómo lidiamos con el enojo de esperar a todo sol al que se le olvidaron las tarjetas para subirse al bus; en cómo logramos congeniar las mañas y sentarnos a comer todos felices. No puedo negar que a ratos los he dejado poco ser niños, que me gana el cansancio y que todo lo que publico en las redes es SOLO una parte de la realidad. A ratos también ansío estar sentada en mi consulta con mis amados pacientes o en el banquito de mi plaza conversando con mis amigas. Y me doy cuenta, como siempre que estamos en una parte queremos estar en otra, que poco nos permite esto disfrutar del día a día y cada instancia que nos regala la vida. Es ahí cuando intento cambiar de nuevo el switch.
¿Qué hacemos entonces para que esas vacaciones soñadas no sean sólo frustración o cansancio?, ¿cómo reponerse a lo amargo y lo cotidiano? Primero que todo: seamos realistas, porque en estas vacaciones habrá de todo y de eso también se trata. Podemos intentar buscar la modalidad Zen que a ratos aparece, pero cuando no aparezca, que tampoco nos torture la culpa. Busquemos eso que necesitamos para nosotros también: leer un libro, tener una hora para escribir o dormir una siesta en la playa. Deleguemos y dividamos las tareas, saber leer nuestro cansancio y pedir ayuda. Dejemos de intentar que nuestros niños se comporten como adultos y démonos la oportunidad de nosotros comportarnos como niños también. Toleremos más momentos de gritos y juegos inocentes poco soportables. Riámonos juntos de las tonteras que inventan. Agradezcamos cada intento que hacen por ayudarnos y seamos explícitos en pedirles a ellos que es lo que necesitamos que hagan. Enfrentemos los malos ratos, y si tenemos ganas de que vuelva marzo, en algún minuto de las vacaciones, pensemos en todo lo que esperamos para que llegará este momento y ahí, en ese instante, tomemos la decisión de hacer algo distinto, cualquier cosa que los lleve a ustedes y a ellos como niños al disfrute.
¿Por qué escribo ahora? ¿En mis vacaciones? ¿En mi viaje soñado? Primero que nada, porque es mi escape, mi motor y mi minuto de desintoxicación de esta sobredosis familiar. Además, porque creo, en algún rincón oculto de mi corazón, que se sentirán identificados y entonces quizás puedo aportarles algo de realidad y mirar las vacaciones sin tanto idealismo (vacaciones soñadas) o pesimismo (cansaciones). Definitivamente creo que puedo aportarles en mirar esta instancia de manera distinta, sumándole un poco de cabeza e intentando hacer algo diferente que ayude a aumentar ese disfrute en cada uno de los que integran tu familia.
Perdón si les rompí la ilusión de las vacaciones perfectas, pero quizás es mejor ser realistas, que encontrarnos con eso que no queríamos y entonces poner todo ese peso de negatividad y frustración en nuestros hijos, que también ansiaban sus vacaciones, pero como niños.
Por mi parte, seguiré en mi viaje, soñado y esperado, real y verdadero, lejos de ser perfecto, pero no por eso, menos maravilloso. Espero no tener que “querer” que llegue marzo, para así poder disfrutar cada momento, el que venga: bueno, malo o más o menos…. al final de eso se trata la vida y eso también son las vacaciones: dentro de toda imperfección agradecida.
María José Lacámara – Conoce más AQUI
joselacamara@gmail.com
Read moreEn una época en la que priman la globalización, el compartir conocimiento y el trabajo en equipo, del de verdad, los equipos multiculturales (y multidisciplinares) son un claro valor añadido.
La incorporación en las compañías de profesionales de otros países y culturas enriquece al equipo con otros modos de gestión, estilos de liderazgo, redes profesionales y conocimientos. El sumar visiones diferentes y distintos modos de entender la vida, sumando perspectivas, aseguran, con la fórmula correcta, el éxito y el alcance global de los proyectos de cualquier organización.
Fórmula para el éxito del talento sin fronteras
1. Comunicación al cuadrado
La mayor preocupación del profesional extranjero los primeros meses será la adaptación de su familia, en caso de tenerla, y la suya propia. La familia juega un papel fundamental a la hora de adaptarse a un país e incide directamente en el éxito o fracaso del proceso de movilidad internacional.
Es fundamental por parte de la empresa una buena política de acogida que incluya información y asesoramiento sobre entorno, colegios, zonas para vivir, aspectos culturales, networking, apoyo en la mudanza o alquiler de casas para facilitar el aterrizaje en un entorno desconocido. Es importante la comunicación fluida, para que el profesional perciba que la compañía se preocupa por él y evitar la sensación de desarraigo.
2. Empatía
El profesional extranjero que se incorpora a trabajar con un equipo local, con una cultura y unas dinámicas de trabajo distintas, necesita un periodo de adaptación en el que se suele generar cierta frustración y la sensación de “hablar en otro idioma”. Por ello es fundamental primero entender, para luego ser entendido.
Tanto la empresa como los miembros del equipo y el profesional extranjero deben ser capaces de comprender y ceder en busca de la sinergia del conjunto del equipo, y terminar encontrando soluciones diferentes y disruptivas gracias a esa visión multicultural.
La empatía será clave para aportar valor como conjunto. Este video refleja a la perfección los problemas de comunicación en las organizaciones y en la vida misma:
3. Suma de talento
El mejor equipo es aquel que, una vez “engranado” tiene habilidades complementarias, si a eso le sumamos, diversidad de género, de edad, de raza y de credo, aunque debamos tener paciencia en la fase de arranque, porque será más lenta, una vez que hayamos encajado las piezas el resultado será exponencial.
Un equipo formado por personas con visiones y formas de hacer las cosas parecidas desarrollará proyectos que tendrán buena acogida por otras personas que sean como ellos. Sin embargo, un proyecto desarrollado con personas diferentes tendrá un alcance mucho mayor llegando a personas con visiones diversas. SI, da más pereza trabajar con personas distintas a ti, pero SI te aportará mucho más.
4. Planificación
En el caso de proyectos puntuales o expatriaciones un factor importante y muy complejo es la gestión transparente y responsable de plazos y condiciones de cara a la repatriación (un aspecto especialmente sensible y, normalmente, poco claro).
Según el análisis de E&Y e IESE en torno a un 20% de los profesionales expatriados cambian de empresa tras la repatriación al no cumplirse sus expectativas. Por ello, aunque es muy complicado para la empresa predecir el futuro, es importante la transparencia y el ser claros con los pros y los contras de la movilidad internacional trasladando los posibles escenarios de cara al futuro.
El profesional internacional
Las personas que han vivido una experiencia profesional internacional desarrollan múltiples habilidades y capacidades. Son profesionales:
- PROACTIVOS Y VALIENTES: porque han dejado atrás la comodidad de su vida en su país de origen para lanzarse a una oportunidad en otro país y asumir retos, saltando muy lejos de su zona de confort.
- EXPLORADORES DE VISIÓN ESTRATÉGICA, porque se aventuran en lo desconocido con la brújula siempre a punto para encontrar el norte con una mochila llena de nuevos amigos, rincones, aprendizajes, historias y experiencias.
- ADAPTABLES porque han aprendido a vivir a caballo entre dos realidades distintas, entre dos países, dos culturas, dos idiomas y dos vidas y les resultará más sencillo adelantarse y adaptarse a los cambios en la organización.
- HABILIDADES SOCIALES, porque han tenido que abrirse a buscar nuevos amigos y reinventarse en ese país, antes desconocido, que se ha convertido en su hogar.
Estos profesionales aportan un claro valor añadido en cualquier organización, no sólo por el conocimiento de diferentes entornos, culturas, prácticas y formación adquiridos en ese período, sino también gracias a una experiencia vital que les habrá hecho ganar en capacidad de adaptación, visión global y proactividad además de crecer como personas ya que habrá tenido que construirse no solo una trayectoria en la organización, sino también, una vida entera…
Takeaways: Buenas prácticas para la movilidad internacional:
- INICIO: La fijación de expectativas claras y realistas con respecto tanto al proyecto como al entorno (para él y para la adaptación de su familia) como de cara al desarrollo posterior.
- DESARROLLO: Mantener una comunicación fluida, y empática, con la matriz y con RRHH.
- CIERRE: La gestión transparente y responsable de plazos y condiciones de cara a la repatriación (un aspecto especialmente sensible y, normalmente, poco claro). Según un estudio de EY e IESE en torno a un 20 % de los profesionales cambian de empresa tras la repatriación al no cumplirse sus expectativas.
Manager Ackermann
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Articulo extraido de www.hrconnect.cl
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