La respiración refleja fielmente nuestro estado psíquico. La reacción más común a las experiencias emocionales muy fuertes consiste en restringir la respiración. Los sistemas de defensa del cuerpo tratan de impedir cualquier experiencia dolorosa, tanto física como psíquica.
El cuerpo hace esto para evitar que se recarguen los diversos sistemas. La respiración se vuelve más corta y superficial hasta que casi se detiene por completo. Si se experimenta una amenaza física o emocional muy fuerte, este mecanismo de cierre puede resultar sobrepasado. En tales casos, la persona puede comenzar a hiperventilar espontáneamente.
Si observamos, hay una relación directa entre los pensamientos-emociones y la respiración. Cuando ocurre algo que nos disgusta el corazón comienza a latir a mayor velocidad, suben las pulsaciones, el cuerpo necesita una mayor cantidad de oxígeno para funcionar, y se acelera el ritmo respiratorio. Otras veces, pensamos en algo que nos preocupa o en una situación de tensión, y la respiración se detiene o entrecorta.
En cambio cuando estamos enfocados en emociones como la apreciación, alegría, gratitud, calma, la respiración se hace suave y natural.
Existen ocho emociones básicas que experimentamos, cuatro primarias y cuatro son secundarias. Las primarias constituyen procesos de adaptación y son: Ira, Alegría, Miedo y Tristeza.
Y las Secundarias: Amor, Sorpresa, Vergüenza y Aversión.
Las situaciones en las que hemos sentido dolor, tensión o miedo, como también aquellas de serenidad, alegría y gratitud, están almacenadas y conectadas en la mente subconsciente, en forma de constelaciones de memoria. Componen un sistema de ideas y emociones, que influyen directamente en la capacidad de respirar de manera correcta, la personalidad, creencias, la forma en que percibimos el mundo y el modo en que nos relacionamos. Las más traumáticas corresponden al momento del parto y el nacimiento, cuando salimos de un ambiente cálido, en el que nos sentimos seguros, completos y contenidos, hacia un mundo de formas separadas y baja temperatura. Luego se corta el cordón umbilical y debemos comenzar a incorporar el aire por cuenta propia. El nacimiento biológico genera una intensa carga emocional capaz de fabricar ansiedad, agresividad y sensación de urgencia.
Muchas de estas memorias, se activan durante situaciones en las que reaccionamos de manera exagerada o tenemos un síntoma físico. Aunque en el presente, la persona se vea en una situación que despierta su ira, no percibe que se trata de una reacción a hechos pasados, ya que estas emociones se relacionan con algo que jamás ha entrado en su conciencia.
Teniendo todo esto en consideración es evidente que podemos utilizar el como respiramos para conseguir nuestro bienestar. Esto es posible con la respiración consciente. ¿Te animas a probarla?
¿Alguna vez te has parado a analizar cómo te sientes ante alguna situación? Incluso, si es una situación repetitiva que te molesta y no sabes por qué se repite? Muchas veces te sientes incómodo/a sin ni siquiera saber realmente la emoción que estabas sintiendo.
A continuación, te paso un listado de emociones que pueden ayudarte a ponerle nombre a cómo te sientes:
TRISTE: deprimido, bajo de moral, infeliz, decaído, decepcionado, dolido.
ESTRESADO: abrumado, quemado, tenso, presionado, nervioso, trabajo en exceso.
Realmente; ¿conoces los motivos de estos sentimientos negativos? Algunas personas creen bajones anímicos se deben a las hormonas o a la química de nuestro organismo. Evidentemente hay algo de cierto esta teoría. Medicaciones como son el litio y los antidepresivos pueden resultar bastante beneficiosos para determinados problemas emocionales, lo que indica que los procesos químicos de nuestro cerebro juegan un papel importante en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Otras personas piensan que su estado anímico se viene abajo debido a cosas negativas que le suceden en su vida. Y otras, se sienten incompetentes e inferiores, y se deprimen por ello. Algunas otras se vienen por las dificultades con las que tropieza en sus carreras profesionales o relaciones personales. Noche de nosotros pasamos nuestra autoestima en el éxito alcanzado en el trabajo y en nuestras las relaciones con los demás; y cuándo perdemos nuestro puesto de trabajo o nos abandona una persona querida, nos sentimos desolados.
Todas estas ideas tienen un punto de verdad. Pero todas esas teorías tienen un gran inconveniente: nos convertimos en víctimas de unas circunstancias que escapan de nuestro control. Pero en este tema quiero que empieces a familiarizarte con una idea relativamente simple: no nos trastornamos por las cosas que suceden, sino por la visión que tenemos de las mismas. Dicho de otra manera: las cosas negativas que nos suceden no son los causantes de nuestras emociones negativas. Las emociones negativas surgen por la forma en que pensamos acerca de todo lo que nos sucede. Entonces, nuestros sentimientos tienen su origen siempre en nuestros pensamientos y en la forma como pensamos de las cosas, más en los sucesos propiamente dichos. Determinados tipos de sentimientos tienen su origen en determinados tipos de pensamiento.
Cuando te sientes emocionalmente afectado, los pensamientos que hay detrás suelen ser ilógicos y distorsionados.
Te pueden parecer reales, pero no lo son.
A continuación, te presento un listado de los pensamientos distorsionados más comunes. Es posible que tengas tendencia a utilizar más alguno de ellos. Observa si te ves identificado con alguno:
PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS
Filtraje: esta distorsión se caracteriza por lo que se llama visión de túnel: sólo se ve un elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo el evento queda ensombrecido por dicho detalle.
Pensamiento polarizado: es la tendencia a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos medios. Todo o nada, blanco o negro.
Sobregeneralización: es la tendencia a generalizar en todos los ámbitos de la vida, en esta distorsión se produce una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de evidencia (no me han cogido en el trabajo, nunca me cogerán en un trabajo digno) . Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida.
Interpretación del pensamiento: Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los demás. En la medida que su pensamiento interpreta, también se hacen presunciones sobre cómo está reaccionando la gente a las cosas que la rodean, particularmente cómo están reaccionando los demás ante uno mismo.
Visión catastrófica: Cuándo una persona es catastrófica, para ella una pequeña vía de agua en un barco significa que seguramente se hundirá. Estos pensamientos a menudo empiezan con las palabras «y si…».
Personalización: Es la tendencia a relacionar algo del ambiente consigo mismo. Por ejemplo, una madre deprimida que se censura cuando ve algún signo de tristeza en su hijo. El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y valorarse a sí mismo.
Falacias de control: Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y externamente controlada, o omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor. La persona que se siente externamente controlada, se bloquea. El polo opuesto de la falacia del control externo es la falacia del control omnipotente. La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos.
Falacia de justicia: Se basa en la aplicación de las normas legales y sociales a los caprichos de las relaciones interpersonales. Se expresa a menudo con frases condicionales: «Si me quisiera, no se burlaría…».
Razonamiento emocional: En la raíz de esta distorsión está la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Si se siente como un perdedor, entonces tiene que ser un perdedor.
Falacia de cambio: El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de los actos de los demás. La persona supone que cambiará si se la presiona lo suficiente. La esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades. Por el contrario, las estrategias para cambiar a los otros incluyen echarles la culpa, exigirles, ocultarles cosas y negociar.
Etiquetas globales: Se trata de generalizar una o dos cualidades en un juicio global, con lo cual la visión que se tiene del mundo es estereotipada y unidimensional.
Culpabilidad: A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Otras personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente.
Los debería: En esta distorsión, la persona se comporta de acuerdo a unas reglas inflexibles que deberían regir la relación de todas las personas. Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son debería, habría de, o tendría. No sólo son los demás quienes son juzgados, sino que también la persona se hace sufrir a sí misma con los debería.
Tener razón: La persona se pone normalmente a la defensiva; tiene que probar continuamente que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones del mundo son justas y todas sus acciones adecuadas. Las opiniones de este tipo de personas raramente cambian porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones. Cuando los hechos no encajan en lo que ya creen, los ignoran.
La falacia de la recompensa divina: En este estilo de ver el mundo la persona se comporta «correctamente» en espera de una recompensa. Se sacrifica y trabaja hasta quedar extenuada y mientras tanto imagina que está coleccionando puntos angelicales que podrá cobrar algún día.
Ley de la media naranja, pareja feliz, mujer ideal, hombre perfecto, etc.:
No la busques, puesto que no existe. Tú eres tu naranja entera, tu pareja perfecta, tu hombre ideal y la mujer que te hará feliz. No esperes encontrar en el otro/otra una compleción que ya tienes, puesto que eres el Hijo de Dios y estás completo. Buscas desde tu inconsciente lavar la culpa que te produce sentirte separado del Padre y sentirte pleno a través del otro y por eso recurres a los programas del sistema de pensamiento del ego, basados en música de violines, finales felices con beso de tornillo, promesas de amor eterno (el Amor Eterno eres Tú) y escenas de plácida vida familiar con desayunos donde cada uno, niños incluidos, exhibe una sonrisa beatífica mientras come con apetito huevos revueltos, cereales con leche y tostadas (que, huelga decirlo, jamás se queman). Eso es irreal incluso dentro del mismo mundo de las formas, o sea “es un sueño dentro de otro sueño”. Un sueño que no es ni siquiera tuyo. Es heredado y está condicionado por toda una programación que está constantemente presente en los medios de comunicación, así que te recomiendo que estés muy alerta a cómo te posicionas mentalmente cuando ves comedias románticas, anuncios donde se ven parejas aparentemente felices después de comprar este o aquel producto maravilloso o familias unidas en la vivienda de tus sueños (que en realidad es la vivienda que alguien sueña venderte, no lo olvides).
Ley de la idoneidad de l@ compañer@:
El compañero o compañera que tengas aquí y ahora, es el que tienes que tener. Tú lo has escogido desde el inconsciente. Y lo has escogido porque el Universo te lo ha puesto ahí para que lo escojas, forma parte de un Plan Infinito que tu ego no puede comprender, por más que le guste intentarlo y compararlo con el programa del que hablábamos anteriormente, a ver si coincide con los cánones y con lo que esperas de él o de ella. Recuerda que el ego no quiere respuestas, solo continuar preguntando y así arrastrarte a esa espiral de sufrimiento, miedo e inseguridad donde se siente el amo. Así que acepta a la persona con la que estés tal como es y no intentes cambiarla, sino que aplica con él o ella los principios que vienen a continuación.
Ley de la pregunta del millón de dólares.
Deja de preguntarte qué has hecho tú para merecer esto, porque a mí, cómo podré arreglarlo, cuándo cambiará mi situación sentimental, etc. y hazte la pregunta a la que se refiere el enunciado. ¿Para qué he proyectado esto en mi vida? Que solo tiene una respuesta: Para que te des cuenta de cómo piensas y cambies tu forma de pensar. “Si no te gusta cómo te va, mira como piensas” Y, haciendo esto, pasarás del victimismo a la responsabilidad, podrás tomar las riendas, darte cuenta que fuiste tú quien creaste esa situación, y, por la misma regla de tres y por el mismo Poder que Dios te dio como parte indivisible suya, podrás cambiarlo, simplemente cambiando de pensamiento.
Ley de las relaciones recurrentes
Tu libre albedrío puede decidir acortar el tiempo que debe pasar hasta que vivas una relación santa. Hasta que no decidas comenzar a cambiar de pensamiento, no te valdrán las huidas hacia adelante, los cambios de pareja, etc. Porque no tiene que ver con el otro, sino contigo. Recuerda: “Cuando hay una situación recurrente en tu vida, es que existe un perdón pendiente”. Un perdón hacia ti mismo, ya que perdonar al otro es considerarlo “malo” y, por ende, tú eres el “bueno”. Manifestación egoica y separadora donde las haya. Y, tal como pienses del otro, es como estás pensando sobre ti mismo. Porque, repito, sois lo Mismo.
Ley del “espejito, espejito…”
Tu compañero o compañera está aquí para sacarte de quicio, para joderte la vida, para abusar de ti, maltratarte, etc. Tienes razón. Pero, desengáñate, no hay una conspiración universal de parejas pérfidas y maltratadoras urdida contra ti. Hay una Conspiración Universal para que tú reconozcas como tuyo aquello que ves en el otro. Puedes participar en esa conspiración haciéndote la pregunta del millón cada vez que algo no te guste de tu pareja, reconocerla en ti y perdonártela. Y entregar ese juicio, una y otra vez, al Espíritu Santo.
Ley de la percepción de la soledad ante el cambio
“Pero pensar así es muy difícil cuando van mal dadas”. Eso estoy hartito de oírlo. Hartito me tienen los estudiantes cuando les cuento todo esto. Pero me perdono y vuelvo a la carga con diversos ejemplos y diferentes palabras. Como hace UCDM a lo largo de más de mil páginas. El ego cree que lo tiene que solucionar todo él, así se sigue sintiendo separado y solitario frente a cualquier circunstancia que identifique como un “problema”. Por eso entregamos el juicio al Espíritu Santo, para dejar que El, que tiene toda la información, pueda juzgarlo y liberarnos de la carga de buscar soluciones que no existen.
Ley de la inexistencia del mundo de las formas
No importa que una pareja dure más o dure menos, no importa lo que tú hagas ni lo que él haga. No importa que lo dejes o te deje, o permanezcáis juntos hasta que la muerte os separe (porque, entre otras cosas, la muerte NO puede separaros). Lo que importa es cómo vivas mentalmente en tu aquí y ahora esas situaciones irreales. Si las utilizas para perdonarte y sanar o si las utilizas para juzgar y culpabilizar al otro. Tú no puedes evitar los cambios. El guión ya está escrito y todo lo que pase afuera es lo mejor que te podía pasar. Siempre. Todo pasa para que tú despiertes. En tu mano está que lo hagas. Pero no puedes despertar del sueño si no sabes que eres el soñador, y continuas creyéndote tu sueño y participando como personaje en el sueño del otro.
Un dato importante: No confundas el perdón con la santurronería, el sacrificio y el no tomar decisiones en el exterior. Recuerda esta frase: “Perdono a mi violador, lo bendigo por haberme mostrado en qué yo me estaba violando a mí misma, pero decido no seguir durmiendo con él”. Supongo que queda claro el mensaje.
Para el Espíritu Santo, el mundo no es sino el aula de una experiencia donde, en lugar de encontrar culpa, podemos aprender a perdonar y comenzar a despertar del sueño de la separación. Debemos «estar en el mundo pero no ser del mundo», en el sendero medio, como enseñó el Buda hace 2.500 años.
Ley de la óptica espiritual
Pues sí, todos deberíamos visitar al óptico espiritual, para graduar la visión que tenemos sobre nuestro hermano (pareja) y poderle ver siempre como lo que realmente es: Un Ser Divino, parte de Nosotros, Hijo de Dios que está ahí para facilitar nuestro despertar. Y cuando no lo veamos así, perdonémonos y entreguemos ese juicio al Espíritu Santo.
Ley del cambio de propósito
Esta es la más importante de todos los principios que expongo aquí. Para ello, voy a copiar y pegar un fragmento del Curso online Introducción a UCDM (que os recomiendo encarecidamente que realicéis, dejadme que me haga un poco de publicidad, jejeje), que creo que lo explica muy bien:
“Mi función es perdonar, deshacer los obstáculos que me impiden experimentar el Amor presente, y para eso voy a utilizar mis relaciones. Lo que convierte una relación especial en una relación santa, sagrada o plena, es el cambio de propósito, donde antes utilizaba las relaciones como un medio para proyectar la culpa inconsciente y así perpetuarla, para llenar una sensación vital de carencia a base de control y manipulación, para exigir que se cumplan mis expectativas, teñidas del miedo al abandono o a la pérdida, etc., ahora las utilizo con un nuevo propósito.
Esas mismas relaciones entregadas a ese nuevo propósito se convierten en el perfecto instrumento para hacer un compromiso con la Inocencia, con la Unidad más allá de los cuerpos … y el amor hacia mis seres queridos en lugar de serme arrebatado se va a transformar en un Amor auténtico, libre de expectativas, interpretaciones, control y manipulación, un Amor que utiliza la relación para desde ahí extenderse a todo lo percibido, para llevarme al reconocimiento de la Unidad, un reflejo de mi relación real con Dios.”
«He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas. Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó.» T-17.IV.2:3-4
¿Alguna vez te has parado a analizar cómo te sientes ante alguna situación? Incluso, si es una situación repetitiva que te molesta y no sabes por qué se repite? Muchas veces te sientes incómodo/a sin ni siquiera saber realmente la emoción que estabas sintiendo.
A continuación, te paso un listado de emociones que pueden ayudarte a ponerle nombre a cómo te sientes:
TRISTE: deprimido, bajo de moral, infeliz, decaído, decepcionado, dolido.
ESTRESADO: abrumado, quemado, tenso, presionado, nervioso, trabajo en exceso.
Realmente; ¿conoces los motivos de estos sentimientos negativos? Algunas personas creen bajones anímicos se deben a las hormonas o a la química de nuestro organismo. Evidentemente hay algo de cierto esta teoría. Medicaciones como son el litio y los antidepresivos pueden resultar bastante beneficiosos para determinados problemas emocionales, lo que indica que los procesos químicos de nuestro cerebro juegan un papel importante en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Otras personas piensan que su estado anímico se viene abajo debido a cosas negativas que le suceden en su vida. Y otras, se sienten incompetentes e inferiores, y se deprimen por ello. Algunas otras se vienen por las dificultades con las que tropieza en sus carreras profesionales o relaciones personales. Noche de nosotros pasamos nuestra autoestima en el éxito alcanzado en el trabajo y en nuestras las relaciones con los demás; y cuándo perdemos nuestro puesto de trabajo o nos abandona una persona querida, nos sentimos desolados.
Todas estas ideas tienen un punto de verdad. Pero todas esas teorías tienen un gran inconveniente: nos convertimos en víctimas de unas circunstancias que escapan de nuestro control. Pero en este tema quiero que empieces a familiarizarte con una idea relativamente simple: no nos trastornamos por las cosas que suceden, sino por la visión que tenemos de las mismas. Dicho de otra manera: las cosas negativas que nos suceden no son los causantes de nuestras emociones negativas. Las emociones negativas surgen por la forma en que pensamos acerca de todo lo que nos sucede. Entonces, nuestros sentimientos tienen su origen siempre en nuestros pensamientos y en la forma como pensamos de las cosas, más en los sucesos propiamente dichos. Determinados tipos de sentimientos tienen su origen en determinados tipos de pensamiento.
Cuando te sientes emocionalmente afectado, los pensamientos que hay detrás suelen ser ilógicos y distorsionados.
Te pueden parecer reales, pero no lo son.
A continuación, te presento un listado de los pensamientos distorsionados más comunes. Es posible que tengas tendencia a utilizar más alguno de ellos. Observa si te ves identificado con alguno:
PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS
Filtraje: esta distorsión se caracteriza por lo que se llama visión de túnel: sólo se ve un elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo el evento queda ensombrecido por dicho detalle.
Pensamiento polarizado: es la tendencia a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos medios. Todo o nada, blanco o negro.
Sobregeneralización: es la tendencia a generalizar en todos los ámbitos de la vida, en esta distorsión se produce una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de evidencia (no me han cogido en el trabajo, nunca me cogerán en un trabajo digno) . Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida.
Interpretación del pensamiento: Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los demás. En la medida que su pensamiento interpreta, también se hacen presunciones sobre cómo está reaccionando la gente a las cosas que la rodean, particularmente cómo están reaccionando los demás ante uno mismo.
Visión catastrófica: Cuándo una persona es catastrófica, para ella una pequeña vía de agua en un barco significa que seguramente se hundirá. Estos pensamientos a menudo empiezan con las palabras «y si…».
Personalización: Es la tendencia a relacionar algo del ambiente consigo mismo. Por ejemplo, una madre deprimida que se censura cuando ve algún signo de tristeza en su hijo. El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y valorarse a sí mismo.
Falacias de control: Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y externamente controlada, o omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor. La persona que se siente externamente controlada, se bloquea. El polo opuesto de la falacia del control externo es la falacia del control omnipotente. La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos.
Falacia de justicia: Se basa en la aplicación de las normas legales y sociales a los caprichos de las relaciones interpersonales. Se expresa a menudo con frases condicionales: «Si me quisiera, no se burlaría…».
Razonamiento emocional: En la raíz de esta distorsión está la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Si se siente como un perdedor, entonces tiene que ser un perdedor.
Falacia de cambio: El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de los actos de los demás. La persona supone que cambiará si se la presiona lo suficiente. La esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades. Por el contrario, las estrategias para cambiar a los otros incluyen echarles la culpa, exigirles, ocultarles cosas y negociar.
Etiquetas globales: Se trata de generalizar una o dos cualidades en un juicio global, con lo cual la visión que se tiene del mundo es estereotipada y unidimensional.
Culpabilidad: A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Otras personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente.
Los debería: En esta distorsión, la persona se comporta de acuerdo a unas reglas inflexibles que deberían regir la relación de todas las personas. Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son debería, habría de, o tendría. No sólo son los demás quienes son juzgados, sino que también la persona se hace sufrir a sí misma con los debería.
Tener razón: La persona se pone normalmente a la defensiva; tiene que probar continuamente que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones del mundo son justas y todas sus acciones adecuadas. Las opiniones de este tipo de personas raramente cambian porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones. Cuando los hechos no encajan en lo que ya creen, los ignoran.
La falacia de la recompensa divina: En este estilo de ver el mundo la persona se comporta «correctamente» en espera de una recompensa. Se sacrifica y trabaja hasta quedar extenuada y mientras tanto imagina que está coleccionando puntos angelicales que podrá cobrar algún día.
«No te preocupes mucho por tus pensamientos negativos. Al preocuparnos por algo le estamos dando poder» Mike Dooley
TIPOS DE PENSAMIENTOS.
En la actualidad existen multitud de clasificaciones de pensamientos, nosotros hemos escogido esta clasificación:
Pensamientos necesarios o mundanos.
Aquellos que se refieren a nuestra rutina diaria, “qué comemos, qué tengo que hacer hoy, cuánto tengo que pagar de alquiler…”. Pensamientos que se ocupan de la vida diaria, pero no por ello son menos importantes.
Pensamientos inútiles.
Son los que no tienen utilidad ni constructiva ni particularmente negativa. Se refieren a cosas del pasado, como “si esto no me hubiera ocurrido, porqué me dijo esto, si solo hubiera hecho esto…” Demasiados pensamientos acerca de algo que ya no podemos cambiar. Los pensamientos inútiles tratan también acerca del futuro, como “Qué va a ocurrir si, qué haré si…” Muchos de estos pensamientos entran dentro de esta categoría, y aunque no son negativos, nos conducen a estados de ánimo como ansiedad o depresión, bien porque nos proyectamos en el futuro, bien porque estamos continuamente viviendo el pasado. Olvidándonos de vivir lo que es real, el momento presente.
Pensamientos negativos y/o destructivos.
Son los más dañinos, especialmente hacía nosotros mismos. Aparte del impacto que puedan causar en las personas que nos rodean. Son la causa de pérdida de energía, están basados en la ira, avaricia, expectativas insatisfechas, desacuerdos, celos… Si nuestros pensamientos están basados en estas debilidades y/o emociones, es como si estuviéramos envenenando nuestra mente y nuestra realidad. No importa cuánta razón tengamos, usando estos pensamientos tenderemos a sentirnos perderos, víctimas de las situaciones que nos rodean, y nunca podremos hacernos cargo de nuestras vidas. Estos pensamientos alimentan un estilo de vida que llamamos “Calimero”, donde somos permanentemente víctimas de la circunstancias, donde reina la culpabilidad, el cansancio y el sufrimiento.
Pensamientos positivos.
Son aquellos que nos permiten acumular fuerza interior y nos capacitan para ser constructivos. Estos pensamientos siempre dan beneficio en todas las situaciones sin atraparnos en la apariencia externa de una situación. Pensar positivamente, no significa que ignoremos la realidad que nos rodea, y pretender vivir en lo irreal o pretender ser otro. Pensar positivamente significa ver los problemas y reconocer su realidad, y al mismo tiempo ser capaces de encontrar soluciones a las dificultades que se van planteando. A menudo este pensamiento requiere tolerancia, paciencia y sentido común. Se trata de ser adultos emocionales, donde al asumir al responsabilidad de lo que te rodea, tienes la capacidad de modificar el entorno, cambiando la culpabilidad por responsabilidad, el sufrimiento por aceptación y el cansancio por energía.
¿Qué puedes hacer para transformar tus pensamientos negativos en positivos
Afirmaciones: Es una de las técnicas más poderosas para realizar cambios en nuestra mente. Deberás realizarlas cada día por al menos 40 días.-Cada vez que te descubras con algún pensamiento positivo deberás repetir tus afirmaciones favoritas para convertir ese pensamiento negativo en positivo.
Las afirmaciones pueden variar de una persona a otra por lo que las puedes adaptar a tu situación particular e incluso tener varios grupos de afirmaciones para diferentes situaciones de tu vida.
Aquí te dejamos algunas que puedes escoger o simplemente amoldarlas a ti:
1-Libero el pasado y vivo el presente
2-Con alegría y facilidad salvo todas las dificultades
3-Reconozco que la toma de conciencia es el primer paso para sanar o cambiar
4-Mis pensamientos son creativos. Constantemente tengo nuevas intuiciones y descubro nuevas formas de contemplar mi mundo
5-Estoy dispuesto a curarme. Estoy dispuesto a perdonar. Todo está bien
6-Soy capaz de perdonar, soy afable, afectuoso y amable, y sé que la vida me ama
7-Me perdono por no ser una persona perfecta. Vivo de la mejor manera que sé
Nadie da vueltas a los problemas porque considere que es una forma tóxica de pensar, al contrario, parece la forma más natural del mundo de buscar una solución.
Las personas creemos, por regla general, que si nos preocupamos lo suficiente por nuestra infelicidad, acabaremos encontrando una solución. Sólo se necesita un esfuerzo, pensar un poco cada día en ello… No obstante, investigaciones demuestran lo contrario: dar vueltas a las cosas una y otra vez, reduce nuestra capacidad de resolver problemas y es inútil para enfrentarse a las posibles dificultades emocionales. Así pues podemos afirmar que dar muchas vueltas a las cosas es el problema, no la solución.
Nuestro modo mental “hacer” puede resultar útil para analizar problemas, lo que ocurre es que abusamos de este modo mental y nos olvidamos que existen otras alternativas, otros modos de pensar, otras maneras de “ser”. La mente no sólo piensa, además puede ser consciente de que está pensando. Párate un momento e intenta experimentar esta forma de metapensamiento: observa qué tipo de pensamientos están pasando ahora mismo por tu mente, como si te sentaras a ver pasar la nubes del cielo, obsérvalos como hechos mentales, no como hecho reales; obsérvalos como hechos diferentes a ti, no eres tus pensamientos… ¿Qué tal?
Esta es la forma de experimentar el mundo directamente. El metapensamiento es más grande que pensamiento. Tu mente deja de estar nublada con tus pensamientos, sentimientos, emociones…. El ahora se convierte en un punto estratégico desde donde puedes tomar decisiones y observar, simplemente observar. Ésta es la conciencia pura. La que te permite salir de tu monólogo interior, negativo, de tus reacciones y emociones que habías experimentado hasta ahora. Te permite observar el mundo que te rodea, otra vez, pero esta vez con los ojos bien abiertos. Cuando consigues este estado de conciencia pura, una sensación de asombro y satisfacción te embarga y empieza a ser habitual en tu vida.
Como vamos comprobando, el Mindfulness nos ayuda a abrirnos a un mundo más amplio y más lleno de posibilidades, incluso nos puede llevar a descubrir caminos inesperados en este nuevo viaje. Vivirás una experiencia más plena si en las prácticas te muestras abierto a los cambios de escenario y vas revisando tus intenciones a medida que vas avanzando. Recuerda dejar de juzgarte y analizar los resultados constantemente, simplemente relájate y observa.
Resumiendo, y como indica Jon Kabat-Zinn, “Mindfulness significa prestar atención de una manera concreta: intencionadamente, en el momento presente y sin juicios”. Siempre prestamos atención a alguna cosa, pero a menudo no es aquello a lo que escogemos, sino que nuestra mente salta de una cosa a otra, incesablemente. Con la práctica, aprenderás a prestar atención:
Intencionadamente. Entrenándote para concentrarte en el objeto que selecciones; como los dedos de un pie o como la respiración entrando y saliendo de tu cuerpo.
En el momento presente. Preparándote para dejar de pensar en el pasado o en futuro, y centrándote en la realidad de este preciso momento.
Sin juicios. Siendo amable contigo mismo mientras vuelves a concentrarte, tantas veces como sea necesario, desarrollando nuestra amabilidad y buen humor. Si juzgar si la experiencia que estamos teniendo es “buena o es “mala”, si no siendo tolerantes y aceptando las cosas tal y como vienen.
La ley de la atracción contiene varios principios elementales para la vida y uno de ellos se centra en nuestra relación con la salud.
El corazón y el cerebro son los dos órganos más importantes del cuerpo humano. Una de las diversas funciones del cerebro es el mantenimiento y mejoramiento constante de la salud mental y física. Para ello segrega unas sustancias como las endorfinas que actúan como analgesicos naturales, las gammaglobulinas que fortifican el sistema inmunológico y las interferonas que se encargan de combatir las infecciones, virus y ciertas formas de cáncer.
Cada vez hay más estudios que establecen que la producción de estas sustancias está influenciada en parte por los pensamientos, estados emocionales, actitudes y expectativas de la persona.
Se ha podido observar que los pensamientos negativos y destructivos suelen manifestarse en males y afecciones del cuerpo como úlceras, trastornos cardiovasculares, hipertensión, artritis, problemas cutáneos, digestivos, migrañas, etc..
La ley de la atracción responde a la vibración que tú emites con tus pensamientos dominantes, los que tienes activos más tiempo.
Un pensamiento activo es aquel que tienes una y otra vez sobre un tema particular, que a su vez forman dos temas: lo que deseas y la ausencia de lo que deseas. Estamos acostumbrados a vivir la vida desde la realidad que percibimos con los cinco sentidos y si esa realidad no es la que deseamos, enfocamos nuestra atención y pensamientos justamente en lo que no deseamos
Puede llevarte un tiempo “desactivar” una vibración para “activar” otra que esté alineada con la salud y el bienestar que deseas para tu vida, todo depende del tiempo que demores en dejar de resistirte al bienestar.
El principio de la salud
El principio de la salud nos dice que el cuerpo tiende a la salud de forma natural. La salud es el estado natural del ser humano, por eso cuando estamos en armonía y en equilibrio con el universo, todas las funciones del cuerpo se realizan perfectamente y tenemos una salud extraordinaria.
El poder que sana está en nuestro interior, por lo tanto es necesario que pensemos y actuemos como si estuviésemos completamente sanos. Dicho esto ¿cómo ponemos en práctica el principio de la salud extraordinaria? Para ello debemos realizar los tres pasos descritos en “El Secreto”, en este caso enfocados únicamente en nuestra salud.
1-Pedir: Pide al universo y haz tuya la salud a través de la fe
Debemos pensar que lo que deseamos va a llegar sí o sí, sentir que llegará y confiar en el universo. Aquello que hacemos mentalmente es en lo que nos convertiremos físicamente.
2-Creer: Es sumamente importante entra en completa conexión de pensamiento con la salud. Separa las relaciones mentales de enfermedad e ingresa en relaciones mentales de salud formando una imagen mental hasta convertirla en tu pensamiento habitual dominante. No afirmes que estarás bien, afirma que ESTÁS BIEN
Puedes usar afirmaciones como:
-Me merezco sanar.
-Mi cuerpo sabe cómo sanar.
-Me amo y me perdono
-Mi conciencia está llena de pensamientos saludables, positivos y amorosos que se reflejan en mi experiencia
-Mis maravillosos pensamientos crean mi maravilloso mundo. Escojo con esmero mis pensamientos
-El amor es una cura milagrosa. Mi amor por mi mismo hace milagros en mi vida
-Todas las manos que tocan mi cuerpo son terapéuticas
-Mis médicos se sorprenden al ver lo rápida que es mi sanación
-Mis células sanas están más fuertes cada día
-La vida me ama
-Confío en que la vida está apoyando mi sanación todos los días
3-Recibir: Ábrete a recibir salud y actúa como una persona perfectamente sana. Piensa en tu salud y lo mucho que vas a disfrutar la vida con tu condición de salud perfecta.
Es indudable la influencia que tienen nuestros pensamientos y emociones sobre nuestra salud. Tal y como lo manifiesta la ley de la atracción, nuestro cuerpo responde a la manera de como pensamos, sentimos y actuamos. Esta ley nos permite pedir al universo, dios o fuente, lo que realmente necesitamos y buscamos en nuestra vida.
“Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”
Esta frase de Lao – Tse nos invita a reflexionar: que aunque el camino parezca largo y extenso el primer paso siempre fue el inicio.
¿Cuál es el primer paso que quieres dar hoy?
Si te encuentras en una encrucijada ya sea personal o profesional, el primer paso debes decidirlo en consciencia y para ello conectarlo con tu propósito. Si tu duda es en lo laboral, este sendero te llevará a las respuestas que necesitas.
Cuando pensamos en un comienzo, a veces no nos centramos en ese primer paso, pensamos en solo en la llegada a nuestra meta, o imaginamos y fantaseamos en lo que encontraremos en el camino. Sin embargo, ese primer paso, será fundamental para saber la dirección que le daremos a nuestra esa aventura.
Si lo que buscas es claridad en tus decisiones personales y profesionales, y aún no defines tu propósito, empezar por el autoconocimiento te dará herramientas para comenzar a ver la luz en tu camino y con ello seguridad en lo que comenzarás.
¿Qué es el autoconocimiento?
El autoconocimiento, en palabras simples, trata de conocerse a sí mismo. Saber quién eres y qué te representa. Pareciera fácil, sin embargo, vivimos en un mundo donde el tomar consciencia de uno mismo y saber realmente quienes somos, resulta más difícil de lo que pensamos.
Quiero compartirte una breve historia para reflexionar
“¿QUIÉN ERES?”Cuento de Anthony de MelloUna mujer estaba agonizando en la sala de un hospital. De pronto, tuvo la sensación de que era llevada al cielo y presentada ante un Tribunal.“¿Quién eres?”, dijo una Voz.“Soy la mujer del alcalde”, respondió ella.“Te he preguntado quién eres, no con quién estás casada.”“Soy la madre de cuatro hijos.”“Te he preguntado quien eres, no cuántos hijos tienes.”“Soy una maestra.”“Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión.”Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía poder dar una respuesta satisfactoria a la pregunta“¿Quién eres?”“Soy cristiana”, respondió ella.“Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión.”“Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres y necesitados.”“Te he preguntado quién eres, no lo que hacías.”Evidentemente, no consiguió pasar el examen, y fue enviada de nuevo a la tierra.Cuando se recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar quién realmente era y su vida cobró otro sentido…
Pareciera que la respuesta a ¿Quién eres? podría resultar más complicada de lo que pensamos. Sin embargo, la respuesta está en ti, solo falta que le dediques tiempo para encontrarla.
El camino del autoconocimiento no acaba nunca, siempre estaremos descubriéndonos y explorando nuevos límites. El mundo nos invita a ello constantemente, por ejemplo: partes un nuevo proyecto, conoces a una persona nueva, te despiden de tu trabajo, o cuando decides viajar.
Tal vez inicialmente te pueda sonar cansador pasar una vida conociéndose, pero a modo personal, encuentro que es lo maravilloso de la vida. Cada día un descubrir, cada día una oportunidad.
¿Cómo comenzar?
Te recomiendo que para este primer paso tomes un tiempo para ti, comenzar a tomar consciencia de ti mismo, de lo que vives cada día y que puedas registrar objetivamente: tus emociones, sentimientos, reacciones, decisiones, etc. Toda esta información te ayudará a comenzar a contemplar quién eres y te llevará a comprender tu propósito de vida, y también tu propósito laboral.
Necesitarás un cuaderno/diario donde registres tus actividades y puedas indicar las emociones que te acompañaron, las reflexiones que realizaste y aquello que te movilizó a hacerlo. Lo más difícil al inicio será tomar el hábito de hacer estos registros por lo que te recomiendo, poner una alarma al medio día y realizar el primer registro, y otra por la noche para realizar el siguiente y tal vez completar el del medio día.
Con estos dos registros al día y en unas tres semanas aproximadamente tendrás información suficiente para comenzar.
Cuando decidas iniciar tu análisis, revisa e identifica por ejemplo: emociones dominantes, sentimientos, acciones, etc. Reflexiona que dice esta información de ti y hazte las siguientes preguntas:
– ¿Qué siento ahora al identificar estas emociones?
– Cuando reviso mis comportamientos y reacciones, ¿Cómo me veo?
– ¿En algunas situaciones, cambiarías algo?
– ¿Esta es la versión de ti mismo, que te hace feliz?
Si aún es complejo para ti y estás en algún proceso de acompañamiento, mentoría o coaching, comparte esta información con el profesional que te asesora. Con su ayuda podrás tomar distancia y ser más objetivo contigo mismo.
En ti tienes todas las respuestas, y el camino hacia lo que anhelas te está esperando, solo debes entregarle a tu brújula la información necesaria para dar ese primer paso hacia donde quieres ir.