Si hay algo positivo de lo que ha ocurrido durante la pandemia, son algunos cambios en la relación entre las familias y la escuela. Los padres y madres han podido ser testigos directos del compromiso y esfuerzo de las y los docentes por sus estudiantes, al poder observar las clases online o los videos que se envían a las casas. Al mismo tiempo, con el fin de conectarse con los estudiantes y comprender su entorno, docentes, asistentes de la educación y directivos, han establecido un contacto mucho más frecuente con las familias.
Así, ha sido más fácil ponerse en el lugar del otro.
Una realidad con la que tanto padres, madres y docentes pueden sentirse identificados y que sufren por igual es el estrés que ha significado la pandemia y la educación a distancia. Esto puede ser una oportunidad para fortalecer la alianza familia-escuela, a través de la mutua comprensión y la colaboración. La conexión a través de una experiencia compartida puede ayudar a derribar muchas barreras que normalmente inhiben el involucramiento parental en el aprendizaje y con la escuela. En este momento, más que nunca, la alianza escuela – familia, puede determinar la recuperación y calidad del aprendizaje.
Como fundación hemos estado durante varias semanas promoviendo estrategias para el bienestar de los docentes y las comunidades escolares, convencidos de que el bienestar de los adultos impacta directamente el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Esto también es aplicable a madres, padres y apoderados. ¿Cómo ayudar a las familias de la comunidad escolar a manejar el estrés en sus vidas?
Lo primero es tomar su perspectiva a la hora de diseñar planes de aprendizaje, retorno a clases, protocolos de seguridad, etc. Sabemos que esto puede implicar un gran trabajo, pero vale la pena. Cuando las personas sienten que su perspectiva ha sido escuchada en la toma de decisiones, se sienten más comprometidas a cooperar. No se trata de darle el gusto a todo el mundo, sino de comprender la diversidad de situaciones. Esto ayuda a tomar mejores decisiones y a comprender cuáles son las trabas a la participación más activa de los apoderados.
Tomar su perspectiva o levantar su voz permite saber ¿Qué se puede esperar de las familias? ¿hasta dónde se les puede exigir? ¿entender qué necesitan en este momento para ser un buen apoyo para sus hijos?
Las barreras al involucramiento parental han sido estudiadas, y la evidencia indica que las creencias (tanto de los educadores, como de los apoderados) son la principal causa. Ideas tales como que los padres con menos educación no pueden ayudar a sus hijos, o que ciertos comportamientos de un niños o niña son indicativos de una negligencia parental (desde que vienen con las uñas largas hasta que nunca vienen preparados para sus clases), o que los padres son poco respetuosos de los profesores y no valoran su trabajo, son algunas de las creencias que alejan a las familias de la escuela. ¿Quién quiere colaborar en un lugar donde no se es valorado? A los padres, por su parte, les afecta el temor a ser criticados por la escuela, la idea de que no hay instancias para expresarse honestamente y plantear sus críticas, o que sólo los padres que defienden la escuela tienen instancias de participación, o la percepción de que los profesores tardan demasiado tiempo en informarles de situaciones de sus hijos.
Al comprender mejor la perspectiva de los padres, madres y apoderados la escuela, y en especial los docentes, pueden ajustar sus expectativas sobre las familias y comunicarlas más claramente. ¿En este momento qué es lo prioritario? ¿Cómo podemos establecer acuerdos realistas?
Una forma de ir despejando estas barreras a la colaboración es el encuentro entre padres y educadores en espacios diferentes a los que usualmente se generan, que son de mucha formalidad y verticalidad o distancia al menos. El que las cámaras o la distancia física hayan acercado los espacios familiares y los espacios escolares, y que haya una mayor empatía entre padres y profesores por los desafíos comunes que están viviendo, es una oportunidad para no dejar escapar esta mayor cercanía.
Por eso invitamos a las comunidades a generar instancias de conexión entre apoderados y con los docentes, a través de encuentros de bienestar o de contención, donde no se hable de notas, tareas, o aspectos prácticos que pueden informarse en otra instancia, sino que se faciliten espacios para el diálogo, para compartir emociones y deseos y la reflexión en torno cómo se pueden mejorar los ambientes para el óptimo desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Esto sin duda incidirá en un mayor sentido de pertenencia a la escuela y en mejorar el bienestar en la comunidad a través del fortalecimiento de los vínculos y la colaboración.
Mas información en www.aprendizajesocioemocional.cl/
Aunque la familia y la cultura influyen grandemente en nuestra manera de ver el mundo, nadie nace con conocimientos o creencias implantadas, el aprendizaje se va dando a lo largo de la vida según nuestras experiencias personales y, al final del camino, nadie más que nosotros tiene el poder para decidir qué florece y no en nuestra mente.
El crecimiento físico del ser humano se desarrolla por etapas hasta que llega un momento en el que todo deja de crecer. A diferencia del cuerpo, la personalidad, la cognición y el Yo no tiene límites, es lo que llamamos crecimiento personal y se define como el conjunto de actividades y decisiones que nos conducen a hallar los elementos ideales para sentirnos bien con nosotros mismos, desarrollar nuestras habilidades y fortalezas, y convivir armónicamente con el entorno.
Aunque el crecimiento personal es parte inherente del ser humano, no ocurre por inercia ni mucho menos sin esfuerzo alguno; crecer interiormente solo es posible cuando nos permitimos afrontar los obstáculos y transformar el sufrimiento. Tampoco es un proceso que ocurra de un día para otro, sino más bien el resultado de un largo camino de aprendizaje que toma años recorrer hasta descubrir la mejor versión de nosotros mismos.
¿Por qué es importante el crecimiento personal?
Muchas veces olvidamos lo importante que es trabajar nuestro interior con el mismo ímpetu que dedicamos a construir una vida exterior sólida. Nos preocupamos por cómo nos vemos físicamente más que por el modo en que nos sentimos; nos vamos estancando en la rutina y perdemos la habilidad para disfrutar de la vida, apreciar las cosas que realmente importan y hacer oídos sordos a la crítica malsana.
Todos deberíamos establecer, como prioridad número uno, hallar la fórmula personal para una vida plena y evitar que los problemas se conviertan en una excusa para ser infeliz. El crecimiento personal facilita (y, a veces, posibilita) comprender las pautas para una experiencia humana enriquecedora, un paso por la tierra lleno de dicha y esperanza.
A través de la decisión de crecer interiormente, somos conducidos a obras de arte que cambien nuestra visión del mundo, libros e historias que nos inspiran a abrazar una causa, gente positiva que se convierte en modelo a seguir, amigos que nos tocan el corazón como si fueran hermanos y viajes increíbles que nos llevan a enamorarnos perdidamente de la vida.
La esencia del éxito personal
El éxito es una consecuencia, no un accidente; por ende, es producto de las decisiones que tomamos para mediar y contribuir a nuestro camino de crecimiento personal.
Ser exitoso no tiene nada que ver con el dinero o la acumulación de bienes materiales, sino con habernos encontrado a nosotros mismos de forma honesta y sincera, alcanzando un estado de paz, aceptación y amor propio innegociable.
A continuación, tres pistas para entender mejor de qué se trata el éxito personal y cómo el crecimiento interior es su principal jardinero.
1. Eres capaz de trabajar por ti mismo el autoconocimiento
Has llegado a una etapa maravillosa de la vida en la que no temes dirigir la mirada a tu interior para descubrir aspectos de ti mismo que quizás nunca habrías imaginado.
La vida moderna dificulta contar con espacios de introspección que permitan echar un vistazo a las ventanas del alma, pero ser capaces de desconectarnos del mundo diario para dedicar tiempo a nosotros mismos es una clara señal de crecimiento y éxito personal.
Algunas prácticas introspectivas que han demostrado ser eficaces son la meditación, el ejercicio o dar un paseo a solas. Cualquiera de ellas puede proporcionarnos las condiciones necesarias para potenciar nuestro autoconocimiento y conectarnos con nuestras emociones.
2. Te resulta más sencillo manejar y superar los bloqueos
Un bloqueo es cualquier barrera personal (física o emotiva) que nos impide hacer algo o explotar al cien por ciento nuestro potencial.
Todos atravesamos bloqueos en algún punto de la vida, nos sentimos paralizados, incapaces de lograr nuestras metas y terriblemente lejos de las soluciones que tanto deseamos encontrar. Aunque sea difícil hacer a un lado la frustración y la impotencia, debemos saber que el primer paso para superar cualquier bloqueo es darse cuenta de su existencia, aceptar su origen y reconciliarnos con él.
Solo así es posible gestar un cambio permanente y dar un paso importante hacia nuestro desarrollo personal.
3. Has logrado aceptar y respetar la diversidad, que ahora reconoces como un ingrediente maravilloso de la vida
Vivimos en un mundo diverso y cambiante. Si percibimos la diversidad como una amenaza y no como una oportunidad de crecimiento, será imposible dar cabida al desarrollo personal.
La estrategia es convivir amablemente con la realidad, aunque no coincida con nuestros valores personales. Esto no significa que debamos estar de acuerdo con todo y con todos, significa: escuchar, valorar lo positivo, estar abierto al diálogo y quedarse con lo bueno.
El desarrollo personal se relaciona estrechamente con la capacidad de aprender cosas nuevas, modificar nuestras perspectivas y cambiar de opinión, siempre que ello contribuya a nuestro bienestar. Estas son posibilidades que permitirán expandir nuestra mente a un mundo nuevo, menos hostil y más próspero.
Extraido de: Editorial Phronesis
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Read moreEn cada era en la historia de la humanidad la paternidad ha tenido sus propios desafíos, y hoy estamos en un momento único en ese sentido. Los medios digitales han modificado nuestra relación con el mundo y las esferas de influencias en nuestras familias. El gran avance en la conciencia de los derechos del niño ha dejado a muchos padres en una situación de incertidumbre porque no saben cómo educar de otra manera. Pienso que vivimos bajo el influjo tres ilusiones.
1. La ilusión del perfeccionismo.
Estamos en una sociedad de la exigencia en la cual, muchas veces, el afán por coleccionar logros han minimizado la importancia de los procesos. Sobre adultos y niños pesan enormes expectativas en cuanto a su rendimiento. Hoy vemos más padres que HACEN muchas cosas, pero pocos padres que tienen tiempo para SER lo que tienen que ser. La comparación social es común y buscamos sobresalir. Los hijos, en algunos casos, se transforman en trofeos para exhibir. Sólo el logro de cosas extraordinarias es sinónimo de éxito en un mundo competitivo y globalizado. Cada vez las cosas tienen que ser mejores, espectaculares para sentirnos bien con nosotros mismos.
2. La ilusión de que podemos tenerlo todo.
También la sociedad del consumo masivo nos lleva a un estado de insatisfacción generalizada. Pareciera que no podemos elegir y sentirnos totalmente satisfechos con nuestras decisiones. Me compro un celular nuevo y a los pocos meses aparece un modelo que promete ser mucho mejor, para peor, mi amigo se lo compra. Son tantas las opciones que tenemos que cada vez que elegimos sentimos que estamos perdiendo algo. Esto se observa en los adolescentes con los carretes. Tienen que ir a todo. Nos cuesta también distinguir lo que es una necesidad de un deseo.
3. La ilusión del control.
Otro gran tema es el miedo con que vivimos. Muchas veces es el motivador de nuestras decisiones. Creemos que nunca en la historia ha habido más violencia y crímenes, sin embargo hay estudios que muestran todo lo contrario. Cuidamos a nuestros hijos como esferas de cristal para protegerlos de todos los peligros y frustraciones posibles, incluso patologizando conductas que son incómodas pero perfectamente normales y parte de la experiencia de ser humano. Contaba un psiquiatra que hay madres que piden hora cuando el hijo se saca mala nota, o cuando termina un pololeo, para ayudarlo a manejar su tristeza o frustración. ¡Es tarea de los padres consolar y tolerar los sentimientos negativos!
¿Cómo aprenderán a protegerse por sí mismos? ¿Quieres que las decisones de tus hijos estén basadas en el miedo o desde la convicción?
Todo esto suena agotador, y efectivamente somos padres cansados. Hay que hacer un esfuerzo por recuperar el control de la propia vida y en consecuencia de las propias decisiones.
Para tomar decisiones coherentes con quiénes somos hay que desarrollar un barómetro interior que te vaya indicando cuándo estás alineado y cuándo no. Pero antes debemos hacernos algunas preguntas relevantes. ¿Cuál es mi aspiración como madre o padre? ¿Qué valores son los más importantes para inculcar en mi familia? ¿Qué quiero modelar como educador?
Los beneficios de aumentar nuestra confianza como padres son una mayor satisfacción personal, ser modelos de una vida auténtica, más autoridad, creatividad y energía. Es tiempo de recuperar nuestra identidad parental.
Una clara identidad parental se desarrolla en el encuentro con uno mismo y la reflexión pausada. Hay que darse tiempo y espacio para hacer ésto.
Tres cualidades de una identidad parental clara:
1. Constancia y determinación
Nos permite aceptar en nuestra vida todo aquello que nos apoya en nuestros valores y aspiraciones y a aprender a decir no libremente a todo aquello que no ayuda. Al ser consistentes con nuestros valores empezamos a pasar más tiempo haciendo las cosas que nos agradan y nutren, eliminamos aquello que nos quita energía y por ende, crece nuestra satisfacción con la familia que tenemos, eliminando la sensación de que nunca alcanzamos lo que queremos.
Hay que tener claro que no hay una sola forma de ser un buen padre o madre y que los hijos no necesitan que seamos perfectos o que les demos todo. Los niños necesitan padres suficientes, que logran satisfacer sus necesidades.
¿Qué necesitan los niños?
2. Padres predecibles. Piensa que te tienes que ir a vivir a otro país, con otro clima, otro idioma y donde no conoces a nadie. ¿Cómo te sentirías? ¿Quisieras contar con algún amigo que te guíe por la ciudad y sus costumbres? ¿Qué aumentaría tu confianza en esa situación? Los niños, desde que nacen, viven fuertes cambios constantemente. Salen del vientre materno, dejan de mamar y pasan a comer comida sólida, dejan la mamadera, aprenden a gatear, a caminar, a hablar, pasan a la sala cuna, luego al jardín, al colegio, entran en la adolescencia con todos los cambios que ellos significa, etc. En realidad la vida siempre implica cambios, pero necesitamos una cierta estructura u organización que nos permita una estabilidad de base, que facilita el cambio y la flexibilidad.
Cómo adultos tenemos la capacidad de imaginar y planificar, los niños pequeños no. Por eso a ellos les pueden afectar enormemente los cambios, que para nosotros son nada. El que nosotros seamos capaces de organizar su ambiente de forma predecible (pero no inflexible), les ayuda a transitar en todos sus cambios sobre una base sólida. Las rutinas diarias de comida, baño, sueño, son una forma de dar estructura, pero también nuestra forma de interactuar frente a distintas situaciones, la disponibilidad y la coherencia en nuestro actuar le dan estructura a los adolescentes. Cuando los padres se enojan mucho porque llegó tarde, y al día siguiente le da lo mismo. O cuando lo castigo porque se hizo pipí, pero después le doy premios si no se hace, etc.
Así mostramos inseguridad y eso se traspasa. El niño está en un estado de alerta constante porque no sabe cómo van a reaccionar sus cuidadores y empieza a sentir que no es capaz de interactuar adecuadamente con quienes le rodean. Ellos no pueden pensar, «probablemente hoy no ha sido un buen día para mi papá», ni pueden hacerse cargo de forma 100% autónoma de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación o higiene. Los adolescentes quedan a la deriva y a merced de las influencias de externas sin un guía que los ayude a transitar hacia la adultez.
Esto no significa que tengamos que ser inflexibles, Cuando hay ciertos patrones de respuesta más predecibles van haciendo asociaciones que después podrán reflexionar como causa efecto. Para los más grandes nos volvemos personas confiables y referentes.
3. Padres que permiten las equivocaciones. El crecimiento y el desarrollo, no sólo de cada persona, sino de nuestra especie humana, se basa fuertemente en el ensayo y el error. Cuántos modelos de ruedas tuvieron que hacerse y probarse antes de llegar a la que conocemos hoy, piensa en todo el trabajo y todos los intentos fracasados qué hay detrás de cada éxito, logro, avance o descubrimiento. Nuestros hijos, tienen que aprender y lograr muchas cosas a lo largo de su desarrollo.
Las guaguas nacen sin temor a equivocarse. Al observarlas notamos como una guagua intenta una y otra vez de encajar una pieza en su lugar, agarrar un juguete, darse vuelta, etc. A medida que van creciendo, por diferentes razones, los adultos vamos limitando este espacio de exploración, y nos hacemos menos tolerantes a los errores. En ocasiones podemos ser hasta implacables con equivocaciones que hasta nosotros como adultos cometemos. Si es primera vez que tu hijo está intentando ponerse su ropa, no podemos enojarnos si se la pone al revés. O si recién empieza a tomar en vaso, es probable que derrame, que se le caiga. Si aún no aprende a organizarse con sus tareas, habrá que ayudarlo y enseñarle más que criticar. Si pierde el celular, si se olvida de las tareas, etc.
Los padres confiados no tienen miedo al error y a la equivocación, porque saben que es lo natural para el aprendizaje, es más, valoran la falla, porque es la oportunidad de aprender a hacerlo mejor la próxima vez.
La confianza que da tener una sólida estructura con espacio para el error, permite ser flexible. Normalmente padres muy autoritarios e inflexibles, demuestran mucha inseguridad, porque significa que no saben manejar lo inesperado. Todos sabemos lo incierta que puede ser la vida. Hoy hubo más tráfico de lo habitual, llegamos más tarde y en realidad estás exhausta, podemos dejar el baño por hoy y no pasa nada. O tu hijo amaneció con fiebre, bueno a lo mejor lo puedo dejar que no coma los vegetales. Estamos viendo una película y disfrutando juntos, puede acostarse media hora más tarde. Ejemplos hay miles, la flexibilidad muestra la compasión con los hijos y con uno mismo también.
Esto disminuye progresivamente la resistencia de los niños a cooperar, por eso ganamos autoridad. También la consistencia de nuestro actuar y decisiones les da una clara señal de que sabemos lo que queremos, que lo que les pedimos es razonable y hay algún fundamento detrás.
Pero no se trata de no tener dudas también. Todos hemos experimentado la inseguridad en nosotros mismos. Especialmente cuando nuestro instinto no calza con las expectativas de los padres perfectos.. No podemos esconder nuestras dudas de los niños, si podemos mostrar que la incertidumbre es parte de la vida y cómo salir de ese sentimiento incómodo a través de la reflexión.
Lo importante es mantener la coherencia e integridad con aquellos valores más importantes y que queremos enseñar.
¿Hay alguien que admires por su integridad? ¿Has tomado alguna vez una decisión difícil para defender tus valores? ¿Cómo te sentiste después?
Ante las miles de decisiones que tenemos que tomar cada día, no caer en la tentación de tener respuestas inmediatas, tienes derecho a tomarte tu tiempo para decidir. Esta es una forma de sentirse más satisfecho con las opciones que tomamos. Tomarnos el tiempo de hablar con los hijos de por qué se toman las decisiones es parte del desarrollo del pensamiento crítico.
¿Qué beneficios nos da la confianza?
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Menos estrés. Cuando educamos con confianza y seguridad estamos enfocados en lo que para nosotros es más importante, y esto puede ser diferente en cada familia. Cuando estamos enfocados en nuestros propios valores, creencias y objetivos tratamos de ser auténticos, dejamos de lado la presión por ser padres perfectos
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Hijos con coraje. Cuando los niños sienten esa seguridad, saben lo que va a ocurrir, sienten que equivocarse es parte normal de la vida lo que aumenta su creatividad y si cuentan con padres presentes, colaboran más. La confianza que les damos les permite contribuir sin temor a ser criticados.
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Disfrutas más tu paternidad. A veces la crianza se transforma en una carga muy pesada, porque implica taaaaantas exigencias y expectativas, que supera la capacidad de cualquier ser humano. Cuando con confianza te enfocas en tus prioridades y las necesidades de TUS hijos, te liberas de muchas cosas que no necesitas y empiezas a vivir tu paternidad o maternidad con más alegría. Además, los padres seguros tienen la mirada puesta en el largo plazo, no se angustian con los traspiés o las dificultades presentes, confían en el proceso de sus hijos, y por eso tienen menos emociones negativas.
¿Qué factores disminuyen nuestra confianza?
1. Altas exigencias. El temor a los juicios de los demás es un fuerte inhibidor de la confianza, porque al empezar a tomar decisiones para satisfacer a otros dejamos de escuchar nuestras propias voces interiores. Ya no miro la necesidad de mis hijos y las mías, sino que hago lo que otros me dicen. Dejo de lado mis prioridades. Esto no significa no oír consejos ni desatender a lo que me puedan decir en el colegio, pero para tomar bien los consejos y orientaciones, tengo que tener claro qué quiero yo como mamá o papá. Hoy en día por ejemplo, la lactancia materna, para muchas mujeres es terrible, porque por todas partes se fomenta y se mira mal a la mujer que le cuesta, que no puede o que por sus circunstancias ha decidido no amamantar. Obviamente es muy recomendable hacerlo, pero puede haber circunstancias en que es legítimo tomar otros decisión. A los padres se les pide mucho y se les culpa de todo, pero reciben muy poca ayuda
2. Demasiada información. Está bien informarse, por supuesto, pero hay que saber elegir. Desde el consultorio, en internet, en el matinal, en el diario, la radio, se habla de cómo educar, cómo comer, cómo enseñar, cómo esto y lo otro. Un día te dicen la leche hace mal, al día siguiente otro gurú dice que hace bien. ¿Cómo distinguir qué es lo que me puede ayudar a mí? Eso requiere conectarse con uno mismo y con las necesidades de tus hijos.
3. Falta de autocuidado. ¿Cuánto tiempo te dedicas a tí mismo? ¿Cómo está el sueño y la alimentación? ¿Tienes algún tipo de práctica espiritual que te ayude? Nadie nos va a poner en primer lugar, eso es algo que cada uno tiene que hacer. Es difícil, pareciera que no hay tiempo pero el autocuidado pasa por analizar qué cosas me hacen daño y tomar la decisión de dejar de hacerlas. A su vez aumentar lo que me hace bien. Poco a poco, ayuda a estar menos estresado y más tranquilo y por eso tomamos mejores decisiones. Educar requiere mucha energía.
Ideas para desarrollar una clara identidad parental:
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Habla sobre este tema periódicamente, con la pareja, con amigos.
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Cultiva la gratitud por todo lo que tienes, y especialmente por las fortalezas de tus hijos y tu familia.
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Toma tiempo para retirarte y reflexionar
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Toma conciencia de las exigencias que te agobian y que te desenfocan de tus prioridades.
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Observa cómo vas recuperando tu confianza y celebra, prémiate para seguir adelante.
1. REPASA tu pasado para curar todas las heridas (de lo contrario las volverás a proyectar hoy).
Hay que prestar especial atención a las heridas de la infancia porque se vuelven patrones subconscientes y mecanismos de defensa durante el resto de tu vida. Es aconsejable contar con la ayuda de un terapeuta profesional que pueda guiarte y apoyarte con esto.
2. PERDONA a todos los que alguna vez te han herido o dañado, perdona al mundo por su injusticia, y perdónate a ti mismo.
Aferrarse a rencores es un gran obstáculo para el crecimiento interno. Es prácticamente imposible volar a más alto si llevan cargas pesadas. No es un favor que haces a los demás, es la única manera de deshacerte del pasado.
3. MEDITA.
Está bien comenzar con solo 10 minutos al día para aumentar tu mindfulness y tu bienestar, ya que tenemos vidas increíblemente ocupadas y locas, pero si quieres que tenga un impacto real en tu vida, hay que profundizar y adquirir un mayor compromiso.
Si deseas acercarte un paso más al despertar, será necesario ampliar el tiempo dedicado a ello e incluir regularmente retiros de meditación y silencio con el fin de tomarte el tiempo y el espacio fuera de las interferencias y distracciones que nos abruman durante la vida diaria. De esta manera, aumentarás las posibilidades de des-identificarse con tu ego y podrás tener una experiencia directa de las sutilezas que constituyen el mundo más allá de los sentidos físicos.
4. Emprende la práctica de leer libros INSPIRADOS Y SAGRADOS cada día.
Es indispensable aprender de los más avanzados que tuvieron la inmensa generosidad de mostrarnos el camino. Cada uno ha de caminar su propio camino, pero es una gran suerte poder disponer de señales que indiquen la dirección correcta del camino.
5. Toma cada desafío, cada obstáculo y cada crisis como una OPORTUNIDAD para desarrollar virtudes.
Es fácil permanecer alegre y agradecido cuando todo sale bien. Pero es realmente difícil mantener el equilibrio y la claridad cuando llegan sorpresas inesperadas, especialmente las más difíciles. Sin embargo, si te enseñas a ti mismo que cada situación incómoda contiene una oportunidad de crecimiento, la vida se vuelve mucho más interesante y no desperdicias ninguna energía resistiendo aquello que te aparezca en tu camino.
6. INTEGRA en tu vida diaria el hecho de que todo lo que piensas, dices y haces tiene consecuencias.
Por lo tanto, alimenta en tu mente solo lo positivo, ya que es lo que hace que hables con sinceridad y amabilidad, y que actúes consciente de tu propio comportamiento y con compasión hacia todos los seres vivos. Las semillas que plantas hoy las cosecharás en el futuro. Que seas consciente de ello o no, es irrelevante.
Autora del artículo: Mónica Esgueva
Read moreDentro de un grupo familiar, cada persona tiene características únicas y genera relaciones diferentes con su entorno. De hecho, los vínculos que se crean desde la infancia con los padres y hermanos, determinan la forma de entender el mundo y enfrentarse a las oportunidades y dificultades de la vida. Así lo explica el psicólogo de Clínica Vespucio, Daniel Holloway, quien además se refiere a la importancia de dedicar tiempo de calidad a los hijos para promover su desarrollo.
Es común sentir que el lugar que cada hermano ocupa en la familia define algunos aspectos de su personalidad. Ya sea regalón, independiente, responsable o carismático, en muchos casos lo atribuimos a su condición de hermano mayor, de al medio o menor. “Efectivamente hay ciertos patrones de relaciones familiares que van generando esquemas o roles que luego utilizamos para enfrentarnos al mundo fuera de la casa”, afirma el psicólogo de Clínica Vespucio, Daniel Holloway.
De hecho, entre los hermanos se va generando un sistema propio en el que surgen lazos fraternos de cooperación y competencia, donde la atención de los padres es uno de los factores de mayor relevancia. Por otra parte, el especialista destaca que los primeros ensayos por alcanzar cierta autonomía ocurre también en estas relaciones, donde los hermanos “forman acuerdos entre ellos para ‘deshacerse’ un rato de los papás o dejarlos ajenos a sus actividades”.
Así, dentro de la familia se generan pautas relacionales que configuran los roles. Estos son verdaderos esquemas internos que determinan nuestra forma de pensar, sentir y actuar, incluso en la vida adulta. “Es un esquema práctico, simple y convencional desde el cual le damos sentido a lo que somos, y que comienza a construirse desde nuestro nacimiento”, afirma el psicólogo.
El lugar de los hermanos
Las características de personalidad de los hermanos tienen relación con la forma en que los padres van asumiendo la paternidad con cada uno de sus hijos. Por ejemplo, en muchos casos, los mayores son los que reciben más atención y, a su vez, también son los receptáculos de toda la ansiedad de los padres primerizos que no saben cómo enfrentar esta nueva etapa. “Generalmente son los que tienen las normas más definidas, considerando que mientras van llegando los otros hermanos, los papás tienden a relajarse con ciertas conductas”, destaca Daniel Holloway.
Uno de los aspectos más importantes respecto a la relación que se genera con los papás, es que debe existir cierta seguridad básica para los niños. Esto implica reconocer que ellos están presentes y destacar las habilidades propias de cada uno, ya que “si esto no está incluido a lo largo del desarrollo de los hijos, aunque sea con palabras o gestos pequeños, no les permitirá desenvolverse de manera fluida con su entorno”, asevera el especialista.
¿Cómo mejorar estos vínculos?
Considerando cómo nos definen los primeros vínculos que generamos dentro de la familia, existen medidas que los padres pueden adoptar para mejorar el desarrollo de sus hijos y las relaciones que ellos crean con el exterior:
- Tiempo de calidad
Es importante dedicarle a cada hijo un tiempo de calidad y cantidad suficiente. “Aunque sea media hora, estos momentos deben ser libres de celulares y televisión, priorizando lo que el hijo o hija quiere expresar, con el objetivo de conocerlos, saber qué está pasando con ellos, orientarlos, recibir su afecto y entregarles afecto”, asegura el psicólogo.
No existe un tiempo específico recomendado, ya que depende de la rutina de cada familia y el número de hijos. La idea es atender no sólo de forma grupal, sino que a su vez individual a cada niño como persona que tiene características distintas y únicas.
- Límites
Dedicar tiempo a los hijos es también una instancia para establecer límites, que son fundamentales para el desarrollo integral de los niños y su preparación para la vida adulta. Lo anterior, los ayuda a reconocer sus capacidades y posibilidades mientras desarrollan autorregulación, el manejo de las frustraciones y la autonomía. “Es inevitable que los niños demanden de los padres toda su atención y les exijan de forma inmediata la satisfacción de antojos y caprichos, lo importante es no ceder ante esto”, dice el profesional.
Además, los padres requieren tiempos de descanso y los niños deben aprender a reconocer y respetar esos espacios. Así, fijar límites ayuda a desarrollar creatividad ya que obliga al niño a buscar otras alternativas. “En la vida fuera de casa, muchas veces uno tiene que aceptar que existen cosas que no podrá tener o que quizás con esfuerzo alcanzará más adelante. Si uno les entrega todo a los hijos, no permite que ellos aprendan a manejar esa realidad por sí mismos”, advierte Daniel Holloway.
Además, si no existen límites, la satisfacción siempre es inmediata, por lo tanto los niños no aprenden a valorar lo que tienen. “Se fomenta la conducta del consumo, en la que todo se vuelve desechable, desde los objetos materiales hasta las relaciones”, concluye el especialista.
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Read moreTu madre te conecta con la vida, es el puente para acceder a mayoría de tus experiencias como mujer adulta.
Míralo de este modo; en tu inconsciente está el vivo recuerdo de haber tenido la relación más simbiótica que jamás volverás a tener con otro ser humano en tu vida, ni con tu pareja, hijos o amigas, lo vivirás. Es el vínculo que viviste con tu madre cuando habitaste su vientre, donde tenías todo lo que necesitabas y querías a libre disposición.
Ahí conociste la incondicionalidad, y luego por situaciones de la vida, la olvidaste, quizás tu madre no fue quien deseaste o necesitaste, aun así, ella estuvo para ti de la única forma que podía según sus recursos internos y su propia historia.
Hoy te toca aceptar que tu madre te abrió la puerta a la vida, y que la relación que puedas tener con ella ahora, es el reflejo de cómo está tu vida, ya que la madre representa:
-tu éxito,
-tu relación con el dinero,
-tu pareja y
-tu cuerpo.
Cómo miras a tu madre es cómo miras tu vida, por eso, es fundamental sanar este vínculo, sanar la herida materna, que aparece cuando:
-tú madre no tiene recursos internos para acompañarte en tu desarrollo,
-no te proporciona protección,
-no te guía emocionalmente,
-aparece más bien como una enemiga en tu vida, intenta controlarte, a través de la culpa o criticando tus decisiones y despierta en ti el deseo de no verla más o vivir lo más lejos posible.
Esto último lejos de ser una solución, solo trae más dolor y resentimiento, pues no logras llevar a tu madre a tu corazón, tomar la vida que ella te traspaso y hacerte responsable de tu experiencia, en alegría y libertad.
Como mujer adulta, tu puedes decidir seguir luchando contra tu madre y todo lo que representa para ti, o aprender a llevar una relación con límites saludables y aceptar que ella, ya te dio lo máximo que tenía para ti, la vida, y del resto, ahora te encargas tú.
Irina Duran Martínez Psicóloga de Mujeres
Viña del Mar
Foto Portada : Photo by Wayne Evans from Pexels
Read moreEn este mundo tan acelerado, tan competitivo, tan paradójicamente salvaje, no nos damos cuenta pero cargamos a nuestros hijos desde pequeños, con presiones sin sentido hacia ellos y hacia nosotros mismos.
Creemos que si camina antes o habla antes o si lo metemos en clases de “estimulación temprana” será superdotado y exitoso y, por qué no, al compáralo con los hijos de nuestras amigas llevará la delantera, nuestro hijo será “el mejor”.
Los presionamos a caminar, los presionamos a hablar, los presionamos para comer sólidos y ellos son solo bebés. No podemos esperar, no sabemos esperar. Y como si esto fuera poco hasta he escuchado a mamás regañando a sus bebés si pronuncian una palabra rara o tambalean al caminar, el colmo.
Y pasa tan rápido el tiempo, en un parpadeo ya están formando frases, saltando y corriendo, respondiendo con ideas fuera de este mundo. Pero en su subconsciente quedan grabadas todas estas presiones y exigencias.
De verdad, esa maldita necesidad de todo rápido, todo antes, todo ya, nos hace dejar de disfrutar el proceso porque solo nos concentramos en el resultado. Si no lo haces, genial y si lo haces te invito a reflexionar.
Hay márgenes establecidos por los pediatras para el desarrollo de habilidades motoras, neurológicas y conductuales y si tu hijo queda fuera del margen quizás ahí debieras preocúpate un poco y consultar. Pero aún así esos márgenes son aproximaciones.
Dejemos que los niños sean niños y por Dios, dejemos que los bebés sean bebés.
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
Instagram: Nutri_mama
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