El concepto de colaboración familia escuela no es preciso, lo cual ha dificultado la investigación sobre el impacto que produce en los resultados para las y los estudiantes. Sin embargo, ya existe bastante evidencia de que cuando se forma una fuerte alianza entre la escuela y la familia esto puede resultar en:
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Mejor rendimiento académico
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Mayor tasa de titulación
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Más asistencia
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Mayor desarrollo socioemocional
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Mejor conducta
Una alianza familia-escuela implica aceptar a la familia como socia. En la medida en que estos socios se reconozcan y valoren, confíen uno en el otro, trabajarán en equipo y tendrán buenos resultados.
Las y los estudiantes necesitan percibir el apoyo de la familia y la escuela al mismo tiempo para ver ganancias en sus resultados. Así, si no se sienten conectados con su escuela, el involucramiento parental no será suficiente para la mejora escolar.
Dentro de las barreras para la colaboración y participación activa de las familias con la escuela hay algunas que tienen que ver con el contexto de las familias, como la falta de tiempo, dificultades en el cuidado de los hijos o de tipo cultural. Otra gran barrera es que algunos padres y madres tienen una baja autoeficacia parental, es decir, no se sienten capaces de abordar los desafíos de la educación. Y por último hay barreras que tienen que ver directamente con la escuela, como las creencias negativas instaladas sobre las familias y una comunicación ineficaz.
Las escuelas que logran establecer alianzas potentes con sus familias muestran algunos rasgos característicos:
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Tienen un foco en construir relaciones de confianza, apreciando que prácticamente todas las familias quieren lo mejor par sus hijos e hijas.
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Consideran y respetan la diversidad contextual y sociocultural de las familias, y entienden que hay diferentes necesidades.
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Abrazan una filosofía de alianza, lo que significa que comparten la toma de decisiones y la responsabilidad por el éxito de las y los estudiantes.
Hay diversas acciones que se pueden realizar para fortalecer la colaboración familia escuela. Algunas ideas que pueden funcionar muy bien son:
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Revisar las creencias del personal de la escuela y cómo estas impactan en el trato que reciben las familias. Una relación de confianza parte de la creencia básica de que todas las familias pueden ayudar a sus hijos a mejorar en la escuela, a veces, solo necesitan la ayuda adecuada para saber cómo hacerlo.
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No culpar a las familias por todo lo que hacen las y los estudiantes. Las escuelas exitosas se hacen cargo de cada niño o niña, independiente de su contexto familiar.
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Aprender de las familias, creando espacios para que ellas compartan cómo apoyan a sus hijos en casa, cuáles son sus tradiciones, qué valores enseña o son importantes, qué expectativas tienen para sus hijos.
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Enseñar a las familias a enseñar, en especial en lectura y matemáticas. Presentarles de forma fácil cómo pueden ayudar a desarrollar las habilidades cognitivas que se están trabajando en la escuela.
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Reflexionar juntos sobre la importancia de la educación y las implicancias que tiene la escuela en la vida futura de sus hijos e hijas.
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Construir un sentido de comunidad favoreciendo la conexión entre las familias de la escuela.
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Invitar a las familias a ser parte de la definición de los valores y visión del proyecto educativo. Tomar su perspectiva para tomar decisiones que les afectan.
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Asegurar una comunicación de doble vía eficaz. Esto significa que los mensajes que quieres transmitir llegan de la manera que esperas y que las familias tienen canales claros para contactarse con la escuela, sea para lo que sea.
Construye la confianza con las familias de tu escuela y probablemente tendrás padres, madres o apoderados más involucrados en la educación de sus hijos e hijas.
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Es de esperar que este año más y más comunidades escolares retomen las clases presenciales y al mismo tiempo, puedan capitalizar todas las ganancias que se produjeron en estos últimos dos años, quizás los más desafiantes en décadas.
¿Qué ganancias son esas?
En estos dos años, trabajando con comunidades de todo el país, escuelas rurales y urbanas, liceos, colegios, etc., hemos visto que el aprendizaje socioemocional ha pasado a ser relevante, visto, priorizado como nunca antes. Tanto directivos como docentes reconocen que es fundamental para lograr mejores aprendizajes académicos y mayor bienestar, de niños, niñas, adolescentes y adultos. Se ha visibilizado el rol de la escuela más allá de lo académico.
También hay un reconocimiento generalizado de la importancia del bienestar docente y del impacto que tiene el estrés crónico en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Hemos sido testigos de la necesidad sentida de fortalecer los vínculos, y cómo muchas comunidades dicen haber mejorado el trabajo en equipo. Las duplas psicosociales y asistentes de la educación, también han mostrado que su rol de apoyo a los docentes es esencial, y que requieren ser mirados.
Más que un retorno a la normalidad, debiésemos pensar en una renovación de la vida escolar, donde el cuidado colectivo sea un eje central en la toma de decisiones. Volver al mismo estado pre pandemia significaría retroceder a un sistema con foco prioritario en lo académico y en la obtención de resultados, sin mucha consideración a la importancia del bienestar psicológico de las personas en los procesos. Hoy podemos tener un nuevo comienzo en las escuelas.
De acuerdo a la evidencia, para instalar el aprendizaje socioemocional en los procesos formativos y en el quehacer de una comunidad escolar, hay cuatro elementos o pilares que son clave (Mahoney et. al., 2021):
1° Construir una visión de largo plazo, conocida, compartida y construida con toda la comunidad.
2° Desarrollar el aprendizaje socioemocional de los adultos.
3° Integrar el aprendizaje socioemocional al currículum académico y prácticas escolares, además de tener programas explícitos para el desarrollo de competencias en los estudiantes.
4° Medir el aprendizaje socioemocional de manera continua.
Para lograr tener una perspectiva amplia y que incluya la voz de todos los actores involucrados. Fundación ama+ tiene a disposición de las comunidades un instrumento que puede guiar una reflexión inicial para la planificación. Se trata de nuestro cuestionario IASE (Indicadores de una cultura de Aprendizaje Socioemocional) escolar. Es una rúbrica que puede ser contestada por directivos, docentes, asistentes de la educación, apoderados y estudiantes; es totalmente gratuito y online, y se puede pedir un informe con los resultados. También contamos con un cuestionario IASE sostenedor, que está pensado para comunas, servicios locales de educación o sostenedores que tienen varios establecimientos.
Parar, reflexionar y planificar es algo que involucra tiempo, en especial cuando se hace de manera participativa; pero los resultados de estos procesos merecen esta dedicación. Se logrará mayor motivación, compromiso y colaboración. Si quieres cotizar una asesoría para la gestión del aprendizaje socioemocional en tu comunidad escolar, en Fundación ama+ podemos ayudarte con el proceso.
REFERENCIA
Mahoney, J. L., Weissberg, R. P., Greenberg, M. T., Dusenbury, L., Jagers, R. J., Niemi, K., Schlinger, M., Schlund, J., Shriver, T. P., VanAusdal, K., & Yoder, N. (2021). Systemic social and emotional learning: Promoting educational success for all preschool to high school students. American Psychologist, 76(7), 1128–1142. https://doi.org/10.1037/amp0000701
Si hay algo positivo de lo que ha ocurrido durante la pandemia, son algunos cambios en la relación entre las familias y la escuela. Los padres y madres han podido ser testigos directos del compromiso y esfuerzo de las y los docentes por sus estudiantes, al poder observar las clases online o los videos que se envían a las casas. Al mismo tiempo, con el fin de conectarse con los estudiantes y comprender su entorno, docentes, asistentes de la educación y directivos, han establecido un contacto mucho más frecuente con las familias.
Así, ha sido más fácil ponerse en el lugar del otro.
Una realidad con la que tanto padres, madres y docentes pueden sentirse identificados y que sufren por igual es el estrés que ha significado la pandemia y la educación a distancia. Esto puede ser una oportunidad para fortalecer la alianza familia-escuela, a través de la mutua comprensión y la colaboración. La conexión a través de una experiencia compartida puede ayudar a derribar muchas barreras que normalmente inhiben el involucramiento parental en el aprendizaje y con la escuela. En este momento, más que nunca, la alianza escuela – familia, puede determinar la recuperación y calidad del aprendizaje.
Como fundación hemos estado durante varias semanas promoviendo estrategias para el bienestar de los docentes y las comunidades escolares, convencidos de que el bienestar de los adultos impacta directamente el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Esto también es aplicable a madres, padres y apoderados. ¿Cómo ayudar a las familias de la comunidad escolar a manejar el estrés en sus vidas?
Lo primero es tomar su perspectiva a la hora de diseñar planes de aprendizaje, retorno a clases, protocolos de seguridad, etc. Sabemos que esto puede implicar un gran trabajo, pero vale la pena. Cuando las personas sienten que su perspectiva ha sido escuchada en la toma de decisiones, se sienten más comprometidas a cooperar. No se trata de darle el gusto a todo el mundo, sino de comprender la diversidad de situaciones. Esto ayuda a tomar mejores decisiones y a comprender cuáles son las trabas a la participación más activa de los apoderados.
Tomar su perspectiva o levantar su voz permite saber ¿Qué se puede esperar de las familias? ¿hasta dónde se les puede exigir? ¿entender qué necesitan en este momento para ser un buen apoyo para sus hijos?
Las barreras al involucramiento parental han sido estudiadas, y la evidencia indica que las creencias (tanto de los educadores, como de los apoderados) son la principal causa. Ideas tales como que los padres con menos educación no pueden ayudar a sus hijos, o que ciertos comportamientos de un niños o niña son indicativos de una negligencia parental (desde que vienen con las uñas largas hasta que nunca vienen preparados para sus clases), o que los padres son poco respetuosos de los profesores y no valoran su trabajo, son algunas de las creencias que alejan a las familias de la escuela. ¿Quién quiere colaborar en un lugar donde no se es valorado? A los padres, por su parte, les afecta el temor a ser criticados por la escuela, la idea de que no hay instancias para expresarse honestamente y plantear sus críticas, o que sólo los padres que defienden la escuela tienen instancias de participación, o la percepción de que los profesores tardan demasiado tiempo en informarles de situaciones de sus hijos.
Al comprender mejor la perspectiva de los padres, madres y apoderados la escuela, y en especial los docentes, pueden ajustar sus expectativas sobre las familias y comunicarlas más claramente. ¿En este momento qué es lo prioritario? ¿Cómo podemos establecer acuerdos realistas?
Una forma de ir despejando estas barreras a la colaboración es el encuentro entre padres y educadores en espacios diferentes a los que usualmente se generan, que son de mucha formalidad y verticalidad o distancia al menos. El que las cámaras o la distancia física hayan acercado los espacios familiares y los espacios escolares, y que haya una mayor empatía entre padres y profesores por los desafíos comunes que están viviendo, es una oportunidad para no dejar escapar esta mayor cercanía.
Por eso invitamos a las comunidades a generar instancias de conexión entre apoderados y con los docentes, a través de encuentros de bienestar o de contención, donde no se hable de notas, tareas, o aspectos prácticos que pueden informarse en otra instancia, sino que se faciliten espacios para el diálogo, para compartir emociones y deseos y la reflexión en torno cómo se pueden mejorar los ambientes para el óptimo desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Esto sin duda incidirá en un mayor sentido de pertenencia a la escuela y en mejorar el bienestar en la comunidad a través del fortalecimiento de los vínculos y la colaboración.
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Read moreMarzo comenzó y con ello el desafío de la vuelta a clases y la vuelta a la rutina de nuestros hijos. Nuestra tarea como padres será en esta etapa ayudarlos a reordenarse para que puedan vivir este tiempo con alegría y gusto, para que puedan seguir creciendo sanamente en todos los aspectos de su vida y logrando progresivamente su madurez.
¿Cómo hacer para definir la rutina que deben seguir?
Siempre definirla uno como adulto. Los padres sabemos lo que es bueno para nuestros hijos, lo que ellos necesitan; y al mismo tiempo conocemos nuestras necesidades y límites. Cruzado estas dos dimensiones podemos definirla con bastante asertividad. Otra variable que es bueno incluir en la ecuación son los deseos de nuestros hijos y eso podemos hacerlo preguntándoles a ellos cómo y cuáles les gustaría que fueran algunas reglas familiares. Nosotros escuchar, acoger y analizar. OJO: No todo deseo debe ser ejecutado, pero sí escuchado. En esa misma conversación será la oportunidad de dar a conocer nuestras necesidades y valores y ellos tienen prioridad.
¿Qué considerar para definir la rutina?
la hora de acostada
La recomendación de la NSF (National Sleep Foundation) es que duerman todas las horas que su organismo necesita para poder descansar, liberar toxinas y crecer. El mínimo de horas que los niños necesitan es 8 horas, sin embargo otros requieren 10 y hasta 13. Esto varía entre hermanos y según las edades. Una idea para saber cuánto necesita dormir cada uno de tus hijos es recordar cuánto dormían en vacaciones sin que tú los despertaras y ese sería el número ideal de horas a resguardar para su descanso.
las pantallas
Por el impacto que las pantallas tiene en el cerebro de los niños, lo recomendable es que este estímulo se termine al menos 1 hora antes de acostarse. Por «pantalla» entendemos televisión, celular, tablet, computador y video juego.
En cuanto a la cantidad de exposición a este estímulo, la American Academy of Pediatrics recomienda lo siguiente:
de 0 a 3 años: nada
de 3 a 7 años: 30 minutos diarios
de 7 a 21 años:1 hora diaria
de 12 a 15 años: 1,5 horas diarias
más de 15 años: 2 tras diarias
Conociendo esta información y dándosela a conocer a nuestros hijos, podemos ayudarlos a elegir en qué usarán ese tiempo cada día.
la actividad física
Los niños tienen actividad física en el colegio, pero en algunas ocasiones esta es insuficiente para la cantidad de energía que algunos tienen. Si ves que están irritables, o inquietos o que están muy propensos a las pantallas, planifica alguna actividad extra. Esta puede ser formal, como participar de alguna academia o actividad extraprogramática en el mismo colegio, o bien algo informal como salir a caminar, andar en bicicleta, ir a la plaza, saltar en la cama saltarina, etc.
Lo importante a saber es que la actividad física libera toxinas, tonifica y oxigena el cuerpo y favorece la producción de hormonas relacionadas al bienestar, entre otros beneficios.
el juego
Lo propio de los niños es el juego y es la manera en que por excelencia ellos aprenden. Ojo con llenar la rutina de estudio y tareas y que no les quede tiempo para jugar con sus juguetes. Observemos cómo juegan, enseñémosles juegos nuevos, juguemos con ellos; cada una de estas posibilidades permite múltiples beneficios para el desarrollo intelectual, emocional y social de nuestros hijos.
el estudio
Definir con claridad y con ellos el lugar donde van a estudiar y hacer las tareas; que armen un estuche con los materiales necesarios y definir cuanto será el tiempo a destinar para ello. No sobrecargar. Considerar que vienen de una larga jornada de estudio y deben despejarse, jugar y conversar.
la hora de levantada
En este aspecto el consejo es enseñar a nuestros hijos (progresivamente) todos los aspectos que debe atender en la mañana: los hábitos de higiene, tomar desayuno, tener tiempo para cumplir con las tareas personales que los niños puedan tener (dejar su ropa recogida, la cama hecha, etc)
Descubrirán que algunos puede hacerlos en la noche, como dejar la ropa del día siguiente elegida y sacada, dejar una mochila con todo lo que debe llevar al día siguiente, incluso la lonchera puede quedar medio armada. La anticipación es una habilidad que les será muy útil para ir creciendo en autonomía y responsabilidad.
¿Cómo hacer para incorporar todo esto?
Los cambios no son sencillos, pero son posibles. Eso debemos tenerlo claro para confiar en que podremos lograrlo. La recomendación es avanzar de a poco para no agobiar a los niños y no agobiaros nosotros. Comiencen por lo más sencillo de lograr y de manera positiva. Mientras menos esfuerzo haya que hacer para lograr un cambio, resultará más fácil y perdurará en el tiempo.
Alejandra Ibieta I,
de AMA Consultora Parental
Articulo extraido de www.talleresama.cl
9 consejos para enfrentar la vuelta a clases
Estudiar, levantarse temprano, hacer tareas y usar uniforme. Para algunos niños y adolescentes, el término de las vacaciones representa un proceso difícil que en ocasiones puede generar rechazo y angustia en el escolar. A días de empezar las clases, la psicóloga de Centros Médicos Vidaintegra, Paulina Pérez, se refiere a los factores de riesgo que pueden derivar en estas conductas y entrega recomendaciones para cambiar la actitud del menor frente al colegio.
Es normal que un niño no quiera volver al colegio después de tres meses de vacaciones y descanso, en especial considerando que cada año se suman responsabilidades mientras avanzan de curso y se desarrollan como adolescentes. No obstante, en algunos casos el rechazo que genera el ingreso a clases empieza a producir angustia en el menor, lo cual puede comprometer su desarrollo social, desempeño académico e incluso su salud mental.
Para cambiar la percepción negativa del colegio que tienen algunos estudiantes y amenizar la entrada a clases, la psicóloga de Centros Médicos Vidaintegra, Paulina Pérez, recomienda identificar la causa que desmotiva al escolar e integrarse como padres en el proceso educativo. “La actitud de los papás es lo primero que hay que observar. Si ellos son muy autoritarios, se quejan constantemente y no participan de sus actividades, podrían favorecer que el niño o adolescente adquiera la misma actitud”, señala la especialista.
Cómo disfrutar del colegio
Hay que tener en cuenta que el colegio es una parte esencial de la vida de los escolares, ya que pasan la mayor parte de su día en esta labor, mientras están en pleno desarrollo emocional, cognitivo, intelectual, motor y social. “Para que disfruten de este proceso, es importante que sepan que a pesar de que se terminaron las vacaciones, no perderán sus espacios de descanso y recreación” afirma la psicóloga.
Para lograr una imagen positiva del colegio, Paulina entrega las siguientes recomendaciones:
- Prestar atención a la causa que perturba su motivación y ayudarlo tanto a nivel de los padres como de los profesores.
- Reforzar los logros y la autoestima del adolescente.
- Buscar un colegio considerando sus habilidades, gustos y tradiciones familiares.
- Realizar las tareas en casa de forma divertida, aprovechando de compartir y comentar anécdotas reales para que vayan visualizando lo interesante de ciertas materias.
- No exigir perfección en el rendimiento académico y considerar que algunosramos no son de su preferencia.
- Conversar sobre las actividades que realizan durante el recreo para saber si son de su gusto o no.
- Invitar a sus compañeros a la casa para mejorar el vínculo con ellos.
- No dejar que las tareas en casa consuman toda la tarde, se deben considerar momentos de descanso, recreación y juego.
- Tomar un buen desayuno y priorizar colaciones saludables para favorecer su energía y concentración.
Cuando las conductas de rechazo ante el colegio se trasforman en pataletas, “es importante como padres mantener la calma, no obedecer al menor durante el episodio, esperar que se calme, luego escucharlo y llegar a un acuerdo con aquello que deseaba y agradecerle que ya no esté haciendo pataleta”, aclara la especialista.
Señales de alerta
En algunos casos, el menor puede estar pasando un mal momento en el colegio sin comunicar la situación a los padres. Así, el rechazo es más profundo pero no necesariamente evidente. Para identificar una situación como ésta, se debe poner atención a cualquier cambio en el niño desde el inicio de clases. “Algunos síntomas son el bajo rendimiento escolar, irritabilidad, desconcentración, aislamiento, no desea hablar del colegio, baja autoestima, angustia en las horas previas y posterior a la jornada escolar”, dice la psicóloga.
De hecho, alrededor de los 12 años el adolescente tiende a desmotivarse y puede estar más cansado y rechazar algunas asignaturas que no son de su agrado. “Acá es importante buscar estimulación ya sea en lo social, pulir sus habilidades, premiarlos con algún taller que ellos deseen, felicitarlos ante cada logro, apoyarlos, identificar sus metas, dejarlos descansar en las tardes o fines de semana, no darles mucha tarea en casa, entre otros”, explica la especialista.
¿Cambio de colegio?
El cambio de colegio debe ser una decisión pensada en familia y también con la opinión del escolar. Si hay un problema dentro de la institución y se agotaron los intentos de solución sin lograr resultados favorables, es tiempo de un cambio.
Es importante que haya coherencia entre el colegio y los hábitos de vida familiares para que el escolar se identifique mejor con su escuela. “Por ejemplo, no colocar a un niño de una familia no exigente en un colegio muy exigente, o si le gusta el deporte, privilegiar un colegio que fomente esa área”, asegura la psicóloga.
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Durante los meses de marzo y abril la mayoría de los colegios abren sus procesos de admisión para el próximo año académico. Cada día escucho más papás angustiados viviéndolo. Varias familias lo describen como que ha sido un desgaste emocional (y muchas veces económico). Sin entrar a la polémica de si están bien o mal hechos estos “filtros”, quisiera compartir con aquellos que están inmersos en esta prueba, ciertos criterios y tips que nos brinda la Programación Neurolingüística para enfrentar este tipo de situaciones:
- Lograr una comunicación fluida entre los padres de qué desean y esperan de sus hijos. Así viene la forma más fácil de descartar o favorecer las opciones que tienen disponibles. No existe colegio perfecto sin embargo cada uno tiene una forma de educar determinada, y al elegir hay que saber que siempre habrá una pérdida, y eso se asume y se revisa si realmente es trascendental para nosotros como padres o si lo puede desarrollar en otra instancia, o si simplemente es algo que olvidamos. Recomiendo escribirlo, para ir revisando si realmente es lo que más anhelamos.
- Una vez con la lista en mano, ir a conocer las diferentes opciones que tenemos. Ver como son los alumnos más grandes. Imaginarse a sus hijos inmersos ahí. Hablar con profesoras, percibir el ambiente, puede ser un establecimiento cariñoso, exigente, mixto, personalizado, masivo, relajado, y así podría distinguir muchos más tipos o formas de enseñanza. Lo importante es empaparse y visualizarse como familia ahí. Estar atentos a las señales que vamos recibiendo. Además tomar la decisión desde el deseo y no desde la creencia. ¿A qué me refiero con esto? A que muchas veces nos han inculcado desde chicos algo, o lo hemos creído por algo que nos pasó y actuamos desde una frase general que nos comanda. Por ejemplo, “el colegio debe ser mixto sino no saben cómo comportase con el sexo opuesto”, eso es absolutamente algo falso, es imposible que todos actúen de la misma forma, depende de demasiados factores y de lo que a cada uno le ha tocado vivir, por lo tanto, las generalización en nada contribuyen.
- “No existe fracaso sino malos resultados”. Esta presuposición de la PNL es increíblemente decidora a la hora de cómo uno se toma la vida, en la medida que se cambia la palabra fracaso que es tan fuerte, dura, pragmática, desde un juicio, desde la derrota. Muchas veces hay niños que ni siquiera dan la prueba pues es tanto el miedo al fracaso y la ansiedad de los papás, que el mini candidato no logra relajarse. Sobre todo a los 2, 3 o 4 años los menores son sumamente intuitivos y perciben perfectamente el estrés, por lo que conviene respirar profundamente y tranquilizarse. Esto va bien de la mano con la siguiente frase que es aún más positiva.
- “Si algo no te funciona haz algo distinto”. Si ya has ido a ciertas entrevistas (esto también aplica para la búsqueda de trabajo) y has recibido puras negativas, cambia la estrategia. Vuelve al punto uno y revisa, seguramente no estás siendo honesto con lo que deseas, recordemos que la PNL promulga atender lo que quieres sin juicio, sin pensar “quiero esto pero hago aquello porque es lo que se supone debo hacer”. Cuántas veces nos vemos entrampados sin poder avanzar y seguimos como “monos porfiados” intentándolo una y otra vez sin lograr resultados positivos. La mayoría de las veces obtenemos malos resultados ya que nos faltaba enfocarnos, decretar y ser honestos con lo que anhelamos de corazón.
- “¿Qué aprendizaje hacemos del resultado que obtuvimos?” Clave es esto para poder salir a flote, ver el vaso medio lleno, agradecer todo, siempre hay algo de aprendizaje y de bendición en todo lo que nos ocurre, “para poder ver un arcoíris antes hay que ver llover”, eso es muy cierto. Se aprende siempre, en los resultados negativos y positivos, debemos estar más atentos a las enseñanzas para poder crecer.
- Confiar. Confiar en que todo ocurre por algo. Confiar en que donde sea aceptado será la mejor opción para tu hijo o hija. Confiar en que además, existen segundas oportunidades. Si no fue el lugar idóneo, se puede cambiar y ya! Nada es de vida o muerte en este temido proceso de admisión. Aún no conozco a alguien (quizás hay, sin embargo estoy segura deben ser muy pocos) que no haya podido ser matriculado en ningún colegio.
- Y como broche de oro, establecer una comunicación amorosa con los niños. Contarles que están viendo colegios. Hablarles de los planes, motivarlos, tranquilizarlos, darles esperanza de que lo van a disfrutar. Sin presión, sí con amor, todo proceso es más amistoso si se verbaliza, se comparte y se toma con naturalidad.
¡Éxito y bendiciones para todos aquellos que están en estos procesos!
Paula Eugenia Fischer Levancini
Coach en Programación Neurolingúística
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El regreso a clases conlleva a una serie de preocupaciones por parte de los padres, porque más allá de los útiles escolares, el nuevo período escolar implica muchas veces la renovación de ropa, zapatos y accesorios indispensables para el inicio de esta etapa.El traumatólogo de Clínica Vespucio, Dr. Gonzalo Kameid, se refiere al zapato y el bolso más apto para los estudiantes, con el fin de evitar alteraciones que podrían afectar a la columna vertebral y extremidades de niños y adolescentes.
La temporada estival suele pasar más rápido de lo que se piensa y ante este panorama lo importante es anticiparse a las preocupaciones relacionadas con el inicio de clases, como por ejemplo la compra del atuendo escolar. Por lo anterior y para evitar problemas en la salud del escolar, se debe poner especial atención al momento de adquirir la mochila y el zapato. El doctor Gonzalo Kameid, de Clínica Vespucio, sostiene que “el calzado debe ser cómodo y resistente, considerando todas las actividades que realizan durante el año”.
Si de mochilas se trata, existen diversas opciones en el mercado, tanto en tamaño como en diseño, que las hace atractivas a los ojos de los más pequeños; sin embargo, es importante orientar al escolar en la elección de este accesorio. Por esta razón, el doctor Kameid advierte que “ésta debe ser acorde a la estatura del estudiante y lo ideal es que no exceda entre el 10% y 15% del peso corporal de la persona”.
Cómo escoger el zapato adecuado
La elección de un buen calzado involucra tomar en cuenta varios aspectos que son cruciales para prevenir lesiones como torceduras y callosidades por la mala calidad de éste. En este contexto, el traumatólogo de Clínica Vespucio, Dr. Gonzalo Kameid, explica que el zapato debe ser firme pero no rígido y para evitar cualquier anomalía, siempre es aconsejable elegir uno que “en lo posible sea ancho en la parte delantera, con el propósito de evitar deformidades de los dedos y que el pie quede bien apoyado”.
El especialista entrega más recomendaciones respecto de la elección del calzado:
- En cuanto al material,lo ideal es que sea confeccionado con materiales suaves y respirables. Dentro de esos, el cuero es una de las mejores opciones.
- En relación a la suela, lo ideal es un zapatoblando y que se adhiera bien al piso, con el fin de reducirel riesgo de caídas y lesiones.
- Se deben evitarlas plataformas y tacos, ya que facilitan la posibilidad de sufrir una torcedura o esguince.Asimismo, producen cargas disparejas en el pie que pueden ocasionar dolor y posteriormente deformidades.
- Es importante probar el zapato con los calcetines puestos y fijarse que haya un espacio de entre 0,5 y 1,5 centímetros entre el dedo más largo y el calzado. Presiona la punta por la parte superior para ver si los dedos la rozan y si es así, el zapato es demasiado pequeño.
- El mejor momento para probar el calzado es al final del día, cuando los pies del niño están más hinchados. Es recomendable ponerse de pie, para que cargue su peso sobre los dos pies.
La mochila ideal para llevar al colegio
La elección del bolso, en la mayoría de los casos suele ser responsabilidad de los escolares, que muchas veces eligen de acuerdo a la moda o a los personajes infantiles del momento. Más allá del diseño, el traumatólogo de Clínica Vespucio, Dr. Gonzalo Kameid, advierte que “lo importante es elegir una mochila que se apoye bien en la zona lumbar y que sea cómoda para transportarla”.
El doctor Kameid, entrega algunos consejos adicionales antes de comprar la mochila:
- Es importante que los padres chequeen los útiles y materiales que llevan los escolares, con el fin de evitar peso innecesario. Se debe tener en cuenta, que la forma de cargar una mochila hace que varíe la comodidad, por lo que la recomendación es dejar la mayor parte del peso en la parte baja de ésta.
- Las correas deben ser acolchadas y suficientemente largas para adaptarlas a la altura del escolar, dejando la zona de apoyo a nivel lumbar. Por lo que será esencial que cuenten con hebillas reguladoras de material resistente.
- La mochila no debe exceder el tamaño de la espalda del niño.
- Se recomienda que el bolso tenga un refuerzo acolchado en la zona que pega con la espalda, para aportar firmeza y sujetar mejor el peso.
- Si el escolar transporta mucho peso a diario, se aconseja el uso de mochilas con ruedas.
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Se terminaron las vacaciones y la llegada de marzo está a punto de concretarse, por lo que es habitual que la persona sufra algunas complicaciones que se producen al retomar la rutina, como los trastornos del sueño. La neuróloga de Clínica Vespucio, Dra. Evelyn Benavides, nos entrega una serie de recomendacionespara que esta etapa sea menos compleja y advierte que este periodo tarda unos días e incluso podría afectar las relaciones personales y laborales.
El fin del verano llega para todos y con ello la vuelta a la rutina laboral en el caso de los adultos y escolar para niños y adolescentes. Sin embargo, el cambio brusco de rutina puede afectar a niños y adultos. En muchas ocasiones ocurre que tras el regreso de las vacaciones, es muy común que las personas puedan sufrir el denominado estrés o síndrome post-vacacional.
La neuróloga de Clínica Vespucio explica que “este proceso implica volver a re adaptarse a las obligaciones cotidianas posterior al período de descanso, lo que podría desencadenar complicaciones a nivel físico, como emocional”. Es por esto que la especialista advierte en la importancia deque los niños duerman entre 8 y 10 horas diarias, los adolescentes no menos de 9 horas y los adultos, alrededor de 6 a 7 horas.
Por qué cuesta retomar las actividades
La profesional explica que esta situación se produce porque durante las vacaciones, los niños y los adultos suelen modificar sus hábitos. “Es habitual que en estas fechas las personas se acuesten más tarde de lo que acostumbran, ingieran alimentos en horarios diferentes y compartan más tiempo con la familia y amigos, lo que podría desencadenar una serie de conductas anómalas al momento de retomar la rutina, como por ejemplo, dificultad para concentrarse, aletargamiento, falta de sueño y apetito”, sostiene la Dra. Benavides.
Otro aspecto que también afecta es el uso exagerado de la tecnología en la noche. Por esta razón, la especialista precisa que “es importante sacar del dormitorio la televisión, el celular y el computador. No se debe consumir bebidas cola, energéticas ni café después de las cinco de la tarde.Lo ideal es hacer actividades relajantes en la habitación, previo a dormir, como por ejemplo leer y escuchar música suave”.
Estrés a la hora de dormir
El periodo adaptativo posterior a las vacaciones, involucra entre otras cosas, la reducción de horas de sueño, por lo que es vital ajustar los horarios de descanso para evitar episodios de somnolencia e irritabilidad durante la jornada laboral o escolar. La neuróloga de Clínica Vespucio, Dra. Evelyn Benavides, explica que también podría ocurrir que la persona disminuya las horas destinadas al sueño, incluso más allá de lo requerido, debido al aumento de actividades y tareas propias de esta época del año.
“Es esencial ajustar de manera paulatina el horario de levantarse y acostarse, más aún con los niños que son los que suelen modificar abruptamente los horarios en vacaciones. Asimismo, es de gran importancia mantener hábitos saludables y regulares tanto en el sueño, alimentación, horas de trabajo y ejercicio”, advierte la doctora Evelyn Benavides.
Recomendaciones para no quedarse dormido
La especialista de Clínica Vespucio, entrega varios consejos para evitar la somnolencia al momento de retomar las actividades:
- No regreses de tus vacaciones el día anterior al inicio de las obligaciones laborales o académicas. Tómate, al menos, un par de días para retomar la rutina.
- Fija una hora para dormir, incluso durante los fines de semana
- Una buena opción para conciliar el sueño es un ambiente limpio, con poca luz y confortable.
- Antes de acostarte, establece una rutina que sea relajante, como un baño de tina o leer un libro.
- Procura retirar televisión y los videojuegos del dormitorio. Asimismo, no olvides desenchufar todos los aparatos electrónicos, que puedan interferir en un buen descanso.
- En la cena, evita consumir grasas, dulces, refrescos y alimentos con cafeína como el chocolate.
- Evita la automedicación y si los problemas de sueño se prolongan por más de un mes, es importante consultar a un especialista.
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