Las reuniones de los directivos suelen tener una agenda cargada de diversos temas estratégicos, también resultados financieros, análisis de inversiones, y entre otros; comentarios acerca de los últimos eventos sucedidos al interior o en el entorno de la compañía.
Los esfuerzos de las ejecutivas (os)[i] por seleccionar lo más relevante que llevar a la mesa de dirección, requieren de otras tantas reuniones para escoger las palabras exactas que den cuenta de lo ocurrido en breve resumen, atendiendo a los tiempos disponibles de las variadas exposiciones.
A pesar de ello, el (o digamos también la, para no ser tan poco objetiva) expositor (a)[ii] puede caer en lugares comunes, ideas poco claras expresadas desde el nerviosismo, términos más bien técnicos a los que se debe solicitar una explicación alargando innecesariamente la reunión. Todo ello, para luego descubrir que, no era necesario conocer tan en detalle algún evento menor o de bajo riesgo para los intereses o valores de la empresa.
Así entonces, hablemos de habilidades propias de una buena ejecutiva (o), mencionando el arte de escuchar, que no es lo mismo que entender, tema que trabajaré en otra oportunidad.
Se habla bastante de la escucha activa, en términos de interpretar lo que el otro está queriendo decir, guiándose por sus gestos, miradas, movimientos o incluso silencios. En sentido ontológico; dejarse llevar por la persona, como un ser integral, que está comunicando algo y así permitir que todos los sentidos estén puestos en el interlocutor.
Pues bien, no me refiero a eso, aunque aquella actitud de atender la exposición claramente ayuda. Sin embargo, no son los silencios o las miradas lo que se necesita para escuchar en estas reuniones, más bien preguntar y discriminar, verbo tan poco atractivo, pero tan útil en estas lides.
En la antigüedad, para separar el trigo debía golpearse la espiga con unos palos, de manera que el grano se soltara para recogerlo y luego en sacos al almacén. Entonces, los tallos se amarraban para convertirse en paja o tejidos.
Asimismo, en cada reunión y sin necesidad de estar apaleando algo o alguien (nada personal), la mente atenta de una directora (o) debe diferenciar las palabras y los adornos, de aquello que resulte en un aporte de valor para los presentes y una buena toma de decisiones. La rapidez con que se ejecute esta destreza es una clave de éxito.
En fin, la pregunta que subyace a cada reunión es la valoración del tiempo en función del equilibrio con los temas tratados.
Marcela Contreras Berrios – Conoce más a Marcela aqui
[i] Remítase al primer artículo, y si ya lo leyó, entonces haga uso de su memoria.
[ii] Concedo en esta oportunidad escribir el femenino como agregado, a modo de sutileza para la buena entendedora (o), que verá en ello un mayor error en el primero.
Foto portada de Sakchai Ruenkam en Pexels
Read moreMuchos estudios científicos han demostrado la relación de la mente con nuestro cuerpo.
Sabemos que una mente llena de optimismo, pensamientos positivos y abierta al cambio es capaz de acelerar los procesos de curación de nuestro cuerpo.
En cambio una mente deprimida, estresada y con pensamientos negativos constantes hace exactamente lo contrario: es capaz de bajar nuestras defensas y que seamos mucho más propensos a desarrollar alguna enfermedad.
Equilibrar nuestra mente es crucial para tener un buen estado de salud. Si nuestra mente se encuentra en constante estrés esto puede afectar directamente a nuestro cuerpo manifestándose en: dolores de cabeza, tensión arterial alta, debilidad, etc, y también puede causar depresión y ataques de ansiedad.
Para equilibrar nuestra mente-cuerpo-espíritu es necesario que elimines de tu mente toda la basura emocional que no te permite avanzar. Para empezar debes estar dispuest@ a cambiar. Una buena actitud te asegura el éxito.
Pasos para equilibrar tu mente cuerpo espíritu:
-Pregúntate qué te hace feliz, cómo te sientes…
Debes estar pendiente de cada señal que te envía tu cuerpo. Presta atención si tienes cambios de humor, dolores localizados, situaciones o personas que te dejan sin energía,etc…Conociéndote a ti mism@ podrás empezar a realizar pequeños cambios que te lleven finalmente a tu bienestar total
-Pregúntate dónde deseas estar en un período de 5 años
Es importante que tengas metas y objetivos por cumplir. Una vida sin intención no va a ningún lado. Hay estudios que han demostrado que una persona sin objetivos y que no le ve sentido a su vida, es una persona que está abocada a la depresión.
Puedes empezar pensando en períodos de tiempo más cortos como 6 meses, 1 año, y así sucesivamente. Una vez hayas conectado con tu ser interior te sentirás liberad@ y en paz.
Acciones para encontrar tu equilibrio:
1-Realiza ejercicio regularmente, esto te ayudará a liberar el estrés mental. Puedes practicar algún deporte, hacer cardio, yoga o simplemente caminar. El caso es moverte.
2-Aliméntate correctamente, tu cuerpo y tu mente necesitan estar fuertes para afrontar los retos del día a día. Deja a un lado la comida basura y comienza a ingerir alimentos saludables.
3-Practica el mindfulness o la meditación.
Aunque creas que es difícil o que no puedes concentrarte, con sólo 5 minutos al día para empezar bastaría. Luego puedes ir incrementando el tiempo de meditación hasta el punto en que llegues a 1 hora. Los beneficios son múltiples.
4-Duerme lo suficiente
Un mínimo de 7 horas puede ser suficiente para que te levantes con energía. Durante el sueño el cuerpo se regenera. Se reparan las células dañadas, el cuerpo produce más anticuerpos para que puedas luchar contra los virus y las bacterias. En definitiva, el sueño repone las energías que necesitas para el día siguiente.
5-Queda con tus amigos y familiares
Este punto es importante. Es muy necesario tener conexión con nuestros seres queridos. Todos necesitamos un abrazo, un hombro donde apoyarnos. Nuestro equilibrio emocional muchas veces puede depender de esto.
6-Elimina todo lo que te produce estrés y te angustia
Eliminando todo lo que te hace daño, podrás encontrar la paz interior. Esto incluye personas, situaciones, lugares, etc..
7-Practica el Perdón
Vive el presente y deja atrás el pasado. Enfócate en el presente y no sufrirás. Las personas que no olvidan y que siempre están pensando en las malas experiencias del pasado son más propensas a desarrollar enfermedades. Perdona a todas aquellas personas que crees te han hecho daño y perdónate a ti mism@ por todos los “errores” que hayas cometido.
8-Piensa más en ti.
Deja de complacer a los demás y piensa más en tus necesidades. A veces decir “No” es nuestra salvación. No creas que si pones por delante tus prioridades te tacharán de egoísta. Simplemente estás poniendo por delante tu salud. ¿Hay algo más importante que eso?
9-Se una persona agradecida
Agradecer ver un nuevo amanecer, el tener un cobijo, un plato de comida encima de tu mesa, te hará más humano. Puedes hacer un pequeño ejercicio de agradecimiento al acabar el día y escribir todas aquellas cosas por las que estás agradecido
10-Ayuda a otras personas
Esto puedes hacerlo de muchas maneras, desde un voluntariado hasta haciendo donaciones de alimentos o de aquello que ya no necesitas y que puede ser de ayuda para otras personas.
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Tenemos más de 60.000 pensamientos cada día: pensamos en el trabajo, en la familia, en nuestras tareas… miles de pensamientos que pueden ser positivos o negativos, de nosotros depende como queramos enfocar la vida.
Lo que nos sucede en la vida es un reflejo de lo que pensamos, si queremos tener una vida maravillosa donde nos sintamos felices, tenemos que agradecer y ser positivos todos los días. Los humanos tenemos el maravilloso poder de decidir cómo queremos vivir, si queremos una vida llena de felicidad o una vida donde el miedo y las enfermedades reinen nuestro cuerpo.
Cuando nos enfermamos o nos sentimos sin fuerzas son señales de nuestro cuerpo que nos avisa de algo negativo. Muchas veces estas señales negativas tienen que ver con nuestro mundo emocional.
El poder de la mente
Cada pensamiento que pasa por nuestra cabeza influye en nuestra vida y cuerpo, en nuestra realidad. Por eso tenemos que aprender a calmarnos y a pensar de manera positiva ¿Nunca te ha pasado que has pensado mucho en un problema, lo has imaginado como lo peor de tu vida y luego no era para tanto? Cuando sufrimos ansiedad o estrés magnificamos nuestros pensamientos y el miedo se apodera de nosotros.
Los pensamientos que más nos influyen son aquellos a los que prestamos más atención y alimentamos con nuestras reacciones.
Si los pensamientos afectan nuestra realidad y cuerpo, entonces pensar en positivo podría ayudar a solucionar los problemas. Para cambiar esos pensamientos e interpretar de manera diferente lo que vivimos tenemos que parar y conectarnos con nuestro ser interior, con nuestras emociones.
Hay miles de posibilidades para aprender a cambiar tu pensamiento y ser más feliz, una de ellas es la BioEmoción, un método holístico nos enseña a pensar de manera positiva, a aprender cómo se desarrollan las enfermedades y a recuperar el equilibrio y bienestar.
Los pensamientos y las enfermedades
Una enfermedad puede reflejar que nuestra mente está haciendo algo que no queremos. Para cambiar esto, habría que observar con qué tipo de programaciones trabaja nuestra mente y de qué manera las hemos adquirido y la estamos ejecutando mediante conductas.
Algunas dolencias o enfermedades tienen que ver con cierto grado de infelicidad o insatisfacción. Todo ello, resultado del apego, el exceso de control, la ira negada o no entendida, etc. Se dice que en el fondo toda enfermedad es algo que ocultamos. El cuerpo es el reflejo más inmediato de la forma en cómo pensamos y sentimos la vida.
Transforma tus pensamientos
Louise Hay ayudó a miles de personas con sus libros y conferencias sobre gestión emocional, sus afirmaciones positivas ayudaron a cambiar los pensamientos de las personas y ser mucho más felices.
Las afirmaciones positivas ayudan a mejorar la calidad de vida, tan solo tienes que identificarlas y transformar todos los pensamientos negativos en acciones y palabras positivas e interiorizarlas ¡Pruébalo al menos durante 40 días, verás la diferencia en tu forma de vivir!
Todo en esta vida pasa por algo, si estás pasando por un momento difícil la vida te está poniendo a prueba para que te superes y crezcas como ser humano. Tienes que confiar en ti, amarte, tener más paciencia contigo mismo y creer que el universo te ha puesto todo a tu alcance para que seas feliz.
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Los vínculos se crean entre lo que uno toma y lo que uno da. Entre las ganancias y las pérdidas.
En lo profundo del alma existe la necesidad de equilibrio. Quien recibe algo siente la necesidad de compensarlo, dando también él. Este impulso desempeña una importante función social, permitiendo el intercambio y la cohesión. Un grupo se mantiene unido por el hecho de que cada uno de sus miembros dé y tome, y que este intercambio sea equilibrado. Donde no es posible compensar el desequilibrio en una relación entre iguales, no puede darse ninguna unión duradera.
Entre padres e hijos no hay ese equilibrio. Entre maestros y alumnos el desnivel también es insalvable. Una generación da y la siguiente toma, y lo que se recibe pasa a la siguiente generación. El equilibrio no es posible entre padres e hijos porque lo más grande que recibimos de los padres es la propia vida, y eso es imposible de devolver. Esta deuda se alivia a través de lo que damos a nuestros propios hijos, o si no se tienen, lo que aportamos a la comunidad, a la sociedad o al resto de sistemas a los que pertenecemos. También los padres fueron hijos en su momento y los maestros alumnos. Ahora ellos logran llegar a la compensación traspasando a la siguiente generación aquello que ellos mismos recibieron de la anterior.
Los Órdenes del Amor entre padres e hijos comprenden que los padres den y los hijos tomen. Los padres dan a sus hijos aquello que antes tomaron de sus propios padres y aquello que, como pareja, toman el uno del otro. Los hijos, en primer lugar toman a sus padres como padres, y en segundo lugar, todo aquello que los padres les den de más. A cambio, los hijos, más tarde, pasan a otros aquello que de sus padres recibieron, sobre todo a sus propios hijos. Quien da puede dar porque antes tomó, y quien toma puede tomar porque más tarde también dará. Quien estuvo antes tiene que dar más, porque ya ha tomado más, y quien llega más tarde aún tiene que tomar más. Este orden también es válido para el dar y tomar entre hermanos: quien estuvo primero tiene que dar al posterior, y quien llega más tarde, tiene que tomar del anterior. A cambio, el hijo menor suele cuidar a los padres cuando éstos llegan a la vejez.
Hay un matiz importante entre tomar y aceptar: Tomar es recibirlo con gratitud, tal cual es, sin poner ni quitar nada. Aceptar supone recibirlo por obligación y a regañadientes, por que no queda otro remedio.
El dar y el tomar entre padres e hijos es diferente a la relación de pareja. La pareja es una relación entre iguales. Si se mantiene el equilibrio la relación funciona, pero si uno da mucho y el otro da poco, o si uno da y se niega a tomar, el equilibrio se rompe y pone en peligro la continuidad de la relación. Hay que dar en la medida en que el otro pueda tomar, y viceversa.
Ver Las influencias de tus antepasados en tu vida
La igualdad en la relación de pareja, que de manera fundamental se expresa en la consumación del amor, se extiende también a otros ámbitos vitales. La relación de pareja se logra a través de una compensación continua entre dar y tomar, unida al amor.
Ejemplo:
– Un hombre le hace un regalo a su mujer porque la quiere. Nada más entregarle el regalo, él se encuentra en una posición superior. Él da, la mujer toma. Ahora bien, ya que ella tomó, también siente una obligación hacia su marido, está en deuda con él. Así intenta equilibrar el desnivel dándole algo a su vez, y dado que ella también lo ama, por precaución le dará un poco más de lo que él le dio. En consecuencia, es el marido quien siente la presión de la obligación e intenta compensar lo recibido, y dado que ama a su mujer, también él le da algo más de lo que recibió.
Así, a través de la necesidad de equilibrio unida al amor, se da un intercambio siempre creciente, un gran movimiento entre dar y tomar. Este hecho vincula a la pareja de manera aún más entrañable, por lo que entre ellos va creciendo la felicidad. Este intercambio positivo es uno de los pilares de una buena relación de pareja.
Ahora bien, en muchas parejas, también hay situaciones en las que uno de los miembros hiere al otro con su comportamiento. También aquí, la persona que sufrió la injusticia siente la necesidad de compensarla, la necesidad de vengarse. Así, este compañero también atenta contra el otro, pero muchas veces, porque se siente en su derecho, le devuelve algo más de lo negativo. De esta manera, también el primero tiene de nuevo el derecho de hacerle daño al otro, y también él, por un sentimiento de derecho, comete algo un poco más grave, y así lo negativo aumenta. Se desarrolla un intercambio intenso, pero en el lado negativo. También este intercambio vincula a la pareja, pero en detrimento de su felicidad.
Sin embargo, hay una regla muy simple para salir de este círculo vicioso: de la misma manera que en el intercambio positivo, por amor se le da al compañero algo más de lo bueno; así, en el intercambio negativo, por amor se le hace un poco menos de daño al otro. El uno siente que se ha vengado, y el otro siente que ha saldado la deuda sin sentirse agredido. De esta forma, el intercambio positivo puede reanudarse.
Tal vez podamos sentir que somos muy generosos con otras personas, y que el otro se comporta de manera egoísta y no nos da lo mismo que le damos. Si miramos bien, con tanto dar lo que hacemos es crear una deuda tan alta que el otro no puede saldar y lo más probable es que se distancie. Si seguimos mirando, también es posible que aquéllos que damos mucho, tengamos dificultad en tomar de los demás, en especial, de los padres.
También, hay quien sólo quiere tomar y nunca se siente en deuda. En ambos casos, suelen ser personas que se sienten víctimas rabiosas por algún suceso de su infancia.
En el dar por parte de los padres y en el tomar por parte de los hijos no se trata de un dar o un tomar cualquiera, sino de dar y tomar la vida. Al darles la vida a los hijos, los padres no les dan nada que a ellos les pertenezca. Junto con la vida, los padres mismos se dan a los hijos, tal como son, sin añadir ni restar nada. Y de la misma manera, los hijos, al recibir la vida de los padres, no pueden ni añadir, ni suprimir, ni rechazar nada. Los padres no sólo nos dan la vida: también nos alimentan, nos educan, nos protegen, nos cuidan, nos dan un hogar. Por tanto corresponde que lo tomemos todo, tal como lo recibimos de los padres.
Son muchas las personas que caen en la trampa de culpar a sus padres de todos sus infortunios. El principal obstáculo para que podamos tener una vida feliz es el de negarnos a aceptar lo que es. Construimos historias que se convierten en hechos verídicos para nosotros, y son estos “hechos” los que se convierten en el guión con el cual esculpimos nuestra vida.
Cuando rechazamos lo que es, nos rechazamos a nosotros mismos; cuando rechazamos lo que fue, rechazamos la vida misma. Cuando alguien se queja de que la vida no le trata bien, podemos preguntar: ¿a cuál de tus padres no respetas? La vida nos ha sido transmitida a través de nuestros padres; por tanto, todo lo que somos y esperamos ser se lo debemos a ellos, es a ellos a quienes se lo debemos todo, y cuando les negamos el lugar que les corresponde por derecho, y nos negamos el lugar que nos corresponde a nosotros como receptores de tales dones, negamos la vida, la fuente de toda vida y ese universo mágico.
Cuando rechazamos a nuestros padres, o nos sentimos superiores a ellos de algún modo, le decimos “no” literalmente a la vida que se nos ha dado y desafiamos al destino y al orden de las cosas. Hay que tomar a los padres y a la vida tal y como es. Los padres se hacen grandes cuando sus hijos les reconocen y les honran. La capacidad de recibir amplifica la grandeza y el deseo de dar.
Cuando los excluidos son integrados y reconocidos de nuevo se convierten en una fuerza protectora. Cuando aprendemos a tomar en la justa medida nos sentimos en paz en nuestras relaciones con los demás.
Recuerda, la máxima de esta ley:
“Hay que tomar a cada cual como es; y hay que dar en la medida en que el otro pueda tomar”.
Texto: Curso Constelaciones Familiares
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¿Por qué nos cuesta tanto a las mujeres conciliar trabajo, familia y lograr la realización personal? Tanto en el mundo del empleo, como en los emprendedores que llegan año a año a Simón de Cirene, vemos como este dilema está tan presente. Ha mejorado con el tiempo, no lo niego, antes era mucho peor, pero, sinceramente falta mucho para resolver que el éxito de la mujer dependa de si tiene o no resuelto el tema familiar. Y eso es preocupante.
Y no quiero caer en el clásico reclamo de que no nos entienden y que difícil nos hacen la vida. Las mismas mujeres somos responsables de los frenos que nos ponemos. Usamos excusas, no nos creemos el cuento, no visualizamos el éxito y no planificamos nuestro camino de realización personal. Porque no estamos hablando de que hay que ser la gerenta más reconocida o ser la dueña de la coca cola para triunfar. El éxito real es lograr la realización personal de cada una, con el equilibrio entre la vida personal y la laboral como base.
Las presiones que caen sobre las mujeres son varias, se ha escrito mucho sobre eso. De estas presiones, una de las que más me preocupan son las asociadas al cuidado de algún familiar. Se da por obvio que, ante una guagua recién nacida, un enfermo en la familia o un padre o madre adulto mayor que necesite cuidados, una mujer de la misma familia debe quedarse en la casa haciendo esa labor. Dentro de todos los cuidados, hay unos más agradables que otros y unos más solitarios que otros, pero no es una opción a elegir. Y eso genera una serie de consecuencias en el proceso de realización personal de la mujer. A las que eligen de corazón hacer esas labores de cuidado, la que sea, les aplaudo de pie. Están aportando a una sociedad más conectada, más humana y menos individualista. Lo celebro, siempre que con eso estén decidiendo conscientemente postergar los avances laborales de su vida y asumiendo las consecuencias sin frustración.
Pero, qué pasa con las que debemos hacernos cargo de algún familiar con necesidades y vemos con angustia como el tiempo no da, nos vamos quedando fuera de ciertas decisiones de la organización, de oportunidades para emprender. O peor aún, ¿qué hace esa gran generación estresadísima que tiene hijos adolescentes y padres ancianos? Es difícil estar en condiciones de emprender o emplearse teniendo que llevar a una madre a diálisis en la mañana y tratar de acompañar a una hija en problemas en la tarde.
¿Qué han traído las nuevas generaciones al mundo laboral? Hace 15 años entré a trabajar y me encontré con una forma bastante rígida de hacer las cosas. Así se habían hecho hace muchos años en todas las empresas, y quién era uno, recién egresada, para modificar algo super impuesto por hombres y muy secundado por las mismas mujeres de generaciones anteriores. El concepto era, o eres exitosa en lo laboral o eres exitosa con tu familia, tienes que elegir. Por eso me siento agradecida de las nuevas generaciones que llegaron a cambiar la mentalidad de los que estábamos paralizados con estos conceptos. Llegaron a humanizar el ambiente laboral, haciendo presente que los aspectos personales y laborales se cruzan permanentemente durante el día, sin que por esa razón se baje el rendimiento y logro de objetivos. Esto es un avance maravilloso que se debe traspasar a la mentalidad de todas las mujeres de forma profunda. Debemos cambiar en todas nosotras la idea de que, con un plan y disciplina, si se puede lograr. Que podemos irnos antes de la pega para acompañar al hijo en problemas. Que para emprender exitosamente no podemos usar sólo el tiempo libre que nos dejan las tareas de la maternidad. Hay que organizarse distinto, pedir ayuda. No es obvio que estamos solas en esto, a cargo de todos los cuidados familiares. Hay padres, hermanos e hijos que pueden y deben hacerse cargo, pero somos nosotras mismas las que debemos, con humildad, abrir los espacios para que se logre esto, organizar buscando soluciones, forzando el equilibrio personal y laboral de todos. Y nosotras tenemos el deber de hacernos cargo de nuestro camino, de lo que nos hace feliz ahora y lo que haremos en los próximos cinco años para buscar la realización personal. Porque sólo así la sociedad entera se humaniza, se conecta y crece en conjunto, sin dejar a nadie atrás y aprovechando los grandes talentos femeninos que están dormidos.
Artículo escrito por Macarena Troncoso
Extraído del Blog de Universidad del Emprendedor – Simón de Cirene
Imagen Portada : innerwhispers en Pixabay
Read more“La realidad existe porque nosotros la aceptamos. Siempre que la realidad cambie, también cambiará esa aceptación.” Deepak Chopra
El ser humano busca seguridad como método de supervivencia y muchas veces nos aferramos al sufrimiento como si fuese un tesoro y no nos damos cuenta que estamos prolongando nuestro dolor. Esto sucede cuando perdemos a un familiar, cuando nos separamos de nuestra pareja, o simplemente sale alguna persona de nuestra vida. A muchos de nosotros nos impide dejar ir, un dolor, sufrimiento o persona, porque pensamos que éste dolor nos une más a la persona que queremos o hemos perdido. Nos aferramos a los recuerdos por temor a perder su amor o cariño y mientras más nos aferramos, más nos alejamos de quiénes somos realmente.
Aceptar es reconocer que no tienes que cambiar nada, que todo está bien tal cual está. Aceptar no significa autocompadecernos, ni sacrificarnos por algo o alguien. Es aceptar lo que sentimos, permitiéndonos ser conscientes de nuestras elecciones y actos. Sin sufrimiento. Recuerda que cuando el sufrimiento se prolonga en el tiempo se debe a la resistencia a la aceptación de ese sufrimiento. Es en ese momento cuando nos estaremos liberando de toda culpa y resentimiento.
En la aceptación experimentamos la comprensión, hacia nosotros mismos y hacia los demás, aceptando sus “defectos” y virtudes y sin esperar nada a cambio pues nos sentiremos abundantes y capaces de servir desinteresadamente al prójimo. Todo lo que hacemos es desde el amor y desde este sentimiento solo veremos la inocencia.
Experimentamos un cambio de percepción y desde este punto somos capaces de perdonar el pasado y sanar viejas heridas. Nos damos cuenta que cada experiencia negativa vivida encierra una lección que debemos aprender. Ya no le daremos lugar a la inseguridad, ni a los juicios, eliminamos la culpabilidad que hasta entonces nos estaba bloqueando, y nos damos cuenta que todos los sentimientos que experimentamos son nuestra responsabilidad y que la solución a todos nuestros conflictos está dentro de nosotros mismos.
Al sentirnos tan seguros, se produce un cambio en nuestras relaciones con los demás, pues sentimos que todas nuestras necesidades están cubiertas. Eliminamos la dependencia hacia el otro, no vemos sus imperfecciones utilizando el perdón con más frecuencia. Tampoco nos lamentamos por el pasado ni sentimos temor por el futuro, estamos más centrados en el momento presente disfrutando de cada momento que nos ofrece la vida.
Si crees que te resulta difícil aceptar situaciones o actitudes de alguna persona no dudes en buscar recursos que te ayuden a recuperar tu equilibrio emocional. Puedes consultar aquí
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Los alimentos ejercen diversos resultados en el organismo, como el denominado efecto placebo, que se relaciona con la disposición de la persona hacia lo que consume. La nutricionista de Clínica Vespucio, Paulina Mella, aborda cómo la comida puede repercutir en la salud y entrega recomendaciones para evitarlos o reemplazarlos por otros que sí aportan beneficios.
La rutina y las preocupaciones diarias muchas veces impiden que una persona dedique tiempo a comer saludablemente y ante el descuido termina ingiriendo productos altos en grasa y con poco aporte nutritivo. Sin embargo, es un punto que no se debe pasar por alto, pues los alimentos pueden repercutir en la salud física y emocional.
La especialista de Clínica Vespucio, Paulina Mella, explica que los alimentos ejercen diversos resultados en el organismo, como el denominado efecto placebo, que se relaciona directamente con la disposición de la persona hacia lo que consume, donde queda claro que esta sensación no tiene que ver con los compuestos químicos, sino con el poder de la mente. “Para lograr el resultado, solo basta la confianza de que éste ejercerá una acción positiva. Además es importante no prejuzgar ciertos alimentos sobre todo si son muy beneficiosos, como por ejemplo, el caso de las legumbres donde tiende a asociarse que produce hinchazón”, explica la especialista.
Por otra parte, existen una serie de comportamientos frente a las comidas, lo que está determinado por la experiencia que haya tenido la persona. La nutricionista de Clínica Vespucio, explica “que los simbolismos o cargas afectivas que se generen en torno a los alimentos son los que, posteriormente, establecerán la aprobación o el rechazo”.
Lo que sí está claro, es que no se debe abusar del acto placentero de comer, ya que esto podría provocar serios problemas de salud a mediano y largo plazo, más aún si se abusa de los alimentos que aportan un bajo valor nutricional y un alto contenido de sustancias altas en grasas. “Es fundamental no asociar emociones a alimentos, no premiar ni castigar con estos. Esa es una forma de causar muchos estragos nutricionales/emocionales en la vida adulta”, sostiene
El equilibrio perfecto
Para lograr un equilibrio en la alimentación, la nutricionista explica que se deben conjugar varios aspectos, pero el más importante es respetar los horarios entre una y otra. “Cuando la persona pasa por alto o se salta una comida, es posible que aumente su ansiedad e irritabilidad, por lo que sus emociones se hacen más susceptibles y está más vulnerable a comer de más y en horarios no adecuados. Además se debe crear un ritmo en lo que ingerimos, para respetar los otros ritmos del organismo, la respiración, procesos celulares, absorción, digestión, todo genera un pulso, tanto individual, como con el entorno. Por ejemplo, ciclos como la noche, el día y estaciones del año, entre otros, son factores que influyen”, comenta.
Existen también otras instancias que marcan la diferencia al momento de asimilar la comida de manera adecuada. La especialista explica que “es importante enfocarse en esta acción, dejando de lado las preocupaciones y el apuro”. Asimismo, recomienda “sentarse a la hora de comer y lo ideal es hacerlo en familia o con más gente, ya que la conversación y la dinámica que se genera en esta instancia ayudan a la desconexión, especialmente laboral”.
Es importante destacar que, en muchas ocasiones el comer se trasforma en un buen aliado y esto puede ocurrir por varios motivos, como insatisfacción, tristeza o depresión, afirma la experta de Clínica Vespucio, quien asegura que “para paliar ese dolor interno, la persona tiende a comer grandes cantidades de comida para calmar ese estado emocional. Esto provoca que se liberen ciertas hormonas que generan placer, pero existen otras formas de secretarlas con acciones más positivas para nuestra salud”.
Lo anterior, además de agudizar la situación, puede acarrear serios problemas de salud, como sobrepeso u obesidad y alteraciones en el sueño.
Recomendaciones
La nutricionista de Clínica Vespucio, entrega algunos consejos sobre los alimentos más adecuados que ayudan a mantener un bienestar físico y mental:
- Si tienes antojos de hidratos de carbono, elige los integrales.
- No te límites a la pasta o arroz blanco. Escoge otras opciones de cereales como la quínoa, el mijo, amaranto, cuscús, trigo sarraceno y el arroz integral.
- Descubre nuevas recetas ligeras y saludables para volver a nutrir tu cuerpo de la forma correcta, para volver a tener el nivel de energía justo que necesitas para quitar fuerza a la situación que estás viviendo.
- Una buena opción para acompañar las ensaladas son las semillas, ya sea de sésamo, lino, calabaza o chía. Todas son una importante fuente de minerales.
- Consuma frutas y verduras, ya que son una buena fuente de antioxidantes. Estos últimos son los encargados de neutralizar a los radicales libres, que dañan las membranas celulares y el ADN.
Nuestras células están rodeadas de la información-energía de las emociones y responden biológicamente a ellas.
Según resultados obtenidos en estudios realizados en la Universidad de Pittsburgh, las emociones negativas persistentes incrementan el riesgo de arterosclerosis y problemas cardiovasculares ya que elevan los niveles en el cuerpo de ciertos componentes químicos causantes de inflamaciones, y el avance acelerado de la formación de placas dentro de las arterias, que al endurecerlas reducen el flujo de sangre.
Gracias a los estudios de la epigenética conductual sabemos hoy que la información emocional, ingresa como moléculas al ámbito de las células generando también conductas biológicas que se transmiten genéticamente. Sin embargo, no estamos destinados a lo recibido por los genes ni por el pasado, ya que esto puede cambiar.
Si bien los pensamientos positivos son ideas saludables y pueden colaborar con sentirnos bien, si aún subyacen emociones negativas, que no están en sintonía con esas ideas, quizá hasta fabricamos más lucha interna. Esto es literalmente un desperdicio de energía.
Los pensamientos positivos surgen por si solos cuando emocionalmente estamos equilibrados. No siempre la emoción sigue al pensamiento, sino que en muchos casos, nuestro estado emocional sostiene los pensamientos que tenemos.
Cuando los sentimientos negativos, como la ira, ansiedad, o cualquier tipo de tensión se presentan, permitamos que surjan a la superficie sin juzgar, sólo observando y tomando consciencia de lo que sentimos, sin ofrecer resistencia.
Resolverlos y liberarlos no sólo nos brinda sensación de liberación y liviandad física y psicológica, es posible alcanzar un nivel más elevado de conciencia: la energía entonces puede ser enfocada con mayor eficiencia en tareas actuales, o nuevas, se estimula la creatividad, el entusiasmo, el coraje y la acción eficaz.
Para conectar la mente con el corazón, y entrenar con éxito tu equilibrio emocional de una manera simple y práctica, puedes encontrar más en mi nuevo libro Entrena Tu Corazón. Con ejercicios de meditación, respiración consciente y manejo intuitivo de las emociones, para ponerlos en acción, y dar el paso del estrés al Bienestar. Está disponible en Amazon, Kindle y iTunes.
Agustín Andrade
Autor y Comunicador
www.agustinandrade.com
Extraido de www.institutodraco.com/es
Read moreIniciar este análisis con una pregunta que nos recorre a diario supone revisar con franqueza la experiencia de vida que tenemos hoy y si está se parece a lo esperado o aspirado por nosotros, analizando hoy El equilibrio.
Empecemos definiendo el equilibrio como esa sensación de estar en paz (complacido) con los hechos que nos ocurren a diario, ahora bien, esto supone un problema porque esa sensación como todas es efímera y depende de muchos factores que deben estar alineados.
Entonces quiere decir que el equilibro dependa de algo para sentirse y es que aquello que pasa se parezca a lo que aspiramos, y ¿Qué pasaría si no se parece?, entramos en crisis y buscamos nuevamente hacer algo paratransformarlo.
En esta ocasión te invito hacer algo diferente, es evidente que basados en el esquema anterior vamos a estar en constante angustia porque si de algo debemos estar seguros en la vida es que las cosas cambian y probablemente esos cambios no favorezcan en principio nuestros deseos y aspiraciones.
Volvamos a escribir el significado del equilibro pero agregándole elementos para hacerla más dinámica y que pueda dar respuesta a la angustia que se manifiesta cuando ocurren cosas en la realidad. Digamos entonces El equilibrio es la certeza de estar en paz (complacido y conociendo) con los hechos que nos ocurren a diario, reconociendo que los problemas son momentos para Redefinir nuestros esquemas y adaptarlos a las propuestas que tiene la vida para nosotros.
Finalmente si somos más flexibles y generosos con este mundo y sus contradicciones podemos girar el rumbo actual para tener un porvenir que se parezca más a lo soñado alejándolo de lo temido, el temor crea cosas así que seamos conscientes de ello a la hora de elegir nuestros pensamientos frente a lo que ocurre en la realidad.
Fray Martínez
Psicólogo
Extraido de https://www.institutodraco.com/
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